Algunos niños migrantes no reconocen a sus padres: las secuelas de la separación
Miriam Jordan, Katie Benner, Ron Nixon y Caitlin Dickerson
The New York Times.es
11 de julio de 2018
Milka Pablo, de 35 años, con su hija Darly, de 3, se
reunieron en Phoenix el martes después de haber pasado cuatro meses separadas. Credit Victor J. Blue para The New York Times |
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PHOENIX — Una madre esperó cuatro meses para poder volver a abrazar a su niño. Otra
tuvo que aguardar tres meses antes de volver a ver a su pequeña.
Esos encuentros finalmente se produjeron el martes en Phoenix, pero las madres
fueron recibidas con un llanto de temor por parte de sus hijos.
“No me reconoció”, dijo Mirce Alba López, de 31 años, sobre Éderson, su hijo de 3. “Mi
alegría se volvió tristeza”.
Sucedió lo mismo con Milka Pablo, de 35, y Darly, de 3. La niña gritó e intentó
liberarse del abrazo de su madre.
“Quiero a la miss, quiero a la miss“, gritó Darly, en referencia a la trabajadora social del albergue en el que vivió
desde que fueron separadas por agentes federales de Estados Unidos, en la
frontera sur de ese país.
Esas tristes reuniones, en acato a una orden judicial de California, sucedieron
después que el gobierno de Donald Trump dijo que soltará a cientos de familias
con grilletes electrónicos, con lo que se regresa a la política de capturar y
liberar que el mandatario había prometido eliminar el año pasado.
Frente a las órdenes judiciales que restringen las detenciones migratorias, los
funcionarios federales dijeron que no pueden mantener retenidas a todas las
familias arrestadas. Además, afirmaron que tampoco sugerirán que se formulen
cargos penales inmediatos contra los adultos que entran a Estados Unidos
acompañados de menores.
“Los padres de niños menores de 5 serán reunidos con ellos y después serán liberados
y registrados en un programa de detención alternativa”, dijo Matthew Albence,
un directivo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Albence explicó que eso significa que a los inmigrantes se les pondrán grilletes
electrónicos “y serán liberados en las comunidades”.
Los funcionarios tendrían que haber facilitado para el martes, una fecha límite
impuesta por las cortes, la reunificación de 102 niños menores de 5 años con
sus padres; pero solo se realizaron un tercio de esas reuniones para el 10 de
julio. Hay otra fecha límite el día 26 para reunir a todos los menores, sin
distinción de edad, con sus padres.
Denis Espinoza, de 33 años, con su hija
Carmen, de 13 meses, veinte días después de su separación Credit Victor J. Blue para The
New York Times |
Las reuniones que sí se celebraron fueron caóticas. A los padres se les advirtió
que los horarios de entrega de los menores iban a cambiar durante el día y
hasta la mañana del martes el Departamento de Salud y Servicios Humanos, que
está a cargo del bienestar de los menores migrantes detenidos, aún realizaba
las revisiones de antecedentes penales de los padres.
En Phoenix al caos se sumaron la confusión y el dolor emocional de madres como
Mirce Alba López y Milka Pablo.
En la estación de autobuses, sus hijos comenzaron a referirse entre ellos como
hermano y hermana, pero durante el día no usaron la palabra “Mami” con las
mujeres que estaban abrazándolos y alimentándolos.
Darly, quien ya había aprendido a usar el escusado antes de la separación, de nuevo
tuvo que usar pañales. Éderson insistía en comer solo Doritos.
“Quiero irme con mi hermanita”, dijo, y señaló a Carmen, de 13 meses de edad, quien
estaba en los brazos de Denis Espinoza, su padre hondureño quien fue liberado
con el grillete veinte días después de la separación.
“Mira”, dijo López, la madre de Éderson, “cree que esos son sus hermanos”.
Milka Pablo fue liberada con la condición
de que use un grillete electrónico en su tobillo. Credit Victor J. Blue para The
New York Times |
El Departamento de Justicia ha dicho que su política migratoria de tolerancia cero, enfocada en el
procesamiento judicial de cualquier adulto que ingrese a Estados Unidos de
manera ilegal sin necesariamente detenerlos, se mantiene. El fiscal general,
Jeff Sessions, ha dado a entender que esa postura busca disuadir a las personas
que quieran cruzar ilegalmente hacia Estados Unidos.
