El allanamiento del camino para el fascismo... La persecución siniestra
e ilegítima de 11 miembros de Rechazar el Fascismo-Los Ángeles y del Club
Revolución-Los Ángeles
¿Quién es la División de Delitos Mayores del LAPD,
también conocida como la División Antiterrorista?
Un informe policial relacionado con el caso de los 9 de la Autopista revela
que la División de Delitos Mayores del Departamento de Policía de Los Ángeles
(LAPD) envió un informante confidencial a las reuniones de Rechazar el Fascismo
para “recabar inteligencia” y grabar ilegalmente conversaciones sin el
conocimiento de las personas con las que habló. La División de Delitos Mayores
es parte de la Oficina de Contraterrorismo y Operaciones Especiales del
LAPD.
Hay una historia larga, sórdida, y asesina, de espionaje ilegal de parte del
LAPD contra una amplia gama de individuos y organizaciones progresistas,
radicales y revolucionarios que se inició en la década de 1950. En ese entonces,
fue parte de la respuesta del gobierno de Estados Unidos al apoyo e influencia
política de la Unión Soviética. Durante las décadas desde ese entonces, de
manera ilegal el LAPD ha espiado, infiltrado e intentado desbaratar a los grupos
que llevaban a cabo actividades políticas protegidas por la Constitución
estadounidense. En 1970, el LAPD estableció la División de Inteligencia del
Desorden Público (PDID, por las siglas en inglés). Se divulgó que los agentes de
la PDID se hicieron pasar por miembros estudiantiles de “grupos radicales” como
Students for a Democratic Society (SDS, Estudiantes por una Sociedad
Democrática) en la Universidad de California en Los Ángeles, así como grupos
como el sindicato United Farmworkers (Trabajadores Agrícolas Unidos). Algún
tiempo después, se descubrió que la PDID tenía más de 55.000 expedientes de
inteligencia no solo sobre grupos radicales, sino decenas de miles de personas,
desde figuras notables de Hollywood hasta periodistas, y que compartió estos
registros con organizaciones derechistas. La Unión de Libertades Civiles de los
Estados Unidos (ACLU) investigó las actividades ilegales de la PDID y descubrió
a policías encubiertos que admitieron haber espiado ilegalmente a organizaciones
políticas, incluido el Partido Comunista Revolucionario (PCR).
Veamos un resultado mortal de una de las operaciones ilegales de la PDID: En
1980, el comunista revolucionario Damián García junto con otros dos
revolucionarios izaron la bandera roja sobre El Álamo en Texas, lo cual
denunciaron como un símbolo de la conquista y dominación del imperialismo
estadounidense. Veinte días después, Damián fue asesinado en un multifamiliar
del Este de Los Ángeles mientras hacía trabajo revolucionario, impulsando el
Primero de Mayo de 1980, por un individuo que declaró “odias al gobierno, yo
soy el gobierno, tu bandera es roja, la mía es roja, blanca y azul”.
Luego ese mismo individuo fue asesinado de forma misteriosa, lo que quizá fuera
un encubrimiento. Más tarde se descubrió que en el momento del asesinato de
Damián, un policía encubierto del LAPD estaba a menos de dos metros de
Damián. Este mismo cerdo había escrito informes internos para el LAPD que
habían identificado a Damián como su “blanco” asignado basado en la
afiliación política de Damián con el PCR.
