La guerra del equipo de Obama a
Wikileaks
23 de agosto de 2010 Chris Floyd
Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar 1 de enero de
2011
Aquí llegan: con los extraños cargos de “violación-no violación” contra
Julian Assange , el asalto de la maquinaria de guerra contra Wikleaks ha
empezado esta vez en serio.
En los últimos tiempos, los poderes fácticos no se dedicaron directamente a
clavar la navaja en la espalda, o a poner el veneno en el vaso, o a fingir un
suicidio o un trágico accidente de tráfico, o a llegar a una carretera oscura.
No, hoy somos un poco más prudentes al vincular las altas provocaciones del
imperio. El camino moderno consiste en desmontar con una campaña de
desprestigio. Preferiblemente algún tipo de “vileza moral” para manchar la
imagen pública y desacreditar toda la causa.
Y además el último miércoles tuvimos el anuncio de que las autoridades suecas
habían emitido una orden de detención contra el fundador de Wikileaks, Julian
Assange, por cargos de violación y acoso. A esto le siguió pocas horas más
tarde, después de que Wikileaks montara una defensa feroz contra los cargos y
prometiera continuar con su trabajo pesara a quien pesara, una decisión
repentina para retirar la orden de arresto, y ahora los oficiales dicen que los
cargos de violación eran infundados, aunque no han dicho nada sobre los cargos
menores de acoso, por lo que de momento queda revoloteando en el aire el vago
pero resonante cargo.
Este galimatías es una mancha tan flagrante como se pueda llegar a imaginar y
que llega justo después de que la administración Obama haya sido sorprendida en
una absoluta mentira sobre los intentos de Wikileaks para redactar la próxima
publicación de los documentos clasificados de guerra para asegurarse de que
ningún afgano nombrado en los papeles sea puesto en peligro. No solo han estado
mintiendo los esbirros del Nobel de la Paz sobre los serios esfuerzos en el
asunto de Wikileaks, sino que este engaño ha estado activamente instigado por el
New York Times, cuyo propio reportero pasó la oferta de Wikileaks al Pentágono,
una vez rechazada públicamente la queja de que Wikileaks había hecho la oferta
de buena fe. (Glenn
Grennwald tiene la historia en este escandaloso (cuando no, deprimente)
crimen llevado a cabo por los servidores imperiales en los medios de
comunicación).
Wikileaks hizo la oferta para evitar las críticas que recibió tras la última
publicación, por ejemplo, de “que tenía sangre en sus manos” porque los
insurgentes afganos atacarían a cualquier afgano nombrado en los documentos por
cooperar con las fuerzas de ocupación. Esta “mentira sangrienta” fue anunciada
en todos los medios por los funcionarios de Obama, aunque sus propias manos
estaban absolutamente manchadas de sangre de afganos inocentes asesinados bajo
sus órdenes.
El hecho es, por supuesto, que no se ha tenido noticia de ni un solo caso de
este tipo. Y el cargo en sí mismo está basado en la ridícula asunción de que los
talibanes no sabían todavía quién estaba cooperando con las fuerzas de
ocupación. (En cualquier caso, muchos, si no la mayoría de los afganos que
cooperan con los americanos lo hacen de forma bastante abierta, como parte del
gobierno afgano, por ejemplo, o sirviendo de enlace con los militares de su
región o trabajando para los proyectos de los enormes edificios militares de los
ocupantes, redes de distribución y programas de reconstrucción, etc).
Pero esta mentira sangrienta inicial, escupida durante mucho tiempo por
carniceros tales como el aliado de la familia Bush preferido por Obama, Bob
Gates, no pudo realmente consolidarse. Las revelaciones continuaron saliendo de
los 92.000 documentos dados a conocer por Wikileaks en el último mes, como esta destacable historia de Pratap Chatterjee en TomDispatch,
detallando las operaciones de un escuadrón de la muerte estadounidense, Tak
Force 373, cuya existencia fue revelada en el tesoro de Wikileaks. Estos
asesinos profesionales son una parte fundamental de la estrategia del Nobel de
la Paz en Afganistán, y un ejemplo de una gran moda en la maquinaria de guerra
de la filosofía de la “Guerra contra el Terror”.
