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21 de agosto de 2015

El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


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03-15-11

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El allanamiento del camino para el fascismo...
La persecución siniestra e ilegítima de 11 miembros de Rechazar el Fascismo-Los Ángeles y del Club Revolución-Los Ángeles



¿Quién es la División de Delitos Mayores del LAPD, también conocida como la División Antiterrorista?

Un informe policial relacionado con el caso de los 9 de la Autopista revela que la División de Delitos Mayores del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) envió un informante confidencial a las reuniones de Rechazar el Fascismo para “recabar inteligencia” y grabar ilegalmente conversaciones sin el conocimiento de las personas con las que habló. La División de Delitos Mayores es parte de la Oficina de Contraterrorismo y Operaciones Especiales del LAPD.

Hay una historia larga, sórdida, y asesina, de espionaje ilegal de parte del LAPD contra una amplia gama de individuos y organizaciones progresistas, radicales y revolucionarios que se inició en la década de 1950. En ese entonces, fue parte de la respuesta del gobierno de Estados Unidos al apoyo e influencia política de la Unión Soviética. Durante las décadas desde ese entonces, de manera ilegal el LAPD ha espiado, infiltrado e intentado desbaratar a los grupos que llevaban a cabo actividades políticas protegidas por la Constitución estadounidense. En 1970, el LAPD estableció la División de Inteligencia del Desorden Público (PDID, por las siglas en inglés). Se divulgó que los agentes de la PDID se hicieron pasar por miembros estudiantiles de “grupos radicales” como Students for a Democratic Society (SDS, Estudiantes por una Sociedad Democrática) en la Universidad de California en Los Ángeles, así como grupos como el sindicato United Farmworkers (Trabajadores Agrícolas Unidos). Algún tiempo después, se descubrió que la PDID tenía más de 55.000 expedientes de inteligencia no solo sobre grupos radicales, sino decenas de miles de personas, desde figuras notables de Hollywood hasta periodistas, y que compartió estos registros con organizaciones derechistas. La Unión de Libertades Civiles de los Estados Unidos (ACLU) investigó las actividades ilegales de la PDID y descubrió a policías encubiertos que admitieron haber espiado ilegalmente a organizaciones políticas, incluido el Partido Comunista Revolucionario (PCR).

Veamos un resultado mortal de una de las operaciones ilegales de la PDID: En 1980, el comunista revolucionario Damián García junto con otros dos revolucionarios izaron la bandera roja sobre El Álamo en Texas, lo cual denunciaron como un símbolo de la conquista y dominación del imperialismo estadounidense. Veinte días después, Damián fue asesinado en un multifamiliar del Este de Los Ángeles mientras hacía trabajo revolucionario, impulsando el Primero de Mayo de 1980, por un individuo que declaró “odias al gobierno, yo soy el gobierno, tu bandera es roja, la mía es roja, blanca y azul”. Luego ese mismo individuo fue asesinado de forma misteriosa, lo que quizá fuera un encubrimiento. Más tarde se descubrió que en el momento del asesinato de Damián, un policía encubierto del LAPD estaba a menos de dos metros de Damián. Este mismo cerdo había escrito informes internos para el LAPD que habían identificado a Damián como su “blanco” asignado basado en la afiliación política de Damián con el PCR.

En 1983, a la luz de las revelaciones del espionaje ilegal del LAPD y su persecución específica a organizaciones políticas e individuos, se vieron obligados a disolver el PDID y crear una nueva división, la División Antiterrorista (ATD, por las siglas en inglés). Pero la ATD incorporó funciones esenciales de la PDID además de aumentar la vigilancia, especialmente el espionaje electrónico. Cuando era jefe del LAPD, el infame Darryl Gates manejaba una operación de espionaje político internacional. En 1992, el PCR encabezó una batalla política para clausurar un campo de concentración secreto del Servicio de Inmigración y Naturalización (el precursor de ICE) en Pico-Union, un barrio densamente poblado de centroamericanos. El LAPD atacó brutalmente y arrestó a 21 personas durante una serie de protestas. Durante el enjuiciamiento a estos 21 manifestantes, los cargos se retiraron cuando el LAPD se negó a entregar los nombres de todos los agentes de la ATD que quizá estuvieran presentes durante las manifestaciones, así como cualquier documento relacionado con la planeación de la ATD antes de las protestas. La ATD ahora se llama la División de Crímenes Mayores, misma que admite haber realizado espionaje policial ilegal a Rechazar el Fascismo en relación con los 9 de la Autopista.