En 1983, a la luz de las revelaciones del espionaje ilegal del LAPD y su
persecución específica a organizaciones políticas e individuos, se vieron
obligados a disolver el PDID y crear una nueva división, la División
Antiterrorista (ATD, por las siglas en inglés). Pero la ATD incorporó funciones
esenciales de la PDID además de aumentar la vigilancia, especialmente el
espionaje electrónico. Cuando era jefe del LAPD, el infame Darryl Gates manejaba
una operación de espionaje político internacional. En 1992, el PCR encabezó una
batalla política para clausurar un campo de concentración secreto del Servicio
de Inmigración y Naturalización (el precursor de ICE) en Pico-Union, un barrio
densamente poblado de centroamericanos. El LAPD atacó brutalmente y arrestó a 21
personas durante una serie de protestas. Durante el enjuiciamiento a estos 21
manifestantes, los cargos se retiraron cuando el LAPD se negó a entregar los
nombres de todos los agentes de la ATD que quizá estuvieran presentes durante
las manifestaciones, así como cualquier documento relacionado con la planeación
de la ATD antes de las protestas. La ATD ahora se llama la División de Crímenes
Mayores, misma que admite haber realizado espionaje policial ilegal a Rechazar
el Fascismo en relación con los 9 de la Autopista. |
3 de octubre de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
En Los Ángeles, han presentado cargos penales contra 11 miembros de Rechazar
el Fascismo y del Club Revolución por participar y / o apoyar la desobediencia
civil no violenta y las protestas políticas que tuvieron lugar desde septiembre
de 2017 hasta marzo de 2018. Estas protestas incluyeron pancartas por todo lo
ancho de la autopista 101 de Los Ángeles, con una que decía "¡Trump y Pence
tienen que marcharse!" y varias protestas en el campus de la Universidad de
California-Los Ángeles (UCLA), incluida una interrupción del secretario del
Tesoro Steve Mnuchin. El propósito de estas protestas era de hacer sonar la
alarma en cuanto al régimen fascista de Trump y Pence y la necesidad de que
millones de personas llenen las calles en un movimiento no violento de masas
para sacar del poder a este régimen.
Las detenciones y los cargos posteriores por estos actos de protestas
políticas son injustos e ilegítimos. Con un régimen fascista en el poder, que
está destripando lo que supuestamente son derechos civiles y legales protegidos
y que está gobernando mediante el terror abierto y la violencia, estas
protestas no solo eran necesarias, sino que tenían razón.
¡Importaban como formas de desobediencia civil no violenta y, en un terreno
político y legal cambiante, formas de discurso protegido!
NO es ilegal gritar “incendio” en un teatro lleno de gente SI HAY UN
INCENDIO. Por decir lo menos, a lo que nos enfrentamos es, por analogía, un
incendio de proporciones tan extremas que exige que las personas desafíen la
protesta como de costumbre. El régimen de Trump y Pence está creando una
teocracia, con la supremacía blanca abierta, la limpieza étnica, el genocidio,
el despojo de los derechos básicos y esenciales de las mujeres, ataques a la
ciencia y el conocimiento básico de la verdad... y como parte esencial de esto,
el cerrazón a lo que son nuestras supuestas libertades civiles, el derecho a la
palabra, la protesta y la libertad de prensa. Con las amenazas de una guerra
nuclear y una destrucción ambiental aún más rápida, no es exagerado decir que
este es un régimen que amenaza con destruir la civilización.
Al mismo tiempo, el enjuiciamiento a estos 11 activistas y revolucionarios
implica una escalada de la penalización de las protestas políticas y un aumento
de la represión estatal, maniobras que están allanando el camino para el
fascismo. Algunos de los elementos más serios y peligrosos de estos juicios
incluyen: a dos líderes de Rechazar el Fascismo los singularizaron por cargos de
conspiración criminal relacionados con las protestas en la autopista, cargos que
históricamente se han utilizado para atacar específicamente a los líderes
políticos (a una persona que enfrenta este cargo ni siquiera la arrestaron ni
estuvo en la autopista en el momento de las protestas); la "División de Crímenes
Mayores / Antiterrorismo" del LAPD está metida, una división que tiene un
historial de perseguir a movimientos sociales progresistas y radicales; y la
admisión del LAPD de que enviaron a un "informante confidencial" para espiar y
grabar ilegalmente a los miembros de Rechazar el Fascismo y al Club Revolución .
Estas son solo algunas de las formas más atroces en que están violando los
derechos legales básicos de las personas en el proceso por estos cargos
escandalosos.
En esta situación legal cambiante, lo que hicieron estos manifestantes, según
la tradición de la desobediencia civil no violenta, era necesario, justo y no
debía penalizarse. Todos los que se preocupan por la justicia deben unirse a la
exigencia ¡RETIREN LOS CARGOS! Las personas de toda la sociedad deben inspirarse
y emular lo que hicieron estos héroes, y unirse al movimiento que se necesita
con urgencia para sacar del poder al régimen de Trump y Pence.
