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El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


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Entrevista a un ex combatiente de Vietnam:

Hace 50 años: Ex combatientes contra la guerra sacuden al Capitolio federal y a todo Estados Unidos con protestas Dewey Canyon III

5 de mayo de 2021 | revcom.us

De la redacción: Este 19 al 23 de abril se celebró el 50º aniversario de las protestas Dewey Canyon III en Washington, D.C., encabezadas por Veteranos de Vietnam contra la Guerra (VVAW en inglés). La guerra de Vietnam es parte de toda una historia sangrienta de guerras, invasiones y agresiones estadounidenses contra países y personas en lucha por su liberación. La heroica lucha del pueblo vietnamita, combinada con la creciente oposición en Estados Unidos, llevó a la derrota de los imperialistas estadounidenses en Vietnam. Revcom.us le hizo una entrevista a un ex combatiente de la guerra de Vietnam que participó en Dewey Canyon III.




Soldados rasos se niegan a volver al combate, Valle AK, Vietnam, septiembre de 1969





Dewey Canyon III, abril de 1971






El 23 de abril, como parte de Dewey Canyon III, de 800 a 1,000 veteranos se formaron afuera del Capitolio para subir las escalinatas del Capitolio y arrojar sus medallas al Congreso de Estados Unidos y a los gobernantes de Estados Unidos. Algunos de los comentarios de los veteranos cuando arrojaban sus medallas por encima de una valla con la inscripción “basura” fueron: un veterano negro que dijo: “Esta es mi oposición a las políticas de este país contra los pueblos no blancos del mundo”; “Mi nombre es Peter, tengo una medalla Corazón Púrpura aquí y espero recibir otra en la lucha contra estos hijos de puta”; “No queremos volver a combatir, pero si tenemos que hacerlo, será para tomar estas escalinatas”.

P: Tú participaste en Dewey Canyon III, la importante protesta de los ex combatientes que ocurrió hace 50 años contra la guerra de Estados Unidos en Vietnam. Dinos de qué se trató esta protesta y qué sucedió.

R: Creo que sería útil si describimos un poco el escenario sobre los años en que esto sucedió. Fue el año 1971. En ese momento, Estados Unidos estaba atascado profundamente en Vietnam. El pueblo vietnamita estaba librando una increíble guerra para expulsar a los invasores estadounidenses. Y se desarrollaba un movimiento contra la guerra aquí en Estados Unidos, y ese movimiento contra la guerra en realidad había saltado a las fuerzas armadas, en el sentido de que había una creciente resistencia de los soldados, de modo que en 1971 salió un artículo en el Armed Forces Journal escrito por un coronel Heinl en el que describe la rebelión en las filas, el uso de drogas, fragmentación (matar a sus oficiales), negarse a combatir... Era un artículo muy nítido que mostraba a los soldados en Vietnam, en muchos niveles diferentes, negándose a combatir y obedecer órdenes. Ese es el contexto en el que se desarrollaba Dewey Canyon III.

Unos meses antes, el ejército juzgó al teniente Calley por crímenes de guerra, por la masacre en la aldea de My Lai en Vietnam. Estaban tratando de hacer ver que fue un incidente “aislado”. Los Veteranos de Vietnam contra la Guerra habían llevado a cabo lo que se llamó la Investigación del Soldado de Invierno, donde 125 ex combatientes dieron testimonio, junto con muchas otras personas, durante tres días sobre los ingentes horrores que Estados Unidos estaba infligiendo a Vietnam, incluidos los muy poderosos testimonios de los ex combatientes sobre los crímenes que llevaron a cabo contra el pueblo vietnamita como parte de las fuerzas armadas de Estados Unidos. Así que esa fue una de las cosas que hizo VVAW para “traer la guerra a casa”, a la gente en Estados Unidos y a llamar a que se responsabilice de ponerle fin. Ese fue el propósito de la Investigación del Soldado de Invierno.

Y ese fue también el propósito de la manifestación organizada del 19 al 23 de abril en Washington, D.C. Se llamaba Dewey Canyon III, porque Estados Unidos había llevado a cabo dos operativos militares anteriores, llamados Dewey Canyon I y Dewey Canyon II. Dewey Canyon II fue en realidad la invasión de Laos: soldados estadounidenses habían entrado en Laos junto con una espantosa guerra aérea que se estaba llevando a cabo en Laos. Así que la llamamos Dewey Canyon III, una “incursión en el país del Congreso”. “Incursión” era la palabra que usaban los militares para referirse a la invasión de Laos.