3 de octubre de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us

En Los Ángeles, han presentado cargos penales contra 11 miembros de Rechazar el Fascismo y del Club Revolución por participar y / o apoyar la desobediencia civil no violenta y las protestas políticas que tuvieron lugar desde septiembre de 2017 hasta marzo de 2018. Estas protestas incluyeron pancartas por todo lo ancho de la autopista 101 de Los Ángeles, con una que decía "¡Trump y Pence tienen que marcharse!" y varias protestas en el campus de la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA), incluida una interrupción del secretario del Tesoro Steve Mnuchin. El propósito de estas protestas era de hacer sonar la alarma en cuanto al régimen fascista de Trump y Pence y la necesidad de que millones de personas llenen las calles en un movimiento no violento de masas para sacar del poder a este régimen.

Las detenciones y los cargos posteriores por estos actos de protestas políticas son injustos e ilegítimos. Con un régimen fascista en el poder, que está destripando lo que supuestamente son derechos civiles y legales protegidos y que está gobernando mediante el terror abierto y la violencia, estas protestas no solo eran necesarias, sino que tenían razón. ¡Importaban como formas de desobediencia civil no violenta y, en un terreno político y legal cambiante, formas de discurso protegido!

NO es ilegal gritar “incendio” en un teatro lleno de gente SI HAY UN INCENDIO. Por decir lo menos, a lo que nos enfrentamos es, por analogía, un incendio de proporciones tan extremas que exige que las personas desafíen la protesta como de costumbre. El régimen de Trump y Pence está creando una teocracia, con la supremacía blanca abierta, la limpieza étnica, el genocidio, el despojo de los derechos básicos y esenciales de las mujeres, ataques a la ciencia y el conocimiento básico de la verdad... y como parte esencial de esto, el cerrazón a lo que son nuestras supuestas libertades civiles, el derecho a la palabra, la protesta y la libertad de prensa. Con las amenazas de una guerra nuclear y una destrucción ambiental aún más rápida, no es exagerado decir que este es un régimen que amenaza con destruir la civilización.

Al mismo tiempo, el enjuiciamiento a estos 11 activistas y revolucionarios implica una escalada de la penalización de las protestas políticas y un aumento de la represión estatal, maniobras que están allanando el camino para el fascismo. Algunos de los elementos más serios y peligrosos de estos juicios incluyen: a dos líderes de Rechazar el Fascismo los singularizaron por cargos de conspiración criminal relacionados con las protestas en la autopista, cargos que históricamente se han utilizado para atacar específicamente a los líderes políticos (a una persona que enfrenta este cargo ni siquiera la arrestaron ni estuvo en la autopista en el momento de las protestas); la "División de Crímenes Mayores / Antiterrorismo" del LAPD está metida, una división que tiene un historial de perseguir a movimientos sociales progresistas y radicales; y la admisión del LAPD de que enviaron a un "informante confidencial" para espiar y grabar ilegalmente a los miembros de Rechazar el Fascismo y al Club Revolución . Estas son solo algunas de las formas más atroces en que están violando los derechos legales básicos de las personas en el proceso por estos cargos escandalosos.

En esta situación legal cambiante, lo que hicieron estos manifestantes, según la tradición de la desobediencia civil no violenta, era necesario, justo y no debía penalizarse. Todos los que se preocupan por la justicia deben unirse a la exigencia ¡RETIREN LOS CARGOS! Las personas de toda la sociedad deben inspirarse y emular lo que hicieron estos héroes, y unirse al movimiento que se necesita con urgencia para sacar del poder al régimen de Trump y Pence.

