“Estos son crímenes”: piden que se juzgue al gobierno de
Bush, tras informe sobre el uso de la tortura en la CIA
10 de diciembre de 2014
Democracy Now!
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Nuevos detalles gráficos correspondientes al programa estadounidense de tortura implementado después del
11/S salieron a la luz el martes, cuando el Comité de Inteligencia del Senado
dio a conocer un resumen —en el que algunas partes clave están editadas— de
quinientas páginas con las investigaciones sobre la CIA. El
informe llega a la conclusión de que la agencia de inteligencia no desbarató ni
un solo complot, a pesar de torturar a los prisioneros de Al-Qaeda y a otros
prisioneros, en cárceles secretas ubicadas en distintos lugares del mundo,
entre los años 2002 y 2006. Además, el informe detalla una lista de los métodos
de tortura utilizados, entre ellos el submarino, amenaza sexual con palos de
escoba y rehidratación rectal médicamente innecesaria. El informe también
confirma que la CIA administraba centros clandestinos en
Afganistán, Lituania, Rumania, Polonia, Tailandia y un centro clandestino en la
Base Naval de Guantánamo, conocido como Strawberry Fields (Campos de
frutillas). Hasta ahora nadie que haya participado en los interrogatorios de la CIA ha sido
acusado de delito alguno, excepto el denunciante John Kiriakou. En el año 2007,
Kiriakou fue la primera persona, con conocimiento directo del programa, que
reveló públicamente su existencia. Actualmente cumple una condena a treinta
meses. Hablamos con Reed Brody, asesor y vocero de la organización Human Rights
Watch, que escribió varios informes sobre el maltrato a los prisioneros en la
guerra antiterrorista, entre ellos un informe del año 2011 que pedía una
investigación penal de funcionarios jerárquicos de gobierno de Bush.
TRANSCRIPCIÓN
AMY GOODMAN: El martes se dieron a conocer nuevos detalles gráficos del programa de
tortura implementado por EE.UU. después del 11-S, con la presentación de un informe del Comité de Inteligencia del Senado,
con 500 páginas de su investigación sobre la CIA. El informe concluye que la agencia de inteligencia no
logró desbaratar ningún complot terrorista, a pesar de haber torturado a
miembros de Al-Qaeda y otros prisioneros entre 2002 y 2006, en prisiones
secretas ubicadas en distintos lugares del mundo. La senadora Dianne Feinstein,
presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, presentó las conclusiones
principales del informe.
DIANNE FEINSTEIN:En primer lugar, las 'técnicas mejoradas de interrogatorio' de la CIA no han sido
una forma eficaz para obtener información de inteligencia. En segundo lugar,
hubo una enorme imprecisión en la información proporcionada por la CIA sobre el funcionamiento del programa y
su eficacia a la Casa Blanca, al Departamento de Justicia, al Congreso, al inspector
general de la CIA, a los medios de comunicación y a la población estadounidense. En tercer lugar,
el manejo que la CIA hizo del programa fue inadecuado y sumamente defectuoso. Y en cuarto lugar, el programa
de la CIA fue mucho más brutal de lo que se hizo creer a la gente.
AMY GOODMAN: El informe del Senado da una lista detallada de los métodos de tortura
utilizados con los prisioneros; la práctica del submarino, amenazas sexuales
con palos de escoba, y alimentación rectal forzada, médicamente innecesaria. En
un caso, se le administró a un prisionero su almuerzo completo, que consistía
en hummus, pastas y nueces, hecho puré, por medio de un enema. Los prisioneros
eran amenazados con taladros eléctricos encendidos. Algunos prisioneros fueron
privados de sueño por hasta 180 horas, a veces con las manos esposadas por
encima de la cabeza. En su presentación del martes en el Senado, la senadora
Feinstein habló sobre la muerte de Gul Rahman, ocurrida en un centro de
detención clandestina de la CIA al norte de Kabul, Afganistán, conocido como Salt Pit.
DIANNE FEINSTEIN: La CIA designó a un oficial de bajo rango,
sin experiencia relevante, a cargo del establecimiento. En noviembre de 2002,
un detenido que había llegado en buenas condiciones de salud murió en esta
prisión clandestina, de lo que se cree que fue hipotermia, después de haber
permanecido casi todo el tiempo desnudo y encadenado a un piso de concreto. En
unas entrevistas realizadas en 2003 por un funcionario de la Oficina del
Inspector General de la CIA, los directivos de la CIA reconocieron que tenían escaso o nulo conocimiento de las
operaciones que se llevaban a cabo en este centro clandestino de detención de
la CIA en particular.
