El desfile del cumpleaños de Trump y la nazificación de las fuerzas armadas estadounidenses
28 de mayo de 2025
De Revolución

Tanques enviados a Washington, DC para el desfile militar del 14 de junio. Foto: AP
|
El 14 de junio, el 79º cumpleaños de Trump, se conmemorará con un desfile militar
masivo1.
Casi 7000 soldados estadounidenses marcharán en Washington, DC. Veintiocho enormes
tanques Abrams y más de 100 vehículos militares recorrerán las calles. Al menos
50 aeronaves militares, incluyendo helicópteros de la época de Vietnam y
aviones de cada guerra estadounidense, realizarán vuelos. Por la noche, el
equipo de paracaidistas “Golden Knights” del Ejército descenderá del cielo y
entregará a Trump una bandera estadounidense doblada.
Este tipo de exhibición pública de poderío militar no tiene precedentes en
la historia moderna de Estados Unidos. Pero lo que se exhibe sobre todo no son
solo armas de destrucción masiva y los soldados que las portan. Más que eso,
este desfile es una fiesta pública de “presentación” de un ejército
estadounidense que se está transformando rápidamente en una fuerza armada leal a Trump por encima de todo, incluso
por encima de la Constitución de Estados Unidos. Desfilar tropas y armas para
el cumpleaños del Líder es un símbolo obsceno e inconfundible de fidelidad
(lealtad servil) y obediencia.
Para ser claros, las fuerzas armadas estadounidenses han sido y son la columna
vertebral del poder del sistema gobernante del capitalismo-imperialismo en
Estados Unidos y en todo el mundo. Como tal, son responsables de horror tras
horror, durante cientos de años, incluyendo ataques genocidas contra pueblos
enteros2. Este ejército que Trump celebra ya llevaba
a cabo genocidio cuatro años después de su existencia, cuando nada menos
que George
Washington lideró una campaña para matar de hambre intencionalmente al pueblo haudenosaunee del norte de Nueva York, y tan
recientemente como cuando usted lee esto, armando a gran escala a Israel en
Gaza. Pero su transformación en un instrumento directo del sector fascista de
la clase dominante que Trump encabeza —con su programa de desenfrenada
supremacía blanca, supremacía masculina, xenofobia (odio a los extranjeros) e
ignorancia impuesta, y su desmantelamiento de hasta los derechos
constitucionales más básicos, el debido proceso legal y el estado de derecho—
empeorará mucho la situación para las masas populares, en Estados Unidos y en
todo el mundo.
El primer mandato de Trump
El primer mandato de Trump (2017-2021) representó el ascenso al dominio de las fuerzas fascistas en la
clase dominante. Sin embargo, su control no fue completo. En particular, Trump
se enfrentó a una considerable oposición de diferentes sectores de la
burocracia y de los altos mandos del aparato militar, más alineados con el
sector “imperialista tradicional (no fascista)” de la clase dominante,
concentrado principalmente en el Partido Demócrata.
Esto planteó serios problemas a los fascistas para reprimir la oposición a su agenda. Trump
quiso utilizar al ejército para disparar a los manifestantes durante el
levantamiento de George Floyd en 2020, pero fue bloqueado por el entonces
secretario de Defensa, Mark Esper, y el entonces presidente del Estado Mayor
Conjunto, Mark Milley, quienes se pronunciaron públicamente en contra de Trump.
Trump quiso organizar un desfile militar como demostración de fuerza en
Washington, D.C., pero fue bloqueado de nuevo. Y tras perder las elecciones de
2020, algunos líderes militares trabajaron activamente para impedir que
intentara permanecer en el poder ilegalmente.
Cómo forjar fuerzas armadas fascistas
Incluso antes de asumir su segundo mandato, Trump prestó mucha atención a colocar a
fascistas acérrimos y a sus leales en puestos clave. En diciembre de 2024,
impulsó en el Senado el nombramiento de Pete Hegseth, comentarista de Noticias
Fox, como secretario de Defensa, a pesar de numerosos escándalos personales y
de no tener experiencia alguna en la dirección de nada remotamente comparable
al Departamento de Defensa.
Para allanar el camino para Hegseth, Trump despidió a Lloyd Austin III, un general
retirado de cuatro estrellas; Austin es negro.
