Médicos Sin Fronteras: “Incluso la
guerra tiene reglas”
MSF
7 de octubre de 2015
Un miembro del personal de MSF camina por el centro de trauma de Kunduz,
horas después de que fuese gravemente dañado por los bombardeos del sábado 3 de
octubre de 2015.
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MSF demanda a los Estados de la Comisión Internacional Humanitaria de
Encuesta a la apertura de una investigación sobre el bombardeo de su hospital
en Afganistán.
Intervención de la doctora Joanne Liu, presidenta internacional de Médicos
Sin Fronteras. 7 de octubre de 2015, Palacio de las Naciones, Ginebra, Suiza.
El sábado por la mañana, los pacientes y el personal de Médicos Sin Fronteras
(MSF) fallecidos en Kunduz se sumaron a la incalculable cantidad de personas
que, en zonas de conflicto, han muerto en todo el mundo, y a las que se hace
referencia como ‘daños colaterales’ o como una ‘consecuencia inevitable de la
guerra’. El Derecho Internacional Humanitario no se trata de 'errores'. Se trata de intención, de hechos y de por qué.
El ataque de Estados Unidos al hospital de MSF en Kunduz supone la mayor pérdida
de vidas humanas para nuestra organización provocada por un ataque aéreo.
Decenas de miles de personas en Kunduz ya no pueden recibir atención médica en
el momento en el que más lo necesitan. Hoy decimos: Basta. Ya es suficiente.
Incluso la guerra tiene reglas.
En Kunduz nuestros pacientes agonizaron calcinados en sus camas. Médicos,
enfermeros y otros profesionales de MSF murieron mientras trabajaban. Nuestros
compañeros tuvieron que realizar cirugías los unos a los otros. Uno de nuestros
doctores murió sobre una improvisada mesa de operación, que no era más que un
escritorio de oficina, mientras sus compañeros trataban de salvar su vida.
Hoy rendimos homenaje a los que fallecieron en este repugnante ataque.
Y también rendimos homenaje al personal de MSF que, mientras veía como
sus compañeros morían y con su hospital aún en llamas, continuaban atendiendo a
los heridos.
Esto no ha sido sólo un ataque a nuestro hospital, ha sido un
ataque a los Convenios de Ginebra que no se puede tolerar.
Estos convenios regulan las reglas de la guerra y se establecieron para proteger
a los civiles en los conflictos, incluyendo a pacientes, personal médico e
instalaciones sanitarias. Son los que ponen un poco de humanidad en medio de
una situación inhumana.
Los Convenios de Ginebra no son solo un marco jurídico abstracto,
son la diferencia entre la vida y la muerte para los equipos médicos que
están en primera línea de batalla. Son los que permiten que los pacientes
tengan acceso a nuestras instalaciones sanitarias de manera segura y lo que nos
permite proporcionar atención médica sin ser objetivo de guerra.
Precisamente, porque atacar hospitales en zonas de guerra está prohibido, suponíamos que
estábamos protegidos. Y, sin embargo, 10 pacientes, incluidos 3 niños, y 12
miembros de MSF, murieron por estos ataques aéreos.
Los hechos y las circunstancias de este ataque deben ser investigados de forma
independiente e imparcial, sobre todo dadas las inconsistencias de las
explicaciones por parte de EE. UU. y Afganistán respecto a lo sucedido en los
últimos días. No podemos confiar solo en las investigaciones militares internas
efectuadas por Estados Unidos, la OTAN y las fuerzas afganas.
Hoy anunciamos que aspiramos a la puesta en marcha de una investigación sobre el
ataque de Kunduz por parte de la Comisión Internacional Humanitaria de Encuesta.
Esta Comisión se estableció en los Protocolos Adicionales de los Convenios de Ginebra
y es el único órgano permanente creado específicamente para investigar violaciones del Derecho Internacional
Humanitario. Por ello, pedimos a los Estados signatarios que activen la Comisión para
esclarecer la verdad y para reafirmar el estatus de protección de los hospitales en zonas en
conflicto.
Aunque esta Comisión existe desde 1991, aún no ha
sido utilizada. Se requiere que uno de los 76 Estados firmantes auspicie una investigación.
Los gobiernos hasta ahora han sido demasiado condescendientes o han tenido
miedo de sentar un precedente. La herramienta existe y es hora de que se
active.
Es intolerable que los Estados se escondan detrás de ‘pactos de caballeros’. Al hacerlo, crean un ambiente de
impunidad y de libertad para hacer cualquier cosa. Es inaceptable que el
bombardeo de un hospital y la muerte de personal y de pacientes se despache
como daño colateral, o se deje de lado como un simple error.
Hoy luchamos por el respeto de los Convenios de Ginebra.
Como médicos luchamos por el bien de nuestros pacientes.
Los necesitamos, como parte de la opinión pública y la ciudadanía, para que juntos
insistamos: incluso la guerra tiene reglas.
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