AMY GOODMAN: Escuchábamos a la senadora Feinstein refiriéndose a la muerte de Gul
Rahman. El informe del Senado también revela que Rahman había sido detenido
sólo por una confusión sobre su identidad.
Otro caso que se describe es el de un detenido llamado Abu Hudhaifa, que fue sometido a baños de agua
helada y a 66 horas de pie sin dormir, antes de que lo liberaran, porque la CIA descubrió que probablemente no era la
persona que se creía que era.
Según el informe del Senado, la CIA operaba centros clandestinos de
detención en Afganistán y Lituania, Rumania, Polonia, Tailandia y también hay
una prisión secreta en la Base Naval de Guantánamo, conocida como
"Strawberry Fields".
El informe divulgado el martes es sólo un resumen de una investigación mucho más larga sobre las
prácticas de tortura de la CIA. Partes fundamentales del resumen fueron eliminadas. Los
nombres de los dos psicólogos que ayudaron a la CIA a crear el programa de tortura no
están incluidos en el resumen. El informe sí relata que los psicólogos, cuyos
nombres son James Mitchell y Bruce Jessen, firmaron un contrato de 81 millones
de dólares con la CIA.
Hasta el momento, no se han presentado denuncias penales contra ninguna de las personas involucradas en
el programa de interrogatorios de la CIA, excepto una: el informante John Kiriakou. En 2007, él
fue la primera persona que tenía conocimiento directo del programa en revelar
públicamente su existencia. Actualmente se encuentra cumpliendo una condena de
30 meses.
Para mayor información sobre el informe del Senado sobre tortura, nos acompaña Reed Brody, consejero jurídico
y portavoz de la organización Human Rights Watch. Ha escrito varios informes
para dicha organización sobre el maltrato a los prisioneros en la guerra contra
el terrorismo, entre ellos un informe del año 2011 que pedía una investigación
penal sobre altos funcionarios del gobierno de Bush.
Reed, ya que estoy hablando contigo desde Lima, Perú, donde se está llevando a cabo la Cumbre de
Naciones Unidas sobre el cambio climático, y tú estás en Nueva York, y hay un
retraso por el satélite, quiero pedirte que expongas los puntos más importantes
que surgen a partir de este informe que, de nuevo, es sólo el resumen, no las
miles de páginas que todavía son información clasificada. Pero ¿cuáles son las
revelaciones más impactantes de este resumen emitido por el Comité de
Inteligencia del Senado?
REED BRODY: Claro, Amy. Como decías, realmente lo primero que salta a la vista es la
simple y pura extensión de la brutalidad. Es decir, incluso quienes hemos
estado investigado esto durante los últimos 10 años, como dijo uno de mis
colegas, probablemente no estemos sorprendidos, pero sí conmocionados.
O sea, tú mencionaste la alimentación rectal forzada, la hidratación rectal. Esto no sucedió sólo con un
prisionero; sucedió con una gran cantidad de prisioneros. Y estas prácticas
fueron utilizadas, según los documentos de la CIA, como métodos de control de la conducta. O sea, se trata
de, bueno, una infusión intravenosa colocada en el recto de una persona, que se
encuentra inclinada hacia adelante, con la cabeza más abajo que el torso; ahí
se le coloca una sonda rectal con una vía intravenosa. El flujo se regula y se
esparce hasta el intestino grueso. Se coloca la sonda más grande posible, luego
se abre bien la intravenosa. No hay necesidad de apretar la bolsa, la gravedad se
encargará de todo. Y esto no era,o sea, esto es una violación. Se trata de
correos electrónicos y documentos en los que la CIA habla sobre los métodos que se están
utilizando para violar a los detenidos.
El detenido que murió en la prisión secreta Salt Pit en Afganistán, estaba parcialmente desnudo y
encadenado a un piso de concreto, se sospecha que murió de hipotermia; además,
amenazaron al menos a tres detenidos fueron con dañar a sus familias, hubo
amenazas contra los hijos de los detenidos, amenazas de abusar sexualmente de
la madre de un detenido; a un detenido le dijeron que nunca se le permitiría
salir con vida; hubo detenidos sometidos a baños de agua helada; personas
encadenadas en celdas oscuras, conocidas como, la misma gente de la CIA las llamaba "mazmorras"; o
sea, son cosas de la edad media. Y, bueno, es realmente, algo muy, tengo que
decir que es realmente impactante, incluso para mí.