Lo que Hegseth tenía a su favor era ser un fascista cristiano fanático que cree
que los cristianos “con las ideas correctas” como él deben librar una guerra
santa para restaurar la supremacía masculina blanca y la dominación mundial de
Estados Unidos. De hecho, llamó la atención de Trump por su enérgica defensa de
varios soldados estadounidenses condenados por crímenes de guerra tan graves
que sus propios hombres los habían delatado. ¡Ese sí que era alguien en quien Trump podía confiar
para transformar despiadadamente el ejército3!
Purgar el liderazgo militar de mujeres, personas negras y cualquiera que reconozca que el racismo es malo
Una vez en el cargo, Hegseth y Trump llevaron a cabo una importante purga del mando militar. El 21 de febrero:
- Despidieron al jefe del Estado Mayor Conjunto, el general de la Fuerza Aérea Charles Q. Brown Jr. Brown
es un general muy respetado, pero Brown es negro y había expresado públicamente
su simpatía con las protestas contra el asesinato de George Floyd a manos de la policía.
- Reemplazaron a Brown por el general retirado de la Fuerza Aérea John Daniel Caine, un hombre blanco que,
según Trump, le había dicho una vez: “Te quiero, señor, creo que eres
grandioso, señor, mataría por ti, señor”4.
- Despidieron a la jefa de operaciones navales (y miembro del Estado Mayor Conjunto), la almirante Lisa
Franchetti, la primera mujer en ocupar ese cargo. Trump había despedido previamente a otra lideresa militar de alto rango: la comandante de la Guardia Costera, la
almirante Lisa L. Fagan.
- Despidieron al vicejefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, el general James Slife, quien, a pesar de
ser un hombre blanco, cometió el “error” de instar a los aviadores a reflexionar
sobre el racismo institucional tras el asesinato de George Floyd.
Desencadenar a las tropas para que cometan (más) crímenes de guerra y atrocidades, tanto en Estados Unidos como en
el extranjero
Además de esta purga de mandos, Hegseth también despidió a los Jueces Abogados
Generales (JAG), los principales funcionarios legales de cada rama de las
fuerzas armadas.
Los JAG desempeñan un papel clave en el enjuiciamiento de crímenes de guerra. La
posición de Hegseth es que prestar la más mínima
atención a las normas internacionales de la guerra (como no se puede asesinar a
prisioneros o civiles desarmados, no se puede torturar, etc.) es la razón “por
la que Estados Unidos no ha ganado una guerra desde la Segunda Guerra Mundial”.
No solo eso, los JAG también tienen la facultad de determinar que una orden es ilegal o
inconstitucional, y que los soldados u oficiales tienen la obligación de no obedecerla. Por ejemplo, si Trump
o Hegseth ordenaran a las tropas abrir fuego contra manifestantes pacíficos,
los JAG podrían determinar que se trataba de una orden ilegal e indicar a los
comandantes pertinentes que no la ejecutaran.
El propio Hegseth lo expresó así: no quería los JAG que podrían ser cualquier
“obstáculo a las órdenes dadas por un comandante en jefe”.
En otras palabras, despedir a los JAG es una forma de abrir la puerta a aún más
atrocidades, tanto en el país como en el extranjero. El actual JAG de la Fuerza
Aérea le dijo a Military.com: “Creo que en la
comunidad hay mucha preocupación sobre quién será el siguiente. Hay mucho miedo”.
Prohibir libros antirracistas; guardar Mein Kampf de Hitler
Los militares también han “purgado” las bibliotecas de libros que contradicen el
pensamiento MAGA al reconocer el racismo, los crímenes pasados del ejército
estadounidense, la opresión de las mujeres, etc. En la Academia Naval de los
Estados Unidos en Annapolis, la biblioteca purgó casi 400 libros,
incluyendo I Know Why the Caged Bird Sings (Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado) de Maya
Angelou, y Memorializing the Holocaust (Memorializando
el Holocausto), un libro sobre cómo se ha retratado a las mujeres víctimas del
genocidio nazi alemán.