Trump ha criticado la medida de capturar y liberar desde hace años; la responsabiliza
de la violencia y los delitos cometidos por migrantes sin papeles durante
el gobierno de Barack Obama. Sin embargo, su gobierno también ha batallado con
las oleadas migratorias desde América Central y del Sur y, una vez que entran
al país, con procesar a esos migrantes de manera humana en el sistema legal.
Albence dijo que el grillete electrónico pretende monitorear a las familias liberadas,
pero que ICE podrá adoptar otros métodos para asegurarse de que los migrantes
se presenten ante las cortes. En total unas 80.000 personas que inmigraron
tienen grilletes, incluidos los que fueron liberados antes de que comenzara la
aplicación de la política de tolerancia cero en abril.
Mirce Alba López, de 31 años, dijo que Éderson, su hijo
de 3, tardó un rato en reconocerla cuando se reunieron en Phoenix. Credit Victor
J. Blue para The New York Times |
Poco después de que se implementó esa política comenzaron a divulgarse fotografías
de niños en jaulas y audios de menores llorando tras ser separados de sus
padres, lo que desató un furor público. En respuesta, Trump emitió el pasado 20
de junio una orden ejecutiva con la cual estableció que los menores ya
no pueden ser separados de familiares adultos. Debido a eso, el periodo de
arresto de esas personas se redujo a veinte días, en seguimiento a la sentencia
Flores, una decisión judicial de 1997.
El gobierno de Trump le pidió a la jueza Dolly Gee, en el tribunal del distrito
federal de Los Ángeles, que revise la sentencia para que los niños acompañados
por adultos puedan ser detenidos por más tiempo. También le solicitó al
Congreso que emita nuevas leyes para sortear el fallo judicial. La jueza se
rehusó a emitir enmienda alguna a la sentencia Flores, un pedido que calificó
de “cínico” y un intento de “trasladar la responsabilidad al ámbito judicial
después de veinte años de inacción legislativa y acciones ejecutivas mal
diseñadas que han resultado en el punto muerto actual”.
Está previsto que la Casa Blanca apele esta decisión pero, por el momento, no tiene
otra opción que liberar a las familias con los grilletes y esperar que se
presenten a las audiencias.
Un padre e hijo guatemaltecos que cruzaron de manera ilegal la frontera de México con Estados
Unidos tras su detención en San Diego, en junio Credit Jae C. Hong/Associated Press |
Chris Rickerd, abogado de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), dijo que
el gobierno de Trump es el que ha creado la actual crisis migratoria.
“Este gobierno es el que separa a los niños de sus familias. Y es este gobierno el que ha
adoptado la postura de tolerancia cero en momentos en que las cifras históricas
de inmigración ilegal han caído”, dijo Rickerd.
Los funcionarios no han aclarado si para la próxima fecha límite para la
reunificación, el 26 de julio, sí estarán juntas todas las familias separadas.
Chris Meekins, oficial de Salud y Servicios Humanos, indicó que hay
consideraciones de seguridad que explican el retraso.
“Puede que nuestro proceso no sea tan rápido como les gustaría a algunos, pero no hay
duda de que protege a los niños”, dijo Meekins en una llamada con reporteros.
Explicó que, en algunos casos, “si se hubiera reunificado a esos menores con
los adultos los habríamos puesto al cuidado de un violador, un secuestrador, un
abusador de menores y alguien acusado de homicidio en su país de origen”.
Pero el proceso mismo de la reunificación ya ha dejado claro lo traumática que es la
separación por la política de tolerancia cero.
A un padre hondureño al que le advirtieron al cruzar la frontera que podría ser
separado de su hijo le dieron la oportunidad de explicarle al niño lo que iba a
suceder y; cuando fueron reunidos, el niño se la pasó jugando y le hacía
preguntas.
Pero la historia fue otra para un padre al que no le dejaron avisarle a su hijo de 3
años que iban a separarlos. Abril Valdés, abogada de ambos casos, dijo que ese
niño dejó de hablar en cuanto fue retenido. Cuando se reunieron, en una oficina
migratoria en Michigan, el pequeño casi no pronunció palabra alguna y se rehusó
a usar los juguetes.
“Creo que tiene algo de estrés postraumático”, dijo Valdés.
Miriam Jordan reportó desde Phoenix, Katie Benner y Ron Nixon lo hicieron desde
Washington y Caitlin Dickerson, desde Nueva York. Manny Fernández colaboró con
el reportaje desde Houston, Maggie Haberman, desde Nueva York y Kirk Semple,
desde Ciudad de Guatemala.
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