Cientos de niños migrantes han sido separados de sus padres en la frontera de EE.UU.
Caitlin Dickerson
The New York Times.es
25 de abril de 2018
Inmigrantes después de cruzar la frontera cerca de McAllen, Texas, este mes. El gobierno de Trump
ha dicho que considera la posibilidad de separar a los hijos de sus padres como
una forma de disuadir la llegada de migrantes. Credit Loren Elliott / Reuters
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El 20 de febrero, una joven llamada Mirian llegó a la frontera de Texas con su hijo de 18 meses en brazos. Les dijo a los
agentes fronterizos que habían huido de su casa en Honduras en medio de una
nube de gas lacrimógeno y necesitaban protección de la violencia política en su país.
Ella esperaba poder refugiarse con su hijo pero, según consta en una declaración
jurada ante un tribunal federal, los agentes le ordenaron que dejara a su hijo
en el asiento trasero de un vehículo del gobierno. No pudo más que llorar
cuando el automóvil se alejó, con el niño a bordo.
Durante meses, los miembros del Congreso estadounidense han exigido respuestas sobre
cuántas familias son separadas cuando inician trámites en las estaciones
fronterizas, particularmente después de que el gobierno de Donald Trump indicó
que ve en la separación de los hijos y sus padres una posible manera de
disuadir la llegada de migrantes a ese país.
Los funcionarios se han negado a proporcionar datos sobre cuántas familias han sido
separadas, pero sugieren que la cantidad es relativamente baja. Sin embargo,
nuevos datos revisados por The New York Times muestran que, desde octubre de
2017, más de setecientos niños han sido apartados de los adultos que declararon
ser sus padres, incluyendo a más de cien niños menores de cuatro años.
Los datos fueron recopilados por la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, una
división del Departamento de Salud y Servicios Humanos que custodia a los niños
que han sido separados de sus padres inmigrantes. Altos funcionarios del
Departamento de Seguridad Nacional, que se encarga de los trámites de los
migrantes en la frontera, negaron inicialmente que la cantidad fuera tan
grande. No obstante, después de que el número fue confirmado por tres
funcionarios federales estadounidenses que trabajan de cerca en estos casos,
las agencias aceptaron la cifra de “aproximadamente setecientos” en una
declaración conjunta.
“No tenía idea de que me pudieran separar de mi hijo
por buscar ayuda”.
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MIRIAN, JOVEN HONDUREÑA
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Los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) aseguraron que la
agencia no separa a las familias en la frontera como un medio disuasorio. “De
acuerdo con la ley, el DHS debe proteger los intereses de los menores que
crucen la frontera, y en ocasiones esto significa separar a los niños del
adulto con el que viajan si no podemos asegurar cuál es la relación familiar o
si pensamos que los niños están en peligro de otra manera”, señaló un vocero.
No obstante, funcionarios del gobierno de Trump han sugerido públicamente que
consideraban aplicar esa política. El año pasado, John Kelly, el jefe de
personal de la Casa Blanca, planteó esa idea cuando aún tenía el cargo
de secretario de Seguridad Nacional.
De haberse aprobado, el plan habría cerrado unas instalaciones de detención
diseñadas para albergar familias y las habría remplazado con albergues
separados para adultos y niños. La Casa Blanca apoyó la propuesta y convocó a un grupo
de funcionarios de distintas agencias federales para considerarla. El
Departamento de Seguridad Nacional dice que esa medida nunca se adoptó.
Los niños separados de sus familias son trasladados a refugios administrados por
organizaciones no gubernamentales. Ahí, los trabajadores tratan de buscar a un
pariente o tutor en Estados Unidos que pueda hacerse cargo del cuidado del
niño. Sin embargo, si no hay un adulto responsable disponible, puede que los
niños permanezcan en custodia de manera indefinida. Los administradores de
estas instalaciones dicen que a menudo no pueden localizar a los padres de los
niños porque llegan sin registros adecuados.
Una mujer se reunió con su hija de 7 años en Chicago, en marzo, después de haber estado separadas
durante cuatro meses por los procesos de detención migratoria. Credit Hope Hall / Aclu
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Una vez que un niño entra al sistema de albergues no hay un proceso que determine
si fue apartado de alguien que era su padre legal y tampoco existe un protocolo
para reunir a padres e hijos separados por error, dijo un funcionario de la
Patrulla Fronteriza, quien pidió mantener su anonimato pues no está autorizado
para hablar de manera pública sobre las políticas de la agencia.
“La idea de castigar a los padres que tratan de salvar la vida de sus hijos y
castigar a los hijos porque sus padres los trajeron a un lugar seguro mediante
su separación es básicamente cruel y contraria al espíritu estadounidense”,
dijo Michelle Brané, directora del Programa de Justicia y Derecho para las
Migrantes en la Comisión de Mujeres Refugiadas,
un grupo de defensa que realiza entrevistas y monitoreo de los centros de
detención para migrantes, incluyendo los que albergan a niños.
Mirian, la mujer hondureña, ha sido trasladada a otros tres centros de detención
ubicados en distintos lugares de Texas desde su llegada a finales de febrero.
Forma parte de una demanda interpuesta por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) en nombre de muchos padres migrantes; la acción
legal busca prohibir que las familias sean separadas en la frontera.
En una declaración jurada sobre el caso, Mirian dijo que nunca fue informada de las
razones que justificaron la separación. Desde febrero, lo único que ha sabido
de su bebé es gracias a una trabajadora social de las instalaciones de San
Antonio, donde lo retienen. El niño preguntaba por ella y “lloraba todo el tiempo”
los días posteriores a su llegada a las instalaciones, dijo la trabajadora
social, y añadió que presentó una infección de oído y tos.
“No tenía idea de que me pudieran separar de mi hijo por buscar ayuda”, dijo Mirian
en su declaración jurada. “Estoy ansiosa por reunirme con él”.
La protección de menores en casos de la frontera de México con Estados Unidos es
complicada, porque sí se han detectado instancias de fraude. Decenas de miles
de migrantes llegan cada año y a menudo se les permite pasar a Estados Unidos
más rápido a quienes vienen con menores que a los adultos que llegan solos al
país. Eso sucede en buena medida por las restricciones sobre la cantidad de
tiempo que los menores pueden estar bajo custodia.
Algunos migrantes han admitido que trajeron a sus hijos no solo para alejarlos del
peligro en lugares de América Central o de África, sino porque creyeron que eso
provocaría que las autoridades los dejaran pasar más rápido.
Otros han admitido presentarse falsamente con niños que no son sus hijos y
funcionarios de la Patrulla Fronteriza dicen que esos casos de fraude han ido
en aumento.
Sin embargo, incluso los grupos que apoyan las medidas migratorias más estrictas no
respaldan una política de separación familiar. Jessica Vaughan, directora de Estudios
Políticos del Centro de Estudios sobre la Inmigración, uno de esos grupos, dijo
que la separación de una familia debe usarse únicamente como “último recurso”.
Ron Nixon y Michael D. Shear colaboraron con este reportaje desde Washington.
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