Preso en Guantánamo revela las dos caras de EEUU
Shaker Aamer
Cubadebate
18 de noviembre de 2013
Fue Halloween hace diez días en los Estados Unidos. Después de haber pasado los últimos 11 años en prisión de EE.UU. en
Guantánamo, Cuba, he aprendido bastante sobre la cultura estadounidense. Entiendo
que es habitual que las personas se vistan con máscaras y abracen diferentes
identidades durante una noche. En el Campo 5 de Guantánamo, las máscaras rara
vez se caen.
Veamos, por ejemplo, a uno de nuestros guardias militares aquí. Con 195 cm de
alto y 114 kilos, Biggie es el nombre que los presos le han dado. Soldado joven
de unos 20 años, Biggie puede ser muy cortés y servicial. A menudo hace
mandados para nosotros y nos habla con respeto. Pero Biggie es también el más
brutal de los guardias.
En febrero de este año, mis compañeros de prisión en Guantánamo y yo comenzamos
una huelga de hambre para protestar por el encarcelamiento indefinido sin
cargos. Yo también, rutinariamente, he participado en estas protestas
pacíficas, negándome a salir de mi celda o ir a la zona de recreo.
Un procedimiento conocido como “Forced Cell Extraction” (Extracción Forzada de
la Celda, FCE) se utiliza para transportar a los presos que protestan. Una
extracción típica comienza con el equipo de FCE golpeando mi cara contra el
suelo. Cuatro hombres me agarran las piernas y los brazos y un quinto toma mi
cabeza. El líder del equipo pone mis pies y mis brazos junto a mi espalda en un
solo punto, mientras los otros guardias presionan sobre mí, en ese mismo lugar,
con todo su peso.
Biggie es el líder del equipo de la FCE en mi pabellón. Él es el que casi rompe
mi espalda en cada extracción forzada. Él es también quien me pone las esposas
todo lo apretado que puede, corta las ligaduras de plástico y luego me somete a
un cacheo humillante. Tengo suerte si Biggie y el equipo de FCE me manejan solo
como a un saco de papas.
Recientemente le pregunté a Biggie sobre esta contradicción de su personalidad.
Su única respuesta es que él “simplemente hace lo que le dicen”.
A menudo reflexiono sobre cómo Biggie refleja las contradicciones de su país. Los
funcionarios estadounidenses electos me han tildado a mí y otros prisioneros
aquí como “lo peor de lo peor”. Nos llaman “terroristas”. Sin embargo, a pesar
de estas afirmaciones, no he sido acusado de un crimen ni se ha presentado
ninguna prueba que apoye mi encarcelamiento estos largos años. De hecho, las
administraciones de Bush y de Obama han ordenado mi liberación.
Por supuesto, Guantánamo no me define. Llegué aquí atado de manos y pies, con
unos extraños espejuelos cubriendo mis ojos y esperando la muerte. Hasta ese
momento, había sido solo un profesor de Inglés, un traductor, un voluntario de un
grupo humanitario residente en Gran Bretaña, un marido y padre de cuatro hijos.
Yo sé quién soy. Pregunto al pueblo estadounidense cuál es el verdadero rostro
de su país – el bueno o el malo. Rezo para que los estadounidenses no sigan
permitiendo que sus semejantes sufran tales atrocidades en nombre de la
seguridad. Sueño con que van a encontrar la fuerza para desafiar pacíficamente
el poder. Y espero que en sus acciones muestran más humanidad que la que
nosotros hemos visto.
Publicado originalmente en Al Jazeera
(Traducido por Cubadebate)
Shaker Aamer es el último residente del Reino Unido que queda preso en
Guantánamo, Cuba . Él ha estado en custodia de los EE.UU. desde 2002 y fue uno
de los primeros detenidos trasladados a Guantánamo y lleva el número de serie
ISN 239 . Este artículo fue proporcionado por su equipo legal de la Escuela de
Leyes de CUNY.
Fuente: http://www.cubadebate.cu/especiales/2013/11/18/preso-en-guantanamo-revela-las-dos-caras-de-eeuu/
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