Las palabras de un criminal de guerra
14 de agosto de 2009 Kenneth J. Theisen y Stephanie Tang
Está bien aplastar los testículos de un niño:
Cassel: Si el presidente decide que tiene que torturar a
alguien, por ejemplo aplastando los testículos de su hijo, ¿no hay ninguna ley
con que se le puede parar?
Yoo: No hay tratado…
Cassel: Ni una ley del Congreso… así escribió en el
memorando de agosto de 2002…
Yoo: Creo que depende de por qué el presidente cree que
tiene que hacerlo.
(1 de diciembre de 2005, Chicago: Yoo participó en un debate con Doug Cassel,
profesor de la Universidad de Notre Dame y experto en derechos humanos..)
¿Qué constituye la tortura?
En una nota del 1 de agosto de 2002, Yoo define la tortura como el dolor
físico que sea “equivalente en intensidad al dolor que acompaña un serio daño
físico, como la insuficiencia de un órgano, problemas de función corporal, o
hasta la muerte.” Su definición estrecha causó que la tortura se usaba
rutinariamente tanto por agencias de inteligencia como de militares.
¿Puede el Congreso poner límites a la conducta de las
interrogaciones?
“Cualquier esfuerzo del Congreso para regular la interrogación de
combatientes enemigos violaría el la autoridad como comandante en jefe que la
Constitución invistió únicamente al presidente.... El Congreso no puede
interferir con la conducta presidencial de la interrogación de combatientes
enemigos, de la misma manera que no puede dictar decisiones estratégicas o
tácticas en el campo de batalla.”
La defensa contra el procesamiento criminal – si el presidente dice que
está bien, así lo es
“Si un acusado gubernamental lesionaba a un combatiente enemigo durante una
interrogación de una manera que posiblemente violara una prohibición criminal,
lo habría hecho a fin de prevenir ataques adicionales contra Estados Unidos por
la red terrorista de al Qaeda. En tal caso, creemos que él podría argumentar que
la autoridad constitucional del poder ejecutivo de proteger la nación del ataque
justificara sus acciones.”
Los memorandos de Yoo dieron una “escapatoria legal”
a los crímenes del régimen de Bush
Yoo escribió, en total o en parte, muchos memorandos que proporcionaron una
asesoría “legal” al poder ejecutivo mientras trabajaba en la Dependencia de
Asesoría Legal (OLC, por sus siglas en inglés). La OLC es generalmente la
"palabra final” en cuanto a lo que es legal o ilegal para el poder ejecutivo, y
por eso sus memorandos eran muy críticos para que el régimen de Bush siguiera
con su programa. Le pidieron escribirlos para darle al régimen de Bush una
escapatoria con la cual podía realizar varios delitos. Mucha gente se refiere a
esos memorandos legales como una especie de “tarjeta de salir de la cárcel sin
pagar nada” porque reducen la probabilidad de procesar a quien se vale de ellos,
aun si haya cometido delitos. Los acusados pueden presentar los memorandos
legales como defensa. (La mayoría de los memorandos de Yoo están en: http://en.wikipedia.org/wiki/John_Yoo.)
(en inglés)
El memorando de Bybee: Dar la luz verde a la
tortura
Después de capturar a presuntos altos miembros de al Qaida, la CIA solicitó
la asesoría legal de la administración de Bush en cuanto a lo que fuera
aceptable durante la interrogación, para ver qué tan severamente se podía
torturar a los presos sin temer ser procesado. Alberto Gonzáles le ordenó a la
OLC elaborar una respuesta. La OLC redactó una respuesta que fue firmada por Jay
Bybee. (Se cree que John Yoo, con la ayuda de David Addington, era el verdadero
autor principal.)
