La justicia occidental: La potestad para asesinar
sin presentar pruebas
24 de enero de 2012 Glenn
Greenwald
Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar 07 de febrero de
2012
El sábado en Somalia, los
misiles de EEUU disparados desde un avión no tripulado mataron al
ex-ciudadano británico Bilal el-Berjawi, nacido en Líbano y de 27 años de edad.
Su esposa había dado a luz 24 horas antes y se especula que los EEUU lo
localizaron cuando su esposa lo llamó para darle la noticia.
Hace apenas un año, a El-Berjawi se le despojó
de su ciudadanía británica, (que obtuvo cuando su familia se mudó a ese país
cuando era un niño), mediante una ley anti-terrorista del gobierno británico del
2006 – aprobada después del atentado del metro de Londres – que el actual
gobierno está usando cada vez con
más frecuencia para despojar de la ciudadanía a supuestos terroristas con
doble nacionalidad (sin dar ninguna explicación sobre el hecho).
La familia de El-Berjawi niega encarecidamente que estuviera envuelto en
terrorismo, pero nunca fue capaz de apelar contra la orden contra él por esta
razón:
Se suponía que Berjawi estaba en miras de apelar en contra de la orden, pero
los abogados que representaban a su familia fueron incapaces de recibir
instrucciones suyas por la preocupación de que cualquier teléfono de contacto
podría llevar a un ataque con un avión no tripulado.
Obviamente esas preocupaciones eran fundadas. O sea que primero los EEUU
intenta asesinar gente, después montan acusaciones contra ellos para ser
difundidas, para que los individuos, temiendo por su vida, sean incapaces de
defenderse. Mientras tanto, no se ha dado ninguna explicación o prueba sobre la
negativa ley del gobierno o el asesinato: es simplemente un decreto secreto y
así seguirá siendo.
Exactamente lo mismo pasó con el ciudadano estadounidense Anwar Awlaki.
Cuando la Unión de Libertades Civiles Americana (ACLU por sus siglas en inglés)
y el Centro por los Derechos Constitucionales (CCR por sus siglas en inglés),
representando al padre de Awlaki, interpuso
una demanda contra el presidente Obama pidiendo a una corte federal
imponerse al presidente por matar a su hijo americano sin un juicio, el
departamento de justicia de Obama insistió (y la corte al final aceptó) que
Awlaki en persona era el que tenía que demandar. Obviamente, eso era imposible
dado que la administración Obama había admitido que estaba intentando matarlo y
seguramente habría hecho eso en el mismo momento que asomara la cabeza para
contactar con sus abogados (de hecho, EEUU intentó
matarlo cada vez que creían que lo habían
localizado, hasta que lo consiguieron). Por lo que de nuevo en el caso de
Awlaki: los EEUU señalan a alguien para matarlo, y después la incapacidad de
defenderse a sí mismos es usado como un arma para denegar sus derechos
legales.
La negativa a ser transparentes es lo mismo. Desde que Awlaki fue asesinado,
la administración de Obama ha rechazado firmemente revelar no solo ninguna
prueba que justifique las acusaciones de terrorismo contra él, sino ni siquiera
las teorías legales que están usando para afirmar la potestad para condenar a
ciudadanos estadounidenses a morir sin acusaciones. Un
memorándum legal secreto autorizando el asesinato de Awlaki, elaborado por
los abogados de Obama David Baron y Marty Lederman, permanece secreto.
Durante los años de Bush, los abogados de Obama condenaron
vehementemente como “ley secreta” tiránica el rechazo del Departamento de
Justicia de Bush a liberar incluso un memorando legal de la Oficina del Consejo
Legal (OLC por sus siglas en inglés). Uno de los abogados que más ruido hacía
sobre las maldades de la “ley secreta”, Dawn Johnsen (el elegido, aunque nunca
confirmado, por Obama para ser jefe de la OLC) durante los años de Bush me dijo
en octubre: “De ninguna manera apoyo el encubrimiento por parte de la OLC del
memorando de Awlaki.... La administración Obama debería hacer público cualquier
memorándum existente explicando por qué cree que tiene autoridad para llevar a
cabo asesinatos selectivos o del mismo modo hacer público un análisis legal
detallado de las competencias que dice tener.
Un informe
del “Daily Beast” dice que la administración Obama finalmente va a romper su
silencio” sobre el asesinato de Awlaki, pero aquí tenéis lo que revelará y lo
que no:
En las próximas semanas, según los cuatro participantes en el debate, el
procurador general Eric Holder Jr. planea hacer un discurso trascendental sobre
el archivo de seguridad nacional de la administración. Insertado en este
discurso estará meticulosamente expresado la firme defensa de su derecho a
señalar como objetivos a ciudadanos estadounidenses...
