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Más de 160 mil archivos sobre actividades sospechosas, en el banco de datos Guardián

Miles de ciudadanos y residentes en EU, bajo la mira de sistema de espionaje coordinado por FBI

La vigilancia doméstica, en marcha tras el 11-S; se emplea tecnología usada en Irak y Afganistán: Post

David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de diciembre de 2010, p. 29

Nueva York, 21 diciembre. Estados Unidos construye un vasto aparato de inteligencia doméstica que será el sistema de vigilancia más grande y tecnológicamente avanzado de su historia, el que recaudará información sobre miles de ciudadanos y residentes –muchos de los cuales no han sido acusados de delitos– mediante autoridades locales y federales bajo la justificación de la lucha antiterrorista, reporta el Washington Post.

Todo este sistema sin precedente se construye ante advertencias del gobierno estadunidense de la amenaza creciente de terroristas domésticos, o sea, de ciudadanos y residentes de este país.

El extenso reportaje de investigación de Dana Priest y William Arkin afirma que el objetivo del sistema es que toda agencia de seguridad pública estatal y local de Estados Unidos nutra con información a Washington para ayudar en el esfuerzo antiterrorista nacional coordinado por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).

La investigación periodística describe una red de 4 mil 58 agencias federales, estatales y locales –con 935 de éstas creadas después de los atentados de 2001– dedicadas a monitorear a la ciudadanía de este país. Además revela cómo se emplean tecnologías diseñadas para campos de batalla en Irak y Afganistán en este sistema doméstico, y que la FBI compila un masivo banco de datos con nombres e información personal de miles de ciudadanos y residentes en este país que hayan sido señalados como sospechosos por algún oficial o ciudadano.

A la vez, este sistema de inteligencia interna forma parte de un aún más masivo aparato gubernamental secreto con alcance mundial que ha desarrollado Estados Unidos después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, según la investigación periodística de dos años realizada por el Post, y que se publicó como parte de esta serie anteriormente.

Este gobierno secreto está conformado por mil 271 organizaciones gubernamentales, mil 931 empresas privadas dedicadas a la industria de seguridad pública e inteligencia y en el cual trabajan, se calcula, unos 854 mil individuos con autorización top secret. Sus sedes están en más de 10 mil ubicaciones en todo el territorio de Estados Unidos.

Junto con su componente de vigilancia del terrorismo doméstico, Priest y Arkin escribieron que “el mundo top secret que el gobierno creó en respuesta a los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 se ha vuelto tan grande, tan abultado y tan secreto que nadie sabe cuánto dinero cuesta al país, qué cantidad de personas emplea, cuántos programas existen al interior de él o cuántas agencias hacen el mismo trabajo”.

Argumentan que por ello, no sólo todo esto se ha ocultado al público, sino que carece de plena supervisión. Además, el resultado del crecimiento de este aparato secreto sin precedente es que el sistema establecido para mantener seguro a Estados Unidos es tan masivo que es imposible determinar su efectividad.

Sin embargo, altos funcionarios de la administración del presidente Barack Obama reiteran que todo lo anterior es necesario ante la creciente amenaza de estadunidenses que participan o están vinculados con organizaciones terroristas extranjeras.

Esta semana, el procurador general de Estados Unidos, Eric Holder, afirmó en un programa de ABC News que “la amenaza ha cambiado de simplemente preocuparse sobre extranjeros que llegan aquí a preocuparse de gente dentro de Estados Unidos –ciudadanos estadunidenses criados y nacidos aquí, y quienes por cualquier razón han decidido que se radicalizarán y tomarán las armas contra la nación en que nacieron”.

Agregó que no había gran preocupación sobre lo anterior hace solamente dos años e informó que en los últimos 24 meses se han presentado acusaciones criminales relacionadas con el terrorismo contra 126 individuos en este país, 50 de los cuales son ciudadanos estadunidenses.

La funcionaria de más alto perfil vinculada con este esfuerzo de monitoreo interno de los ciudadanos estadunidenses es la secretaria de Seguridad Interna Janet Napolitano, quien cuando era gobernadora del estado de Arizona ordenó construir uno de los sistemas de inteligencia más ambiciosos en sus esfuerzos para detener el flujo de drogas e inmigrantes.

Ella ha presentado el esfuerzo nacional de inteligencia domestica como algo comparable con los de la guerra fría para renovar los conceptos de defensa civil, ahora no ante la amenaza comunista interna, sino el terrorismo dentro de las fronteras estadunidenses.

En este sistema que se continúa ampliando, múltiples tipos de información –desde registros de huellas digitales, fotografías, videos e información biométrica e informes sobre actividades sospechosas– se almacenan en un banco de datos de la FBI en West Virginia, más otro repositorio en el edificio matriz de esa agencia en Washington, el cual cuenta con archivos sobre decenas de miles de personas de Estados Unidos que no han sido acusadas de delito alguno pero han sido de alguna manera acusados de actuar de manera sospechosa por algún policía, incluyendo los de tránsito, y hasta por un vecino.

Hasta la fecha, reporta el Post, hay 161 mil 948 archivos de actividad sospechosa en el banco de datos conocido como Guardián.

El periódico señala que hay diversos críticos de la creación de esta burocracia secreta, tanto por la preocupación de posible abuso contra los derechos civiles por el gobierno como por ex funcionarios de inteligencia que cuestionan si algo tan poco manejable y con una masa de información tan extensa es la forma mas efectiva para proteger a Estados Unidos de posibles actos terroristas.

Mientras tanto, otros medios de comunicación, como la revista The Nation, temen que un gobierno cada vez más secreto se transforme en amenaza a los fundamentos básicos de la democracia.

Pero el hecho real es que Big Brother es cada vez más grande.


 

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