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Los atentados del 11-S

El programa secreto de la CIA que buscaba usar un “suero de la verdad” para interrogar a terroristas

Un informe clasificado de la Central de Inteligencia pone al descubierto los detalles del “Proyecto Medicamento”.


Parte del documento de la CIA que describe el programa secreto "Proyecto Medicación" para interrogar prisioneros. / AP

Clarin.com
14 de noviembre de 2018

Inmediatamente después del 11-S, la CIA empezó a considerar el uso de una droga, que según creían, podría funcionar como un suero de la verdad y así obligar a los sospechosos de terrorismo a dar información acerca de ataques potenciales.

Después de meses de investigación, la agencia decidió que una droga llamada Versed, un sedante, que a menudo se receta para reducir la ansiedad, “posiblemente valía la pena”. Pero finalmente, la CIA decidió no solicitarles a los abogados del gobierno que aprobaran su uso.

Parte del documento de la CIA. / AP

Parte del documento de la CIA. / AP


La existencia del programa de investigación de la droga, denominado “Proyecto Medicamento”, aparece revelada en un informe que alguna vez fue clasificado, entregado a la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) bajo la orden del juez y publicado por la organización el martes.

El informe de 90 páginas de la CIA, que fue suministrado por adelantado a The Associated Press, abre una ventana hacia la pelea interna que el personal médico, que trabaja en las detenciones de la agencia y el programa duro de interrogatorio, enfrentó al conciliar la ética de sus profesionales con la oportunidad de salvar vidas mediante la prevención de ataques futuros.

“Este documento cuenta una parte esencial de la historia acerca de cómo fue que la CIA llegó a torturar a prisioneros contra la ley y a ayudar a impedir que sucediera nuevamente”, dijo el abogado de la ACLU, Dror Ladin.

Entre 2002 y 2007, los médicos, psicólogos, asistentes de médicos y enfermeros de la CIA estuvieron directamente involucrados en el programa de interrogatorios, según el informe. Evaluaron, monitorearon y cuidaron a 97 detenidos en 10 centros secretos de la CIA en el exterior y acompañaron a detenidos en más de 100 vuelos.

Tácticas brutales de interrogatorio

Finalmente, la CIA decidió no solicitar al Departamento de Justicia que aprobara los interrogatorios asistidos por drogas, salvando a los médicos de la CIA de “algunos temas éticos significativos”, según consta en el informe. Había llevado meses que el Departamento de Justicia aprobara las tácticas de interrogatorio brutales, incluyendo la privación de sueño, encierro en espacios reducidos y la técnica de simulación de ahogamiento conocida como submarino. El equipo de lucha contra el terrorismo de la CIA “no quiso plantear otra cuestión ante el Departamento de Justicia”, dijo el informe.

Antes de embarcarse en el tema de Versed, el informe dijo que los investigadores estudiaron los registros de antiguos experimentos soviéticos con drogas, como así también el programa MK-Ultra desacreditado de la CIA desde los ´50 y los ´60 que involucraban experimentación en humanos con LSD y otras drogas que alteran la mente en individuos inconscientes, como parte de una búsqueda prolongada de alguna forma de suero de la verdad. Estos experimentos fueron ampliamente criticados y aun hoy, algunos expertos dudan de que exista una sustancia efectiva.

“Aunque décadas más tarde, la agencia pensó en experimentar en humanos nuevamente para evaluar las teorías pseudocientíficas de indefensión aprendida en sus prisioneros”, dijo Ladin.

Versed es una marca comercial del sedante midazolam, utilizado desde fines de los ´70 y que hoy se vende comúnmente como un genérico. Provoca adormecimiento y alivia la ansiedad y la agitación. También puede deteriorar temporariamente la memoria y con frecuencia, se usa para cirugía menor o procedimientos médicos como las colonoscopías que requieren sedación, aunque no una anestesia total. Está dentro del tipo de medicamentos ansiolíticos conocidos como benzodiacepinas que funcionan afectando a un químico cerebral que calma la actividad de las células nerviosas.

Imagen aérea de del Centro de Inteligencia George Bush, sede central de la CIA en Langley, Virginia./ AFP

Imagen aérea de del Centro de Inteligencia George Bush, sede central de la CIA en Langley, Virginia./ AFP

“Versed fue considerado posiblemente como valioso para hacer el intento, si primero se obtenía una sanción legal inequívoca”, según el informe. “Hubo al menos dos obstáculos legales: una prohibición contra la experimentación médica en prisioneros y una prohibición de uso para interrogatorios con drogas que alteran la mente’ o aquellas que ‘alteran profundamente los sentidos’”.

Esas cuestiones se hicieron cuestionables después de que la CIA se decidió en contra de solicitar al Departamento de Justicia que le diera luz verde. “Al comienzo de 2003, la revisión de la Oficina de Servicio Médico, informalmente denominada Proyecto Medicamento fue archivada y nunca más fue reactivada”, afirma el informe.

