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El gobierno de Estados Unidos expulsa a México a niños migrantes de otros países

Un correo electrónico interno de la Patrulla Fronteriza decía que las transferencias violaban las políticas del gobierno estadounidense. Los niños centroamericanos generalmente no tienen familia que los acoja en México.

Un oficial de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos guía a los solicitantes de asilo a través del puente internacional desde Nuevo Laredo, México, hacia Estados Unidos.

Un oficial de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos guía a los solicitantes de asilo a través del puente internacional desde Nuevo Laredo, México, hacia Estados Unidos. Credit... Fernando Llano/Associated Press

Caitlin Dickerson
The New York Times EN ESPAÑOL
30 de octubre de 2020

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Las autoridades fronterizas de Estados Unidos han estado expulsando a México a niños migrantes de otros países, lo que viola un acuerdo diplomático con México y desafía los límites de las leyes de inmigración y de bienestar infantil.

Las expulsiones, que quedan de manifiesto en un correo electrónico interno muy crítico de un alto funcionario de la Patrulla Fronteriza, se han producido bajo una agresiva política de cierre de la frontera que el gobierno de Donald Trump ha dicho que es necesaria para evitar que el coronavirus se propague a Estados Unidos. Pero entran en conflicto con los términos en los que el gobierno mexicano acordó ayudar a implementar la orden. Según lo acordado, solo los niños mexicanos y otros menores que contaran con la supervisión de un adulto podrían ser devueltos a México después de intentar cruzar la frontera.

Las expulsiones ponen en peligro a niños de países como Guatemala, Honduras y El Salvador pues los envían a un país en el que no tienen conexiones familiares sin un adulto que los acompañe. La mayoría de los menores parecen haber quedado, al menos en principio, al cuidado de las autoridades de protección infantil de México, que supervisan los refugios administrados por organizaciones religiosas y otros grupos privados.

Las expulsiones, que parecen ser más de 200 en los últimos ocho meses, reflejan la naturaleza azarosa con la que se han introducido muchas de las políticas de inmigración más agresivas del actual gobierno estadounidense. En muchos casos, han dado lugar a que haya niños pequeños transitando entre los organismos gubernamentales de Estados Unidos y, ahora, entre los gobiernos de países que les son ajenos. Desde hace años, el manejo de los niños migrantes por parte del gobierno de Trump ha dejado a miembros de familias separados durante meses y sin posibilidad de comunicarse.

Un informe presentado a los tribunales a principios de este mes reveló que no han podido localizarse los padres de 545 de dichos niños que se encuentran en Estados Unidos, algunos de ellos separados de sus familias desde 2017.

En virtud de los acuerdos diplomáticos vigentes y de las políticas de Estados Unidos, se supone que los niños que no sean mexicanos deben ser trasladados en vuelos operados por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por su sigla en inglés) a sus países de origen, donde puedan reunirse con sus familias.

Los rumores de que se está expulsando a México a niños de otros países han inquietado a los trabajadores de organizaciones sin fines de lucro que abogan por el bienestar de los niños en México y Estados Unidos. Pero localizar a estos niños ha resultado difícil debido a los informes incompletos de las autoridades del gobierno mexicano.

Sin embargo, en un correo electrónico del jefe adjunto de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, Eduardo Sanchez, obtenido por The New York Times, queda claro que tales transferencias no solo han ocurrido, sino que son una clara violación de la política de Estados Unidos.

“Recientemente, hemos identificado varios casos sospechosos en los que menores solos [SM, por la sigla en inglés] de países distintos a México han sido expulsados a través de los puertos de entrada en lugar de ser remitidos a Operaciones Aéreas de ICE para vuelos de expulsión”, escribió Sanchez.

En referencia al estatuto federal de salud pública en el que se basa la política de cierre de fronteras del gobierno, continuó: “Por favor, tengan en cuenta que, de no corregirse, estas acciones pondrán en gran peligro las operaciones del Título 42 y deben cesar inmediatamente. Reiteramos que bajo ninguna circunstancia debe ser expulsado intencionadamente un SM de otro país que no sea México”.

Niños guatemaltecos a su llegada a Ciudad de Guatemala después de haber sido deportados de Estados Unidos en 2019. Según los acuerdos y políticas existentes, se supone que los niños de países distintos a México deben volver vía aérea a sus países de origen para reunirse con sus familias.