La idea de esta protesta se propuso por primera vez en una reunión nacional de coordinadores de VVAW, donde John Kerry (quien luego sería senador de Estados Unidos) propuso la idea de ir a Washington, D.C. para celebrar una manifestación. Su idea era que esto iba a ser para presionar al Congreso. Y se convirtió en algo más importante.

La idea era ir a Washington, D.C. y acampar en el Mall [Explanada Nacional]. Nos quedamos ahí por cinco días, del lunes al viernes. Pasamos la semana recorriendo la ciudad y realizando operaciones de teatro guerrillero donde nos disfrazábamos con nuestro uniforme militar y, junto a gente de teatro y artistas que jugaban la parte de los vietnamitas, hacíamos recreaciones de los crímenes que habíamos llevado a cabo en Vietnam. Esta no fue la primera vez que lo habíamos hecho. Ya lo habíamos hecho en el otoño de 1970. Llevamos a cabo una marcha de 120 k desde Morristown, Nueva Jersey, hasta Valley Forge, y a lo largo de esos 120 k realizamos teatro de guerrilla. Así que ya sabíamos cómo hacer este tipo de cosas.

La semana abarcó aproximadamente 1.000 ex combatientes, y vino gente de todas partes. Recorrimos toda la ciudad, haciendo diferentes tipos de cosas, y muchos fueron arrestados, docenas en la Corte Suprema. Hubo un par de días en que prosiguió el cabildeo en el Congreso. Una de las cosas que sucedió mientras recorríamos Washington, D.C. fue que pasamos junto a un grupo de Hijas de la Revolución Americana, un grupo de derecha, y una mujer nos dijo: “¿Qué están haciendo? Van a molestar a las tropas”. Nosotros respondimos: “¡Señora, somos las tropas!”.

Para poder acampar en el Mall por una semana, íbamos a necesitar seguridad durante la noche. Teníamos que estar atentos a las personas que entraban al campamento para causar disturbios, tanto inocentes como unos borrachos o lo que sea, pero lo que es más importante, sabíamos que el gobierno no nos quería allí. Así que una noche durante la vigilancia me encontré con tres o cuatro tipos con el pelo muy corto. Joven como yo, o quizás más jóvenes. Estábamos hablando cuando les pregunté: “¿Por qué están aquí?”. Uno contestó: “Bueno, estamos aquí para apoyar esto”. Hablamos más y finalmente dijo: “Sabes que, estamos en alerta para someterlos”. Dije: “¿Qué quieres decir?” Y dijo: “Somos del Fuerte Bragg”. Pregunté qué iba a pasar. Y dijo: “No te preocupes, se ha puesto arena en el tanque de combustible de todos los vehículos. Ninguno funcionará”. Se me erizó el pelo de la nuca.

P: ¿Eran de la Guardia Nacional o del ejército?

R: Eran soldados del ejército. Años más tarde, me enteré de que los infantes de marina de Quantico (una base en Virginia) también estaban en alerta para posiblemente someternos. Pero este fue un ejemplo de lo profundo que se estaba filtrando el movimiento de los soldados en el ejército por todo el mundo, no solo con los periódicos dirigidos a los soldados rasos en cada base militar estadounidense en el mundo, sino que hubo rebeliones entre las tropas en Alemania que se negaban a ir a Vietnam, y muchos otros ejemplos. Esta masiva resistencia de soldados estaba creciendo. Yo había estado participando profundamente en el movimiento de los ex combatientes, pero esta fue una de las primeras ocasiones en que me di cuenta de que algo más grande estaba sucediendo que tan solo estos veteranos que he estado organizando. El gobierno también estaba tratando de movilizar a la policía de Washington, D.C. contra nosotros, pero hubo desacuerdo entre las filas y no pudieron movilizarlos en contra de nosotros. Años después, vi una película de 2013 titulada La más grande pelea de Muhammad Alí, y esta muestra la historia de la lucha en la Corte Suprema sobre cómo van a dictaminar en el caso de Alí, sobre su negativa a ir a Vietnam. Hay una discusión entre dos magistrados de la Corte Suprema que están debatiendo esto, y uno de ellos hace un comentario sobre los ex combatientes que están reunidos en el Mall afuera de la Corte. Este es escenario en el que se desenvolvía Dewey Canyon III, justo cuando se estaba dando una tremenda lucha entre los gobernantes sobre cómo iban a manejar la guerra y la resistencia. Además, el gobierno de Washington, D.C. presentó una demanda ante la Corte Suprema para intentar obligarnos a dejar el Mall. Los veteranos celebramos una votación; fue una votación cerrada, pero votamos para rechazar la orden de irnos. Al día siguiente, el New York Daily News sacó un titular: “Veteranos desestiman a la Corte Suprema”.

