Tras la entrada en vigor de nuevas leyes aplicables al
aborto, algunas pacientes han tenido problemas para recibir tratamiento en
situaciones de abortos espontáneos
Pam Belluck
18 de julio de 2022
Misoprostol, al centro, y mifepristona, a la derecha, los medicamentos usuales para el
aborto espontáneo, y las mismas pastillas empleadas para el aborto con
fármacos, en un centro de salud en Fort Myers, Florida, el 9 de mayo de 2022.
(Gabriela Bhaskar/The New York Times).
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El año pasado, una mujer de 35 años llamada Amanda, residente del área de
Dallas-Fort Worth, sufrió un aborto espontáneo en el primer trimestre de su
embarazo. En un hospital grande, un médico realizó un procedimiento quirúrgico
que por lo regular se utiliza como un método seguro y rápido para retirar el
tejido de un embarazo fallido.
Cuando despertó de la anestesia, encontró una tarjeta firmada por el
personal de enfermería y un pequeño brazalete rosa y azul con un dije de
mariposa, un obsequio del hospital como expresión de pésame por su pérdida.
“Fue un detalle muy tierno, porque es una situación de lo más difícil”, comentó Amanda.
Ocho meses después, en enero, Amanda, quien pidió que la identificáramos
con su nombre de pila para proteger su privacidad, experimentó otro aborto
espontáneo durante el primer trimestre del embarazo. Relató que había acudido
al mismo hospital, Baylor Scott & White Medical Center; se doblaba de dolor
y gritó al sacar un enorme coágulo ensangrentado.
Pero cuando solicitó el mismo procedimiento quirúrgico de extracción, designado
dilatación y curetaje (D y C), el hospital se negó.
El procedimiento D y C también se utiliza para algunos abortos. En septiembre de
2021, en el periodo entre los dos abortos espontáneos de Amanda, el estado de
Texas implementó una ley que prohíbe casi todos los abortos después de la sexta
semana de embarazo.
Ya anulada la decisión del caso Roe contra Wade, varios estados han comenzado a
prohibir o aplicar restricciones estrictas al aborto. Si bien las leyes están
diseñadas técnicamente para aplicarse solo a los casos de aborto, algunas
pacientes han denunciado que tuvieron dificultades para recibir procedimientos
quirúrgicos o medicamentos normales en el caso de pérdidas de embarazos deseados.
Amanda explicó que el hospital no mencionó en ningún momento la legislación aplicable
al aborto, pero la envió a casa con instrucciones de regresar solo si sufría un
sangrado muy abundante, suficiente para saturar más de un pañal por hora.
Registros hospitalarios que Amanda compartió con The New York Times señalan que
el embrión no mostró actividad cardiaca alguna durante esa visita ni en un
ultrasonido tomado una semana antes. “Dice tener mucho dolor” y “luce
alterada”, indican los registros.
Amanda,
a quien después de sufrir un aborto espontáneo en el primer trimestre del
embarazo, un hospital le dio instrucciones de regresar únicamente si sangraba
suficiente para saturar más de un pañal por hora, en el área de Dallas-Fort
Worth en Texas, el 8 de julio de 2022. (Nancy Newberry/The New York Times).
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“Parece que se trata de un aborto espontáneo”, subrayan los documentos; sin
embargo, la recomendación fue esperar para confirmar el diagnóstico y darle
seguimiento en siete días.
Amanda relató que, al volver a casa, se sentó en el inodoro y dejó “marcas
en la pared con mis uñas” por el dolor. Luego, se metió a la tina, y lloró con
su esposo mientras este sostenía su mano. “El agua de la tina era de color rojo
oscuro”, recuerda Amanda. “Durante 48 horas, sufrí un constante sangrado
profuso con coágulos enormes”.
Añadió: “Fue tan diferente de mi primera experiencia, cuando fueron tan
amables y trataron de tranquilizarme, a esta vez que me sentí sola y aterrada”.
El hospital se negó a señalar si las leyes aplicables al aborto en Texas
han tenido algún impacto en sus servicios médicos. En un comunicado, el
hospital afirmó: “Aunque no podemos decir nada sobre casos individuales debido
a las normas de privacidad, nuestro equipo multidisciplinario de médicos
trabaja en conjunto para determinar el plan de tratamiento adecuado para cada
caso en particular. La salud y seguridad de nuestros pacientes es nuestra
principal prioridad”.