Niños guatemaltecos a su llegada a Ciudad de Guatemala después de haber sido deportados de Estados Unidos en 2019. Según los acuerdos y políticas existentes, se supone que los niños de países distintos a México deben volver vía aérea a sus países de origen para reunirse con sus familias. Credit... John Moore/Getty Images

Brian Hastings, jefe de la Patrulla Fronteriza del sector del Valle del Río Grande, reconoció en una entrevista que se habían enviado de vuelta a México niños que no eran mexicanos.

Hastings dijo que, sin la política de regresar de manera rápida a los migrantes por las normas de la pandemia, “tendríamos cantidades masivas de infecciones, cantidades masivas de contacto y, repito, llenaríamos un hospital”. Dijo que los agentes fronterizos deben comunicarse con la oficina consular mexicana cada vez que se expulsa a un menor no acompañado.

Y Mark Morgan, el comisionado en funciones de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, reconoció en una entrevista distinta esta semana que tales expulsiones violarían un acuerdo entre México y Estados Unidos. “Eso no forma parte de su política”, dijo Morgan sobre México.

La pandemia del coronavirus creó una oportunidad para que el gobierno de Trump promulgara las restricciones fronterizas más estrictas de su mandato hasta el momento. Desde entonces, miles de niños han sido expulsados rápidamente a sus países de origen tras cruzar la frontera con Estados Unidos, lo que supone un cambio con respecto a las prácticas establecidas durante años, en virtud de las cuales los niños que viajaban sin tutores eran transferidos a un sistema de acogida del gobierno estadounidense. Ahí eran asignados con trabajadores sociales que buscaban reunirlos con patrocinadores estadounidenses mientras sus casos de asilo llegaban a los tribunales.

Contrariamente a esa política, los niños expulsados durante la pandemia fueron retenidos solo brevemente en instalaciones de la Patrulla Fronteriza o en hoteles antes de ser enviados a sus países de origen, a menudo sin ninguna notificación previa a las familias. Algunos han tenido que pedir prestados teléfonos celulares cuando llegan a los aeropuertos para llamar a los familiares que puedan estar dispuestos a acogerlos.

Las últimas expulsiones añaden una nueva complicación, tal vez más devastadora, que crea aún más confusión a las familias de Centroamérica y otros lugares que pueden estar buscando a sus hijos.

Es posible que algunos niños expulsados hayan tenido familiares en México que estaban a la espera de entrar en Estados Unidos, pero las autoridades mexicanas no proporcionaron información sobre los niños entregados a sus refugios.

Los abogados de la American Civil Liberties Union impugnan la práctica de expulsar a los niños migrantes en un tribunal federal, al argumentar que viola las leyes de bienestar infantil, como la Ley de Protección de Víctimas de Tráfico, así como las leyes nacionales de inmigración, que requieren protecciones especiales para los menores que viajan sin la compañía de un adulto.

“Incluso al margen de la ilegalidad general del Título 42, bajo las leyes de inmigración también resulta ilegal expulsar a un niño no mexicano a México”, dijo Lee Gelernt, abogado principal del caso.

Recientemente, el gobierno ha comenzado a referirse a los niños migrantes que cruzan la frontera solos de manera diferente: como “menor solo” en lugar de “niños extranjeros no acompañados”. El cambio en el lenguaje refuerza la idea de que mientras siga vigente el cierre de la frontera relacionado con la pandemia, estos niños no son susceptibles de recibir las protecciones legales que de otro modo tendrían a su disposición.

De acuerdo con información pública, las autoridades de Estados Unidos han expulsado a más de 200.000 personas desde que se puso en marcha el cierre fronterizo por motivos sanitarios, pero el gobierno no respondió cuántos de ellos eran menores ni cuántos de ellos fueron devueltos a México. En diciembre, las autoridades fronterizas reconocieron en una corte federal que al menos 8800 niños habían sido expulsados de Estados Unidos desde marzo.

La organización de derechos humanos Women’s Refugee Commission presentó una solicitud de acceso a la información a las autoridades mexicanas y recibió datos que sugieren que al menos 208 niños centroamericanos fueron puestos en custodia de las autoridades mexicanas entre el 21 de marzo y el 5 de junio de este año.

Las autoridades de protección infantil en México no respondieron a los pedidos de comentario.

Zolan Kanno-Youngs colaboró con la reportería.

Caitlin Dickerson es reportera para temas de migración, con sede en Nueva York, y es ganadora de un premio Peabody. Ha escrito reportajes sobre las políticas de asilo, detención y deportación en Estados Unidos así como el trato a los niños inmigrantes en custodia gubernamental. @itscaitlinhd


 

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