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La barda con alambre de púa de ‘Gitmo’, el centro de detención de máxima seguridad en la estación naval estadounidense de la bahía de Guantánamo el 22 de octubre del 2016.
(Foto: John Moore/Getty Images)

Del Guantánamo de América a la guillotina de Arabia Saudita

Varios ex detenidos que han sido repatriados a sus hogares o reubicados en un tercer país se han visto atrapados en otra prisión o en lo que llamamos Guantánamo 2.0.

Mansoor Adayfi
01 de enero de 2024
Common Dreams

Poco despúes de que Estados Unidos repatriara al prisionero sin cargos e ingeniero saudí Ghassan Abdullah al-Sharbi a su país natal, desapareció, sumándose a la lista en aumento de hombres que, una vez liberados de Guantánamo, terminan en condiciones mucho peores, como la ejecución. Intentos por encontrar a estos hombres se detienen se encuentran con el silencio de los Estados Unidos y los países implicados. ¿Por qué?

Cuando se da la oportunidad de ser transferido de Guantánamo, es difícil pensar en alguna razón por la cual cualquier persona encarcelada quisiera quedarse. Esto es, a menos que fueran a ser enviados a algún lugar que pareciera poder ser peor que la infame prisión estadounidense. El pasado mes de marzo, Ghassan al-Sharbi, un ingeniero saudí que fue detenido en Guantánamo por más de dos décadas sin juicio, fue transferido a su país de origen. En lugar de ser una causa de celebración, sin embargo, al-Sharbi temió por su vida y compartió sus miedos con un compañero prisionero con el cual partió a Arabia Saudita.

A pesar del hecho de que al-Sharbi citó amenazas de la delegación saudí que conoció en Guantánamo y previamente informó al Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC por sus siglas en inglés) y al Departamento de Estado que no quería regresar a su país natal por razones de seguridad, su transferencia de vuelta a Arabia Saudita fue autorizada por el secretario de defensa Lloyd J. Austin en septiembre, después de esfuerzos diplomáticos extensos por parte de la administración de Biden.

    Aquellos de nosotros que permanecimos en Guantánamo mientras nuestros hermanos fueron liberados escuchamos historias impactantes acerca de sus predicciones.

Las declaraciones del Pentágono anunciando la transferencia de al-Sharbi a su hogar expresaron gratitud a Arabia Saudita y otras naciones por su asistencia en reducir la población de detenidos en la bahía de Guantánamo. La declaración también dijo en parte que “…consultando a nuestros socios del Reino de Arabia Saudita, completamos los requerimientos para una transferencia responsable”. Por supuesto, “responsable” no fue definida y quedó ausente del discurso, así como lo fue cualquier mención de cómo la seguridad de al-Sharbi y sus derechos como ex prisionero inocente de todos los cargos, sería asegurada o las circunstancias exactas en torno a su repatriación.

Al momento de su transferencia, al-Sharbi se reportó enfermo y en huelga de hambre en protesta de su repatriación forzada. Según una fuente de Guantánamo, al-Sharbi supuestamente se cortó las venas, resultado en sangrado importante que requirió hospitalización. El acto fue supuestamente impulsado por su aprensión de enfrentar tortura y ejecución en Arabia Saudita.

Desafortunadamente, como resultó ser, las preocupaciones de al-Sharbi acerca de su seguridad en Arabia Saudita no fueron infundadas. De hecho, desde que fue transferido a Arabia Saudita, desapareció y nadie, incluyendo su familia o su abogada Sabrina Shroff— quien expresó profundas preocupaciones antes de su repatriación — han podido contactarlo o han recibido alguna información cerca de su bienestar.

En correspondencia con Shroff, el Departamento de Estado exhibió una total indiferencia por las condiciones o paradero de al-Sharbi; Shroff declaró que ellos “han sido los más inútiles. Su respuesta consiste en un montón de palabras — como las que lees en una tarjeta de Hallmark. Un montón de trivialidades con cero información. Ninguna información acerca de su paradero en saudí”. Dada la casi completa y total indiferencia por el destino del hombre, la respuesta del Departamento de Estado no es sorprendente. Sin embargo, no los hace menos responsables por ser observadores de la violencia saudí.

Confiesa y estarás ‘curado’: el proceso de ‘rehabilitación’ saudí

La historia de la pesadilla de al-Sharbi comenzó a principios de los 2000 cuando fue acusado de ser parte de un grupo capturado en Paquistán que supuestamente manufacturaba artefactos explosivos con el fin de ser usados en contra de los soldados estadounidenses en Afganistán.