John Seago, presidente de Texas Right to Life, opina que los obstáculos que
enfrentan las pacientes que sufren abortos espontáneos son “situaciones muy
serias”. En su opinión, estos problemas se deben a “una falta de comunicación
de la ley, no a la ley en sí”, y añadió que ha “visto informes sobre médicos
confundidos, pero más bien se debe a que nuestras asociaciones médicas no han
sabido” dar orientación clara.
El entorno incierto ha causado inquietud entre algunos médicos y hospitales
por la posibilidad de que alguien los acuse de facilitar un aborto, temor por
el que también algunos encargados de farmacias se han negado a surtir recetas
de fármacos para completar abortos espontáneos, o han demorado el surtido de
las mismas, según dicen proveedores y pacientes por igual. La semana pasada, el
gobierno de Joe Biden advirtió que, si una farmacia se rehúsa a surtir recetas
de pastillas “e incluso medicamentos necesarios para el tratamiento de un
aborto espontáneo o complicaciones de la pérdida de un embarazo, debido a que
estos fármacos también pueden emplearse para ponerle fin a un embarazo,
entonces la farmacia podría cometer discriminación por género”.
Las demoras en la expulsión de tejido de un embarazo que ha dejado de ser
viable pueden causar hemorragias, infecciones e incluso en algunos casos sepsis
que pone en riesgo la vida, afirman algunos obstetras.
“En este mundo después de Roe, las mujeres que sufran abortos naturales
podrían morir”, se lamentó Monica Saxena, doctora de emergencias en el Hospital Stanford.
Varios expertos en Medicina definen el aborto espontáneo como un embarazo
que llega a su término natural antes de las 20 semanas de gestación. La mayoría
de los abortos espontáneos se presentan en las primeras 13 semanas; si un
embarazo se pierde después de la semana 20, se considera que ha ocurrido una
muerte fetal. Alrededor de uno de cada diez embarazos conocidos termina en un
aborto espontáneo, proporción que aumenta hasta uno de cada cuatro si se
incluyen abortos naturales ocurridos antes de que las pacientes se percaten de
que están embarazadas.
Puesto que la terminología médica emplea las designaciones “aborto natural”
y “aborto espontáneo”, se explica que las pacientes y los proveedores de
servicios tengan más inquietudes en cuanto a la aplicación de prohibiciones
diseñadas para el aborto. En el historial médico, también se hizo referencia al
segundo aborto espontáneo de Amanda como “amenaza de aborto: establecida y empeora”.
Por lo regular, en el caso de abortos naturales en las primeras semanas del
embarazo, cuando se determina que se ha suspendido la actividad cardiaca, a las
pacientes deberían ofrecérseles tres opciones para expulsar el tejido, explicó
Sarah Prager, profesora de Ginecología y Obstetricia en la Escuela de Medicina
de la Universidad de Washington.
Se recomienda el procedimiento D y C cuando las pacientes presentan un
sangrado profuso, sufren anemia, tienen problemas de coagulación o padecen
afecciones específicas que las colocan en una situación médica vulnerable,
explicó Prager. Algunas otras pacientes también optan por el D y C porque creen
que la recuperación emocional es más sencilla que si optan por un proceso prolongado
en casa.
Otra opción es la administración de fármacos, por lo regular mifepristona,
que debilita la membrana que cubre el útero y suaviza el cuello uterino, y en
segundo lugar misoprostol, que causa contracciones. Estas mismas pastillas se
utilizan para el aborto provocado con fármacos.
La tercera opción es el “tratamiento expectante”: esperar a que el tejido
salga por sí mismo, proceso que puede tardar varias semanas. Este tratamiento
no tiene éxito en el 20 por ciento de los casos, y entonces la paciente
necesita cirugía o medicamentos, comentó Prager, quien colaboró en la redacción
de los lineamientos para el manejo del aborto espontáneo del Colegio Americano
de Obstetras y Ginecólogos.
De ser posible, debe permitirse que las pacientes elijan el método, pues no
tener opciones agrava el trauma de perder un embarazo deseado, comentaron
médicos y pacientes.
