Guardia Costera revierte política de calificar esvásticas y sogas como “potencialmente divisivas”

El nombre y las condecoraciones del almirante Kevin Lunday, comandante interino de la Guardia
Costera de Estados Unidos, vistas en su uniforme durante una vista del Comité
de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado para su nominación para el cargo,
el 19 de noviembre de 2025, en el Capitolio, Washington. (AP Foto/Julia Demaree Nikhinson)
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By Associated Press Spanish
22 de noviembre de 2025
Por KONSTANTIN TOROPIN, LISA MASCARO y SUSAN HAIGH
WASHINGTON (AP) — La Guardia Costera de Estados Unidos hizo pública una nueva política más clara
acerca de la exhibición de símbolos de odio como esvásticas y sogas, solo unas
horas después de que se revelara que planeaba describirlos como “potencialmente
divisivos”, un término que causó indignación entre legisladores y activistas.
“Se prohíben los símbolos y banderas divisivos o de odio”, indicó la última política de la Guardia Costera,
publicada el jueves por la noche, que añadió que la categoría incluye “una
soga, una esvástica y cualquier símbolo o bandera cooptada o adoptada por
grupos basados en el odio”.
“No se trata de una política actualizada, sino que es una nueva política para combatir cualquier
desinformación y reafirmar que la Guardia Costera de Estados Unidos prohíbe
estos símbolos”, afirmó la agencia en un comunicado adjunto.
El cambio anunciado a última hora de la noche se produjo el mismo día en que medios de comunicación,
encabezados por The Washington Post, descubrieron que la Guardia Costera había
redactado a principios de este mes una política que calificaba esos mismos
símbolos como “potencialmente divisivos”. Esa calificación suponía un cambio
respecto a la política implantada en 2019 que señalaba que símbolos como
esvásticas y sogas estaban “ampliamente identificados con la opresión o el
odio” y calificaba su exhibición como “un posible incidente de odio”.
La última norma también prohíbe de forma clara mostrar cualquier símbolo divisivo o de odio en todos
los emplazamientos de la Guardia Costera. En la versión anterior no vetaba esa
simbología, sino que apuntaba que los comandantes podían emprender medidas para
retirarlos de la vista pública y que la regla no se aplicaba a espacios
privados fuera del alcance del público, como las viviendas para familias.
Ambas políticas conservaban la prohibición de larga data de mostrar públicamente la bandera confederada,
salvo en un puñado de situaciones, como entornos educativos o históricos.
Al parecer, las nuevas directrices entraron en vigor de inmediato.
Cuando se hizo público el cambio inicial, la senadora demócrata por Nevada Jacky Rosen señaló que la decisión
“revierte protecciones importantes contra la intolerancia y podría permitir que
se exhiban de forma inexplicable horribles símbolos de odio como esvásticas y sogas”.
“En un momento en que el antisemitismo va en aumento en Estados Unidos y en todo el mundo, relajar las
políticas destinadas a combatir los crímenes de odio no solo envía el mensaje
equivocado a los hombres y mujeres de nuestra Guardia Costera, sino que pone en
riesgo su seguridad”, agregó.
En un comunicado emitido antes el jueves, el almirante Kevin Lunday, comandante en funciones de la
Guardia Costera, dijo que la iniciativa no revocaba ninguna prohibición y
calificó como “categóricamente falso” afirmar lo contrario.
“Estos símbolos han estado y siguen estando prohibidos en la Guardia Costera según la política”, explicó
Lunday en la nota, agregando que “cualquier exhibición, uso o promoción de
tales símbolos, como siempre, será investigada a fondo y severamente castigada”.
La predecesora de Lunday, la almirante Linda Fagan, fue cesada el primer día del segundo mandato del
presidente Donald Trump. Funcionarios del equipo del mandatario señalaron más
tarde que su despido se debió en parte a un “enfoque excesivo” en los esfuerzos
de diversidad e inclusión que desviaban “recursos y atención de las necesidades operativas”.
La norma anterior, que se implementó a principios de noviembre, también decía explícitamente que “la
terminología ‘incidente de odio’ ya no está presente en la política” y que la
conducta que antes se habría gestionado como un posible incidente de odio
pasaría a tratarse ahora como “un reporte de acoso en casos con un individuo
agraviado identificado”.
De acuerdo con ese texto, los comandantes, en consulta con abogados, podían ordenar o dirigir la retirada
de símbolos o banderas “potencialmente divisivos” si se considera que afectaban
a la moral o la disciplina de la unidad.
La nueva política no se pronuncia acerca de si el personal de la Guardia Costera podrá alegar que fue
víctima de incidentes de odio.
La Guardia Costera depende del Departamento de Seguridad Nacional aunque todavía se considera parte de las
fuerzas armadas, y la nueva política se actualizó en parte para que fuese
coherente con directivas similares del Pentágono, según el comunicado de la
agencia en el que se anunciaron los cambios.
Además, históricamente ha modelado muchas de sus políticas de recursos humanos en base a las de otros
servicios militares.
El cambio se produjo menos de dos meses después de que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenó la
revisión de todas las definiciones de acoso, intimidación y hostigamiento en el
ejército, alegando que esas directrices eran “demasiado amplias” y “ponen en
peligro la preparación para el combate, el cumplimiento de la misión y la
confianza en la organización”.
El Pentágono no ofreció detalles sobre qué se estaba revisando en concreto, si podría realizar cambios
similares a los de la política de la Guardia Costera o cuándo completaría la revisión.
Menachem Rosensaft, profesor de Derecho en la Universidad de Cornell y líder de la comunidad judía,
dijo en un comunicado que “la esvástica es el símbolo definitivo del odio y la
intolerancia virulenta, e incluso el hecho de que la Guardia Costera considere
no clasificarla ya como tal sería equivalente a considerar las cruces en llamas
y las capuchas del Ku Klux Klan como meramente ‘potencialmente divisivas'”.
El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, calificó la medida de “repugnante, y un nuevo apoyo de
los republicanos al extremismo”.
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Haigh informó desde Norwich, Connecticut.
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