Como también mencionaste, éste fue un programa disfuncional. El programa de interrogatorios básicamente
se tercerizó a estos dos psicólogos que mencionaste. Y ninguno de los dos tenía
experiencia alguna realizando interrogatorios. No tenían ningún conocimiento
especializado sobre Al-Qaeda, no tenían antecedentes de trabajo en
contraterrorismo ni una formación lingüística o cultural relevante. Y como has
señalado, recibieron 81 millones de dólares. Y estos contratistas, o más bien
la compañía que ellos crearon, y otros contratistas representaban el 85% de la
fuerza de trabajo que participaba en este tipo de operativos con detenidos.
Y además de ser un programa fuera de control, había una actitud—y es importante entender esto— de
simplemente dejar las riendas sueltas. En varias ocasiones han habido quejas.
Hubo asuntos que llegaron hasta la oficina central. Y la respuesta fue:
"Bueno, preferimos prevenir que curar". Y hubo un caso en que se
decidió no tomar ninguna acción legal contra un agente de la CIA por una detención arbitraria, ya que:
"el director cree con firmeza que los errores son de esperarse en un área
que está llena de incertidumbre. ... El director cree que la balanza se inclina
de manera decisiva a favor de aceptar los errores que 'sobre conectan' los
puntos [frente a aquellos que] no los conectan lo suficiente". Incluso en
el caso de esa muerte que se sospecha que fue causada por hipotermia, de la que
hablábamos, la oficina central decidió no tomar acciones legales reconociendo
la "motivación de extraer toda la información operativa que fuera posible".
Como has señalado, creo que probablemente lo más importante que se está discutiendo hoy en Washington
es la conclusión de que a través de este programa no se obtuvo ninguna
información de inteligencia procesable que no se hubiera podido obtener por
otros medios. El comité analizó 20 incidentes en los que la CIA afirmó haber obtenido información de
inteligencia procesable, utilizada para capturar personas o para frustrar
conspiraciones. Y en cada uno de esos 20 incidentes, el comité descubrió que, o
bien la información de inteligencia obtenida ya existía, o que no se utilizó, o
que, de hecho, no existía ninguna conspiración. La gente se ha concentrado
sobre todo en la captura de Osama bin Laden y la identificación del mensajero
que condujo a EE.UU. hasta Osama bin Laden. Y el comité descubrió que la mayor
parte de la información de inteligencia sobre este mensajero de Al- Qaeda:
"se obtuvo originalmente a partir de fuentes que no estaban vinculadas con
el programa de detención e interrogatorios de la CIA, y la
información más precisa proporcionada por un detenido de la CIA fue obtenida antes de que
la CIA sometiera al detenido a ... técnicas mejoradas de interrogatorio".
Otra cosa que vemos que sucede permanentemente, como parte de este asunto, es el deseo de evadir la
ley. Antes hablabas, y también Dianne Feinstein, en lo que me pareció un
excelente discurso en el Senado, habló de las mentiras. Pero hay un montón de
perlitas que encontramos en este informe. Por ejemplo, tú mencionaste que
además de haber centros clandestinos de detención en países extranjeros, había
un centro clandestino de detención en Guantánamo. En 2004, en el fallo del caso
Hamdan, la Corte Suprema básicamente declaró que la constitución estadounidense
se aplica también en Guantánamo. Y en ese momento, los detenidos que estaban en
Guantánamo fueron retirados de allí —los detenidos de la CIA, claro
está— y fueron enviados a Marruecos. Y, de hecho, una perlita interesante del
informe es que los llevaron a una cárcel marroquí, a diferencia de los otros
países donde los prisioneros estaban en instalaciones de la CIA. Y el
problema fue que podían escuchar, estaban tan cerca de los presos marroquíes
que podían oír los gritos de los presos marroquíes.
En los otros lugares, en Tailandia, Afganistán, Polonia, Rumania, los centros de detención de la CIA estaban
bien lejos de, eran centros de detención de la CIA. Otra
cuestión interesante de este informe, respecto a los centros de detención, es
el costo diplomático de tener centros de detención de la CIA en otros países. A menudo, no se les
informó sobre esto a los embajadores de estos países o sólo se les informó
después de hacer el trato. Para comprar la cooperación de estos países,
básicamente, EE.UU. tenía que ofrecerles lo que quisieran. Hay una parte muy
interesante del informe que muestra el tipo de situaciones perversas que podía
generar tener centros de detención de la CIA en el
extranjero. En 2004 el secretario de Estado ordenó a un embajador de Estados
Unidos a un país cuyo nombre desconocemos, que haga gestiones con ese país para
que ese país permita que el Comité Internacional de la Cruz Roja tenga acceso
total a sus prisiones. Pero, desde luego, el problema era que al mismo tiempo,
EE.UU. tenía prisioneros en ese país que mantenía en secreto y a los que,
obviamente, no iba a tener acceso la Cruz Roja.