Protestas justas, arrestos injustos, cargos ilegítimos
En septiembre y noviembre de 2017, más de cinco millones de personas vieron
en las redes sociales dos acciones no violentas de desobediencia civil a primera
hora de la mañana en la autopista 101, donde se detuvo el tráfico con letreros,
incluida una pancarta de 20 metros de largo de que hizo sonar un llamado de
atención de que “¡El régimen de Trump Pence tiene que marcharse!” (En la primera
de estas dos protestas, llevaban carteles que decían: “¡El 4 de noviembre: Se
inicia!” en referencia a llamar a la gente a sumarse a las protestas organizadas
por Rechazar el Fascismo con el objetivo de que millones llenen las calles en
protesta día tras día, noche tras noche, para sacar del poder a este régimen.)
Un total de ocho personas fueron arrestadas por estas valientes acciones. Pero
se presentaron cargos contra a nueve personas en estas dos acciones, incluida
Michelle Xai, quien no fue arrestada ni estuvo en la autopista durante estas dos
protestas. Michelle, que también forma parte del Club Revolución, así como el
profesor y artista de la Universidad del Sur de California (USC) Perry Hoberman
fueron acusados de conspiración para cometer un delito. Están persiguiendo y
atacando a Michelle y Perry por ser portavoces y líderes de Rechazar el
Fascismo.
El 12 de febrero de 2018, el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, habló en la
UCLA donde manifestantes interrumpieron su discurso, incluidos los organizadores
de "No Cops Academy" y el Club Revolución. Denunciaron el papel de Emanuel en el
encubrimiento del asesinato policial de Laquan McDonald (consulte aquí
el informe en inglés sobre la protesta). Tres personas con el Club Revolución
fueron arrestadas y actualmente, uno enfrenta cuatro delitos menores.
El 26 de febrero de 2018, el secretario del Tesoro Steve Mnuchin habló en la
UCLA, donde le abuchearon y silbaron continuamente los manifestantes en el
público. Como vieron millones en las redes sociales, también lo interrumpieron
tres mujeres jóvenes del Club Revolución y Rechazar el Fascismo. Ellas hablaron
con contenido y determinación, desafiando a Mnuchin, y desenmascararon a un
régimen "que está empeñado en consolidar el fascismo". Estas tres fueron
brutalizadas y sacadas del auditorio por los policías de la Universidad de
California ¡y fueron arrestadas junto con otras dos personas quienes también
fueron brutalizadas y arrestadas fuera del recinto porque se atrevieron a alzar
la voz contra los arrestos que acababan de darse dentro del auditorio donde
Mnuchin estaba hablando! (Vea el informe aquí.)
Actualmente, dos de los cinco enfrentan cargos, pero todos recibieron una
advertencia (verbal, no por escrito) de que fueron expulsados del campus durante
siete días (¡incluidos un estudiante y un ex estudiante de la UCLA!).
El 1º de marzo de 2018, veintenas de estudiantes de la UCLA se enlazaron
brazos por el Sendero Bruin en respuesta a una protesta nacional convocada por
Rechazar el Fascismo: 11 minutos de silencio para 11 millones de indocumentados:
¡los inmigrantes se queden! ¡Trump y Pence tienen que marcharse! Nadie resultó
arrestado en esta protesta, pero dos personas fueron acusadas desde ese
entonces, por "perturbar la paz", entrada ilegal y violar la citada prohibición
de siete días. Uno de los cargos contra la estudiante de la UCLA es por
resistirse al arresto. ¡¿Cómo es siquiera posible presentar este cargo,
carajo, cuando ni la arrestaron?!
Unos
estudiantes de la Universidad de California-Los Ángeles, entrelazados de brazos,
atraviesan el Sendero Bruin en respuesta a una protesta a nivel nacional
convocada por Rechazar el Fascismo.
