Opiniones
El gobierno estadounidense
debe atender a sus víctimas de tortura
El gobierno de Biden ha prometido apoyar a los supervivientes de torturas. Eso significa que no debe
olvidar a los detenidos de Guantánamo.
Sarah Gannett
Defensor público federal adjunto, Distrito de Arizona
ALJAZEERA
29 de junio de 2023
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 12 de julio de 2023
El detenido de Guantánamo Ammar al Baluchi
sufre graves problemas físicos y psicológicos debido a las torturas infligidas
por agentes estadounidenses [Cortesía de Sarah Garnnett].
|
El 26 de junio, para conmemorar el Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, el presidente Joe Biden
hizo pública una declaración
en la que subrayaba el compromiso del gobierno de Estados Unidos de
"eliminar la tortura" y "apoyar a sus víctimas".
Aunque nombró a varios países y entidades que han practicado la tortura, no mencionó a
su propio país. No reconoció el uso de la tortura contra cientos de personas
que las fuerzas estadounidenses habían llevado a sitios negros de todo el
mundo, decenas de las cuales siguen encarceladas en Guantánamo.
El mismo día que Biden hizo pública su declaración, la relatora especial de la ONU, Fionnuala Ni
Aolain, publicó un nuevo informe
sobre los detenidos de Guantánamo. El documento pide al gobierno estadounidense
no sólo que se disculpe por el uso de la tortura y ofrezca reparación a las
víctimas, sino también que se asegure de que tienen un acceso adecuado a la
asistencia sanitaria y la rehabilitación, algo que por el momento no tienen.
Estos hombres, incluido mi cliente, Ammar al Baluchi, siguen sufriendo graves
problemas de salud física y mental como consecuencia de la tortura.
No cabe duda de la brutalidad de las técnicas de tortura estadounidenses y de los
graves daños que causan.
En una declaración no clasificada, al Baluchi describió un incidente: "No sólo me
colgaban del techo, sino que estaba desnudo, hambriento, deshidratado, con
frío, encapuchado, amenazado verbalmente, dolorido por los golpes y el
ahogamiento en agua [sic], mientras me golpeaban la cabeza contra la pared
docenas y docenas de veces".
Esta técnica se denomina "amurallamiento" y se utilizó repetidamente con
él. De hecho, uno de los artífices del programa de tortura ha admitido que
utilizó a Al Baluchi como objeto
vivo para entrenar a nuevos torturadores.
Al Baluchi sufrió un traumatismo craneoencefálico como consecuencia del
"amurallamiento", que le ha causado dolores de cabeza, mareos,
sensibilidad extrema a la luz y el sonido y ha mermado su capacidad para pensar
y realizar tareas cotidianas. Los médicos afirman que estos síntomas empeorarán
con el tiempo y requerirán terapia intensiva a largo plazo.
La privación de sueño a la que fue sometido le ha provocado un grave trastorno del
sueño que le impide dormir más de una o dos horas seguidas. Tiene horribles
pesadillas y escenas retrospectivas que pueden desencadenarse al menor recuerdo
de la tortura, lo que le dificulta trabajar con sus abogados. Sus músculos y
articulaciones siguen gritando por la agonía de haber sido obligado a adoptar
posturas antinaturales.
Al Baluchi también se le ha diagnosticado recientemente un tumor en la columna vertebral,
que podría afectar a su sistema nervioso y a sus funciones motoras y requerir cirugía.
El gobierno afirma que proporciona a los presos el mismo nivel de atención que a los
miembros del ejército, pero se niega a convocar a un grupo de expertos para que
evalúe la salud de al Baluchi y recomiende un plan de tratamiento como haría
con cualquier miembro del ejército a su cargo. Ni siquiera dispone de una
máquina de resonancia magnética que funcione de forma constante en la base
militar de Guantánamo para controlar el tumor.
Estos graves problemas médicos no pueden abordarse actualmente en Guantánamo, donde
-como han documentado recientemente las Naciones
Unidas y el Comité
Internacional de la Cruz Roja- no hay ni un hospital adecuado ni personal
médico dedicado e independiente. Los historiales médicos de los detenidos ni
siquiera reconocen su tortura.
Y ello a pesar de que el gobierno estadounidense no niega haberlos torturado. En 2014,
el Comité de Inteligencia del Senado concluyó que el gobierno cometió abusos
horribles contra Al Baluchi y otros presos. La CIA inclusa dio información
sobre ellos a productores de Hollywood que retrataron
de forma escalofriante la tortura de al Baluchi en la película Zero Dark Thirty.
En 2021, los jurados militares que decidían la suerte de otro superviviente de torturas,
Majid Khan, calificaron
el programa de torturas de "afrenta al ... concepto de justicia" y de
"mancha en la fibra moral de Estados Unidos". Pero los tribunales no
han puesto remedio.
Desde 2008, los abogados han trabajado en los tribunales federales en procedimientos
de hábeas corpus para aplicar las protecciones constitucionales -incluidas unas
condiciones de reclusión seguras y saludables- a Al Baluchi. No hemos
conseguido nada.
Nuestras demandas de justicia han quedado en suspenso mientras los tribunales de las
comisiones militares avanzan hasta bien entrada la segunda década de litigios
previos al juicio sin un final claro a la vista. Mientras tanto, la salud de mi
cliente y de otros sigue empeorando.
A lo largo del año pasado, los equipos de defensa de Al Baluchi y de los cuatro
coacusados en el caso del 11-S plantearon a la administración el tratamiento de
la tortura como parte de las negociaciones de los cargos. Sin embargo, esas
negociaciones se han estancado y, según los informes, el juez tiene
previsto reanudar las vistas en otoño. A medida que se alargan las comisiones
militares, el gobierno no debe esperar para abordar los efectos de la tortura
sobre la salud.
Las mejoras en la atención médica en Guantánamo no requieren la intervención de los
tribunales. La administración podría destinar los recursos necesarios,
probablemente por una fracción del coste del extenso (y costoso) litigio.
Como ha escrito Aolain en su informe, "El hecho de que el gobierno de EE.UU. no
proporcione rehabilitación de la tortura contraviene directamente sus obligaciones
en virtud de la Convención contra la Tortura."
Si el gobierno de Biden habla en serio cuando dice que apoya a los supervivientes de
la tortura, debe actuar ahora para mejorar las condiciones médicas en
Guantánamo, independientemente de la situación de las comisiones militares.
Para tener alguna credibilidad, debe reconocer el daño que el gobierno
estadounidense ha infligido y comprometerse a poner en marcha un programa
integral de atención y rehabilitación para los detenidos de Guantánamo.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y
no reflejan necesariamente la postura editorial de Al Jazeera.
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|