Fue acusado de “proporcionar material de apoyo para terrorismo”. Tribunales superiores fallaron que este cargo no era reconocido como un crimen de guerra internacional al momento de sus supuestas acciones, que llevaron a que el caso fuera desechado. Sin embargo, fue sujeto a años de detención indefinida y sufrió atroces abusos de derechos humanos incluyendo tortura, privación de sueño extrema, aislamiento y abuso sexual. Pasó más de una década en huelgas de hambre protestando su encarcelamiento y, debido a que fue sujeto a alimentación forzada, con serios problemas físicos de salud y problemas psicológicos.

En lugar de que al-Sharbi recibiera cualquier cuidado o tratamiento adecuado para el abuso que ha sufrido, como otros sobrevivientes de Guantánamo transferidos a Arabia Saudita, probablemente será enviado a un centro de rehabilitación de transición. Existe poca transparencia acerca del centro de rehabilitación o de cómo opera, sin embargo, las precondiciones del centro para liberación es una admisión de culpabilidad. La injusticia eleva el potencial para confesiones forzadas.

Mientas que la repatriación de Ghassan Abdullah al-Sharbi es un crudo recordatorio de las consecuencias duraderas del registro abismal de los Estados Unidos en la bahía de Guantánamo, levanta preguntas urgentes acerca del trato de ex prisioneros al ser liberados, la falta de rendición de cuentas por los abusos de derechos humanos no sólo en Guantánamo, sino después y la necesidad de transparencia en el proceso de repatriación.

Ejecución: Por qué Arabia Saudita es especialmente peligrosa

Además de la desaparición de Ghassan Abdullah al-Sharbi, tres otros ex detenidos de Guantánamo fueron transferidos a Arabia Saudita para ser detenidos al momento de su llegada. Por ejemplo Mohammed al Qahtani fue repatriado casi un año antes que al-Sharbi, el 6 de marzo del 2022, para ser desaparecido a su regreso a su hogar. Aunado a eso, Zayed al-Hussain (también conocido como Zaid al-Ghamdy), repatriado en el 2007 y Mohammad al-Shumrani, quien fue repatriado en el 2015, ambos fueron desaparecidos.

Al-Hussain fue sentenciado a 23 años en prisión por rehusarse a darle la mano al ex príncipe de la corona Mohammed bin Nayef, y, bajo el actual príncipe Mohammed bin Salman, ha sido sentenciado a muerte por ejecución.

Al-Shumrani fue sentenciado al poco tiempo de ser liberado en Arabia Sauditta a ocho años en detención por criticar al juez del tribunal y retar a la monarquía saudí a un debate público. El fiscal saudí a cargo del caso está buscando la pena de muerte y una fuente confidencial indicó que es muy probable que al-Shumrani será, he hecho, ejecutado.

Según un reporte profundo sobre más de 1,000 ejecuciones realizadas en el reino desde que el príncipe Mohammed bin Salman tomara el poder en el 2015, la pena de muerte en Arabia Saudita casi se ha duplicado. Sólo este año, Arabia Saudita ha ejecutado a más de 100 personas. Estos números hacen que el destino de más hombres sea preocupante — sin mencionar que la embajada saudí en Washington y el ministro saudí de relaciones exteriores no ha respondido a ninguna pregunta acerca de estos hombres.

La vida después de Guantánamo

A pesar del hecho de que la transferencia de Guantánamo supuestamente le ofrece a los sobrevivientes algo de indulto del abuso de la prisión, muchos de aquellos que han sido repatriados a sus países de origen o reubicados en un tercer país se han encontrado o en otra prisión o en lo que llamamos Guantánamo 2.0. Aquellos de nosotros que permanecen en Guantánamo mientras nuestros hermanos son liberados escuchamos historias impactantes acerca de sus crisis. Esto incluye a los prisioneros uigures liberados en un campo de refugiados en Albania rasurados de manera forzosa por la policía albana, un prisionero reubicado en Eslovaquia golpeado tan fuertemente por la policía que tuvo que ser hospitalizado y muchos ex prisioneros que simplemente han desaparecido en prisiones en donde fueron abusado, torturados y asesinados.

Uno de los casos más impactantes fue la muerte de un hombre que conocí con el que viví años en Guantánamo — el poeta árabe Asim al-Khalaqi, que fue liberado en Kazajistán en el 2014. El gobierno kazajo tiene una larga historia de maltrato a hombres liberados de Guantánamo y los sobrevivientes no tienen derechos legales y se encuentran bajo arresto domiciliario.

Al-Khalaqi tuvo sueños de criar a su familia y publicar su libro de poesía, que escribió en Guantánamo. Pero escuchamos que murió repentinamente meses después de su liberación. El gobierno kazajo negó haber maltratado a al-Khalaqi en ese momento y haberle negado cuidado médico. Cuando se enfermó, a su familia no le permitieron visitarlo. Por otra parte, además de haberle negado visitas, a su familia le prohibieron ir a su funeral y recibir su cuerpo. Con la peor crueldad, el servicio secreto kazajo enterró a al-Khalaqi en un lugar desconocido al día de hoy.

