Más dejación de jueces federales
4 de mayo de 2012
La sección diseñada para que estuviera aislada de presiones
políticas ha sido la más cobarde de todas en la época después del 11 de
septiembre.
Glenn
Greenwald
Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar 31 de mayo de
2012
La postración de jueces federales en la época que vino después del 11 de
septiembre, y su cobarde sumisión a las reclamaciones de seguridad del Brazo
Ejecutivo, ha sido un tema del que he escrito
muchas
veces en las últimas semanas. Ayer, la 9ª circunscripción de la Corte de
Apelaciones utilizó
el argumento del Departamento de justicia (DOJ por sus siglas en inglés) de
Obama de que John Yoo es -no es necesario decirlo- totalmente inmune de ninguna
responsabilidad por haber autorizado la tortura de José Padilla, basándose
en que la ilegalidad de la conducta de Yoo no estaba “a debate” en el momento en
el que la llevó a cabo. Todo lo que escribí
hace un par de semanas sobre el idéntico blindaje que las cortes federales
dieron a Donald Rumsfeld y al DOJ de Obama de reclamaciones similares es válido
para el fallo de ayer, y El New York Times tiene un buen
editorial hoy condenando ese fallo como “equivocado y peligroso”.
En definitiva, esto resalta una vez más que de todas las instituciones
estadounidenses que han fallado profundamente en la resaca del 11-9 en proteger
las libertades más básicas (el congreso, ambos partidos políticos, los medios de
comunicación oficiales, el Brazo Ejecutivo, el DOJ en concreto), ninguno ha sido
tan vergonzosa como la de los jueces federales, cuyo puesto vitalicio les
tendría que aislar de básicas presiones políticas que llevan a tomar
cobardemente decisiones corruptas. Y además, sólo considerar estos dos
hechos:
(1) a ni una sola víctima de la guerra contra el
terrorismo (ninguna) se le ha permitido denunciar por daños en una corte
estadounidense por lo que se le hizo, incluso cuando todo el mundo admite que
eran totalmente inocentes, incluso cuando se
les sometió a las torturas más brutales, e incluso cuando
el poder judicial de otros países aceptó a trámite sus demandas; y,
(2) ni un solo oficial del gobierno (ni uno) ha
tenido que rendir cuentas legalmente, ni por lo penal ni incluso por lo civil,
por ningún crimen o abuso de la Guerra contra el Terror; y de manera perversa,
los únicos oficiales del gobierno que pagan algo son los que filtraron esos
crímenes.
Así es como la historia recordará el comportamiento de los jueces federales
estadounidenses ante la arremetida post-11/9 de persecuciones anti musulmanas e
implacables erosiones de derechos elementales.
Incluso peor, si eres un musulmán acusado de cualquier crimen relacionado con
el terrorismo, tu condena en una corte federal está virtualmente garantizada, ya
que los jueces federales interpretarán la ley y emitirán fallos pro
gubernamentales, cosas que nunca harían con un acusado
no musulmán; y a la inversa, si eres un oficial del gobierno que abusó o
además violó los derechos de musulmanes, tu total inmunidad está virtualmente
garantizada. Esas son reglas
indiscutibles de la justicia estadounidense. Tan serviles e incondicionales
son los jueces federales cuando se trata de defendidos musulmanes que si eres un
musulmán acusado de cualquier crimen relacionado con el terrorismo, casi seguro
que tienes más
probabilidades a este punto de conseguir algo parecido a un juicio justo
ante un tribunal militar de Guantánamo que ante una corte federal; así es como
los débiles jueces federales han actuado cuando el gobierno de los EEUU
pronuncia la palabra “terrorismo” apuntando a un musulmán o por cualquier
reclamo de “seguridad nacional” relacionado con el 11 de septiembre.
Sólo para resaltar la cuestión un poco más: el Departamento de Justicia esta
semana presentó un informe
exponiendo sus actividades de espionaje del 2011 bajo la Ley de Espionaje y
Vigilancia extranjera (FISA por sus siglas en inglés). Aquí está el resumen (de
resaltar: EPIC):
Número de peticiones del DOJ al tribunal de FISA para espiar
a y/o buscar físicamente a estadounidenses o residentes legales:
1745
Número de apelaciones al tribunal de FISA denegadas:
0
El DOJ presentó al tribunal de FISA cerca de 1800 peticiones de permiso para
espiar las comunicaciones electrónicas de estadounidenses o residentes legales,
o para buscar físicamente sus propiedades (la inmensa mayoría, más del 90%, era
para espionaje), y la corte de FISA no denegó una sola petición, aunque
“modificaron” 30. Esta es una expresión perfecta de como el sistema judicial
federal, en general, se comporta ante las reclamaciones de Seguridad Nacional
del Brazo Ejecutivo: como un sirviente impotente, y ansioso de estampar el sello
sin cuestionamientos.
* * * * *
Por cierto: la ley FISA de 1978 que requería la aprobación de la corte antes
de que el gobierno de EEUU pudiera espiar a los americanos ha producido esta
clase de ciega aceptación del estampado automático por parte de la corte de FISA
desde su
comienzo. Sin embargo, fue el proceso FISA el que la administración Bush tachó
como obstáculo demasiado importante para sus poderes de espionaje cuando decidió
violar la ley espiando sin pedir permiso al tribunal de FISA, y es la misma
reclamación que Obama hizo en el congreso y después en el senado en
el 2008 cuando presentaron una
nueva ley FISA que dramáticamente expandía la potestad del gobierno para
espiar sin garantías. Una tasa del 100% de victorias en el tribunal
aparentemente es demasiado baja para aquellos que ven los poderes presidenciales
como monárquicos, y nuestros jueces federales de la nación parecen estar todo el
tiempo tratando ansiosamente de aumentar esa tasa.
Este artículo apareció originalmente en Salon.com
el 4 de mayo de 2012.
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