El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que
viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también
la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense.
Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar
los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática
encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.
Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar
Manning hizo publicó “Collateral Murder” [Asesinato colateral] — video de una
tripulación de un helicóptero estadounidense asesinando sistemáticamente con sus
ametralladoras a civiles iraquíes no armados en la calle, gente que no
representaba ningún amenaza, entre ellos niños pequeños, los soldados yanquis
riéndose y bromeando durante los asesinatos. Ese video desmintió la propaganda
de que las tropas estadounidenses eran “los buenos” en Irak.
En septiembre, la Universidad de California en Berkeley, una de las
universidades más prestigiosas de Estados Unidos, ofreció un foro a prominentes
facilitadores de nazis y partidarios de Trump, supremacistas blancos, misóginos
y xenófobos rabiosos, y otros portavoces del odio. Entre ellos: Milo
Yiannopoulos, Ann
Coulter, Steve
Bannon. La universidad lo defiende pervirtiendo la bandera de “la
libertad de expresión”.
Al mismo tiempo, capitulando ante la presión de los funcionarios del régimen
de Trump y Pence y otras figuras de la clase gobernante, la Facultad de Gobierno
John F. Kennedy de la Universidad de Harvard canceló vergonzosamente una
invitación al valiente filtradora Chelsea Manning para que fuera una profesora
visitante.
El New York Times describe la Facultad Kennedy como un lugar “donde
convergen actores poderosos de la cúpula del estado, del sector sin fines de
lucro, de los militares y de los medios de comunicación”. Su invitación, informa
el Times, “invitaba a personas de todas las ideologías, inclusive
algunos considerados odiosos por el lado opuesto... para provocar la discusión
que cruce la política partidaria en el ambiente de una universidad en un intento
de evitar el hiperpartidismo”.
Chelsea Manning, de hecho, tiene muchísimo que ofrecer a los estudiantes de
Harvard y muchos otros. En 2010, como soldado raso del ejército, ella filtró
valientemente documentos del Pentágono y del Departamento de Estado que incluían
pruebas de crímenes de guerra en Irak y Afganistán, el respaldo de Estados
Unidos a regímenes que cometían la tortura, y otras maquinaciones y artimañas
estadounidenses por todo el globo y hasta entonces secretas. Recientemente ella
dijo que se sintió obligada a hacerlo debido a la enorme cantidad de “muerte,
destrucción y caos” que presenció en Irak.
Por tal acto, a Chelsea Manning la juzgaron en un tribunal militar y la
condenaron a 35 años de prisión bajo la Ley de Espionaje de Estados Unidos.
(Presidente Obama conmutó su sentencia después de siete años de prisión).
Durante todo esto, Manning heroicamente se negó a renunciar a sus revelaciones
condenatorias de los crímenes de este imperio.
Los estudiantes de Harvard y muchos otros habrían aprendido lecciones
inapreciables sobre la verdad de lo que hace Estados Unidos en todo el mundo, y
lecciones sobre la moralidad de decir la verdad y tomar partido por la
humanidad, sin importar el costo — una lección que es ahora especialmente
necesaria.
¡Pero tan pronto como se anunció el profesorado para Manning, enseguida los
altos oficiales y los portavoces de la clase gobernante empezaron a aullar!
Michael J. Morell, subdirector de la Agencia Central de Inteligencia (la CIA)
bajo el mando de Obama, renunció a su profesorado en protesta, diciendo que la
invitación “honra a un delincuente convicto que filtró información clasificada”,
informa el New York Times.
Luego, el golpe de gracia llegó del director de la CIA bajo Trump, el
fascista cristiano Mike
Pompeo. Boicoteó un foro de Harvard en el que estaba programado para
participar, y declaró: “Srta. Manning traicionó a su país” y le llamó “traidora
estadounidense”. Y eso del mismo Pompeo que se opone a cerrar el campo de
tortura estadounidense en Guantánamo, y que criticó vehementemente las
decisiones que ponían fin a las cárceles secretas de la CIA en todo el mundo
(los llamados “sitios negros”), las que instituían la regla que todos los
interrogadores se adhirieran a las leyes contra la tortura y las que prohibían
las torturas como el submarino.
Ya que las fuerzas fascistas pro-Trump ahora usan “la libertad de expresión”
como un ariete para normalizar el discurso fascista en las universidades, para
luego hacerlo dominante, Harvard no prohibió completamente que Chelsea Manning
hablara. En vez de eso, a instancias del jefe de la CIA, trataron de
deslegitimarla y distanciarla de Harvard enmarcando la cuestión para centrarse
en sus antecedentes “criminales” y su falta de “servicio público”, para anular
su derecho a hablar como profesora visitante. El jefe de la Facultad Kennedy, el
Decano Douglas Elmendorf, anunció: “vamos a retirar la invitación a ella para
servir como Profesora Visitante —y el honor percibido que implica para algunas
personas—, mientras mantenemos la invitación para que ella pase un día en la
Facultad Kennedy y hable en el Foro”.
Según Harvard, a torturadores como Mike Pompeo les merecen recibir la honra
por su “servicio público”, mientras que a los filtradores como Chelsea Manning
que han sacado a luz, o sacarían a luz, la tortura, no.
Chelsea Manning, todavía manteniéndose firme, tuiteó
después de que cancelaron su profesorado:
“Esto es como se ve un estado militar / policial / de intel... el @cia
determina lo que se enseñe @harvard y lo que no.”
y
“me honra ser la 1ra mujer trans profesora visitante @harvard cuya
invitación fuera cancelada... suprimen las voces marginadas bajo presión de la
@cia... #WeGotThis”.
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