Un borrador anticipado del discurso de Holder identificó el nombre de
Awlaki, pero como concesión a preocupaciones del grupo de inteligencia, se
quitaron todas las referencias a al Qaeda. Tal como está escrito ahora, el
discurso no hace mención a la operación de Awlaki, y no revela nada de
inteligencia en que la administración se basó para llevar a cabo su
asesinato.
En otras palabras, van a enviar a Eric Holder a afirmar que el Gobierno de
EUU tiene el poder para señalar a ciudadanos de EEUU para ser asesinados por
aviones no tripulados de la CIA, pero ni siquiera describirán una sola prueba
que justifique la afirmación de que Awlaki era culpable de algo. De hecho, ni
siquiera mencionarán su nombre. Como dijo
Marcy Wheeler:
Esto es simplemente un compromiso estúpido. Todos sabemos que la
administración mató a Awlaki. Todos sabemos que la Administración usó un ataque
con aviones no tripulado para hacerlo..
El problema – el problema que golpea en el mismo corazón de la
responsabilidad democrática -es que los planes de la Administración para
mantener en secreto los detalles que probarían (o no) que Awlaki era lo que la
Administración felizmente afirma que está bajo anonimato, todo esto mientras afirman
que esa información es precisamente un secreto de estado.
La Administración parece estar planeando hacer un gran discurso
antiterrorista – ¡ey! ¡Otra oportunidad de nuevo para jactarse de haberse
deshecho de Osama bin Laden! - sin revelar precisamente esos detalles que serían
necesarios para distinguir este asesinato, a este país, del de un dictador
cualquiera.
La CIA parece haber forzado a nuestro Presidente elegido democráticamente
a que no puede ofrecer el tipo de transparencia necesario para seguir siendo una
democracia. Te podemos matar – parecen estar planeando decir – y nunca
tendremos que probar que hacerlo era justo. ¡Tendrás que confiar en
nosotros!
Este, por supuesto, es el corazón y alma de la mentalidad de la
administración cuando se trata de esos asuntos, y ¿por qué no? Entre
Republicanos que siempre aplaudieron los asesinatos de musulmanes con o sin
explicación o transparencia y los Demócratas que lo hacen cuando su líder es el
asesino, al final no hay ninguna presión política para que se expliquen. Esta
revelación planeada si sirve de algo es para empeorar el problema, ya que
tendremos el espectáculo de Eric Holder, revolcándose en una pomposidad legal de
su propia integridad, para al final defender el poder de Obama que ya está
utilizando -para asesinar a ciudadanos de EEUU en secreto y sin control – pero
ocultando lo que es más necesario: las pruebas de que Awlaki era lo que
el gobierno de los EEUU afirma que es. Esto simplemente sirve para reforzar el
mensaje que el gobierno envía repetidamente: como Marcy indica, “Podemos
matarte y nunca tendremos que probar que hacerlo era justo. ¡Tendrás que confiar
en nosotros!” El experto en Yemen Gregory Johnsen añadió
:”La opinión legal de EEUU sobre Awlaki es una cosa, pero se basa en asunciones
hechas por el grupo de inteligencia, y que no será revelado.”
Esto ya no le parece radical a nadie – porque ha sido normalizado -porque
viene dándose desde hace tanto, y lo que es más importante, ahora forma parte
del consenso bipartidista. Pero para ver lo extremo que llega a ser esto, para
entender qué salida tan radical es, sólo considerad lo que el neocon embajador
de Israel durante Bush, Martin Indyk, dijo a los israelíes en el 2001, como
señalaba este
artículo de opinión de Mary Ellen O'Connell en el Guardian cuando comparaba
los asesinatos de Obama con el programa de torturas de Bush:
El gobierno de los Estados Unidos es muy claro conste en acta en que
está en contra de los asesinatos selectivos. Son asesinatos extrajudiciales, y
nosotros no apoyamos eso.
Lo que el embajador durante George Bush condenó a la cara a los israelíes
sólo hace una década como algo de lo que estaba firmemente en contra, se ha
convertido ahora en una constante de la política del gobierno: dirigido incluso
a sus propios ciudadanos, y llevado a cabo en completo secreto. Y aquellos que
se tiran años burlándose del concepto de que “el 11-9 lo cambió todo” no tendrán
otra opción que invocar el mantra propagandístico para poder defender esto: ¿qué
más hay que decir?
Este artículo apareció originalmente en Salon.com
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