INTERNACIONAL: ¿Hasta cuándo?
Eduardo Galeano 30 de julio de 2006
Un país bombardea dos países. La impunidad podría resultar asombrosa si no
fuera costumbre. Algunas tímidas protestas dicen que hubo errores. ¿Hasta cuándo
los horrores se seguirán llamando errores?
Esta carnicería de civiles se desató a partir del secuestro de un soldado.
¿Hasta cuándo el secuestro de un soldado israelí podrá justificar el secuestro
de la soberanía palestina? ¿Hasta cuándo el secuestro de dos soldados israelíes
podrá justificar el secuestro de Líbano entero?
La cacería de judíos fue, durante siglos, el deporte preferido de los
europeos. En Auschwitz desembocó un antiguo río de espantos, que había
atravesado toda Europa. ¿Hasta cuándo seguirán los palestinos y otros árabes
pagando crímenes que no cometieron?
Hezbolá no existía cuando Israel arrasó Líbano en sus invasiones anteriores.
¿Hasta cuándo nos seguiremos creyendo el cuento del agresor agredido, que
practica el terrorismo porque tiene derecho a defenderse del terrorismo?
Irak, Afganistán, Palestina, Líbano… ¿Hasta cuándo se podrá seguir
exterminando países impunemente?
Las torturas de Abu Ghraib, que han despertado cierto malestar universal, no
tienen nada de nuevo para nosotros, los latinoamericanos. Nuestros militares
aprendieron esas técnicas de interrogatorio en la Escuela de las Américas, que
ahora perdió el nombre, pero no las mañas. ¿Hasta cuándo seguiremos aceptando
que la tortura se siga legitimando, como lo hizo la Corte Suprema de Israel, en
nombre de la legítima defensa de la patria?
Israel ha desoído 46 recomendaciones de la Asamblea General y de otros
organismos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). ¿Hasta cuándo el
gobierno israelí seguirá ejerciendo el privilegio de ser sordo?
Las Naciones Unidas recomiendan, pero no deciden. Cuando deciden, la Casa
Blanca impide que decidan, porque tiene derecho de veto. La Casa Blanca ha
vetado, en el Consejo de Seguridad, 40 resoluciones que condenaban a Israel.
¿Hasta cuándo las Naciones Unidas seguirán actuando como si fueran otro nombre
de los Estados Unidos?
Desde que los palestinos fueron desalojados de sus casas y despojados de sus
tierras, mucha sangre ha corrido. ¿Hasta cuándo seguirá corriendo la sangre para
que la fuerza justifique lo que el derecho niega?
La historia se repite, día tras día, año tras año, y un israelí muere por
cada 10 árabes que mueren. ¿Hasta cuándo seguirá valiendo 10 veces más la vida
de cada israelí?
En proporción a la población, los 50 mil civiles, en su mayoría mujeres y
niños, muertos en Irak, equivalen a 800 mil ciudadanos estadounidenses. ¿Hasta
cuándo seguiremos aceptando, como si fuera costumbre, la matanza de iraquíes, en
una guerra ciega que ha olvidado sus pretextos? ¿Hasta cuándo seguirá siendo
normal que los vivos y los muertos sean de primera, segunda, tercera o cuarta
categoría?
Irán está desarrollando la energía nuclear. ¿Hasta cuándo seguiremos creyendo
que eso basta para probar que un país es un peligro para la humanidad? A la
llamada comunidad internacional no la angustia para nada el hecho de que Israel
tenga 250 bombas atómicas, aunque es un país que vive al borde de un ataque de
nervios.
¿Quién maneja el peligrosímetro universal? ¿Habrá sido Irán el país que
arrojó las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki?
En la era de la globalización, el derecho de presión puede más que el derecho
de expresión. Para justificar la ilegal ocupación de tierras palestinas, la
guerra se llama paz. Los israelíes son patriotas y los palestinos son
terroristas, y los terroristas siembran la alarma universal.
¿Hasta cuándo los medios de comunicación seguirán siendo miedos de
comunicación?
Esta matanza de ahora, que no es la primera ni será, me temo, la última,
¿ocurre en silencio? ¿Está mudo el mundo? ¿Hasta cuándo seguirán sonando en
campana de palo las voces de la indignación?
Estos bombardeos matan niños: más de un tercio de las víctimas, no menos de
la mitad. Quienes se atreven a denunciarlo son acusados de antisemitismo. ¿Hasta
cuándo seguiremos siendo antisemitas los críticos de los crímenes del terrorismo
de estado? ¿Hasta cuándo aceptaremos esa extorsión? ¿Son antisemitas los judíos
horrorizados por lo que se hace en su nombre? ¿Son antisemitas los árabes, tan
semitas como los judíos? ¿Acaso no hay voces árabes que defienden la patria
palestina y repudian el manicomio fundamentalista?
Los terroristas se parecen entre sí: los terroristas de estado, respetables
hombres de gobierno, y los terroristas privados, que son locos sueltos o locos
organizados desde los tiempos de la Guerra Fría contra el totalitarismo
comunista. Y todos actúan en nombre de Dios, así se llame Dios o Alá o Jehová.
¿Hasta cuándo seguiremos ignorando que todos los terrorismos desprecian la vida
humana y que todos se alimentan mutuamente? ¿No es evidente que en esta guerra
entre Israel y Hezbolá son civiles, libaneses, palestinos, israelíes, quienes
ponen los muertos? ¿No es evidente que las guerras de Afganistán y de Iraq y las
invasiones de Gaza y de Líbano son incubadoras del odio, que fabrican fanáticos
en serie?
Somos la única especie animal especializada en el exterminio mutuo.
Destinamos 2,500 millones de dólares, cada día, a los gastos militares. La
miseria y la guerra son hijas del mismo papá: como algunos dioses crueles, come
a los vivos y a los muertos.
¿Hasta cuándo seguiremos aceptando que este mundo enamorado de la muerte es
nuestro único mundo posible?
Eduardo Galeano, escritor y periodista uruguayo, autor de "Las venas abiertas
de América Latina" y "Memorias del fuego".
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