El nuevo poder de John Brennan: Asesino en
jefe
¿Recuerdan la era de Bush cuando pequeñas cosas como la Ley
Patriota y las escuchas telefónicas sin mandato judicial y las comisiones
militares eran Ataques Radicales e Ilegales que Pisotean Nuestra Constitución y
Nuestros Valores? |
29 de mayo de 2012 Glenn
Greenwald
Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar 6 de junio de
2012
En noviembre de 2008, los medios de comunicación insinuaban plenamente que el
presidente Obama iba a nombrar a John Brennan como director de la CIA. Pero la
controversia
sobre el pasado reciente de Brennan – pues era funcionario de la CIA durante el
gobierno de Bush y abogaba
abiertamente por las “técnicas de interrogatorio intensificadas” y la
rendición– lo
obligó a “retirar su nombre” de consideración, y mientras dio a conocer
públicamente una
carta en que mencionaba “fuertes críticas en algunas partes” de su defensa
de la CIA.
El presidente Obama no se dejó inmutar por esa situación desagradable, en
cambio nombró a Brennan como su principal asesor en cuestiones del
contraterrorismo, un cargo que podría decirse que le dará más influencia que
como jefe de la CIA. Desde entonces, a Brennan se le ha pillado diciendo grandes
mentiras en casos muy importantes, inclusive al afirmar
falsamente ante el mundo que Osama bin Laden “entabló un tiroteo” con las
fuerzas estadounidense que entraron en su casa y “usó a su esposa como escudo
humano” y, más tarde, mintió descaradamente sobre el
primer año de ataques a Pakistán con aviones no tripulados, al decir: “no ha
ocurrido ninguna muerte colateral”. En vista de esa historia, no es de
sorprenderse que Brennan ha estado al centro de muchas de las acciones más
radicales de la administración, por ejemplo al reclamar la autoridad para
seleccionar a ciudadanos estadounidenses para el asesinato-por-la-CIA sin el
debido proceso judicial y la
política general de seleccionar en secreto a las personas que serán
asesinadas mediante los aviones no tripulados.
Ahora, el poder de Brennan ha aumentado
más: está a punto de convertirse en el único árbitro de la vida y la muerte,
el propio juez, jurado y verdugo sin supervisión de quienquiera que él quiere
asesinar (por supuesto, cuando la Prensa Asociada usa las palabras “terrorista”
u “operativo de al-Qaeda” en ese informe, lo que quiere decir en realidad es
esto: una persona a quien el gobierno estadounidense acusa, sin el debido
proceso judicial, de involucrarse en el terrorismo):
El jefe de contraterrorismo de la Casa Blanca, John Brennan, ha tomado
la iniciativa al seleccionar qué terroristas serán objeto de ataques de aviones
no tripulados o de allanamientos, estableciendo un nuevo procedimiento para
la selección de objetivos militares y de la CIA.
Así se concentra el poder sobre el uso de fuerza letal de EE.UU. fuera de
las zonas de guerra en un pequeño equipo de la Casa Blanca.
En ese proceso, ya en marcha por un mes, el personal de Brennan consulta
con el Departamento de Estado y otras agencias sobre quién debe ser incluido en
la lista de objetivos, haciendo menos relevante el papel del Pentágono, según
dos funcionarios estadounidenses actuales y tres antiguos informados sobre la
evolución de cómo el gobierno persigue a terroristas…
El empeño de Brennan le otorga más influencia más temprano en el proceso,
antes de hacer la recomendación final al presidente Barack Obama. Funcionarios
fuera de la Casa Blanca expresaron su preocupación de que la desviación de una
mayor parte del proceso de toma de decisiones a la oficina de Brennan podría
convertirla en un pseudo cuartel general militar, confiando la suerte de
los objetivos de al Qaida a un pequeño grupo de altos funcionarios…
Algunos de los funcionarios que implementan la política se muestran
igualmente recelosos de “cuán fácil ha llegado a ser matar a alguien”,
dijo uno de ellos. Estados Unidos les apunta a agentes de al Qaida por motivos
como escucharles en una conversación interceptada conspirando para atacar a un
embajador estadounidense en ultramar, dijo el funcionario.
