Agresiva medida para privar de la ciudadanía naturalizada a los inmigrantes:
parte del programa fascista de limpieza étnica de Trump y Pence
18 de julio de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Uno de los frentes poco conocidos pero muy siniestros del ariete
antiinmigrante del régimen de Trump y Pence actualmente en marcha es la
intensificación de medidas para quitarle el estatus legal a los inmigrantes que
han adquirido la ciudadanía estadounidense naturalizada, y así poder
deportarlos. La desnaturalización agresiva ya es parte integrante del amplio
programa fascista de limpieza étnica xenófoba, junto con la eliminación de DACA;
la prohibición musulmana; la tolerancia cero para aquellos que crucen la
frontera; la separación de familias con cárceles para bebés; el rechazo a los
solicitantes de asilo y refugiados; y los ataques en general contra las
nacionalidades no blancas — para hacer que Estados Unidos vuelva a ser
blanco.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y su sección, Servicios de
Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS por las siglas en inglés),
están creando una nueva oficina. En junio se anunció que esta oficina incluirá
un nuevo grupo de trabajo con el objetivo específico de tramitar lo que
consideran casos “malos” de naturalización. El USCIS dice que está contratando a
docenas de abogados y policías de inmigración para investigar los casos.
Esta es la primera vez que el gobierno tendrá una oficina entera dedicada a
identificar a los individuos y despojarlos de su ciudadanía. En enero de 2017,
justo cuando se inauguraba el régimen de Trump y Pence, el USCIS estableció una
oficina en Los Ángeles como su sede nacional para buscar las supuestas “huellas
dactilares fraudulentas”. Desde entonces, han marcado al menos 2.536 casos para
una revisión adicional.
El USCIS y el ICE pueden desnaturalizar a alguien mediante un proceso
criminal o civil burocrático. Los casos civiles se basan en un estándar más bajo
en el que el gobierno no está obligado a proporcionarle al individuo un abogado,
ni existe el derecho de un juicio por jurado. El gobierno ha estado persiguiendo
más de estos casos últimamente. Entre los códigos civiles que definen quién sea
candidato para la desnaturalización se encuentran unos vagamente etiquetados
como “delitos de carácter moral”.
USCIS podría actuar contra cualquier persona que considere que haya
proporcionado información falsa o que alegue que haya cometido un delito antes
de ser naturalizada pero descubierto más tarde. Esto del “carácter moral” tiene
una importancia extrema para los ciudadanos naturalizados sometidos a este
proceso administrativo. Un delito de drogas de más de 30 gramos de cannabis y
“el dañar un matrimonio mediante una relación extramatrimonial” también se
consideran factores importantes para decidir si alguien puede ser
desnaturalizado, anulando un “carácter moral” previamente aceptado.
La inclusión de “una relación extramatrimonial” significa criminalizar una
violación del código cristiano (como “pecado”) ya que la infidelidad no es
(todavía) un delito en la sociedad en general. Esto es muy similar a los puntos
de vista de muchísimos fascistas cristianos que rodean a Trump, como Pence y el
juez de la Corte Suprema Gorsuch y sus seguidores, cuyo objetivo real es
establecer una teocracia.En junio de 2017, la Corte Suprema de Estados Unidos,
en el caso Maslenjak contra Estados Unidos, dictaminó que “el Gobierno
debe establecer que el acto ilegal del acusado desempeñó un papel en su
adquisición de ciudadanía”. La posición del régimen de Trump y Pence era que
incluso las “mentiras” menores pueden conducir a la pérdida de la ciudadanía,
según su programa fascista y su definición de lo que es verdadero o falso. Un
abogado de inmigración en San Diego, California dijo: “Lo que el gobierno quería
era que cualquier mentira o falsa representación fuera suficiente para
desnaturalizarte.... Si pudieran demostrar que mentiste sobre algo, eso podría
ser suficiente”.
El Departamento de (IN)Justicia, ahora bajo el rabioso cerdo Jeff Sessions,
ganó su primer caso de desnaturalización contra un hombre originalmente de la
India, Davinder Singh, en enero de 2018. Su estatus migratorio fue convertido de
ciudadano naturalizado en residente legal permanente, haciéndolo sujeto a la
deportación a discreción del Departamento de Seguridad Nacional e ICE. El caso
fue parte de una nueva iniciativa del gobierno llamada Operación Janus. Esta
iniciativa se centrará en 315.000 personas, basándose supuestamente en la falta
de datos de huellas dactilares de los archivos digitales centralizados de
huellas dactilares. Parece que debido a que USCIS no usó efectivamente los
registros de huellas dactilares, aquellos a quienes se les otorgó la ciudadanía
sin registros apropiados de huellas dactilares, es decir, antes de que las
huellas dactilares fueran digitalizadas, ahora pueden ver su ciudadanía
revocada.
La Operación Janus es una campaña a gran escala para desnaturalizar a las
personas. Aunque se concibió y se lanzó en 2016 bajo Obama, se ha extendido
cualitativamente bajo el programa fascista de Trump y Pence a alturas
draconianas verdaderamente sin precedentes. El director ejecutivo del Centro de
Recursos Legales para Inmigrantes señala las implicaciones alarmantes de la
iniciativa de desnaturalización del régimen: “Perseguir a las personas que han
sido ciudadanos durante años —y por razones aparentemente insignificantes— es
una cacería de brujas al estilo McCarthy... priorizando la xenofobia... me
parece muy perturbador”.
Los manuales de ICE también dicen que se puede revocar la ciudadanía “dentro
de los 5 años posteriores a la naturalización, por convertirse en miembro o
afiliado de una organización en la que la membresía o afiliación en ese momento
hubiera impedido la naturalización” o “por negarse, dentro de 10 años después de
la naturalización, a testificar como testigo ante un comité del Congreso sobre
actividades subversivas”.
Es posible que a miles, tal vez decenas de miles, de personas se les pueda
despojar de su ciudadanía a través de la Operación Janus en un futuro no muy
lejano. Durante décadas había estado en marcha una campaña sistemática para
distanciar a los supuestamente “buenos inmigrantes” (que pasaron por todos los
trámites de tener o conseguir papeles / legalización) de los “malos inmigrantes”
(que son indocumentados y considerados “ilegales” que merecen todo tipo de abuso
y asalto). Sin embargo, la nueva campaña para desnaturalizar a ciudadanos lo
deje en claro que los mismos imperialistas van a hacer o romper leyes para
satisfacer sus intereses internacionales y nacionales en cualquier momento dado.
Y qué o quién era legal ayer puede ser ilegal mañana, muy
literalmente.
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