En busca de espacios para migrantes, Estados Unidos considera bases militares
Caitlin Dickerson
The New York Times.es
24 de abril de 2019
El 29 de marzo, algunos migrantes estaban retenidos
temporalmente en una zona bajo el puente internacional Paso del Norte en El
Paso, Texas. Credit Tamir Kalifa para The New York Times |
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Las autoridades federales migratorias en Estados Unidos, de cara al
desborde de los centros de detención para migrantes, están buscando espacios
alternativos donde puedan retener a los solicitantes de asilo que han abrumado
la frontera suroeste y se adentran cada vez más al interior de ese país.
Ante varias iniciativas del gobierno para retener a una mayor cantidad de
migrantes, los oficiales del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas
(ICE), agencia que supervisa los centros de detención a largo plazo, estudian
la posibilidad de alquilar espacios en cárceles, así como las maneras de
acelerar la deportación de quienes ya están detenidos y de liberar a los
migrantes que se pueda con tal de hacer espacio para los que siguen llegando.
En una propuesta revisada a inicios de este año, funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional analizaron la
posibilidad de albergar a niños migrantes en la bahía de Guantánamo, en Cuba,
donde hay una instalación de dormitorios que antes ha sido usada para albergar
a solicitantes de asilo. Un oficial que habló con la condición de mantener su
anonimato, pues no tiene autorización para discutir la propuesta en público,
dijo que la iniciativa no ha ganado muchos adeptos, en parte por cómo se
percibiría que los menores estén recluidos junto a sospechosos de cometer actos terroristas.
Tom Crosson, portavoz del Departamento de Defensa, dijo el 22 de abril que
no hay planes “inmediatos” para albergar a los menores migrantes en Guantánamo,
pero que sí se estudian otras bases militares que pudieran usarse para ese fin.
El gobierno estadounidense se ha enfocado en gran medida en la frontera
suroeste con México, donde la cantidad de familias que cruzan para intentar
solicitar asilo ha abrumado las instalaciones de retención temporal; muchas
personas se quedan debilitan ahí. Las autoridades han querido prepararse para
una siguiente fase de detención, en instalaciones de largo plazo más alejadas
de la frontera a donde serían transferidos muchos de los migrantes. Pero esos
sitios también están empezando a colapsarse por la presión.
Las poblaciones en las instalaciones de detención a largo plazo han crecido
de manera notoria bajo el mando de Donald Trump, en parte porque los cruces
fronterizos han aumentado y en parte porque su administración ha tomado medidas
agresivas para arrestar a más personas indocumentadas, aún cuando no se
encuentren en zonas fronterizas. El ICE alberga a 50.233 migrantes, una de las
cantidades más altas de las que hay registro y que supera el límite impuesto
por la vía legislativa: 45.274.
En 2016, el último año del gobierno anterior, con Barack Obama, la
población diaria promedio de migrantes en detención rondaba una cifra menor, de 34.376.
Nota: Los datos son según años fiscales (octubre-septiembre).| Fuentes:
Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE); reportes del Servicio de
Investigación para el Congreso (CRS) vía Immigrant Justice Center
Por Denise Lu |
“Queda claro que todos nuestros recursos están agotándose. El sistema está
repleto y estamos por encima de la capacidad”, dijo Kevin McAleenan, el
secretario interino de Seguridad Nacional, a reporteros el 17 de abril.
La situación se apresta a volverse todavía más crítica: el fiscal general
William Barr anunció el 16 de abril que el gobierno implementaría una detención
obligatoria hasta para quienes soliciten asilo, una medida que dejaría a miles
más de personas en custodia. Un oficial del Departamento de Seguridad Nacional
defendió la propuesta porque aseguró que desincentivaría a los migrantes de
cruzar la frontera de manera ilegal aunque tengan la intención de pedir refugio.
Los activistas a favor de los migrantes denuncian que este momento álgido
es una consecuencia autoimpuesta por el gobierno y sus políticas.
Con Trump, se ha incentivado a los agentes del ICE a
arrestar a quien sea que esté viviendo en el país sin estatus legal, sin
importar si tiene antecedentes penales; el gobierno anterior había priorizado
el arresto y deportación de migrantes considerados peligrosos.
El gobierno de Trump también ha aumentado la colaboración con alguaciles de todo el país con
el fin de acceder más fácilmente a personas en custodia que posiblemente hayan
cometido infracciones migratorias. La administración ha renovado el uso
de redadas y reducido las medidas de libertad
condicional humanitaria, que alguna vez permitieron a quienes pedían asilo
seguir su proceso fuera de detención y trabajar con permisos especiales
mientras se resolvía su solicitud.
Como resultado hay un sistema sobrepasado. Los funcionarios recalcan la
necesidad de obtener más recursos para detener a los migrantes, mientras que
los activistas destacan que hay alternativas a la detención.
“Debemos recordar que se está tomando la decisión de encarcelar a
solicitantes de asilo y que esa elección no corresponde con las normas
internacionales de derechos humanos”, dijo Heidi Altman, directora de políticas
en el Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes (NIJC).
Altman señaló posibles medidas alternas, como programas de gestión que han
sido utilizados antes para asegurarse de que los migrantes comparezcan ante los
tribunales en las fechas correspondientes si están llevando su proceso en
libertad. Algunos estudios demuestran que esos programas
cuestan menos que la detención y que tienen un buen historial de cumplimiento.
A la par de trabajar para expandir el sistema de detención actual, los
funcionarios del ICE laboran para despejarlo de las personas ya detenidas, de
acuerdo con dos oficiales del Departamento de Seguridad Nacional que pidieron
mantener su anonimato, pues no tienen permiso para discutir las operaciones
internas. Para ello están escaneando los registros de toda la población en los
centros con el fin de encontrar a personas que puedan ser deportadas de
inmediato, además de para identificar a quienes reúnan los requisitos para
obtener libertad condicional por razones humanitarias.
Para encontrar nuevos sitios donde mantener retenidos a los migrantes, el
ejército anunció un contrato de 23 millones de dólares en febrero para que se
construya un “complejo de contingencia por migración masiva” en Guantánamo,
plan con el cual se expandirían las instalaciones para albergar a 13.000
migrantes y 5000 integrantes del personal de apoyo en tiendas de campaña. El
proyecto parece estar pensado para alojar a los migrantes que pudieran
movilizarse en caso de una crisis en el Caribe, aunque en teoría también podría
ser usado para personas centroamericanas.
En los últimos meses ICE también ha establecido contratos o expandido
acuerdos previos para destinar tres mil camas adicionales en prisiones locales
y estatales para migrantes.
El Congreso tiene control sobre el presupuesto para detención de ICE y los
legisladores demócratas han intentado limitar los fondos para reducir la
capacidad de la agencia de hacer arrestos indiscriminados. Desde inicios del
año fiscal, en octubre, ICE estaba encaminado a requerir fondos adicionales de
emergencia, antes de que se dispararan las cifras de cruces fronterizos en
enero. La mayoría de esos cruces recientes son de personas que viajan en
familia, que sí están siendo liberadas en vez de mantenidas en detención, pero
decenas de miles de adultos siguen llegando cada mes y muchos de ellos
terminarán en los centros de detención a largo plazo.
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