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Historia de dos fallos sobre Guantánamo: un dictamen fue alterado para ocultar pruebas de la tortura y muerte de testigos

Democracy Now!
13 de octubre 2010

Traducido del inglés por
El Mundo No Puede Esperar
14 de noviembre de 2010

ProPublica, la página web especializada en periodismo de investigación, hizo públicos impactantes detalles sobre el caso de Uthman Abdul Rahim Mohammed Uthman, un prisionero de Guantánamo cuya puesta en libertad fue ordenada a principios de este año. Un día después de que la decisión del 16 de marzo fuera publicada en el sumario electrónico del tribunal, el texto del fallo desapareció. Semanas más tarde, un nuevo dictamen apareció en su lugar. Aunque llegaba a la misma conclusión, se habían eliminado ocho páginas de información, entre ellas fragmentos clave en los que Kennedy echaba por tierra el caso del gobierno contra Uthman.

JUAN GONZÁLEZ: Aquí en Nueva York, ayer pudimos escuchar los argumentos iniciales en el caso de Ahmed Khalfan Ghailani, el primer detenido en Guantánamo Bay que se enfrenta a un juicio civil. Ghailani compareció el martes ante un tribunal de Nueva York acusado de participar en los atentados contra las embajadas de EE.UU en Tanzania y Kenia en 1998, en los que murieron 224 personas.

El caso es seguido con interés por gran parte de la comunidad jurídica, ya que podría ser decisivo para determinar cómo juzgará el gobierno a los prisioneros que siguen retenidos en Guantánamo.

AMY GOODMAN: Entretanto, la Web de periodismo de investigación ProPublica ha revelado impactantes detalles sobre otro caso judicial en el que se haya involucrado un prisionero de Guantánamo. A principios de este año, un juez federal, Henry Kennedy, Jr., ordenó la liberación de un hombre yemení conocido como Uthman Abdul Rahim Mohammed Uthman. ProPublica asegura que un día después de que la orden del juez Kennedy del 16 de marzo fuera archivada en la lista electrónica de casos pendientes del tribunal, los comentarios de Kennedy desaparecieron de la misma. Varias semanas después un nuevo fallo aparecía en su lugar. A pesar de que el nuevo fallo llegaba a las mismas conclusiones, ocho páginas de material habían sido eliminados, incluyendo pasajes clave en los que Kennedy desmantelaba el caso del gobierno contra Uthman.

Para hablar con más detalle de esta historia, nos hemos reunido con Dafna Linzer, redactora Senior en ProPublica.

Dafna, acláranos esto: ¿es la primera vez que ocurre algo así?

DAFNA LINZER: Eso creo. Y ni siquiera los expertos en clasificación, ni los especialistas en ética legal, ni aquellos dedicados al estudio del secretismo y el secreto de estado, se han visto antes frente a un caso como este. Estamos en una situación en la que tenemos dos fallos distintos. Sale el primero a la luz. El juez revisa las pruebas ofrecidas por el gobierno, realmente llega a desmontar las debilidades en el caso del gobierno, y eso supone un análisis muy, muy a fondo de los distintos tipos de pruebas que este presenta para tener a alguien detenido, y en este caso se trata de una persona que lleva nueve años detenido, sin cargos ni juicio. El dictamen desaparece. Y de repente, aparece otro nuevo cinco semanas más tarde. Elementos muy importantes, frases completas han sido reescritas, notas al de pie de página han desaparecido. Los elementos más débiles de entre los argumentos del gobierno han sido borrados del fallo.

JUAN GONZÁLEZ: y el dictamen original del juez Kennedy fue archivado en febrero, ¿no es cierto?

DAFNA LINZER: Lo escribió a finales de febrero. Salió para…

JUAN GONZÁLEZ: y desapareció al día siguiente, ¿cierto?

DAFNA LINZER: desapareció. Había salido para clasificación. Fue publicado en la Web el 16 de marzo, y veinticinco horas más tarde había desaparecido. Simplemente desapareció de la agenda pública de casos pendientes.

AMY GOODMAN: Bien, usted ha analizado este caso. Háblenos de lo que se decía en la decisión original que fue retirada de la Web.

LINZER DAFNA: Desde luego, y sabes lo que es muy interesante también, es el tipo de cambio, cómo se modificó la redacción de su dictamen original en la segunda opinión y la manera en que altera la percepción del público en lo que al detenido se refiere y la amenaza que este representa, lo que es en sí un cuestión importante en lo que respecta a la continuación de la estrategia de detención de Obama y sus políticas.