En Wisconsin, donde es posible que se aplique de nuevo una prohibición al
aborto de 173 años de antigüedad, la ginecoobstetra Carley Zeal atendió a una
mujer que dijo haber llegado a un hospital, justo después de la anulación del
derecho al aborto, con un sangrado. El hospital determinó que había sufrido un
aborto espontáneo, pero le dijo que “no podían practicarle D y C debido a la
legislación”. El hospital no le ofreció tampoco fármacos para el tratamiento
del aborto espontáneo, y le recomendó encontrar un médico ginecoobstetra que
pudiera ayudarle. Para cuando encontró a Zeal, que le administró mifepristona y
misoprostol, la mujer había sufrido sangrados intermitentes por varios días, lo
que la puso en un “gran riesgo de sufrir hemorragias o infecciones”.
“Incluso en estos casos claros de práctica básica de la ginecología y
obstetricia, las leyes hacen que los prestadores de servicios tengan dudas y temores”,
señaló Zeal. “Estas leyes ya están afectando a mis pacientes”.
Algunos médicos afirman que los riesgos podrían ser mayores en casos de
“abortos naturales inevitables”, en que no ha cesado la actividad cardiaca
fetal, pero la membrana amniótica se rompe en una etapa muy temprana para que
el embarazo sea viable, comentó Greer Donley, profesora asistente en la Escuela
de Medicina de la Universidad de Pittsburgh.
Un estudio de dos hospitales de Dallas analizó el caso de 28 pacientes que
sufrieron la ruptura de la membrana amniótica u otras complicaciones serias
antes de las 22 semanas de gestación y que, debido a las leyes de Texas, no
recibieron la intervención médica necesaria hasta que se presentó una “amenaza
inmediata” a su vida o se suspendió la actividad cardiaca fetal. En promedio,
las pacientes esperaron nueve días, y el 57 por ciento terminó con infecciones
graves, sangrado u otros problemas médicos, señala el informe. Otro artículo
publicado en la revista New England Journal of Medicine indicó que pacientes
similares regresaron con señales de sepsis después de que algunos doctores u
hospitales decidieron que la ley del aborto en Texas les impedía actuar antes.
En estos casos, Seago, de Texas Right to Life, comentó que las
prohibiciones del aborto quizá exijan que se demore la intervención. Dijo que
está prohibido, por ejemplo, que un médico diga: “‘Quiero provocar la muerte
del bebé hoy porque creo que va a morir a fin de cuentas’”. Reconoció que esas
demoras podrían causar complicaciones médicas para las mujeres, pero aclaró
que, según la ley, las complicaciones “graves” pueden tratarse de inmediato.
Uno de los fármacos para el aborto natural, mifepristona, requiere la
receta de un proveedor certificado de servicios médicos y las farmacias regulares
no pueden surtirlo. Aunque el proceso de certificación es sencillo, Lauren
Thaxton, profesora asistente del departamento de salud de la mujer en la
Escuela de Medicina Dell de la Universidad de Texas, campus Austin, explicó que
algunos hospitales han expresado “inquietud en cuanto a que este fármaco
también se utilice para el aborto y la posibilidad de que se cree cierta
especie de mala imagen”.
Así que, en algunos estados, los médicos solo recetan misoprostol para los abortos espontáneos, que puede funcionar
solo, pero sus resultados no son tan buenos. También se emplea para otros
padecimientos y debería ser fácil conseguirlo en las farmacias, pero algunas se
han negado a surtir las recetas de misoprostol de pacientes con abortos
espontáneos, o han solicitado que los médicos proporcionen documentación
adicional, dijeron Thaxton y otros.
Algunas mujeres que han sufrido abortos naturales y corren el riesgo de
perder otros bebés afirman que están considerando la opción de mudarse de
estados que prohíben el aborto, o están evaluando de nuevo su plan de vida.
“Ya no vamos a intentar embarazarnos”, dijo Amanda. “No sentimos que sea
seguro en Texas seguir intentando después de lo que nos pasó”.
© 2022 The New York Times Company
Fuente: https://es-us.finanzas.yahoo.com/noticias/entrada-vigor-leyes-aplicables-aborto-215637877.html
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