La estrecha relación entre Trump y la derecha religiosa que
habita en la Casa Blanca
Las políticas de Donald Trump parecen coincidir con los intereses de los líderes religiosos,
para los que además siempre tiene el oído atento
Los críticos acusan a los grupos religiosos de haberse convertido en un comité asesor de
facto, en contra de lo que marca la ley
Jessica Glenza - Nueva York
eldiario.es/The Guardian
07 de febrero de 2019
Trump ha mostrado su apoyo a los Estados que introducen la Biblia en el material educativo. EFE
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"Nuestro ministerio se ocupa de la vida. A través de todos nuestros programas, se hace
cargo de ella, desde la concepción hasta la muerte natural". Alex Azar,
ministro de Sanidad y Servicios Sociales de Donald Trump, describía así sus
responsabilidades frente a Tony Perkins, representante de una organización que,
según expertos, incita al odio y es conocida por
"difamar a personas lesbianas y gays".
Como presidente del lobby cristiano Consejo de Investigación Familiar, Perkins entrevistó a Azar durante el ProLifeCon, un
encuentro antiaborto celebrado a mediados de enero, solo dos días después de
que la esposa del vicepresidente, Karen Pence, fuera criticada por dar clases
en una escuela cristiana que prohíbe la homosexualidad.
Tras resumir las responsabilidades del Ministerio, Azar hizo un repaso de lo que él
considera sus victorias: las nuevas medidas que dificultan la posibilidad de
practicar un aborto. Una de ellas ha sido permitir la objeción de conciencia
como un argumento válido de los trabajadores sanitarios que no quieren tratar a
determinados pacientes. "El derecho a la libertad de conciencia es tan
fundamental como el derecho a la vida", dijo Azar.
Perkins es conocido por usar argumentos falsos para vincular la homosexualidad con la
pedofilia, por comparar con “animales” a las personas transgénero, y por
defender el derecho de los padres a meter en nocivas terapias de conversión a
los hijos que no se identifican con su género biológico.
Su entrevista a Azar es el último ejemplo del inaudito avance que una pequeña parte de la
derecha estadounidense está logrando en la Casa Blanca, también demostrado en
las declaraciones con las que Trump envalentona a la extrema derecha antisemita
y en el freno a la inmigración musulmana impuesto por sus políticas. Según
Ralph Reed, director ejecutivo de la Coalición Fe y Libertad, el avance
"ha sido notable" y en línea con las promesas de campaña.
Mientras Reed y otros evangélicos celebran el afán de la Administración Trump para adoptar
sus puntos de vista y hacer política de acuerdo con sus intereses, los críticos
argumentan que la incorporación de la derecha religiosa como un comité asesor
de facto va en contra de la ley federal. Según Rachel Laser, directora
ejecutiva de Americans United for Separation of Church and State [Americanos
Unidos por la Separación Iglesia-Estado], el fenómeno "se inscribe en la
historia de una derecha religiosa que se ha visto reforzada asociándose al más
alto nivel de gobierno con la administración de Trump y de Pence":
"Con el objetivo de hacer avanzar su agenda política, están apropiándose
del término 'libertad religiosa'".
La Casa Blanca es también la de los evangelistas
Citada a menudo como la principal asesora espiritual de Trump, la televangelista de
Florida Paula White explicó al medio pentecostal Charisma News que si pudo
llamar a la Casa Blanca tras el huracán María fue porque tenía "un hueco
ahí". Johnnie Moore, ministro bautista y expresidente adjunto de la junta
evangélica que asesoró a Trump durante la campaña, estimó a principios de 2018
que había visitado la Casa Blanca unas 20 veces desde la investidura
presidencial. En agosto de ese mismo año, la Casa Blanca invitó a unos 100 líderes evangélicos a un
encuentro con un protocolo al nivel de una cena de Estado.
