El derecho de Julian Assange al asilo
político
Glenn Greenwald /The Guardian 21 de junio de 2012
Traducción por milenio.com
El martes, el editor del portal de filtraciones políticas WikiLeaks se
refugió en la embajada de Ecuador en Londres, como última y desesperada medida
para evitar la extradición a Suecia, que lo acusa de supuestos “ataques
sexuales”
Londres • Si uno le pregunta
a los socios, actuales o pasados, de WikiLeaks cuál es su temor más grande, casi
ninguno menciona el juicio en su país. La mayoría confía en que el sistema de
justicia de su propia nación reconozca que no han cometido ningún crimen. El
principal temor es ser entregado a Estados Unidos. Ese es el contexto crucial
para comprender la lucha de 16 meses de Julian Assange a fin de evitar la
extradición a Suecia, misma que lo llevó el martes a buscar asilo en la embajada
de Ecuador en Londres
La evidencia de que Washington busca juzgar y extraditar a Assange, es
sustancial. No cabe duda de que el Departamento de Justicia del presidente
Barack Obama ha convocado a un gran jurado activo para investigar si WikiLeaks
ha violado la draconiana ley de 1917. Senadores clave del Partido Demócrata,
incluyendo a la presidenta del comité de inteligencia, Dianne Feinstein, han
pedido públicamente su juicio bajo dicho estatuto. Un correo electrónico
filtrado de la firma de seguridad
Stratfor —difícilmente una fuente determinante, pero aun así probatoria— indica
que ya se ha obtenido una acusación sellada en su contra. Figuras
estadounidenses prominentes de ambos partidos han exigido prisión de por vida
para Assange, lo han llamado terrorista y hasta han abogado por su asesinato
Son varias las razones por las que Assange teme desde hace mucho que EU pueda
presionar a Suecia a que lo entregue con mucha más facilidad que si estuviese en
Gran Bretaña. Esto se debe principalmente a que países chicos como Suecia en
general son más susceptibles a la presión e intimidación estadounidenses
Tal vez lo más perturbador sea que la ley sueca permite niveles extremos de
secreto en los procedimientos judiciales
y condiciones opresivas de encarcelamiento, lo que da lugar a que las
transacciones sueco-estadounidenses concernientes a Assange se conduzcan más
allá del escrutinio público. Irónicamente, hasta el Departamento de Estado de EU
condenó las “condiciones restrictivas para los prisioneros en las cárceles”
suecas, que incluyen restricciones severas de su comunicación con el mundo
externo
El temor de Assange a terminar en las garras de EU es simplemente racional y
está bien fundamentado. Solo basta con observar el trato dado a extranjeros
acusados de dañar la seguridad nacional estadounidense para saber que es cierto.
O considerar cómo fue tratado el soldado Bradley Manning, acusado de filtrar
información a WikiLeaks; una investigación formal de la ONU encontró que las
condiciones previas a su juicio en cuanto a la confinación solitaria eran
“crueles, inhumanas y degradantes”, y ahora enfrenta cargos de ayudar a la red
Al Qaeda. La obsesión sin precedentes que tiene la administración Obama con
perseguir a los informantes internos y prevenir
la transparencia, hace que esas preocupaciones sean válidas
Assange no es un fugitivo y no ha escapado. Si Ecuador rechaza su pedido de
asilo, estará nuevamente en las manos de las autoridades británicas, que
probablemente lo extraditarán a Suecia sin demora. En cada paso del proceso se
ha adherido, más que violado, al gobierno de la ley. Su pedido de asilo de ayer
no es una excepción
Assange ha encendido una intensa animosidad personal en el círculo de los
medios —una ironía reveladora, dado que ha ayudado a una mayor transparencia y
en los últimos años ha generado más temas de interés periodístico que todos los
medios—. Pero las guerras de ego y los conflictos de personalidad de los medios
son triviales comparados con lo que está en juego en este caso: tanto para
Julian Assange en lo personal como para la causa de la transparencia
Si es culpable de algún crimen en Suecia, el periodista australiano debería
hacerse responsable. Pero hasta entonces tiene todo el derecho a invocar las
protecciones legales disponibles para cualquier otra persona
Más aún, como extranjero acusado de dañar la seguridad nacional de la Unión
Americana, él tiene todos los motivos para desear evitar terminar en la parodia
conocida como el sistema judicial estadounidense
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