Manifestaciones en Washington DC hacen temblar a
las grandes petroleras
Amy Goodman Democracy Now! 25 de agosto de 2011
La Casa Blanca sufrió una sacudida el martes, no solo a causa del terremoto
de magnitud 5,8, sino también por las crecientes protestas frente a la casa
presidencial. Más de 2.100 personas dicen que se arriesgarán a ser arrestadas en
las próximas dos semanas. Se oponen al proyecto del oleoducto Keystone XL,
diseñado para transportar crudo pesado de las arenas de alquitrán de Alberta,
Canadá, a refinerías de la Costa del Golfo de México en Estados Unidos.
(DE MANIFESTANTES: USAR COMO SONIDO FONDO)
En arquitectura, 'Keystone', que significa “piedra angular”, es la piedra en
la cima de un arco que lo mantiene en pie. Sin ella, la estructura se caería. Al
exponerse al riesgo de ser arrestados, como ya sucedió al momento de escribir
esta columna con más de 200 activistas, estos practicantes de la orgullosa
tradición de la desobediencia civil estadounidense esperan hacer colapsar no
solo el proyecto del oleoducto, sino también hacer tambalear la dependencia de
los combustibles fósiles que está acelerando el cambio climático.
Bill McKibben fue uno de los arrestados. McKibben es el ambientalista y autor
que fundó el grupo 350.org, nombrado así por el límite máximo seguro de dióxido
de carbono en la atmósfera, que es de 350 ppm (partes por millón LEER “PARTES
MILLON”). El planeta actualmente está en las 390 ppm (LEER SOLO NUMERO). En el
llamado a la acción para sumarse a la protesta, McKibben, junto a otros como la
periodista Naomi Klein, el actor Danny Glover y el científico de la NASA James
Hansen, afirman que, en palabras del propio McKibben, el oleoducto de Keystone
“Equivale a encender la mecha de la mayor bomba de carbono del planeta. De modo
que necesitamos que el Presidente y el resto del gobierno centren mucho más su
atención en el cambio climático”.
El movimiento de oposición a Keystone XL abarca desde activistas y
científicos, hasta pueblos indígenas de los llanos y bosques boreales que corren
peligro en Canadá, donde se encuentran las arenas de alquitrán, pasando por
productores rurales y agropecuarios de la región ecológicamente vulnerable de
Sand Hills en Nebraska, estudiantes y médicos.
Cuando se le preguntó por qué las protestas frente a la Casa Blanca se
desarrollaban mientras el Presidente Obama está de vacaciones con su familia en
Martha’s Vineyard, McKibben respondió: “También estaremos aquí cuando regrese.
Nos quedaremos durante dos semanas, todos los días. Se trata del primer acto de
desobediencia civil de esta magnitud del movimiento ambientalista en años”.
Apenas a unos kilómetros al este de Martha’s Vineyard y hace exactamente 170
años, en Nantucket, Frederick Douglass, el esclavo escapado, abolicionista,
periodista y editor, dio uno de sus discursos más importantes ante la Sociedad
de Massachusetts Contra la Esclavitud. Douglass es famoso por haber pronunciado
una de las verdades fundamentales acerca de la organización de las bases: “El
poder no otorga nada si no se lo presiona. Jamás lo hizo y jamás lo hará”.
Exigir cambios es una cosa y lograr un cambio en Washington D.C. es otra, en
particular considerando la hostilidad de la Cámara de Representantes —controlada
por los republicanos— ante cualquier legislación contra el cambio climático. Es
por eso que las protestas contra el oleoducto Keystone XL se están desarrollando
frente a la Casa Blanca.
Obama tiene el poder de detener la construcción del oleducto. La empresa
canadiense que está detrás del proyecto, TransCanada, solicitó un permiso al
Departamento de Estado de Estados Unidos para construir el oleoducto. Si el
Departamento de Estado niega el permiso, el oleoducto Keystone XL estará muerto.
La gran devastación ambiental provocada por la extracción de petróleo de las
arenas de alquitrán continuaría, pero sin fácil acceso a las refinerías y al
mercado estadounidenses, el proceso sin duda se demoraría.
Los ejecutivos de TransCanada están confiados de que Estados Unidos les
otorgará el permiso a fin de año. Los políticos republicanos y la industria
petrolera publicitan al proyecto diciendo que generará puestos de trabajo en la
construcción bien remunerados, e incluso han tenido apoyo de algunos
sindicatos.
En respuesta a esto, dos grandes sindicatos, el Sindicato Unido de Tránsito y
el Sindicato de Trabajadores del Transporte, que representan a más de 300.000
trabajadores, pidieron al Departamento de Estado que negara el permiso a la
empresa canadiense. Expresaron en un comunicado de prensa conjunto: “Necesitamos
puestos de trabajo, pero no basados en aumentar nuestra dependencia del petróleo
de las arenas de alquitrán. ...Se podrían generar muchos empleos basados en el
desarrollo de la conservación energética, en la modernización de la red de
electricidad, en el mantenimiento y la expansión del transporte público; empleos
que nos pueden ayudar a disminuir la contaminación del aire, las emisiones de
gases de efecto invernadero y mejorar la eficiencia energética”.
Dos mujeres canadienses, la actriz indígena Tantoo Cardinal, que protagonizó
la película “Danza con Lobos” y Margot Kidder, que hizo el papel de Luisa Lane
en “Superman”, fueron arrestadas junto a más de 50 personas justo antes de que
el terremoto sacudiera la costa este el martes. El ambientalista Bill McKibben
dijo desde Washington: “Se necesitará más que un terremoto o un huracán para
lograr preocuparnos. Estaremos aquí hasta el 3 de septiembre”, dijo. Y continuó:
“Tenemos la esperanza de generar un temblor de magnitud 8 en la escala de
Richter en el sistema político el día que Barack Obama diga 'no' a los grandes
proyectos petroleros y nos recuerde a todos por qué nos alegró tanto su
elección. El oleoducto de arenas de alquitrán es la prueba a la que deberá
someterse”, concluyó.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2011 Amy Goodman
Texto
en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y
Democracy Now! en español. Democracy
Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional
que se emite diariamente en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés
y en más de 250 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el
sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos",
editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
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