Protestas justas, arrestos injustos, cargos ilegítimos

En septiembre y noviembre de 2017, más de cinco millones de personas vieron en las redes sociales dos acciones no violentas de desobediencia civil a primera hora de la mañana en la autopista 101, donde se detuvo el tráfico con letreros, incluida una pancarta de 20 metros de largo de que hizo sonar un llamado de atención de que “¡El régimen de Trump Pence tiene que marcharse!” (En la primera de estas dos protestas, llevaban carteles que decían: “¡El 4 de noviembre: Se inicia!” en referencia a llamar a la gente a sumarse a las protestas organizadas por Rechazar el Fascismo con el objetivo de que millones llenen las calles en protesta día tras día, noche tras noche, para sacar del poder a este régimen.) Un total de ocho personas fueron arrestadas por estas valientes acciones. Pero se presentaron cargos contra a nueve personas en estas dos acciones, incluida Michelle Xai, quien no fue arrestada ni estuvo en la autopista durante estas dos protestas. Michelle, que también forma parte del Club Revolución, así como el profesor y artista de la Universidad del Sur de California (USC) Perry Hoberman fueron acusados de conspiración para cometer un delito. Están persiguiendo y atacando a Michelle y Perry por ser portavoces y líderes de Rechazar el Fascismo.

El 12 de febrero de 2018, el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, habló en la UCLA donde manifestantes interrumpieron su discurso, incluidos los organizadores de "No Cops Academy" y el Club Revolución. Denunciaron el papel de Emanuel en el encubrimiento del asesinato policial de Laquan McDonald (consulte aquí el informe en inglés sobre la protesta). Tres personas con el Club Revolución fueron arrestadas y actualmente, uno enfrenta cuatro delitos menores.

El 26 de febrero de 2018, el secretario del Tesoro Steve Mnuchin habló en la UCLA, donde le abuchearon y silbaron continuamente los manifestantes en el público. Como vieron millones en las redes sociales, también lo interrumpieron tres mujeres jóvenes del Club Revolución y Rechazar el Fascismo. Ellas hablaron con contenido y determinación, desafiando a Mnuchin, y desenmascararon a un régimen "que está empeñado en consolidar el fascismo". Estas tres fueron brutalizadas y sacadas del auditorio por los policías de la Universidad de California ¡y fueron arrestadas junto con otras dos personas quienes también fueron brutalizadas y arrestadas fuera del recinto porque se atrevieron a alzar la voz contra los arrestos que acababan de darse dentro del auditorio donde Mnuchin estaba hablando! (Vea el informe aquí.) Actualmente, dos de los cinco enfrentan cargos, pero todos recibieron una advertencia (verbal, no por escrito) de que fueron expulsados del campus durante siete días (¡incluidos un estudiante y un ex estudiante de la UCLA!).

El 1º de marzo de 2018, veintenas de estudiantes de la UCLA se enlazaron brazos por el Sendero Bruin en respuesta a una protesta nacional convocada por Rechazar el Fascismo: 11 minutos de silencio para 11 millones de indocumentados: ¡los inmigrantes se queden! ¡Trump y Pence tienen que marcharse! Nadie resultó arrestado en esta protesta, pero dos personas fueron acusadas desde ese entonces, por "perturbar la paz", entrada ilegal y violar la citada prohibición de siete días. Uno de los cargos contra la estudiante de la UCLA es por resistirse al arresto. ¡¿Cómo es siquiera posible presentar este cargo, carajo, cuando ni la arrestaron?!


Unos estudiantes de la Universidad de California-Los Ángeles, entrelazados de brazos, atraviesan el Sendero Bruin en respuesta a una protesta a nivel nacional convocada por Rechazar el Fascismo.

