Testimonios de Guantánamo exponen el papel de los
doctores en los interrogatorios de la CIA
Las audiencias han mostrado el rol de los profesionistas
médicos, incluidos los registros del número de sesiones de “waterboarding”, en los sitios negros
de la Agencia en donde fueron torturados los prisioneros.
Khalid Shaikh Mohammed, quien está acusado
de planear los ataques del 11 de septiembre, en una imagen dada por sus
abogados. Un doctor contó cada una de las veces en las que casi se ahogó cuando
fue sometido al “waterboarding”, testificó un arquitecto del programa de
interrogación de la CIA.
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Carol Rosenberg
The New York Times
27 de enero de 2020
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 12 de febrero de 2020
Este artículo fue producto de una colaboración con el
Centro Pulitzer en Reportajes de Crisis.
BAHÍA DE GUANTÁNAMO, Cuba — Cuando la CIA desnudó a
Khalid Shaikh Mohammed en un sito secreto en Polonia en el 2003, aquellos
dentro de su celda incluían a un equipo de tres hombres para realizar el “waterboarding”, guardias enmascarados
y un doctor.
El doctor declaró que su rol era el de monitorear la
salud del detenido y llevar la cuenta de cada “casi ahogamiento”.
“Literalmente, el médico tenía una cosita de plata”,
testificó James E. Mitchell, uno de los arquitectos
del programa de tortura, la semana pasada en un tribunal militar en la
bahía de Guantánamo. El doctor, dijo, “registraría cuántas veces se vertió
agua” mientras que un guardia llevaba el tiempo en un cronómetro.
Pero los doctores de la CIA hicieron más que contar
las sesiones de “waterboarding”. Investigaciones gubernamentales y evidencia en las audiencias previas a los
juicios, de hombres, incluido el Sr. Mohammed, acusado de conspirar en los
ataques del 11 de septiembre del 2001, muestran que los doctores condujeron
“rehidratación anal”, realizaron revisiones en el recto, examinaron los pies y
las piernas hinchadas de los cautivos que se encontraban privados de sueño por
días estando encadenados en posiciones dolorosas.
Aquí en Guantánamo, en donde el
juez está escuchando el testimonio en la audiencia previa al juicio, para
decidir, entre otras cosas si los acusados en el caso del 11 de septiembre
fueron torturados, los procesos también están poniendo en el foco de atención
el rol de los doctores que trabajaron como oficiales médicos en el programa de
prisión de la agencia de inteligencia en el exterior.
“Los doctores estaban presentes en las interrogaciones
que fueron dañinas y que representaron peligro de muerte y eso viola el primer
principio de la ética médica: primero, no hagas daño”, dijo Stephen N. Xenakis,
un psiquiatra y general de la armada retirado, quien se describió como movido
con el testimonio acerca del doctor con el aparato de conteo. Estaba sentado en
el tribunal como consultor de uno de los abogados defensores.
El Dr. Xenakis dijo que el rol de los doctores de la
CIA en el programa estaba destinado a “proteger a las personas y mantenerlas
seguras”, no participar en interrogatorios.
Durante el testimonio el lunes, el Dr. Mitchell dijo
que “un doctor certificado por un panel” estaba en el cuarto para cada sesión
de “waterboarding” y monitoreó el nivel de saturación de oxígeno del Sr. Mohammed a través de un aparato
colocado en su dedo, medidor de pulso. El Dr. Mitchell dijo que colocó una playera
desgarrada sobre la nariz y boca del prisionero por cada una de las 183
instancias de “waterboarding”, llevadas todas a cabo por él y su socio John Bruce Jessen en el desarrollo del
programa de interrogación de la CIA.
El Dr. Mitchell primero ofreció su descripción del
doctor de la CIA con el aparato contador la semana pasada, mientras un abogado
defensor le mostraba el reporte del marzo del 2003 en el que venía descrita la quinceava
sesión de “waterboarding” del Sr. Mohammed. Él había sido privado de sueño por más de seis días, según el
reporte de la CIA. Doce litros de agua fueron vertidos en “aplicaciones acuosas
de dos de menos de cinco segundos, dos de diez, tres de quince, una de veinte,
una de veinticinco y una de cuarenta”, mencionaba el reporte.
Durante el “waterboarding”, el doctor también “requirió que solución salina fuera alternada con agua, para
evitar la intoxicación”, escribió el jefe de servicios médicos de la Agencia en
el 2007 en una cuenta anónima que fue desclasificada en el 2018.
