Cuando la verdad es enemiga del
Estado
Michael Ratner * La Jornada 8 de junio de 2013
Lo que Bradley Manning hizo por su país es invaluable, y sin embargo tendrá
que pagar un alto precio. He ahí un joven soldado que arriesgó su futuro para
que los estadounidenses tuvieran oportunidad de ver el costo moral y humano de
las guerras que su gobierno ha lanzado. La información que reveló dio forma al
entendimiento en su país de las guerras actuales y de la forma en que los medios
reportan esos conflictos. Este cambio de percepción ha sido la causa en buena
medida de que los soldados estadounidenses por fin estén volviendo a su patria.
Y ahora Manning enfrenta una cadena perpetua y el cargo más grave en su contra
conlleva el potencial de una sentencia de muerte.
Los fiscales del gobierno intentarán probar que él tenía razones para creer
que sus acciones ayudarían al enemigo. En su testimonio rendido este año explicó
su motivación política argumentando que había esperado encender un debate
interno sobre las guerras actuales de Washington y que lo hizo con clara
conciencia.
En un signo revelador de lo parcial que será el proceso, la juez militar ya
decretó que casi todas las preguntas y evidencias que la defensa puede presentar
sobre la intenciones de Manning son irrelevantes al caso. También dispuso que
dos docenas de testigos de cargo rendirán declaración a puerta cerrada. Muchos
de estos testigos hablarán sobre documentos de Wikileaks que están
disponibles en todas partes, menos en el tribunal, porque aún son considerados
secretos por el gobierno.
Wikileaks y Julián Assange fueron mezclados en el alegato inicial de
los fiscales, con afirmaciones especulativas de que Manning recibía
instrucciones de Wikileaks y que buscaba revelar datos de la lista de
prioridades de Wikileaks. Su abogado reiteró que el soldado actuó por
cuenta propia, sin recibir dirección del sitio. La lista deprioridades era en
realidad una lista Wiki abierta, elaborada por grupos de derechos
humanos y otras organizaciones. Este esfuerzo por encuadrar a Julian Assange y
Wikileaks como conspiradores ha sido la estrategia del gobierno desde
un principio y ha tenido su rencarnación más reciente cuando la FBI afirmó en
una declaración escrita que el reportero James Rosen, de Fox News, conspiraba
con ellos o ayudó y alentó a su fuente. Por desgracia, esa parece ser la
peligrosa dirección que el gobierno está tomando en su afán por silenciar la
verdad.
La juez militar también ha determinado que los documentos y transcripciones
del tribunal, incluso de sus propias decisiones, seguirán estando fuera del
alcance de reporteros y del público en general. Partidarios de Manning se
cooperaron para contratar estenógrafas que compensaran la falta de
transcripciones, pero la semana pasada el tribunal les negó pases de prensa. El
pasado día 5 una las estenógrafas logró entrar cuando la Red de Apoyo a Bradley
Manning cedió su pase del día. No hay garantías de que se permitan estenógrafas
en audiencias futuras, y lo mismo se aplica a las 370 organizaciones de noticias
que han solicitado acceso, la mayoría de las cuales no lo obtuvieron.
El Centro por los Derechos Constitucionales ha presentado una demanda contra
la juez militar, en un intento por hacer públicos los documentos del caso. No
podemos permitir que el gobierno se salga con la suya con estos torpes
procedimientos diseñados para desalentar la cobertura informativa del más
importante juicio en torno a procesos de Estado desde los papeles del
Pentágono.
Todo aquel que se interese por el futuro de Estados Unidos necesita enterarse
de este caso e involucrarse en la defensa de Manning: presentar argumentos ante
el tribunal de la opinión pública, instar a los periódicos a someter a cuidadoso
escrutinio el manejo de este juicio e impulsar un debate público significativo
sobre la moralidad de las acciones de Manning.
La verdad es precondición de la rendición de cuentas gubernamentales. Bradley
Manning enfrenta el más severo castigo infligido a una fuente informativa en
este país porque la verdad misma se ha vuelto enemiga del Estado. Exponer la
verdad acerca de la mala conducta del gobierno no es ser traidor; traición es
dar la espalda a quienes dicen la verdad, como Manning.
*Michael Ratner es presidente emérito del Centro de Derechos
Constitucionales, que representa como abogado a Julian Assange y
Wikileaks, así como a otros periodistas y organizaciones noticiosas que
buscan hacer públicas las transcripciones del juicio a Manning.
(C) Truthout.org. Reprinted with permission (http://truth-out.org/opinion/item/16774-when-truth-becomes-an-enemy-of-the-state-bradley-manning-on-trial)
Traducción: Jorge Anaya
Enlaces:
Los cables sobre México en
WikiLeaks
Sitio especial de La Jornada sobre
WikiLeaks
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