Estos procesos representan una gran escalada de la represión política

La decisión de presentar cargos contra los 11 se produjo 10 meses después de la primera protesta en la autopista. Poco después de cada uno de estos arrestos, cuando los arrestados comparecieron por primera vez en la corte, el procurador municipal de la ciudad de Los Ángeles les informó que no se estaban presentando cargos criminales, pero que los cargos podían presentarse en un plazo de un año a partir del arresto original. Esta es una manera en que el estado puede mantener la amenaza de presentar cargos contra las personas, en un esfuerzo por intimidar a uno y a otros para que no participen en futuras protestas políticas.

A fines de julio / principios de agosto de 2018, 11 de los manifestantes recibieron cartas del procurador municipal de Los Ángeles con la orden de comparecer ante el tribunal. Aunque todos aún no han comparecido ante el tribunal (algunos están programados para octubre), al menos 10 de ellos enfrentan cargos por múltiples delitos menores, entre ellos, no dispersarse, negarse a obedecer las órdenes de un policía, resistir o "obstaculizar la libre circulación de una persona", perturbar la paz y entrada ilegal a un campus universitario. Algunas de estas personas podrían recibir una condena de más de cuatro años de cárcel y más de $4.000 en multas.

Lo más serio y siniestro es que, cuando Perry y Michelle comparecieron por primera vez en el tribunal, se enteraron de que a Perry lo estaba acusando de tres delitos menores relacionados a su arresto en la autopista en la primera protesta y además un cargo de conspiración. Michelle está acusada de un cargo de obstrucción del tránsito y dos cargos de conspiración por las dos protestas de la autopista, aunque no fue arrestada ni estuvo en la autopista. Cada cargo de conspiración lleva una pena de un año de cárcel y $10.000 en multas.

QUÉ SE PUEDE HACER:

  1. Firme y comparta la Declaración Pública: Exigimos: ¡Retiren los cargos contra los miembros de Rechazar el Fascismo y el Club Revolución! Fírmela aquí.
  2. Exija que el fiscal municipal de Los Ángeles, Michael Feuer, retire TODOS los cargos contra TODOS los acusados llamando a la fiscalía municipal angelina: 213-978-8100. Envíe email al fiscal municipal angelino: mike.n.feuer@lacity.org. (Por favor envíe copias a Rechazar el Fascismo-Los Ángeles: mailto:mailtosocal@RefuseFascism.org).
  3. Súmese al Comité de Defensa. ¡Sea parte de difundir el mensaje en grande en toda la sociedad! Difunda el mensaje en su comunidad, su iglesia y entre amigos y familiares. Sea parte del equipo para desarrollar volantes y carteles y para salir a todas partes con esta demanda: ¡RETIREN LOS CARGOS!
  4. Llene la sala del tribunal en las venideras audiencias ante la corte. Comuníquese con Rechazar el Fascismo al 323-946-1742 para conseguir el calendario de apoyo actualizado de las audiencias o sígales en Facebook, Twitter e Instagram: @RefuseFascismLA.
  5. Organice compromisos en que hablen los acusados, los cuales son voces inspiradoras de conciencia y contenido de Rechazar el Fascismo y el Club Revolución. Invíteles a hablar en sus clases, su iglesia, sus organizaciones sindicales, profesionales y de justicia social, una reunión de sus amigos, colegas, familiares. Estos también pueden ayudar a recaudar los fondos necesarios para costos legales y publicidad. Comuníquese con los locutores de radio, periodistas y articulistas para entrevistar a los acusados.
  6. ¡HAGA UNA DONACIÓN! Urgen $10.000 para la representación legal y volantes y carteles publicitarios. Haga una donación aquí.

Si está indignado por los esfuerzos del Régimen de Trump y Pence por silenciar y castigar el disentimiento, aunque tenga poca o ninguna experiencia, poco o muchísimo tiempo: ¡lo necesitamos!

