Son bajados de autobuses
Francisco Castro, 213.237.4580/Laguna Beach HOY 2 de julio de 2010
DE VUELTA. Jorge Ortiz fue detendio en un autobus y luego depotado, pero
volvóo a cruzar la frontera. HOY/Francisco
Castro |
Hace aproximadamente un mes, al llegar a la terminal de autobuses de Laguna
Beach, mientras se dirigía a su trabajo por la mañana, Jorge Ortiz se encontró
con varios agentes de la Patrulla Fronteriza.
"Migración nos estaba esperando. Pararon como tres o cuatro autobuses que
pasaron", relató Ortiz, oriundo de Puebla, México, y quien es conocido por sus
amigos como "El Púas". "Yo quise abrir la ventana de emergencia del autobús para
que se salieran los que no llevaban papeles, pero nos agarraron", agregó.
En total, Ortiz señaló que los agentes de Inmigración detuvieron ese día a
unas ocho personas.
Ortiz, padre de dos hijos que residen en el Condado de Orange, fue llevado a
un centro de detención migratorio en San Clemente, luego a otro que está en Otay
Mesa, en San Diego, y eventualmente fue deportado a México, a San Luis Río
Colorado, Sonora.
"Yo firmé la deportación [voluntaria]. ¿Cómo voy a estar dos, tres meses
esperando ver a un juez?", dijo el inmigrante. "No había pagado renta, ni nada,
mejor decidí irme y ver como regresaba".
Y eso fue precisamente lo que hizo.
Luego de llegar a Altar, Sonora, que es un paso de muchos inmigrantes
indocumentados en su viaje hacia el Norte, Ortiz contrató a un "coyote" para que
lo cruzara ilegalmente a Arizona.
"Estuvimos caminando cinco días porque el "coyote" se perdió", relató.
"Subíamos cerro tras cerro", agregó
Después de una semana y 2,000 dólares invertidos en la "pasada", Ortiz logró
regresar a este lado para reunirse con su familia.
Actualmente sigue yendo a trabajar a Laguna Beach en autobús, aunque ahora
toma precauciones.
"Me bajo antes [de llegar a la terminal] o pago un 'raite'", dijo. "Uno tiene
que andar con cuidado".
No es el único que evita llegar a la mencionada terminal.
Otros inmigrantes indocumentados que laboran en Laguna Beach están haciendo
lo mismo luego de que la Patrulla Fronteriza realizara varias detenciones en ese
lugar durante el mes de junio.
Marc Endicott, vocero de esta entidad federal, confirmó estos retenes aunque
dijo que no podía revelar el número de detenciones que se han efectuado.
"Nuestros agentes mantienen un alto nivel de vigilancia, no sólo a lo largo
de la frontera sino que también en el interior [del país] con retenes, para
prevenir el tráfico de humanos y drogas", dijo.
Endicott explicó que la Patrulla Fronteriza planea efectuar patrullajes en
ciudades costeras localizadas a 90 millas de la frontera entre México y Estados
Unidos, debido al incremento del flujo de indocumentados que cruzan ilegalmente
por el océano.
"Tenemos patrullajes en la frontera, pero también tenemos retenes móviles que
ponemos en acción en ciertas áreas determinadas del interior", agregó
Endicott.
'Es perfil racial'
Mary Dolphin, residente de Laguna Beach, dijo que presenció algunas de las
detenciones y criticó los operativos.
"Es perfil racial porque sólo le preguntaban la identificación a los de tez
morena", afirmó Dolphin. "Tengo un amigo que nació en Ohio, que es de tez
morena, y me dijo que le habían preguntado dónde había nacido".
Dolphin y unas 20 personas más realizaron una protesta en la terminal de
autobuses de Laguna Beach la semana pasada y estuvieron distribuyendo volantes
entre los pasajeros haciéndoles saber sus derechos.
DENUNCIA. Manifestantes salieron a las calles para protestar los
operativos de Inmigración en Laguna Beach. Cortesía: Ted
Reckas/Laguna Beach Independent |
"Hay una manera legal y lo que yo miré no es legal. No es legal en este país
que una persona le pregunte a otra dónde nació", dijo Dolphin. "La otra persona
puede decir 'yo no tengo que decir. Mi derecho es no decir nada'", subrayó.
Irma Ronses, directora del Centro Jornalero de Laguna Beach, situado a pocas
millas de la terminal de autobuses, dijo que los retenes tienen atemorizados a
muchos de los hombres que a diario llegan a buscar oportunidades de trabajo al
lugar.
"Ha disminuido la cantidad de personas. Antes venían unas 45 y ahora están
viniendo entre 25 y 30 personas nada más", dijo.
Y es que casi la mayoría de los jornaleros en el lugar toman el autobús,
entre ellos Roberto Hernández.
"Esta mal. Nos 'agüita'", dijo Hernández, quien ha dejado de ir a la estación
a tomar el autobús. "Ahora tenemos que caminar más para no ir a la
terminal".
Otros están pagando a personas para que los lleven en sus autos, en vez de
subirse al autobús. "La gente mejor prefiere pagar diez dólares por un 'raite'
que 3,000 dólares por 'la pasada'", manifestó Carlos González, otro jornalero
del lugar.
fcastro@hoyllc.com
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