“Repetidamente re examinó a KSM durante este periodo y fue impactado por cuánto
aguantó KSM la experiencia”.
Los lineamientos parcialmente redactados de las Oficinas de
Servicios Médicos de la CIA, con fecha de diciembre del 2004, mostraron que la
Agencia pidió que un médico estuviera presente en las “interrogaciones mejoradas”
excepto durante el “waterboarding”. Después, un verdadero doctor fue solicitado en el sitio, en caso en el que
ocurriera un paro respiratorio u otras complicaciones.
Esto es lo que, aparentemente, sucedió en agosto del
2002 cuando los doctores Mitchell y Jessen implementaron el “waterboarding”
en un prisionero conocido como Abu Zubaydah para quien diseñaron el programa
violento de interrogación.
El Sr. Zubaydah perdió la conciencia durante un “waterboarding” “burbujas saliendo de
su boca abierta”, según un estudio parcial desclasificado del programa de la
CIA por parte del Comité de Inteligencia del Senado.
Los doctores Mitchell y Jessen, que son psicólogos y
no médicos, lo manejaron por su cuenta, menciona el reporte, “con médicos
amigos acercándose al cuarto”.
Ninguno de estos oficiales médicos ha sido identificado públicamente. La CIA ha defendido repetidamente su uso de
rehidratación anal como una práctica médica legítima, y no como un castigo.
Pero un episodio gráfico, leído en el registro del
tribunal por un fiscal en el caso del 11 de septiembre a finales del 2018,
mostró que el procedimiento fue integrado en la interrogación del Sr. Mohammed
en Afganistán en marzo del 2003, antes de ser transferido a Polonia.
Un interrogador tratando de orillar al Sr. Mohammed a
que cooperara con él, le ordenó tomar un vaso con agua. Fue rechazado en dos
ocasiones, así que el prisionero fue llevado a otro cuarto, “colocado en una
sábana de plástico” y “un oficial médico rehidrató a Mohammed por el recto”.
El Sr. Mohammed “claramente odió el procedimiento”
según un recuento. “Cuando regresó al cuarto de interrogatorio obedeció y tomó agua”.
Después de que el uso de rehidratación rectal y
alimentación anal por parte de la CIA se hicieran públicos, el grupo Médicos
por los Derechos Humanos (Physicians for Human Rights) condenó esto como
“abuso sexual disfrazado como tratamiento médico”.
En las audiencias de la semana pasada, el Dr. Mitchell
describió que el interrogador que ordenó al hombre tomar agua fue el jefe de
interrogadores de la CIA, un empleado de la Agencia que subsecuentemente murió
de un ataque al corazón y la localización de ese episodio como una prisión de
la CIA cuyo nombre en código es Cobalt (o cobalto). También es conocida
como Salt Pit y estaba en Afganistán.
El Dr. Mitchell testificó el lunes que no sabía de la
práctica de la rehidratación y alimentación anal mientras que trabajó en los
sitios obscuros como interrogador contratista y psicólogo de la CIA y pensaba
que era “una mentira” cuando escuchó acerca de eso años después.
En el 2013, la Agencia defendió esta práctica.
“Personal médico que administró la rehidratación anal no
lo hizo como técnica de interrogación o como medio para denigrar un detenido,
sino que fue utilizada como una técnica conocida de tratamiento médico de
asuntos de salud”, decía en lo que una
larga protesta al Comité de Inteligencia del Senado, que alguna vez fue secreta.
El Dr. Mitchell testificó que visitó Cobalt en
una ocasión, en el 2002, y reportó que el jefe de interrogaciones se estaba
comportando más brutalmente de lo que la Agencia autorizó para interrogatorios.
A cierto punto, el Dr. Mitchell testificó que él y el
Dr. Jessen buscaron tratamiento médico para un prisionero en Cobalt que
más tarde moriría en detención, probablemente de hipotermia y fueron rechazados
por un médico asistente a cargo del cuidado médico que contestó que él no
curaba “terroristas”.
La CIA ha reconocido otros roles para su staff médico
durante interrogaciones, incluido el medir la hinchazón de las piernas de
prisioneros durante la privación de sueño, monitorear la respiración de
prisioneros encapuchados durante los vuelos de rendición y la conducción de
revisiones anales en prisioneros mientras dejan y llegan los sitios de detención.
En su recuento del 2007, el jefe de servicios médicos de la CIA también reconoció que durante “interrogaciones mejoradas”
los doctores no buscaron permiso de los detenidos encadenados y a veces encapuchados.
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