Pues en este caso, el detenido fue arrestado en Pakistán el 15 de diciembre de 2001. Esto ocurrió en medio de una batalla de cinco días entre las fuerzas de EE. UU y los combatientes de Osama Bin Laden en Tora Bora, en un complejo de cuevas en Afganistán, no en Pakistán, donde fue detenido Uthman. Pues en su dictamen original, Kennedy tuvo esto en cuenta. Dijo que esto era irrefutable. Ambas partes estuvieron de acuerdo. Tanto el gobierno como el detenido reconocieron que este había sido detenido por las autoridades paquistaníes en Pakistán. El dictamen desaparece. Aparece uno nuevo. De repente, el juez dice que el detenido reconoce, que él mismo lo ha admitido, que fue detenido a finales de diciembre de 2001 cerca de Tora Bora. Se ha cambiado la ubicación del arresto del detenido, la fecha de su detención, a un país diferente, varias semanas después, más próximo de donde se pensaba que había estado Bin Laden y hacia donde se cree que pudo salir huyendo. Así, en el fallo al que tiene acceso el público, de repente parece mucho más una amenaza, mucho más como un combatiente de Al-Qaeda, como alguien la guardia de Bin Laden, y mucho menos lo que el juez alegara que era, que es alguien que se entregó a las autoridades de Pakistán semanas antes de esa fecha.

JUAN GONZÁLEZ: usted ha pasado bastante tiempo tratando de reconstruir qué es lo que pudiera haber ocurrido para que el juez emitiera este nuevo fallo modificado, bastante alterado sobre el original. ¿Qué es lo que piensa que pudo ocurrir entre bastidores? Porque, obviamente, mucho de ello tiene que ver con cuestiones de seguridad nacional, el juez no puede hablar de ello, y son muy pocos los fiscales que pueden hablar públicamente de ello. ¿Qué ha descubierto?

LINZER DAFNA: en el habeas corpus por el que los detenidos impugnan la legalidad de su detención en Guantánamo, el gobierno tiene mucho que decir, debido al secreto de estado, por las razones de seguridad nacional que reivindica el gobierno. Son ellos los que determinan qué parte del procedimiento es confidencial. Eso hace más difícil que la gente hable. Y hay aspectos de este caso que siguen siendo un misterio, porque la gente no quiere declarar para el expediente, les asusta declarar en el expediente. No están autorizados a hablar oficialmente en este tipo de casos. Los abogados defensores, jueces, fiscales, todos están bajo secreto en estos casos en lo que respecta al detenido.

Y aquí, lo que descubrí fue que en privado, en secreto, una vez más, el Departamento de Justicia reconoció al juez que se había cometido un error en la publicación original de su dictamen, que no lo habían redactado correctamente antes de permitir su publicación. Así que lo retiraron. Volvieron confirmar el dictamen, dándole al juez nuevas directrices, redacciones nuevas, y este emitiría el segundo dictamen.

Aquí el tema es, y sigue siendo una especie de misterio, ¿se sintió el juez bastante presionado? ¿Se le permitió discutir la clasificación? Los jueces tienen muy poco que decir respecto a lo que el gobierno decida que debe omitirse del fallo. Así que todo el mundo estaba en una especie de aprieto. Parece que se le presentó al juez una opción difícil: o nos atenemos a su fallo, del que nadie conoce su razonamiento, en cuanto a su orden de liberar al detenido, o produce a una nuevo que no contenga información que no queremos que aparezca en el.

AMY GOODMAN: ¿Nos puedes hablar de ese hombre saudí, Bukhari, que fue prisionero durante cinco años?

LINZER DAFNA: Claro. Este es otro elemento interesante en esta historia de múltiples capas: el testigo que el gobierno utiliza contra el detenido. Han utilizado su testimonio en casi todos los hábeas corpus. Usan declaraciones de unos detenidos contra otros detenidos. En este caso, el gobierno ofreció la evidencia de un detenido, un saudí, cuyo nombre mencionaste, que estuvo en Guantánamo durante cinco años, y que un psiquiatra militar de EE.UU. diagnosticara haberse vuelto psicótico debido a los interrogatorios y la detención en Guantánamo. Fueron las declaraciones de ese detenido las que se utilizaron en el caso de Uthman. El juez las había descartado, debido sobretodo a su salud mental. El hecho es que su diagnóstico médico había sido retirado del conocimiento de la opinión pública. Así que, de nuevo, cuando el público…

JUAN GONZÁLEZ: …del segundo fallo.