¿Cómo se justifican estos escandalosos cargos? Resulta que en el otoño de 2017 el LAPD mandó un espía a reuniones de Rechazar el Fascismo, o sea, un “informante confidencial”, “con el fin de recabar inteligencia”. O sea, en su informe policial admiten que fue para espiar las discusiones políticas — una violación de los derechos fundamentales de la gente a reunirse y a protestar. También admiten que el informante confidencial grabó una conversación que tuvo con uno de los acusados. ¡En California es ilegal grabar a uno sin permiso!

El informe policial en el que admiten todo esto procede de la “División de Crímenes Mayores” (también conocida como la División Antiterrorista, ATD) del LAPD la que es parte del “Buró Antiterrorista y de Operaciones Especiales” del LAPD. Esta división tiene una historia sórdida de espionaje, hostigamiento y represión mortal contra una amplia gama de grupos e individuos políticos. (Lea el recuadro de los Antecedentes de la División de Crímenes Mayores / División Antiterrorista del LAPD.)

Históricamente, los cargos de conspiración han sido usados para perseguir específicamente a activistas políticos, y sobre todo a la dirección de movimientos políticos. Si las autoridades no pueden determinar cuál crimen específico que una persona haya cometido, presentan en su contra el cargo de “conspiración para cometer un crimen”. Es un cargo que abarca muchísimo para poder perseguir a los organizadores de protestas, la dirección de movimientos políticos y su objetivo es debilitar a los movimientos mismos. En los años 1960, el FBI y los policías municipales persiguieron a los líderes del movimiento contra la guerra y el movimiento de liberación negra al arrestarlos bajo falsos cargos de conspiración que resultaron en juicios largos, costosos y roba-tiempo. Un caso tristemente célebre fue el de los 8 de Chicago en respuesta a la masiva protesta contra la guerra del Vietnam. ¡Cuando las personas asumen la responsabilidad de dirigir un movimiento político a favor de los intereses de la humanidad, eso es algo valioso y hay que defender a esos líderes!

El hecho de que Perry y Michelle han sido acusados de conspiración es en sí escandaloso, pero los cargos encierran mucho más. Dichos cargos requieren que un mínimo de dos personas estén involucradas en semejante conspiración. Según el informe policial oficial, en el segundo cargo de conspiración que se presenta contra Michelle, “se desconoce la identidad” del segundo conspirador. Esta declaración de la División Antiterrorista del LAPD permite que el estado lleve a cabo y justifique una muy peligrosa búsqueda especulativa sin límites y una campaña de intimidación en contra de todos los acusados de la protesta en la autopista, teniendo siempre a la mano la amenaza de presentar este cargo.

Irónicamente, hasta la fiscalía admite que este caso tiene que ver con la Primera Enmienda. El detective que redactó el informe policial admite que consultó con el fiscal sobre una solicitud de presentar cargos mayores de conspiración (y no delitos menores, que es lo que enfrentan). El fiscal dijo que los cargos mayores serían “contrarios al espíritu de la ley en casos relacionados con la Primera Enmienda”. ¡¿Cómo es, pues, que los delitos menores son menos “contrarios” a los derechos bajo la Primera Enmienda?!

A pesar de que estos casos están en su fase inicial, ya está claro que estos procesos tienen motivos políticos, con un manejo fuera de la norma de los procesos penales. Por el momento, no presentaremos más ejemplos, pero está claro, a partir de los que están persiguiendo estos cargos y cómo están tratando a los acusados en el tribunal.

Las maniobras para despojar libertades civiles, penalizar el disentimiento y aumentar la represión y el terror

Todo esto se está dando en un momento en que el régimen de Trump y Pence está eliminando rápidamente los derechos fundamentales a la protesta y la expresión política con una ola de nuevas leyes estatales que destripan las libertades civiles fundamentales y además un movimiento de fuerzas de choque que cometen violencia de turbas, y amenazas de violencia, con el fin de intimidar y callar a la gente. Incluso algunas figuras de la clase dominante están señalando el peligro de esto.