P: Una parte importante de Dewey Canyon III fue cuando los ex combatientes tiraron sus medallas al Capitolio.

R: El plan había sido que al final de la semana íbamos a ir a algún lugar cerca del Capitolio, donde íbamos a llevar bolsas para cadáveres y sangre simulada de teatro en las bolsas, y tomaríamos nuestras medallas y las arrojaríamos a las bolsas. Fue simbólico, y muy pasivo. Cuando fuimos a Washington, D.C. pensamos que íbamos a decirles a los senadores cosas que no sabían sobre lo que Estados Unidos estaba haciendo en Vietnam, y que si les dijéramos la verdad, eso ayudaría a terminar la guerra. Fue una experiencia muy profunda, y resumimos que los senadores sabían perfectamente lo que estaba pasando y que no les importaba, y que no querían que los ex combatientes estuvieran ahí. Así que para el fin de la semana ya se había descartado la idea de las bolsas para cadáveres, y decidimos lanzar nuestras medallas contra esos hijos de p….

Mientras los veteranos se formaban frente al Capitolio, el gobierno había levantado una cerca ahí. Sobre esta colgamos la palabra “basura”. Alrededor de 600 a 800 ex combatientes se formaron —este acto duró varias horas— para arrojar sus medallas por encima de la cerca hacia el Congreso. Mientras lanzaban sus medallas, unos ex combatientes hacían declaraciones. Uno dijo: “No queremos volver a combatir, pero si tenemos que hacerlo, será para tomar estas escalinatas”. Otro dijo: “Tengo una medalla Corazón Púrpura. Espero recibir otro en la lucha contra estos hijos de puta”. VVAW era una especie de coalición entre dos tipos de ex combatientes. El liderazgo y la mayoría de los miembros querían oponerse a los crímenes que habíamos cometido contra el pueblo vietnamita y poner al descubierto la verdad sobre esos crímenes. Pero había otro sector de los ex combatientes que quería que la guerra terminara principalmente porque los estadounidenses se estaban muriendo. Y eso se reflejó en algunos de los comentarios al lanzar las medallas. Pero principalmente fueron personas como este ex combatiente negro que dijo: “Pido disculpas a las personas no blancas del mundo por lo que Estados Unidos le está haciendo a sus países”. Otros, al hablar de sus medallas, dijeron: “Aquí va un montón de mierda”. Esto se prolongó durante horas y horas. Se puede ver metraje de algunas escenas en YouTube.

Esto rompió el silencio en los medios de comunicación en Estados Unidos como nunca antes. Fuimos la primera noticia de los noticieros nacionales como CBS, NBC y ABC, todas las noches de esa semana, con cobertura de las diferentes cosas que estábamos haciendo, escenas del teatro de guerrilla, cuando tiraron las medallas, etc. Las acciones de VVAW cambiaron la imagen del ex combatiente en Estados Unidos de un tipo patriótico de la Segunda Guerra Mundial a lo que vieron en Dewey Canyon III: veteranos opuestos la guerra, furibundos y, para muchos, antipatrióticos. Creo que es importante enfatizar que había esos ex combatientes de las fuerzas armadas de Estados Unidos, que se solidarizaron con la humanidad (y, para muchos de nosotros, con la victoria) del pueblo vietnamita, especialmente ahora que la supremacía blanca y la xenofobia de los ex combatientes fascistas están recibiendo mucha cobertura en las noticias.


 

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