La CIA no hizo comentarios acerca de la publicación del informe, aunque los abogados del gobierno hicieron hincapié en una presentación ante la corte en el caso, a comienzos del año pasado, de que el hecho de que el informe expresamente decía “borrador”, era solo la impresión de un oficial de la agencia acerca del programa de detención e interrogatorio. El documento no es la “historia o evaluación oficial final del programa” de la CIA o la Oficina de Servicio Médico, escribió el abogado.

Donald Trump.

Donald Trump.

La ACLU pasó más de dos años en el tribunal intentando obtener el informe publicado. En septiembre de 2017, un juez federal en Nueva York ordenó que la CIA lo publicara. Los abogados del gobierno intentaron tres veces más mantener secreta la información contenida en el informe, pero la ACLU recibió el grueso del informe en agosto. El gobierno todavía trata de mantener algunas partes en secreto. Van a presentar recursos en un tribunal de apelaciones federal en Nueva York el miércoles, argumentando que el juez ordenó demasiada publicación.

Mientras el programa de interrogatorio cruel de la CIA terminó en 2007, la ACLU cree que es importante seguir buscando la publicación de los documentos acerca de este tema, especialmente desde que el presidente Donald Trump declaró durante su campaña que aprobaría el interrogatorio de sospechosos de terrorismo a través del uso de la técnica del submarino, que ahora está prohibida por las leyes de EE.UU., y algo “mil veces peor”.

La Directora de la CIA, Gina Haspel, encargada de supervisar un sitio de detención secreto de la CIA en Tailandia, donde los detenidos fueron sometidos al submarino, le dijo al Senado durante su audiencia de confirmación que ella “no respalda el uso de técnicas de interrogatorio reforzadas por ningún motivo”.

La directora de la CIA, Gina Haspel./ AP

La directora de la CIA, Gina Haspel./ AP


La técnica del "walling" y otras torturas

El informe cita muchas instancias donde el personal médico expresaba su preocupación o protegía la salud de los detenidos. Aquellos a quienes se los arrojaba contra las paredes, una práctica denominada walling, tenían el cuello protegido de los latigazos con toallas arrolladas, constaba en el informe.

Cuando un detenido que había sido herido durante la captura, era encerrado en una caja, se cuidaba de que no forzara las piernas en una posición que “pudiera comprometer la cicatrización de la herida”. Los asistentes de los médicos rechazaron utilizar cinta adhesiva sobre la boca de los detenidos durante los vuelos porque los mareos aéreos podían causar vómitos y su posible aspiración.

“Eso no significa que los médicos fueran sádicos ni nada parecido”, dijo Ladin. “Aunque significa que eran cómplices porque su tortura pseudocientífica no podría haber ocurrido sin la participación de los médicos”.

Al mismo tiempo, el informe de la oficina médica decía que el submarino no era "doloroso en sí". Dijo que había “incomodidad física por las náuseas ocasionales”, pero que dos detenidos que toleraron las sesiones más prolongadas de submarino se quejaron solo “del dolor de las tiras que los sujetaban”.

Abu Zubaydah./ AP ARCHIVO

Zubaydah./ AP ARCHIVO

Esto contrasta con el informe del Senado de 2014 acerca del programa de interrogatorio de la CIA, que afirmaba que un prisionero conocido como Abu Zubaydah, sospechoso de un operativo de Al-Qaeda , quien fue sometido a submarino más de 80 veces, “lloraba, rogaba, imploraba, vomitaba y requirió resucitación médica después de ser sometido a esta técnica”.

Parte del personal médico de la CIA denominaba al submarino “algo más que un experimento amateur” y otros se preocupaban de que la práctica pudiera detonar espasmos de las cuerdas vocales, que podrían, al menos temporariamente, dificultar mucho el habla o la respiración.

Al mismo tiempo, otros miembros del personal médico sostenían que el submarino realmente “daba un alivio periódico” a un prisionero porque era un descanso después de ser obligado a estar de pie durante largos periodos de tiempo. El personal médico de la agencia también dijo que el programa de interrogatorio cruel era “reconfortantemente libre para soportar los efectos físicos o psicológicos”.

La Dra. Sondra Crosby, que trató a víctimas de tortura, incluidas dos personas que fueron detenidas en los centros secretos de la CIA, no coincidió.

“El dolor soportado y la experiencia de sufrimiento de los sobrevivientes del programa de la CIA es inmenso, e incluye trastorno por estrés post traumático complejo, depresión, alteraciones físicas y disfunción psicosocial”, dijo Crosby, de la Facultad de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Boston.

“Al menos un detenido fue torturado hasta morir. Las cicatrices físicas y psicológicas (de los torturados) durarán toda la vida”.

Por Deb Riechmann, Associated Press

Fuente: https://www.clarin.com/mundo/programa-secreto-cia-buscaba-usar-suero-verdad-interrogar-terroristas_0_-0bKROhWS.html


 

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