Aún antes de llegar a la presidencia, Trump instigaba el odio y la violencia contra los manifestantes en sus mítines al estilo nazi, con declaraciones de que anhelaba el día “cuando se sacara a un manifestante en camilla”; tras el asesinato de Heather Heyer en Charlottesville, Virginia, se negó a denunciar a los supremacistas blancos y golpeadores fascistas y los describió como “gente muy buena”; y pidió revocar la ciudadanía y encarcelar a las personas que queman la bandera estadounidense, en contra del derecho protegido por la Constitución; también pidió despedir —y posiblemente exiliar— a los atletas profesionales que hincaron la rodilla durante la entonación del himno nacional estadounidense como protesta en contra de la opresión racial que se manifiesta en asesinatos y violencia policial.

En 2017, los legisladores estatales de casi 20 estados han propuesto o aprobado leyes que penalizarían y pondrían en peligro físico a los manifestantes, por ejemplo, por ley se podría atropellar a los manifestantes si el conductor dijera que fuera un accidente. En algunos estados se han propuesto nuevos castigos contra protestas, que incluirían multas de hasta $1.000.000 y hasta 10 años de prisión. Ya se han prohibido piquetes de protesta con el objetivo de bloquear el acceso a calles y autopistas, aeropuertos, vías férreas o lugares comerciales, así como ponerse una bata, máscara u otro disfraz en una protesta. En las universidades Rutgers y UCLA hay casos pendientes que penalizarían las críticas al estado de Israel y a sus políticas genocidas contra el pueblo palestino. (El caso en la UCLA se traslapa con los ataques al Club Revolución y Rechazar el Fascismo por la citada protesta contra Steve Mnuchin.)

El 20 de enero de 2017, durante la toma de posesión de Trump en Washington, D.C., más de 200 manifestantes fueron arrestados simplemente por haber sido parte de una manifestación en la que supuestamente hubo daños en propiedad ajena. El gobierno se vio obligado a retirar los cargos contra la mayoría de los acusados después de que en el primer juicio, seis manifestantes que enfrentaban cargos mayores fueron absueltos de todos los cargos. La tentativa de procesar por cargos políticos falsos a los acusados J20 no solo fue un vil ataque vengativo contra la justa protesta el primerísimo día del régimen de Trump y Pence, sino que fue una importante escalada de la represión fascista a medida que el gobierno exigía datos detallados sobre las personas que visitaron el portal que sirvió para organizar las protestas, el proveedor web del alojamiento del portal dijo que cumplir con la orden hubiera resultado en entregar al gobierno los datos de unos 1.3 millones de personas que visitaron el portal.

Hace poco, comentando sobre las valientes protestas que trastornaron la audiencia de confirmación de Brett Kavanaugh, Trump dijo que no deberíamos permitir manifestantes en Estados Unidos porque es una vergüenza. No son simples delirios de un loco. Son las palabras del comandante en jefe de las fuerzas armadas de Estados Unidos: llama a eliminar y aplastar el disentimiento, al destripamiento de la Primera Enmienda, incluido el derecho de la gente a la expresión y protesta política en relación a las injusticias y crímenes que comete su gobierno, y esto es aún más peligroso ya que es un componente central hacia la consolidación del fascismo.

El Club Revolución en la mira

Por lo general, estas protestas se han celebrado como parte del movimiento para sacar al régimen de Trump y Pence, con la participación de personas desde diferentes puntos de vista. Al mismo tiempo, estos procesos quizá también abarquen la persecución selectiva al Club Revolución. El Club es una fuerza en las primeras filas de organizar fuerzas para una revolución real. Viven según un mundo radicalmente diferente y luchan por él: luchan contra el poder, y transforman al pueblo, para la revolución.

Además de las protestas descritas aquí, unos miembros del Club Revolución fueron arrestados hace poco por hablar de la revolución con la gente en un parque público. Los arrestos fueron tan escandalosos, y estuvieron tan obviamente en violación de los derechos básicos de la gente, que el LAPD se vio obligado a retirar los cargos. En el último caso, un miembro del Club Revolución fue arrestado por usar sonido amplificado en el centro de Los Ángeles en un evento mensual llamado Artwalk. ¡En Los Ángeles, usar sonido amplificado no es ilegal! En ambos incidentes, la gente presente en los alrededores tomó partido con el Club Revolución contra estos ataques.