Grupos de derechos humanos y grupos por las libertades civiles le han
instado a que la Casa Blanca haga público el proceso legal por el cual los
nombres terminan en la lista de objetivos.
“Seguimos creyendo, sobre la base de la información disponible, que el
programa (de aviones no tripulados) no es solo ilegal sino peligroso”, dijo Hina
Shamsi, director del Proyecto Nacional de Seguridad de ACLU. “Es peligroso
caracterizar a todo el planeta como un campo de batalla”.
Reducir la cantidad de personas que deciden quién estará en la lista de
captura/asesinato significa menos personas a quienes rendir cuentas, dijo
Mieke Eoyang de Third Way, un comité asesor demócrata centrista.
“Como principio general, si la gente piensa que alguien está revisando su
trabajo, tiene más cuidado”, dijo Eoyang. “Los pequeños grupos pueden caer
víctimas a un conformismo de grupo”.
Sobra decir, todo esto tiene lugar en un secreto total, sin ningún marco
legal ni supervisión de tipo alguno. De hecho, incluso después de que el
gobierno de Obama hizo que Brennan defendiera el programa de aviones no
tripulados de la CIA, sigue insistiendo ante un
tribunal federal en que el programa es demasiado secreto incluso para
confirmar su existencia. Se trata solamente de un pequeño grupo de funcionarios
del Estado Nacional de Seguridad que dice, a oscuras, a quien quiere matar, y
entonces –una vez que el presidente lo aprueba– se hace. Este es el Cambio que
nos ha obsequiado el Premio Nóbel de la Paz 2009: “Algunos de los funcionarios
que implementan esa política se muestran igualmente recelosos de “cuán fácil
ha llegado a ser matar a alguien”.
Reuters describió
anteriormente el proceso secreto usado para determinar cuáles seres humanos,
incluidos los ciudadanos estadounidenses, serían seleccionados para el
asesinato-por-la-CIA-sin-el-debido-proceso: “un panel selecto de altos
funcionarios del gobierno los ponen en una lista de matar o capturar” sin
“ningún documento público” ni “ninguna ley que establezca su existencia o que
explique las normas” — un verdadero panel de la muerte, aunque uno creado por la
Casa Blanca en lugar de por ley. Y ahora John Brennan tiene más control del
proceso, y menos supervisión, cuando gira esos decretos de sentencia de
muerte.
¿Recuerdan la era de Bush cuando pequeñas cosas como la Ley Patriota y las
escuchas telefónicas sin mandato judicial y las comisiones militares eran
Ataques Radicales e Ilegales que Pisotean Nuestra Constitución y Nuestros
Valores? Ahora, todas esas cosas se han normalizado completamente – las
controversias sobre esas políticas son como reliquias extrañas y obsoletas de
una era más inocente – y ahora en su lugar tenemos cargos no elegidos como el
Zar de la Sentencia de Muerte.
* * * * *
Charles Davis tiene dos comentarios buenos — uno aquí y
otro aquí
— sobre la desesperada acrobacia mental que algunos fanáticos de Obama usan para
justificar todo eso (y cuando fracasan en eso, lo pasan por alto).
ACTUALIZACIÓN: Estuve ayer en Al Jazeera
debatiendo la posibilidad
de quitar el MeK de la lista de grupos terroristas, algo que se puede ver aquí
(debido a cuestiones técnicas, mi participación comienza a 19:40). También me
entrevistaron en Anti War Radio sobre las políticas de detención de Obama y el
caso reciente en que los tribunales anularon
los poderes de detención de la NDAA, y eso se puede escuchar aquí.
Este artículo apareció originalmente en Salon.com
el 22 de mayo de 2012.
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