El último punto, y quizás el más importante, es —creo yo— lo que no está en este informe. Este informe,
como sabemos, se ocupa sólo de un aspecto relativo al maltrato a los detenidos
en la guerra contra el terrorismo. Se ocupa de los prisioneros de los centros
clandestinos de detención de la CIA. No se ocupa, por ejemplo, de las rendiciones
extraordinarias de la CIA. Así que no se hace mención de la práctica de la CIA de enviar prisioneros a lugares como
Siria, durante el gobierno de Bashar al-Assad, donde torturaron a gente como
Maher Arar, que ha salido en tu programa varias veces. No habla sobre las
personas enviadas a Libia, a cargo de las agencias de inteligencia de Muammar
Gaddafi, donde también fueron torturadas. No habla sobre las personas enviadas
a Egipto. Y tampoco habla sobre lo que hizo el Pentágono. No habla sobre los
programas aprobados por Donald Rumsfeld.
Y quizás lo más importante es que al concentrarse tanto en la acción de la CIA, como que
deja de alguna manera libres de responsabilidad a todas las personas que
autorizaron estos programas desde arriba. O sea, sabemos, y por las propias
memorias del Presidente Bush, que él autorizó el submarino. El vicepresidente
Dick Cheney, el Fiscal General John Ashcroft, el abogado de la Casa Blanca
Alberto Gonzales; todas estas personas firmaron la autorización de estas
técnicas, y ni hablar de los abogados que dieron la autorización legal para
esto, gente como John Yoo y Jay Bybee.
Antes escuchábamos las declaraciones del presidente Obama, que dijo que es importante que este informe
se haga público para que, con suerte, no vayamos a cometer otra vez los mismos
errores. Estos no son errores. Estos son crímenes. Y Dianne Feinstein, en su
discurso en el Senado, hizo referencia a la Convención de Naciones Unidas
contra la tortura, que declara que la tortura no puede ser justificada bajo
ninguna circunstancia. Bueno, esa convención dice algo más. Declara que los
responsables de implementar la tortura deben ser procesados; que cuando se
acusa a alguien de haber torturado, el Estado en cuestión debe remitir ese caso
a las autoridades competentes a los efectos de su procesamiento legal.
¿Qué seguridad tenemos de que esto no volverá a suceder? O sea, no es suficiente, repito, decir:
"Bueno, torturamos a alguna gente; fue una mala decisión política. Voy a
poner fin a la tortura". O sea, no se trata de una decisión política entre
otras, repito: es un crimen. Y es necesario, si de verdad va a haber, si
realmente se van a tomar medidas de disuasión para que esto no vuelva a
ocurrir, es necesario que haya acciones judiciales. Y es maravilloso, o sea, tú
mencionaste el trabajo de Human Rights Watch en el mundo. Las organizaciones de
derechos humanos, en general, cuando los países torturan, cuando personas
individuales torturan, pedimos a esos países que obliguen a los responsables a
rendir cuentas por sus abusos. Y lo mismo tiene que suceder con Estados Unidos.
Creemos, como has mencionado —y no somos los únicos, Naciones Unidas ha dicho
lo mismo, Amnistía Internacional ha dicho lo mismo— que hay fundamentos
suficientes para que los dirigentes políticos de alto rango de Estados Unidos
respondan ante la justicia por cargos de tortura, por las cosas de figuran en
este informe y, más ampliamente, por las autorizaciones que dieron para cometer
tortura y crímenes de guerra.
AMY GOODMAN Reed Brody, quiero agradecerte por estar con nosotros. Reed Brody es
consejero jurídico y portavoz de la organización Human Rights Watch. Ha escrito
varios informes para dicha organización sobre el maltrato de prisioneros en la
guerra contra el terrorismo. Y vamos a dejar en nuestro sitio web el enlace al
último resumen
ejecutivo publicado del informe del Senado. Y, por supuesto, seguiremos hablando sobre este tema en los próximos días.
Esto es Democracy Now!, democracynow.org, El informativo de guerra y paz. Estamos transmitiendo desde
Lima, Perú, donde se está llevando a cabo la cumbre de Naciones Unidas sobre
cambio climático. Cuando regresemos, vamos a estar con uno de los
ambientalistas más reconocidos del mundo, Nnimmo Bassey de Nigeria. Quédense
con nosotros.
Traducido por Victoria Rodriguez. Editado por Verónica Gelman, Igor Moreno y Democracy Now! en Español.
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