¿Qué nos dice la disculpa a Omar
Khadr acerca de la impunidad de Estados Unidos?
Aliya Hana Hussain
Del Center for Constitutional Rights
21 de julio de 2017
Omar Khadr nunda debió haber sido llevado a Guantánamo.
A los quince años, cuando fue capturado, solo era un niño y su detención de una
década, perseguido por supuestos crímenes de guerra y su tortura, por parte del
gobierno de los Estados Unidos, fue ilegal. Aun así, quince años después, es
Canadá y no Estados Unidos, quien se hace responsable de su parte en el abuso,
cuando Khadr, ciudadano canadiense, fue llevado a Guantánamo, oficiales
federales canadienses lo
interrogaron. El gobierno de Canadá recientemente ofreció una disculpa
formal a Khadr pagándole 10.5
millones de dólares canadienses en daños, después de que se llegara a un
acuerdo, por la tortura sufrida cuando estuvo detenido. En 2010, la
Suprema Corte de Canadá determinó que las acciones de los oficiales
federales canadienses que interrogaron a Khadr violaron la ley canadiense de
trato de niños soldado y fueron cómplices de su tortura.
Ninguna disculpa o cantidad de dinero puede regresar el tiempo o eliminar las
cicatrices físicas y psicológicas de su experiencia, pero son escalones vitales
hacia la justicia. Como cientos de hombres que han sido liberados de prisión
desde el 2002, Khadr está tratando de seguir su vida después de Guantánamo. “En
este momento estoy enfocado en mi futuro”, dijo en una
entrevista reciente, añadiendo que espera que este sea un tiempo de
reconciliación, recuento y sanación”.
La indemnización para víctimas de tortura es un
derecho universal consagrado en la Convención de las Naciones Unidas contra la
tortura – hecho que no es tomado en cuenta por ambos críticos de la ampliamente
publicitada disculpa de Canadá y del gobierno de Estados Unidos. El presidente
Obama, que luchó por el cierre de Guantánamo y públicamente aceptó que “torturamos
algunos tipos”, fracasó en el mismo aliento en decir lo que hubiera sido
más importante: que sentía mucho haber torturado algunos tipos.
Substancialmente, fracasó para usar su poder abriendo alguna investigación
creíble para encontrar responsables a los oficiales de la era Bush culpables
del programa de tortura en cuestión. Por más de quince años, más de 700 hombres
han sido liberados de Guantánamo y hasta el día de hoy ninguno ha recibido
compensaciones o disculpas de parte de Estados Unidos.
La disculpa por parte de Canadá a Khadr es parte de una historia de complicada de
este país con la tortura post 11/9. Canadá condujo una extensiva comisión
pública de investigación de oficiales nacionales en la “rendición
extraordinaria” en el 2002 del cliente de CCR Maher
Arar a Siria, en donde fue torturado y detenido en condiciones brutales por
un año. En el 2007, el ex Primer Ministro Stephen Harper, parte del partido
conservador, formalmente
se disculpó con Arar, sirio-canadiense, otorgándole $10 millones para
calmar sus reclamos. En el 2011, cuando el presidente George W. Bush visitó
Canadá, CCR y el CCJI (Centro Canadiense Para la Justicia Internacional)
presentaron una
detallada acusación contra él con el abogado general por parte de cuatro
hombres que fueron detenidos y torturados por Estados Unidos. Bajo el principio
de la jurisdicción
universal, las partes que forman pate de la Convention Against Torture
(convención en contra de la tortura) están obligadas a investigar y procesar a
los responsables de la tortura presentes en el territorio, incluso si se
cometió en otro país. Canadá fracasó en hacerlo, Bush se fue sin ningún
problema y la CCR y CCIJ presentaron una denuncia con razones de procedimiento.
Mientras el gobierno canadiense hace este gesto
crucial hacia Khadr, la falta de responsabilidad y compensación por parte del
gobierno estadounidense a través de ahora ya tres administraciones se observa
contrastante. Desde el 11/9, CCR ha tratado en varias ocasiones de demandar a
los oficiales responsables por la tortura y abuso de detenidos, pero el
Congreso y las cortes han bloqueado sus esfuerzos para procesarlos. Las
víctimas a quienes se les ha negado ayuda por parte de Estados Unidos, han
tenido que buscarla en otros lados, en otros países y en cortes
internacionales, y con instituciones de derechos humanos como las Naciones
Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Ahora que Donald Trump es presidente, nos quedamos en
duda acerca de si algo parecido a justicia se verá para los sobrevivientes de
tortura. Trump dijo que la tortura “funciona
absolutamente” y en su campaña prometió llenar Guantánamo con “algunos
malos tipos”. Borradores de órdenes ejecutivas fueron filtrados a principios
del año, en donde se contemplaban los regresos de los sitios negros de la CIA,
la tortura y el empeoramiento de las condiciones en Guantánamo, que actualmente
alberga a cuarenta y un hombres. A principios de este mes, el procurador
general Jeff Sessions y su adjunto Rod Rosenstein, viajaron
a Guantánamo mostrando ninguna intención de que Trump pretenda terminar quince
años de detención indefinida y sin ley.
La historia reciente ha demostrado que ninguna rama
del gobierno de Estados Unidos apoya de manera significante encontrar
responsables cuando los que han sufrido son musulmanes, pero eso no significa
que nos detendremos. Responsabilidad significa tanto como encontrar la justicia
para los sobrevivientes y como estar seguros de que estos crímenes nunca se
repitan. Continuaremos luchando por la justicia en los juzgados y apoyando el movimiento global para resistirnos a la
normalización de la tortura en nombre de la “seguridad nacional” mientras la
administración de Trump acelera las maquinaciones de la máquina de guerra. Las
vidas de muchos como Omar Khadr cuentan con ello y también merecen su día en
corte y la oportunidad de seguir adelante.
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|