De hecho, muchos de los defensores de esta “oleada” de asesinatos de Obama la
comparan, favorablemente, con el asesino Programa
Phoenix de Vietnam dirigido por la CIA, que mató al menos a 20.000 personas
según la propia admisión de la agencia. (Otros exámenes más independientes
elevan el número de los sacrificados en estos “asesinatos extrajudiciales” a
cifras entre 40.000 y 70.000. Para saber más sobre el Programa Phoenix, y sobre
la continuidad de las pasadas atrocidades imperiales, ver
aquí) Según dice Chatterjee:
El presidente Obama tiene, según todos, una amplia colección de grupos de
inteligencia militar y programas de “captura/asesinato” por todo el mundo, a lo
que se une la escalada de ataques con aviones no tripulados llevadas a cabo por
la CIA.
Hay muy pocos seguidores que se muestren públicamente a favor de la doctrina
de “capturar/matar”. El profesor de la Universidad de Columbia, Austin Long, es
uno de los académicos que han saltado al carro del F3EA. Notando su similitud
con el programa de asesinatos de Phoenix, responsable de miles de asesinatos
durante la guerra de EE.UU. en Vietnam (que él defiende), ha pedido la reducción
de las tropas estadounidenses en Afganistán a 13.000 miembros de las Fuerzas
Especiales que se destinarían exclusivamente al contraterrorismo, especialmente
en operaciones de asesinato. “Phoenix sugiere que la coordinación de
inteligencia y la integración de inteligencia con una acción armada, pueden
tener un efecto poderoso incluso en grupos armados extremadamente grandes y
capaces”, fue lo que escribieron él y el coautor William Rosenau en una
monografía del Rand Institute en julio de 2009, titulada “The Phoenix Program
and Contemporary Counterinsurgency”.
Otros se inclinan por acciones más agresivas. El teniente George Crawford,
que se retiro del puesto de “estratega jefe” para el Comando de las Fuerzas
Especiales para ir a trabajar con la compañía Archimedes Global, una consultora
de Washington, ha sugerido que el F3EA sea reemplazado por otro término:
“Cazahombres”. En una monografía publicada por la Joint Special Operation
University en septiembre de 2009: “Manhunting: Counter-Network Organization for
Irregular Warfare,”, Crawford habla de “como dirigir mejor la responsabilidad
para desarrollar la caza de hombres como una competencia para la seguridad
nacional estadounidense”.
Así que aquí es donde nos encontramos. Tenemos al presidente de los EE.UU.,
que ya ha manifestado públicamente
su derecho a asesinar a cualquier persona en la Tierra, incluyendo
ciudadanos estadounidenses, sin el menor proceso judicial, simplemente por su
orden arbitraria, ahora ampliando febrilmente el uso de los escuadrones de la
muerte, cuyas clandestinas salidas nocturnas en los pueblos durmientes ya han
matado a un gran número de civiles inocentes en Afganistán (tal y como muestran
los documentos de Wikileaks).
Esta misma administración está ahora llevando a cabo “operaciones secretas”,
ejércitos secretos, guerra de poderes y otras actividades secretas en
más de 75 países. Esto es, la administración Obama está asesinado a personas
en sus camas, fomentando el sangriento conflicto étnico, apoyando o llevando a
cabo actos de terrorismo, expandiendo la corrupción, asistiendo a dictadores,
armando a señores de la guerra, expandiendo el odio y el sufrimiento por todo el
mundo, y haciéndolo conscientemente, orgullosamente (“El mal a la luz del día”
como Arthur
Silber detalla aquí).
Y estos son los ejemplos de moralidad que ahora han girado su maquinaria de
mentiras y calumnias contra Wikileaks. Para no cometer errores. Aunque los
cargos de violación aparecieron en Suecia, donde, incidentalmente, están
localizados algunos de los servidores de Wikileaks, emanan del orgullo de los
señores de la muerte en Washington.
De hecho, ¿no escuchamos hace pocas semanas que la gente del Nobel de la Paz
había lanzado una campaña para presionar a gobiernos extranjeros para poner
grilletes a Assange y su organización? Ahora el gobierno de centro derecha de
Suecia (no Rush, Suecia ya no es el país de hadas supersocialistas de tus
pesadillas) ha escuchado obviamente a la voz del amo.
Pero aunque esta primera correría ha sido rechazada, es cierto que lo que
estamos viendo es el comienzo de un esfuerzo concertado para destrozar a Assange
como figura pública y por eso desacreditar su trabajo en Wikileaks, y por
extensión, la verdad de sus revelaciones.
Y calumniar, por supuesto, es solamente el primer paso. Si no funciona...
bien, los que apoyan abiertamente el asesinato tienen otros métodos más perjudiciales
a su disposición, nicht war?
Este artículo apareció por primera vez en el blog Empire Burlesque
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