Enfrentando terror de estado en los Emiratos Árabes Unidos y Argelia

La vida después de Guantánamo está llena con todavía más casos horrorosos, incluyendo las historias de varios hombres que fueron liberados a los EAU (en 2015, 16, y 17) como parte del acuerdo de reubicación. Estos hombres — cuatro afganos, dieciocho yemeníes y un ruso — se encontraron en condiciones que describieron como peores que en Guantánamo porque estaban sufriendo abuso brutal a manos de los guardias de la prisión de los EAU. Mientras que los afganos y yemeníes eventualmente fueron transferidos de regreso a sus países de origen, algunos enfrentando encarcelamiento nuevamente, el sobreviviente ruso Ravil Mingazov continúa en confinamiento solitario.

“Se encuentra bajo constante acoso y abuso por parte de los guardias de la prisión en los EAU”, un prisionero liberado declaró en un mensaje de texto cuando pregunté acerca de Mingazov. El mes pasado Cage lanzó una campaña para destacar su pesadilla y presionar para su liberación. Mis intentos de contactar a la embajada de los EAU en Washington y al ministro de relaciones exteriores para que comenten han sido sólo enfrentados por el silencio.

    En lugar de mostrar cualquier cuidado o de tomar precauciones para su bienestar, seguridad y seguridad de los sobrevivientes de Guantánamo, el Departamento de Estado ha continuado a repatriar y enviar a ex prisioneros a sus países de origen y a terceros países en donde se les niegan los derechos básicos como ciudadanos y seres humanos.

El prisionero de Guantánamo liberado más reciente, Saeed Bakhouch, fue repatriado Argelia a finales de abril después de 21 años de detención sin cargos. He estado rastreando y trabajando para su liberación desde su repatriación. Mientras que a su abogado le garantizaron por el Departamento de Estado que sería tratado humanamente, Bakhouch fue sujeto a interrogación intensa por parte del servicio secreto argelino. Le negaron representación legal y privado de su medicina como manera de presionarlo a confesar a una acusación falsa de estar relacionado con al Qaeda para poder procesarlo. Absurdamente fue acusado con “jurar lealtad a Osama bin Laden”, un hombre que jamás conoció y jamás estuvo en Afganistán.

Todos nuestros intentos de contactar al Departamento de Estado, la embajada de Argelia en Washington y al ministro de relaciones exteriores acerca del caso de Bakhouch han sido ignorados.

Bakhouch fue eventualmente liberado el pasado octubre esperando un juicio de libertad condicional, su liberación vino después de la intervención de la relatora especial de la ONU en Guantánamo Fionnuala Ní Aoláin.

En medio del silencio oficial, a los pocos de nosotros trabajando en rastrear e intentar asistir a prisioneros liberados de Guantánamo para asegurar sus derechos sólo nos queda regresar al Departamento de Estado estadounidenses, que autorizó estas repatriaciones en primer lugar.

La política desechable para el programa de repatriación de Estados Unidos

En lugar de mostrar cualquier cuidado o de tomar precauciones para su bienestar, seguridad y seguridad de los sobrevivientes de Guantánamo, el Departamento de Estado ha continuado a repatriar y enviar a ex prisioneros a sus países de origen y a terceros países en donde se les niegan los derechos básicos como ciudadanos y seres humanos. Más aún, el Departamento de Estado no ha hecho nada para rastrear estos casos. Mientras que los abogados, las ONG y los activistas intentan contactar al Departamento de Estado, seguido les dicen que el gobierno estadounidense no puede intervenir en cómo otros países tratan a los ex prisioneros. Sin embargo, en la mayoría de los casos el Departamento ni siquiera contesta.

Es por eso que seguimos apelando al gobierno estadounidense para que:

  • Deje de enviar a prisioneros aprobados a países en donde enfrentarán encarcelamiento, tortura e incluso muerte
  • Intervenga y reevalúe casos en donde ocurrió abuso, reubique a los hombres que siguen en prisión y viven en un limbo legal
  • Monitoreen a los prisioneros liberados y trabajen con el país anfitrión para asegurar que la liberación sea tratada humanamente
  • Tome pasos prácticos para asegurar que estos hombres sean tratados humanamente y que los dejen intentar reconstruir sus vidas
  • Ofrezca apoyo para asistir a los individuos liberados en su camino hacia la reconstrucción de sus vidas

Esto es lo menos que puede hacer Estados Unidos para intentar reparar el legado insidioso de Guantánamo.

Guantánamo se acerca a su aniversario 22 y, a pesar del paso del tiempo, 30 individuos permanecen encarcelados en la prisión militar de la base naval estadounidense en Guantánamo. Entre ellos, 16 han recibido aprobación para ser liberados, pero siguen en un estado de incertidumbre.


 

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