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Estos procesos representan una gran escalada de la represión política
La decisión de presentar cargos contra los 11 se produjo 10 meses después de
la primera protesta en la autopista. Poco después de cada uno de estos arrestos,
cuando los arrestados comparecieron por primera vez en la corte, el procurador
municipal de la ciudad de Los Ángeles les informó que no se estaban presentando
cargos criminales, pero que los cargos podían presentarse en un plazo de un año
a partir del arresto original. Esta es una manera en que el estado puede
mantener la amenaza de presentar cargos contra las personas, en un esfuerzo por
intimidar a uno y a otros para que no participen en futuras protestas
políticas.
A fines de julio / principios de agosto de 2018, 11 de los manifestantes
recibieron cartas del procurador municipal de Los Ángeles con la orden de
comparecer ante el tribunal. Aunque todos aún no han comparecido ante el
tribunal (algunos están programados para octubre), al menos 10 de ellos
enfrentan cargos por múltiples delitos menores, entre ellos, no dispersarse,
negarse a obedecer las órdenes de un policía, resistir o "obstaculizar la libre
circulación de una persona", perturbar la paz y entrada ilegal a un campus
universitario. Algunas de estas personas podrían recibir una condena de más de
cuatro años de cárcel y más de $4.000 en multas.
Lo más serio y siniestro es que, cuando Perry y Michelle comparecieron por
primera vez en el tribunal, se enteraron de que a Perry lo estaba acusando de
tres delitos menores relacionados a su arresto en la autopista en la primera
protesta y además un cargo de conspiración. Michelle está acusada de
un cargo de obstrucción del tránsito y dos cargos de conspiración por las
dos protestas de la autopista, aunque no fue arrestada ni estuvo en la
autopista. Cada cargo de conspiración lleva una pena de un año de cárcel y
$10.000 en multas.
QUÉ SE PUEDE HACER:
- Firme y comparta la Declaración Pública: Exigimos: ¡Retiren los cargos
contra los miembros de Rechazar el Fascismo y el Club Revolución! Fírmela aquí.
- Exija que el fiscal municipal de Los Ángeles, Michael Feuer, retire TODOS
los cargos contra TODOS los acusados llamando a la fiscalía municipal
angelina: 213-978-8100. Envíe email al fiscal municipal angelino:
mike.n.feuer@lacity.org. (Por favor envíe copias a Rechazar el Fascismo-Los
Ángeles: mailto:mailtosocal@RefuseFascism.org).
- Súmese al Comité de Defensa. ¡Sea parte de difundir el mensaje en grande
en toda la sociedad! Difunda el mensaje en su comunidad, su iglesia y entre
amigos y familiares. Sea parte del equipo para desarrollar volantes y carteles
y para salir a todas partes con esta demanda: ¡RETIREN LOS CARGOS!
- Llene la sala del tribunal en las venideras audiencias ante la corte.
Comuníquese con Rechazar el Fascismo al 323-946-1742 para conseguir el
calendario de apoyo actualizado de las audiencias o sígales en Facebook,
Twitter e Instagram: @RefuseFascismLA.
- Organice compromisos en que hablen los acusados, los cuales son voces
inspiradoras de conciencia y contenido de Rechazar el Fascismo y el Club
Revolución. Invíteles a hablar en sus clases, su iglesia, sus organizaciones
sindicales, profesionales y de justicia social, una reunión de sus amigos,
colegas, familiares. Estos también pueden ayudar a recaudar los fondos
necesarios para costos legales y publicidad. Comuníquese con los locutores de
radio, periodistas y articulistas para entrevistar a los acusados.
- ¡HAGA UNA DONACIÓN! Urgen $10.000 para la representación
legal y volantes y carteles publicitarios. Haga una donación aquí.
Si está indignado por los esfuerzos del Régimen de Trump y Pence por
silenciar y castigar el disentimiento, aunque tenga poca o ninguna experiencia,
poco o muchísimo tiempo: ¡lo necesitamos!
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¿Cómo se justifican estos escandalosos cargos? Resulta que en el otoño de
2017 el LAPD mandó un espía a reuniones de Rechazar el Fascismo, o sea, un
“informante confidencial”, “con el fin de recabar inteligencia”. O sea, en su
informe policial admiten que fue para espiar las discusiones políticas — una
violación de los derechos fundamentales de la gente a reunirse y a protestar.