Esto va de la mano con un patrón de agresiones y persecuciones políticas al Club Revolución en Chicago. Una miembra del Club, Maya, enfrenta una condena de siete años de cárcel por haber participado en la protesta silenciosa del 1º de marzo en defensa de los inmigrantes. Y a lo largo de la primavera y el verano, unas personas asociadas con el Club Revolución de Chicago fueron arrestadas una y otra vez, amenazadas con ser arrestadas y multadas por usar aparatos de amplificación de sonido que se permiten por ley. Aunadas al caso de Maya, en la actualidad las personas asociadas con el Club Revolución de Chicago enfrentan una docena de casos ante los tribunales.

No sabemos hasta qué grado, si lo hubiera, existe una coordinación nacional en estos ataques, pero lo que sí sabemos es que, tanto en Los Ángeles como en Chicago, hay un patrón de hostigamiento de parte de las autoridades. Y sabemos que los ataques al Club Revolución son por motivos políticos: los están persiguiendo por su determinación de impedir la consolidación del fascismo y además por difundir el mensaje y organizar fuerzas para una revolución real.

Hace falta que personas con distintos puntos de vista tomen partido con estos revolucionarios contra estos ataques. Se trata de personas que están luchando por un mundo radicalmente diferente, sin explotación y opresión. Son personas que entienden la ilegitimidad de este sistema entero y sus violentas fuerzas de represión que se usan para reforzar este sistema, y hoy día están organizando fuerzas para crear en los hechos ese mundo mejor. Van y se conecten en todos los sectores de la sociedad, como los estudiantes, la juventud y los que más sufren bajo este sistema a los que no se les ofrece ningún futuro. Es un mensaje que este sistema, y quienes lo manejan, no quieren que se escuche.

¡El fascismo puede darse y se está dando en Estados Unidos, y tenemos que detenerlo!

Un elemento crucial de implementar un régimen fascista es hacer añicos el estado de derecho y penalizar lo que hasta hoy han sido formas tradicionales de protesta, con el fin de eviscerar el derecho fundamental a la expresión y disentimiento político. Como ha escrito Bob Avakian: “A lo largo de la historia de Estados Unidos, incluso los derechos supuestamente fundamentales de la Constitución no sólo pueden sacrificarse en aras de las necesidades de la clase dominante — sino que con frecuencia sí se sacrifican, particularmente en tiempos de ‘presión’ o de una verdadera crisis en el sistema” (de: “El contenido social de las leyes y su interpretación” en la compilación Constitución, leyes y derechos, en la sociedad capitalista y en la futura sociedad socialista).

Este es uno de esos momentos.

Como ya comentamos, ante estas maniobras para penalizar y castigar las protestas políticas, es imprescindible que se unan amplios sectores de la gente para salirse de los límites de las protestas simbólicas como de costumbre. Hacerlo en este contexto legal cambiante es una forma de expresión política protegida, es algo que hay que defender y además es algo que hay que propagar.

Las autoridades están castigando a estos 11 luchadores por actuar con valentía y determinación en un momento cuando la historia exige que todas las personas de conciencia actúen a la altura del grave peligro al que enfrenta la humanidad en la forma del régimen fascista de Trump y Pence.

Hay mucho en juego en estos casos. ¿Se permitirá que una supuesta “ciudad santuario” viole de estas maneras los derechos básicos de la gente, y así contribuya a la consolidación general del fascismo, con la eliminación del derecho al disentimiento y la protesta? ¿La gente podrá actuar a la altura del peligro al que enfrenta la humanidad sin ser callada y penalizada?

¡Todos los que se preocupan por el futuro tienen que ponerse de pie en contra de estos escandalosos procesos y exigir que se retiren los cargos! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista.


 

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