El número de soldados que se suicidan es mayor que el de los militares
muertos en Afganistán desde 2001
Alberto Tundo Peacereporter 23 de noviembre de 2010
Traducción Susana Merino
Y la lista sigue creciendo, inexorablemente. Contiene los nombres que
regresaron a casa desde las trincheras de la guerra al terrorismo pero habiendo
perdido el control de sí mismos, una guerra que ha dejado más muertos que la
misión usamericana en Afganistán.
Las cifras del drama . Son más de 1100 los veteranos usamericanos que
se han suicidado entre 2005 y 2009. Es lo que revelan las cifras difusas del
Departamento de Defensa (Department of Defense, Dod) que precisan además que se
trata de una aproximación por defecto y que no existen datos completos de un
fenómeno que se ha convertido en una emergencia nacional. Ni siquiera los
Talibán y los señores de la guerra afganos han logrado infligir efectivamente al
ejército usamericano, durante los ocho años que dura el conflicto, un golpe más
duro que el que han provocado una mezcla de depresión y soledad. Lamentablemente
la situación no da tampoco señas de mejorar.
Los números hablan de un fenómeno en rápido crecimiento. El Dod ha
contabilizado 267 suicidios en 2008 y 309 el año siguiente. Pero el Departamento
de Asuntos de Veteranos (DVA) proporciona diferentes cifras, todavía más
inquietantes hasta llegar solo en el 2009 a 707 suicidios, de los cuales 98
personas a cargo de veteranos al regreso de Irak y de Afganistán. Otros 10.675
soldados solo llegaron al intento de suicidio de los cuales 1.868 habían
combatido en los dos principales frentes abiertos por Washington en la lucha
contra el terrorismo. Para generalizar aproximadamente un 20% de los 30 mil
personas que decidieron quitarse la vida en los EEUU, son veteranos. Más de 6
mil soldados por año, 18 por día. La estadísticas reflejan que la tasa de
suicidios entre la población civil es del 11,1% cada 100 mil habitantes y entre
los militares el 12,5%
La respuesta de Washington . Hace años que suena la alarma, más
precisamente desde 2003, cuando comenzaron a llegar a las oficinas de los altos
jefes los primeros informes mostrando esta preocupante tendencia dentro de las
Fuerzas Armadas. Desde ese entonces fue puesto de manifiesto el vínculo entre el
aumento de suicidios y las misiones en Irak y Afganistán. Y Washington, debe
decirse, reaccionó inmediatamente eligiendo el camino del tratamiento de la
salud mental.En 2004 el DVA aprobó el Comprehensive Menthal Health Strategic
Plan con el objeto de reducir la cantidad de soldados que decidían poner fin a
su vida. El Departamento continuó luego incorporando especialistas en salud
mental contando hoy en día con 20 mil especialistas entre médicos y asistentes.
Desde julio de 2007 fue instalada una línea telefónica gratuita destinada a los
veteranos con intenciones suicidas que atienden expertos dispuestos a
proporcionar ayuda de inmediato aunque solo a través del teléfono. El número de
la esperanza es 1 800 273 (8255), opción 1. Según lo expresado por la doctora
Janet Kemp coordinadora del programa anti suicidios del Departamento para los
veteranos, todos los meses llegan a ese teléfono más de 10 mil llamados. Hasta
ahora viene salvando otras 7 mil vidas. Y desde julio de 2008, el servicio ha
incorporado también sus actividades a las redes sociales, a través de la
creación de un chat abierto en una sección específica del sitio de la DVA: allí
los soldados deprimidos o sus amigos y conocidos pueden chatear anónimamente,
alertar sobre casos y solicitar ayuda.
El perfil del suicida. Luego está la extensa red capilar de centros
médicos del Departamento de Veteranos. El de Denver, recibió del ejército este
año 17 millones de dólares para poner en marcha, junto a la Universidad del
Estado de Florida, la conformación de un centro de investigaciones sobre
suicidios de militares. El objetivo es trazar un perfil lo más exacto posible
del soldado en riesgo, de manera de poder atenderlo de inmediato. Ya se sabe
cuales son las potenciales víctimas: preferentemente varones, muy jóvenes entre
18 y 29 años, muchachos que no tienen aún un proyecto de vida en el que
reinsertarse al regreso de la guerra.
El regreso es el detonante: los traumas que les ha infligido el
conflicto se encienden y se amplían al enfrentar la nueva realidad. Entonces el
soldado se halla solo, sin un grupo de apoyo y termina siendo prisionero de sus
propios demonios flanqueados por el alcohol y la droga. Pero los problemas
mentales que han acosado a muchos veteranos se han visto agravados por la crisis
económica. por la falta de trabajo y la pérdida de la casa. Por tales motivos el
ejército usamericano está tratando de construir una red de asistencia destinada
a acoger al soldado a su regreso de la misión. Su importancia la conoce muy bien
y la explica en palabras sencillas Eric Shinseki, héroe de Vietnam y actualmente
jefe del DVA: “Se pueden curar y suturar las heridas del cuerpo pero las del
espíritu no tienen la misma solución.”
http://it.peacereporter.net/articolo/25349/Stati+Uniti%2C+il+dramma+silenzioso+dei+reduci
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|