DDHH-EEUU: Informe del Senado expone aval oficial a torturas
William Fisher IPS 22 de abril de 2009
NUEVA YORK, - Los interrogadores del Pentágono aplicaron continuas
torturas a prisioneros en Afganistán, Guantánamo e Iraq en un vano intento de
vincular al ex dictador iraquí Saddam Hussein (1979-2003) y a la red radical
islámica Al Qaeda con los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en
Nueva York y Washington.
Ésta es una de las principales conclusiones de un largamente esperado informe
divulgado finalmente el martes por el Comité de Servicios Armados del Senado
estadounidense.
El trabajo también concluyó que profesionales de la salud jugaron un papel
clave en ayudar al Departamento de Defensa para que introdujera el
"waterboarding" ("submarino" o simulación de ahogamiento) y otras torturas meses
antes de que esas "técnicas de interrogatorio" fueran "justificadas" por
abogados del Departamento de Justicia y aprobadas por sus superiores en la
administración del ex presidente George W. Bush (2001-2009).
El informe cita a ex altos funcionarios de inteligencia y ex psiquiatras del
Ejército afirmando que el gobierno de Bush ejerció una "incesante presión" en
los interrogadores para usar duros métodos sobre los detenidos, en parte para
encontrar evidencia de un vínculo entre Al Qaeda y Saddam Hussein.
Ese era el tipo de información que le habría dado a Bush el principal
argumento para invadir Iraq en 2003, señala el informe. Pero no se halló ninguna
evidencia de ese supuesto vínculo.
El informe indica que altos funcionarios de la administración de Bush,
incluyendo al vicepresidente Dick Cheney, el secretario de Defensa, Donald
Rumsfeld, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), George Tenet,
la consejera de seguridad nacional, Condoleezza Rice, y el fiscal general, John
Ashcroft, estaban al tato del uso de torturas.
A pesar de las advertencias de personal militar de que la aplicación de las
torturas en los detenidos de Guantánamo podría tener consecuencias negativas, 15
técnicas específicas fueron avaladas por Rumsfeld el 2 de diciembre de 2002,
señala el informe.
Lo que siguió fue "una erosión de los estándares que dictan que los detenidos
deben ser tratados humanamente", indica.
"Que esas técnicas fueron autorizadas pasó a ser algo conocido por los
soldados estadounidenses en Afganistán e Iraq, preparando el escenario para los
abusos que ocurrieron en (la cárcel de) Abu Ghraib y otros lugares", añade.
El informe también indica que el uso de las torturas comenzó a inicios de
2002, ocho meses antes de que los abogados del Departamento de Justicia
aprobaran el uso del "submarino" y otros nuevos métodos de interrogatorio,
concluyeron los senadores.
El presidente del comité, Carl Levin, del gobernante Partido Demócrata, dijo:
"El informe representa una condena tanto a las políticas de interrogatorio de la
administración Bush como de los altos funcionarios que intentaron
responsabilizar de los abusos -- vistos en Abu Ghraib, Afganistán y Guantánamo--
a soldados de bajo rango".
"El argumento de que los abusos podrían ser atribuidos a actos no autorizados
de ‘unas pocas manzanas podridas’ es simplemente falso", afirmó.
"Unas pocas manzanas podridas" es cómo Rumsfeld calificó a los soldados que
aparecieron humillando a prisioneros en Abu Ghraib en fotografías filtradas que
recorrieron el mundo. Varios de esos militares fueron sentenciados a prisión.
Investigaciones del Pentágono no encontraron evidencia de que los abusos fueran
parte de una política ordenada por altos mandos civiles.
"La pista sobre los abusos lleva a altos líderes civiles, y nuestro informe
conecta los puntos", desde la autorización de Rumsfeld "hasta Guantánamo,
Afganistán e Iraq", dijo Levin.
Defensores de los derechos humanos elogiaron el informe. Caroline
Fredrickson, directora de la oficina legislativa en Washington de la Unión por
las Libertades Civiles Estadounidenses (Aclu), señaló: "Una vez más, recibimos
clara evidencia de que los más altos funcionarios de la administración de Bush
no sólo eran cómplices en la aplicación de la tortura, sino que estaban
activamente involucrados en su implementación. Es tiempo de actuar sobre esta
evidencia".
El informe también documenta cómo un plan de entrenamiento militar llamado
Supervivencia, Evasión, Resistencia y Escape (SERE) se convirtió en el
fundamento de los interrogatorios tanto por parte del Pentágono como de la
CIA.
SERE fue desarrollado hace muchos años como una forma de darle al personal
militar estadounidense cierta idea del trato que podrían recibir si fueran
capturados por China, la Unión Soviética u otros adversarios durante la Guerra
Fría.
El informe del comité indica que la CIA se inspiró en el programa SERE para
aplicar métodos severos contra sospechosos de Al Qaeda en sus prisiones en el
exterior. La agencia admitió que usó el "submarino" contra tres sospechosos de
terrorismo en 2002 y 2003.
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