También admiten que el informante confidencial grabó una conversación que tuvo
con uno de los acusados. ¡En California es ilegal grabar a uno sin permiso!
El informe policial en el que admiten todo esto procede de la “División de
Crímenes Mayores” (también conocida como la División Antiterrorista, ATD) del
LAPD la que es parte del “Buró Antiterrorista y de Operaciones Especiales” del
LAPD. Esta división tiene una historia sórdida de espionaje, hostigamiento y
represión mortal contra una amplia gama de grupos e individuos políticos. (Lea
el recuadro de los Antecedentes de la División de Crímenes Mayores / División
Antiterrorista del LAPD.)
Históricamente, los cargos de conspiración han sido usados para perseguir
específicamente a activistas políticos, y sobre todo a la dirección de
movimientos políticos. Si las autoridades no pueden determinar cuál crimen
específico que una persona haya cometido, presentan en su contra el cargo de
“conspiración para cometer un crimen”. Es un cargo que abarca muchísimo para
poder perseguir a los organizadores de protestas, la dirección de movimientos
políticos y su objetivo es debilitar a los movimientos mismos. En los años 1960,
el FBI y los policías municipales persiguieron a los líderes del movimiento
contra la guerra y el movimiento de liberación negra al arrestarlos bajo falsos
cargos de conspiración que resultaron en juicios largos, costosos y roba-tiempo.
Un caso tristemente célebre fue el de los 8 de Chicago en respuesta a la masiva
protesta contra la guerra del Vietnam. ¡Cuando las personas asumen la
responsabilidad de dirigir un movimiento político a favor de los intereses de la
humanidad, eso es algo valioso y hay que defender a esos líderes!
El hecho de que Perry y Michelle han sido acusados de conspiración es en sí
escandaloso, pero los cargos encierran mucho más. Dichos cargos requieren que un
mínimo de dos personas estén involucradas en semejante conspiración. Según el
informe policial oficial, en el segundo cargo de conspiración que se presenta
contra Michelle, “se desconoce la identidad” del segundo conspirador. Esta
declaración de la División Antiterrorista del LAPD permite que el estado lleve a
cabo y justifique una muy peligrosa búsqueda especulativa sin límites y una
campaña de intimidación en contra de todos los acusados de la protesta
en la autopista, teniendo siempre a la mano la amenaza de presentar este
cargo.
Irónicamente, hasta la fiscalía admite que este caso tiene que ver con la
Primera Enmienda. El detective que redactó el informe policial admite que
consultó con el fiscal sobre una solicitud de presentar cargos mayores
de conspiración (y no delitos menores, que es lo que enfrentan). El fiscal dijo
que los cargos mayores serían “contrarios al espíritu de la ley en casos
relacionados con la Primera Enmienda”. ¡¿Cómo es, pues, que los delitos menores
son menos “contrarios” a los derechos bajo la Primera Enmienda?!
A pesar de que estos casos están en su fase inicial, ya está claro que estos
procesos tienen motivos políticos, con un manejo fuera de la norma de
los procesos penales. Por el momento, no presentaremos más ejemplos, pero está
claro, a partir de los que están persiguiendo estos cargos y cómo están tratando
a los acusados en el tribunal.
Las maniobras para despojar libertades civiles, penalizar el disentimiento y
aumentar la represión y el terror
Todo esto se está dando en un momento en que el régimen de Trump y Pence está
eliminando rápidamente los derechos fundamentales a la protesta y la expresión
política con una ola de nuevas leyes estatales que destripan las libertades
civiles fundamentales y además un movimiento de fuerzas de choque que cometen
violencia de turbas, y amenazas de violencia, con el fin de intimidar y callar a
la gente. Incluso algunas figuras de la clase dominante están señalando el
peligro de esto.