Ese documento es el primero, hasta lo que se sabe, que utilizara la
definición de Yoo de que el dolor físico tiene que ser “equivalente en
intensidad al dolor que acompaña un serio daño físico, como la insuficiencia de
un órgano, problemas de función corporal, o hasta la muerte.” Agrega que el
dolor mental "debe causar un daño psicológico significativo por un tiempo
significativo, p.ej. que dure meses o hasta años," y tiene que ser el resultado
de una de las causas específicas del dolor mental mencionado en 18 USC 2340, "a
saber: amenazas de muerte inminente; amenazas de imponer un tipo de dolor que
llegue a ser una tortura física; la imposición de ese dolor físico como medio de
tortura psicológica; el uso de medicinas u otros procedimientos diseñados para
trastornar profundamente los sentidos o cambiar fundamentalmente la personalidad
de la persona; o amenazas de aplicar cualquiera de esas técnicas a un tercero."
El documento afirma que aun cuando un acto sea "cruel, inhumano, o
degradante," ese acto no inflige necesariamente el nivel de dolor prohibido por
18 USC 2340, y por eso el interrogador no está sujeto al procesamiento criminal.
Agrega que un argumento "de necesidad o defensa propia puede justificar métodos
de interrogación" que violan 18 USC 2340. En esencia, el memorando da la luz
verde para usar la tortura y la CIA entonces empezó a usar la tortura en sus
interrogaciones, incluso el uso extenso del submarino.
Gente real que cayó víctima de las opiniones legales de Yoo
Déjenos conocer a sólo tres víctimas de los memorandos de Yoo de apoyo a la
tortura.
Mohammed el Gharani tenía sólo 14 años cuando los militares
estadounidenses lo acusaron de ser parte de Al-Qaida. Lo detuvieron en Pakistán
y lo mandaron a Guantánamo, donde quedó detenido hasta enero de 2009 cuando un
juez federal dictó que no había pruebas creíbles en su contra y mandó que lo
pusieran en libertad. Los abogados de el Gharani señalaron ante el tribunal que
hubiera tenido 11 años en 1998, cuando lo acusaron ser parte de una célula de
Al-Qaida en Inglaterra. Él no es el único menor detenido en Guantánamo o en
otras mazmorras bajo el mando de los militares estadounidenses. Pero Yoo y otros
abogados del régimen de Bush dijeron que él y otros presos no tenían derecho a
las protecciones de las leyes internacionales ni estadounidenses. A los presos
de esas mazmorras lo han torturado. En muchos casos los han asesinado o han
muerto como resultado directo de su tratamiento a manos de las autoridades
estadounidenses.
Jose Padilla es un ciudadano estadounidense que fue detenido el
8 de mayo de 2002. El presidente Bush le denominó “un combatiente enemigo
ilegal.” De acuerdo a los memorandos de Yoo, esa declaración permitió que el
gobierno lo detuviera indefinidamente sin recurso a las protecciones
constitucionales ordinarias que se le permiten a un acusado. Como resultado, a
Padilla lo mantuvieron incomunicado, en aislamiento, durante años, sujeto a
torturas y abusos. Ese tratamiento le ha causado no sólo dolor físico, sino una
extrema ansiedad emocional y mental, hasta el punto de que sus abogados
defensores dijeron que no tenía la capacidad mental para ser procesado. Padilla
le han demandado a Yoo con el argumento de su tortura fue el resultado de los
memorandos de Yoo.
Mohammed Jawad, como el Gharani, es otro de los cientos de
niños detenidos y torturados por el estado tortura de Bush y Cheney. Jawad tenía
12 o 13 años cuando lo encarcelaron en Guantánamo, y ha pasado 6 años ahí
sufriendo torturas inhumanas. Instamos a los lectores a leer
los archivos de la ACLU en su defensa y buscar los hechos sobre este ejemplo
desgarrador de la guerra de terror que hace Estados Unidos.
La historia de Mohammed Jawad de por sí le obligará a preguntar: ¿quién es
responsable por esos delitos indecibles, y qué podemos hacer para poner un alto
a ellos y llevar a los criminales a la justicia?
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