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21 de agosto de 2015

El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


Invitación a traducir al español
(Nuevo)
03-15-11

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En lo negro: la tortura y seres humanos reales

Jill McLaughlin
1º de marzo de 2009

Out of the blue and into the black
They give you this, but you pay for that
And once you're gone, you can never come back
When you're out of the blue and into the black
- Neil Young, Out of the Blue

De repente te caes en lo negro
Lo que te dan al fin lo pagarás
Y cuando has ido, nunca volverás
De repente te caes en lo negro

El lunes pasado, 23 de febrero, pusieron en libertad al hombre sobre quien mucho se ha escrito en las últimas semanas. Lo volvieron a Gran Bretaña después de casi siete largos años de la experiencia más angustiosa que ni tú ni yo pudiéramos imaginar o, en realidad, compensar. Y según lo que dijo en una declaración de sus abogados a su regreso a Gran Bretaña, tampoco él lo hubiera soñado hasta que lo apresaron sorpresivamente en Pakistán.

Ese hombre, Binyam Mohammed, se conoce como uno de los ex detenidos que entablaron la demanda contra la infame compañía Jeppesen Dataplan. Jeppesen es una filial de Boeing que prestó sus aviones a la entrega extraordinaria de presuntos terroristas a otros países. En el caso de Binyam lo llevaron primero a Marruecos, donde lo torturaron, y luego lo llevaron a Guantánamo, donde lo detuvieron y lo torturaron de nuevo hasta su liberación el lunes pasado. Hace poco en California, un fallo causó que la demanda contra Jeppesen se estancara de nuevo, así como sucedió en 2008 cuando el gobierno de Bush adujo que no se podían revelar las pruebas contra Jeppesen porque eran "secretos de estado". En esta última ronda el Departamento de Justicia, bajo el gobierno de Obama,planteó el mismo argumento (en inglés.)

No quiero hablar mucho, sin embargo, sobre los detalles de las demandas o los fallos en torno a las entregas (rendición), la detención, ni la tortura. Quiero hablar de ti, de mí, y de gente como Binyam. Al leer la declaración de Binyam el lunes pasado, me permití un sentimiento que he tenido a veces durante los últimos dos años de activismo y de organizar a otros.

Se trata de esta idea que, no importa lo que hagas, no puedes enmendar los errores o daños que hizo tu gobierno en tu nombre a gente que no hizo nada para merecer ese salvajismo. Sentí una profunda tristeza por eso, pero también tuve un sentimiento de determinación. Binyam, como tú y yo, es una persona real. Es una persona de a pie que un día estaba viviendo su vida (en inglés) y al otro lo arrojaron a la oscuridad.

Habiendo sobrevivido esos momentos de oscuridad absoluta durante su detención, todo lo que quiere hacer es decir la verdad y defender a los que siguen detenidos. Piensen en eso por un minuto. Aquí tienen a un hombre cuya vida ha sido prácticamente destrozada y, al ser puesto en libertad, no piensa en sí mismo sino en los que sufren a manos de nuestro gobierno. Después de ese trauma, podría haber pasado al olvido y tratado de volver a su vida pasada lo mejor que pudiera. Ningún ser humano pensante y sensible le vería mal si hiciera exactamente eso. Pero no lo está haciendo. Aunque sabe y reconoce que nunca se recuperará totalmente de todo lo sucedido, una cosa le queda clara. Va a luchar por los derechos de los demás que han sufrido y siguen sufriendo de la misma manera que él. Pero ustedes, ¿qué van a hacer acerca del problema de la tortura y la detención? ¿Van a dejar que se ocupe de eso algún otro que piensan que sea más capacitado o más dotado para hacerlo que ustedes?

Eso me hace recordar una discusión que tuve hace más de un año con una compañera de trabajo. Me pregunté en voz alta por qué tanta gente de este país se quedaba pasiva, silenciosa e invisible, frente a esos crímenes de nuestro gobierno. Ella me dijo que se necesita a cierto tipo de persona que tome una posición y hable públicamente acerca de esas cosas. Ella agregó: "Eres una anomalía." Tuve que pensarlo un rato y lo he pensado mucho desde entonces. He llegado a la conclusión de que no soy una anomalía. No soy muy diferente que ustedes, pues estoy viviendo una vida cotidiana más o menos del mismo modo que tú.

Así que no dudo en decir que, al igual que Binyam, ustedes y yo nos hemos visto sumido en lo negro debido a los crímenes de nuestro gobierno, desde que empezó todo este asunto de "la guerra contra el terrorismo". Es difícil pasarlo por alto mientras vamos tropezando en la oscuridad, pero unos quieren esperar a que algún otro le arroje una luz y lo resuelva todo. He decidido enfrentármelo y hace un tiempo llegué a la conclusión de que no podemos confiar en que los líderes de este país, no importa quien sean, pongan un fin a esos crímenes contra la humanidad. El programa de detención y tortura puesto en marcha por el gobierno de Bush, con el pretexto de la llamada "guerra contra el terrorismo", no lo puede desmantelar quienquiera que sea el presidente.

El punto es que, mientras los líderes mantengan el pretexto de esa "guerra contra el terror", que no es nada más que una guerra por imperio, habrá tortura y crímenes contra la humanidad. Los dos se ligan inextricablemente. Últimamente muchos incidentes han demostrado que es así. Cuando se oye hablar de la escalada de la guerra de Afganistán y luego que Obama ha decidido que los detenidos en el centro de detención de Bagram no tienen derechos (en inglés), ¿a qué otra conclusión podemos llegar? Es por eso que hay que captar que son ocupaciones y tortura en pro de imperio, y que tenemos que poner un fin a ellas.

Sin embargo ustedes tenían sus esperanzas y las ponían en lo que pensaban fuera lo mejor. He decidido que sigo poniendo mis esperanzas en ustedes, aunque a la gente le gusta decirme que la población media de EE.UU. no se preocupa por esas cosas. He encontrado fenómenos similares en los mítines de coaliciones contra la guerra, en que el mensaje se diluye en una simple demanda por traer a los soldados a casa o en hacer hincapié en que la economía está por los suelos a causa de esas guerras.

Creo que eso es cobardía y tampoco es cierto. Como Binyam, en estos tiempos ustedes tienen más facetas que lo visto en la superficie. Sí que se preocupan por cosas como la tortura, y se preocupan por ellas porque saben que son moralmente un mal. De lo contrario no habrían elegido al hombre que creían que iba a cambiar todo esto. Decidí hace tiempo que vale la pena seguir luchando con ustedes, la gente de a pie, acerca de por qué depende de nosotros, y solo nosotros, detener los crímenes de nuestro gobierno. No podemos seguir contando con que nuestros líderes actúen en interés de la humanidad. Si continuamos en ese camino, algún día puede que ya no volvamos más a lo que somos en realidad y lo que podemos ser: personas que se preocupan por toda la humanidad. Tenemos que volver a ser lo que somos y asumir esta responsabilidad. Por demasiado tiempo nos hemos ausentado de la resistencia que necesitamos para poner fin a esos crímenes. También debemos hacer que rindan cuentas los responsables por crímenes contra la humanidad. No podemos deshacer lo que se ha hecho en nuestro nombre, pero podemos evitar que siga ocurriendo o que vuelva a pasar jamás. Gente como Binyam, yo, y ustedes necesitamos a nosotros, el pueblo.

There's more to the picture
Than meets the eye
Hey hey, my my

Hay más en el fondo
De lo que parece ya
Vaya, pues, qué caray


 

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