Aún antes de llegar a la presidencia, Trump instigaba el odio y la violencia
contra los manifestantes en sus mítines al estilo nazi, con declaraciones de que
anhelaba el día “cuando se sacara a un manifestante en camilla”; tras el
asesinato de Heather Heyer en Charlottesville, Virginia, se negó a denunciar a
los supremacistas blancos y golpeadores fascistas y los describió como “gente
muy buena”; y pidió revocar la ciudadanía y encarcelar a las personas que queman
la bandera estadounidense, en contra del derecho protegido por la Constitución;
también pidió despedir —y posiblemente exiliar— a los atletas profesionales que
hincaron la rodilla durante la entonación del himno nacional estadounidense como
protesta en contra de la opresión racial que se manifiesta en asesinatos y
violencia policial.
En 2017, los legisladores estatales de casi 20 estados han propuesto o
aprobado leyes que penalizarían y pondrían en peligro físico a los
manifestantes, por ejemplo, por ley se podría atropellar a los manifestantes si
el conductor dijera que fuera un accidente. En algunos estados se han propuesto
nuevos castigos contra protestas, que incluirían multas de hasta $1.000.000 y
hasta 10 años de prisión. Ya se han prohibido piquetes de protesta con el
objetivo de bloquear el acceso a calles y autopistas, aeropuertos, vías férreas
o lugares comerciales, así como ponerse una bata, máscara u otro disfraz en una
protesta. En las universidades Rutgers y UCLA hay casos pendientes que
penalizarían las críticas al estado de Israel y a sus políticas genocidas contra
el pueblo palestino. (El caso en la UCLA se traslapa con los
ataques al Club Revolución y Rechazar el Fascismo por la citada protesta contra
Steve Mnuchin.)
El 20 de enero de 2017, durante la toma de posesión de Trump en Washington,
D.C., más de 200 manifestantes fueron arrestados simplemente por haber sido
parte de una manifestación en la que supuestamente hubo daños en propiedad
ajena. El gobierno se vio obligado a retirar los cargos contra la mayoría de los
acusados después de que en el primer juicio, seis manifestantes que enfrentaban
cargos mayores fueron absueltos de todos los cargos. La tentativa de procesar
por cargos políticos falsos a los acusados J20 no solo fue un vil ataque
vengativo contra la justa protesta el primerísimo día del régimen de Trump y
Pence, sino que fue una importante escalada de la represión fascista a medida
que el gobierno exigía datos detallados sobre las personas que visitaron el
portal que sirvió para organizar las protestas, el proveedor web del alojamiento
del portal dijo que cumplir con la orden hubiera resultado en entregar al
gobierno los datos de unos 1.3 millones de personas que visitaron el portal.
Hace poco, comentando sobre las valientes protestas que trastornaron la
audiencia de confirmación de Brett Kavanaugh, Trump dijo que no deberíamos
permitir manifestantes en Estados Unidos porque es una vergüenza. No son simples
delirios de un loco. Son las palabras del comandante en jefe de las fuerzas
armadas de Estados Unidos: llama a eliminar y aplastar el disentimiento, al
destripamiento de la Primera Enmienda, incluido el derecho de la gente a la
expresión y protesta política en relación a las injusticias y crímenes que
comete su gobierno, y esto es aún más peligroso ya que es un componente central
hacia la consolidación del fascismo.
El Club Revolución en la mira
Por lo general, estas protestas se han celebrado como parte del movimiento
para sacar al régimen de Trump y Pence, con la participación de personas desde
diferentes puntos de vista. Al mismo tiempo, estos procesos quizá también
abarquen la persecución selectiva al Club Revolución. El Club es una fuerza en
las primeras filas de organizar fuerzas para una revolución real. Viven según un
mundo
radicalmente diferente y luchan por él: luchan contra el poder, y
transforman al pueblo, para la revolución.
Además de las protestas descritas aquí, unos miembros del Club Revolución fueron
arrestados hace poco por hablar de la revolución con la gente en un parque
público. Los arrestos fueron tan escandalosos, y estuvieron tan
obviamente en violación de los derechos básicos de la gente, que el LAPD se vio
obligado a retirar los cargos. En el último caso, un miembro del Club Revolución
fue arrestado por usar sonido amplificado en el centro de Los Ángeles en un
evento mensual llamado Artwalk. ¡En Los Ángeles, usar sonido amplificado no es
ilegal! En ambos incidentes, la gente presente en los alrededores tomó partido
con el Club Revolución contra estos ataques.