Reed cree que la Administración Trump ha apoyado muchas de las prioridades de los
evangélicos, como "revocar la enmienda Johnson" (prohibía el apoyo a
candidatos políticos por parte de iglesias y organizaciones sin fines de
lucro), además de "la persecución a los cristianos en todo el mundo, el
límite a la objeción de conciencia impuesto en el Obamacare... los temas
pro-vida, los jueces propuestos y los jueces nombrados, especialmente en la
Corte Suprema".
La primera dama de EEUU, Melania Trump, en compañía de líderes evangélicos durante una
cena en la Casa Blanca. FLICKR
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El pasado verano, Trump se anotó una victoria con el nombramiento del juez católico y
conservador Brett Kavanaugh como miembro de la Corte Suprema. El hombre que en
ese momento hacía de fiscal general, Jeff Sessions, anunció en julio la
creación de un grupo de trabajo por la libertad religiosa, si bien los nombres
de sus participantes nunca se hicieron públicos. En verano de 2017, Trump ya
había anunciado de forma inesperada la prohibición de incluir en el ejército a
personas transgénero.
La semana pasada, el ministerio que dirige Azar eximió al Estado de Carolina del Sur de las
leyes que evitan la discriminación de parejas del mismo sexo cuando acuden a
organismos de adopción confesionales. Hace unos días, Trump tuiteó su apoyo a los Estados que buscan
incluir el estudio de la Biblia en el programa de sus escuelas públicas.
En todos los casos, los líderes evangélicos han apoyado ampliamente las políticas de Trump,
algunas de las cuales ni siquiera figuraban entre los objetivos de los
conservadores de siempre. Algunos líderes también han ayudado a la
Administración Trump en momentos de crisis. Cuando Trump ordenó el cierre del Gobierno para obtener
su muro fronterizo, por ejemplo, la Coalición Fe y Libertad escribió una carta
a los Demócratas pidiéndoles que financiaran el muro. "Creemos que se
trata de un principio bíblico", dice Reed. "No hay nada en las
Escrituras que diga que una barrera o un muro es inmoral".
"Jesucristo no fue un refugiado"
De acuerdo con una crónica publicada por
Christian Today, Paula White está en contra de los que recuerdan a Jesús como un refugiado para criticar la
separación de los niños y sus familiares impuesta en la frontera por la
Administración Trump. "Sí, vivió en Egipto durante tres años y medio, pero
eso no era ilegal; si hubiera quebrantado la ley, habría sido un pecador y no
habría sido nuestro Mesías", dijo la televangelista.
Algunos miembros de la familia Trump también han hecho donaciones a líderes
evangélicos. Ivanka Trump, que sigue siendo una de las principales asesoras del
presidente, entregó 50.000 dólares
a Jack Graham, líder de la gigantesca iglesia bautista de Prestonwood (Texas), para reunir a las
familias migrantes que el Gobierno de su padre había separado en la frontera.
En 2013, esa iglesia de Graham calificó a las identidades de género no
tradicionales como casos de "confusión de identidad sexual".
Según Rachel Laser, lo que está ocurriendo es "una fea historia de politización de la
libertad religiosa, uno de los símbolos más sagrados de Estados Unidos”.
“También es una historia sobre esta pequeña fracción de los Estados Unidos, la
derecha religiosa, que trata de aferrarse a su poder en un país que se vuelve
menos blanco y menos cristiano a toda velocidad, una auténtica amenaza religiosa
para los estadounidenses".
Pero los líderes evangélicos están entusiasmados con el interés que se toma el
presidente por sus puntos de vista. "Si uno pasa el tiempo suficiente
hablando con estos líderes, es posible ver que no sólo están encantados con el inaudito
acceso que tienen, y él [Trump] está tan pendiente de sus puntos de vista como
el resto del equipo de la Casa Blanca, sino con las decisiones que toma”, dice
Reed. Trump, dice Reed, "baila con la que trajo al baile".
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