DAFNA LINZER: …del segundo fallo, del único fallo que se permitió ver al público. Así, cuando el público lea el razonamiento de Kennedy, no tendrá ni idea de por qué se rechazaron las declaraciones del testigo. Da la impresión de que Kennedy no fuera capaz de entender la evidencia contra al detenido, y que tal vez se equivoque al ordenar su liberación. A menos que sepas la verdad, que Kennedy rechazó este testimonio por tratarse de un psicótico. Y no se trataba de un caso en el que los abogados de la defensa dijeran que este detenido no parece ser un tipo fiable, sino que se trata del diagnóstico de los psiquiatras militares de EE.UU., cuya evaluación psiquiátrica es que este señor está psicótico.

Otro testimonio que ofrecieron contra Osman fue el de un detenido que se suicidó en Guantánamo hace tres años, tras meses y meses en huelga de hambre. Se trata de un detenido que entró en Guantánamo con un peso de 150 libras, y que al morir pesaba cerca de 80. Y no sólo eso, sino que el testimonio que ofrecieron en nombre de este detenido era defectuoso. Apareció con un alias tras ver una foto de Uthman, alegando que este debía ser alguien que había visto en Kabul y que se llamaba Yasser Al-Madani. De aquí se deduciría que el detenido era de la ciudad de Medina en Arabia Saudita, y ese no es el lugar de donde viene Uthman. En inglés, sería como decir que este chico es de Boston, cuando lo que quieres decir es que es de Austin. De hablar inglés, entre estos dos sitios se ve una gran diferencia.

JUAN GONZÁLEZ: ¿Y lo que hizo usted en la Web de ProPublica es que tomó las dos sentencias, la original que fue retirada en un día y la nueva, y haría un análisis línea por línea de los espectaculares cambios sobre lo que escribiera el juez?

DAFNA LINZER: Eso es. Queremos que el público compruebe lo que faltaba y lo que fue eliminado. Se podrá ir línea por línea de la sentencia y clicar y ver todos los cambios, retoques, eliminaciones, omisiones, frases reescritas, cada nota borrada y cada argumento, de modo que la gente tenga acceso a lo que vio el juez y sepa cual es la evidencia real contra el detenido.

Lo que hemos descubierto con nuestros reportajes es que este detenido en concreto es uno de las cuarenta y ocho, unos pocos, en una lista secreta del gobierno de Obama de los detenidos que plantean mantener en prisión forma indefinida, mucho después de que Guantánamo cierre, si es que cierra. Este es un grupo de detenidos que no tienen intención de llevar a juicio ni poner en libertad en ningún momento. Así que esta es la primera vez que se tiene realmente una oportunidad de…

JUAN GONZÁLEZ: ¿Y la razón que tienen para ello es que ni pueden enjuiciarlos ni ponerlos en libertad?

DAFNA LINZER: Ni pueden enjuiciarlos, ni pueden ponerlos en libertad. Demasiado peligrosos para soltarlos, demasiado difícil de procesar. El porqué es difícil de enjuiciar, creo yo que resulta obvio una vez visto lo que ofrecen como habeas corpus.

AMY GOODMAN: Así que, en general, de entre su observación de lo que eso significa y todo lo que sabe sobre la intervención del gobierno de Obama en este caso, ¿que es lo que resulta más significativo?

DAFNA LINZER: Sí, esta es la mano del Departamento de Justicia Obama. Ya sabes, esto no es sólo una cuestión de herencia en la que simplemente se va a los tribunales federales o se discute casos antiguos o se ponen al día respondiendo a cuestiones que les hubieran pasado a ellos. Este es el Departamento de Justicia de Obama, su propia sección administrativa la que decide utilizar este tipo de pruebas contra los detenidos en un juzgado. Y es la decisión del gobierno de Obama el mantener la lista de detenidos que tiene previsto permanezca en secreto de forma indefinida. Y creo que cuando nos encontramos con jueces que están ordenando la liberación de los detenidos que ellos planean retener indefinidamente, se hace más evidente por qué quieren mantener la lista en secreto.

DAFNA LINZER: Pues el gobierno de Obama presentó un recurso, y están esperando poder continuar con el proceso de apelación. Dicho esto, se enfrentan a una orden judicial para liberar a un detenido que dicen que no tienen intención de liberar. Así que, tenemos un dilema. Y el Departamento de Justicia, curiosamente, se niega a hacer una declaración oficial sobre lo que planea hacer en caso de perder la apelación. No quieren decir si acatarían o no una orden judicial que ordene su liberación.

AMY GOODMAN: Bueno, lo tenemos que dejar aquí. Le quiero dar las gracias por estar con nosotros, Dafna Linzer, reportero Senior en ProPublica. Y ciertamente, miraremos su trabajo allí publicado.


 

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