Esto va de la mano con un patrón de agresiones y persecuciones políticas al
Club Revolución en Chicago. Una miembra del Club, Maya, enfrenta una condena de
siete años de cárcel por haber participado en la protesta silenciosa del 1º de
marzo en defensa de los inmigrantes. Y a lo largo de la primavera y el verano,
unas personas asociadas con el Club Revolución de Chicago fueron arrestadas una
y otra vez, amenazadas con ser arrestadas y multadas por usar aparatos de
amplificación de sonido que se permiten por ley. Aunadas al caso de Maya, en la
actualidad las personas asociadas con el Club Revolución de Chicago enfrentan
una docena de casos ante los tribunales.
No sabemos hasta qué grado, si lo hubiera, existe una coordinación nacional
en estos ataques, pero lo que sí sabemos es que, tanto en Los Ángeles como en
Chicago, hay un patrón de hostigamiento de parte de las autoridades. Y sabemos
que los ataques al Club Revolución son por motivos políticos: los están
persiguiendo por su determinación de impedir la consolidación del fascismo y
además por difundir el mensaje y organizar fuerzas para una revolución
real.
Hace falta que personas con distintos puntos de vista tomen partido con estos
revolucionarios contra estos ataques. Se trata de personas que están luchando
por un mundo radicalmente diferente, sin explotación y opresión. Son personas
que entienden la ilegitimidad de este sistema entero y sus violentas fuerzas de
represión que se usan para reforzar este sistema, y hoy día están organizando
fuerzas para crear en los hechos ese mundo mejor. Van y se conecten en todos los
sectores de la sociedad, como los estudiantes, la juventud y los que más sufren
bajo este sistema a los que no se les ofrece ningún futuro. Es un mensaje que
este sistema, y quienes lo manejan, no quieren que se escuche.
¡El fascismo puede darse y se está dando en Estados Unidos, y tenemos que
detenerlo!
Un elemento crucial de implementar un régimen fascista es hacer añicos el
estado de derecho y penalizar lo que hasta hoy han sido formas tradicionales de
protesta, con el fin de eviscerar el derecho fundamental a la expresión y
disentimiento político. Como ha escrito Bob Avakian: “A lo largo de la historia
de Estados Unidos, incluso los derechos supuestamente fundamentales de la
Constitución no sólo pueden sacrificarse en aras de las necesidades de la clase
dominante — sino que con frecuencia sí se sacrifican, particularmente en tiempos
de ‘presión’ o de una verdadera crisis en el sistema” (de: “El contenido social
de las leyes y su interpretación” en la compilación Constitución, leyes y
derechos, en la sociedad capitalista y en la futura sociedad
socialista).
Este es uno de esos momentos.
Como ya comentamos, ante estas maniobras para penalizar y castigar las
protestas políticas, es imprescindible que se unan amplios sectores de la gente
para salirse de los límites de las protestas simbólicas como de costumbre.
Hacerlo en este contexto legal cambiante es una forma de expresión política
protegida, es algo que hay que defender y además es algo que hay que
propagar.
Las autoridades están castigando a estos 11 luchadores por actuar con
valentía y determinación en un momento cuando la historia exige que todas las
personas de conciencia actúen a la altura del grave peligro al que enfrenta la
humanidad en la forma del régimen fascista de Trump y Pence.
Hay mucho en juego en estos casos. ¿Se permitirá que una supuesta “ciudad
santuario” viole de estas maneras los derechos básicos de la gente, y así
contribuya a la consolidación general del fascismo, con la eliminación del
derecho al disentimiento y la protesta? ¿La gente podrá actuar a la altura del
peligro al que enfrenta la humanidad sin ser callada y penalizada?
¡Todos los que se preocupan por el futuro tienen que ponerse de pie en contra
de estos escandalosos procesos y exigir que se retiren los cargos! En
nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos
fascista.
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