Aún en los anaqueles: The Camp of the Saints (El campamento de los santos), un libro virulentamente
racista y antiinmigrante, muy apreciado por MAGA y los supremacistas blancos en general; The Bell Curve (La
curva de la campana), un intento, hace tiempo desacreditado, de “probar”
científicamente que las personas negras eran menos inteligentes que las blancas
(los libros que desacreditan The Bell Curvetambién han sido retirados)... y Mein Kampf, el infame manifiesto de
Hitler que allanó el camino para el Holocausto que mató a decenas de millones
de personas “inferiores”5.
Y más...
Todo lo anterior es solo una muestra de las medidas fascistas adoptadas por Trump y
Hegseth. El 6 de mayo, la Corte Suprema dio luz verde a una orden de Trump para
expulsar de las fuerzas armadas a todas las personas transgénero. Hegseth
respondió con alegría y desprecio: “No más hombres con vestidos. Se acabó esa
porquería”, y fijó el 6 de junio (la primera semana del Mes del Orgullo) como
fecha límite para que las personas trans se vayan.
En su discurso del 24 de mayo ante la clase de graduados de West
Point, Trump declaró que eran la primera generación que
se graduaba en una “época dorada” en la que todos los intentos por mitigar
(disminuir) la opresión racista y la supremacía masculina habían sido
desechados. En las fuerzas armadas de hoy, Trump se jactó: “Todo eso ha
terminado. Ha terminado con fuerza. Ya ni siquiera se les permite pensar en ello”. (Cursiva añadida).
También dijo que el ejército se concentraría por completo en su “misión
principal”: “matar a los enemigos de Estados Unidos” y “difundir la democracia
a todo el mundo, a punta del fusil”.
En el contexto general de lo expuesto anteriormente, las
palabras de Bob Avakian, de hace dos meses, resuenan con especial fuerza:
El fascismo de Trump es un régimen que despoja abierta y agresivamente los derechos básicos y declara flagrantemente que no
existe ningún estado de derecho ni debido proceso legal más allá de lo que él
mismo dicta, y que el poder destructivo puro y duro es lo que tiene que regir en el escenario
internacional, sin siquiera la pretensión de adherirse al derecho internacional
ni preocuparse por la soberanía, o incluso el derecho de existir, de los
pueblos y países menos poderosos.
La situación; el desafío
El 14 de junio será una “celebración” de la forja de fuerzas armadas
reaccionarias, abiertamente cohesionadas en torno a la lealtad a Trump y a la
supremacía blanca y la supremacía masculina cada vez más abierta, así como a la
beligerancia temeraria y sed de sangre pervertida. Esto no es solo “teatro”:
los cambios organizativos, así como el bombardeo ideológico (como la
prohibición de libros, la promoción por parte de líderes de una visión del
mundo MAGA, etc.), tienen un impacto real en las fuerzas armadas como
institución y en sus miembros individuales.
Dicho esto, las fuerzas armadas están todavía, y aún más, plagadas
de contradicciones. Siguen siendo compuestas principalmente por personas de
sectores oprimidos de la sociedad (43% no blancos, 17% mujeres) y casi con
certeza están profundamente divididas respecto a la toma por parte de MAGA.
Tal como está, se ha convertido en un arma mucho más letal contra la gente de este
país y de todo el mundo. Pero si la sociedad en su conjunto se caracteriza por
un creciente movimiento de lucha no violenta, decidida, persistente y valiente contra este
fascismo, esto repercutirá también en el ámbito militar, y los intentos
insolentes, abiertos y descarados de imponer el orden y la ideología fascistas
podrían repercutir de forma inesperada. Ojo: cabe destacar que la combinación
de un levantamiento masivo desde abajo, sumado a las divisiones en
instituciones gubernamentales clave, ha sido una de las principales vías por las que regímenes fascistas y otros
regímenes extremadamente represivos e ilegales han sido expulsados del poder
en otros países. Esto hace aún más importante denunciar y
oponerse a la transformación que Trump pretende imponer, especialmente en días
como el 14 de junio, cuando “todo el mundo está observando”.
Esto subraya la necesidad de un verdadero salto en la lucha para expulsar al régimen
fascista MAGA de Trump. Se han convocado grandes protestas en todo el país para
el 14 de junio; es de vida o muerte que, hasta entonces, aumenten las protestas
y la resistencia en todos los sectores de la sociedad, con la orientación de
que “¡Que se largue el régimen fascista de Trump YA!” y que el 14 de junio eso sea
lo que tiene iniciativa e impulso.
_______________
NOTAS:
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|