EE. UU./Siria: Forzoso investigar posibles ataques estadounidenses ilegítimos
Al menos 7 civiles muertos; residentes afirman que no había objetivos militares evidentes
28 DE SEPTIEMBRE DE 2014
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Remnants of the turbofan engine of a US Tomahawk cruise missile reportedly found at the scene of strikes
on Kafr Dryan village. Video shot on September 23.
Source: YouTube
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بقايا المحرك المروحي لصاروخ كروز
أمريكي من طراز توماهوك عثر عليها على ما يبدو في مشهد الغارات على قرية كفردريان.
جرى تصوير الفيديو في 23 سبتمبر/أيلول.
مصدر: YouTube
Estados Unidos y sus aliados en Siria deberían adoptar todas las medidas de precaución viables para
evitar que sufran civiles. El gobierno estadounidense debería investigar
posibles ataques ilegítimos en los cuales hayan muerto civiles, informar
abiertamente sobre ellos y comprometerse a adoptar las medidas de reparación
pertinentes en caso de que se confirme que se actuó de manera indebida.
Nadim Houry, subdirector para Medio Oriente
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(Nueva York) – Presuntos ataques estadounidenses efectuados con misiles en Idlib, Siria y en los cuales murieron al menos
siete civiles, deberían ser investigados para identificar posibles violaciones del derecho de guerra.
El 25 de septiembre de 2014, en declaraciones a la prensa, el vocero del Pentágono John Kirby
señaló que Estados Unidos estaba analizando datos sobre muertes de civiles
ocurridas en Siria como resultado de sus ataques, pero que el Ejército
estadounidense no tenía “información creíble de fuentes operativas”
sobre este tipo de víctimas fatales.
Tres residentes locales dijeron a Human Rights Watch que al menos dos hombres,
dos mujeres y cinco niños murieron a causa de ataques con misiles durante las
primeras horas del 23 de septiembre, en la localidad de Kafr Deryan, en el norte de Idlib. Existen
datos no confirmados de que los dos hombres podrían haber sido miembros del grupo armado
islamista radical Jabhat al-Nusra. Imágenes de video confirman las versiones de
los testigos, que indican que los civiles murieron al ser alcanzados por
misiles de crucero Tomahawk, que integran el arsenal estadounidense.
“Estados Unidos y sus aliados en Siria deberían adoptar todas las medidas de
precaución viables para evitar que sufran civiles”, expresó Nadim
Houry, subdirector para Medio Oriente de Human Rights Watch. “El
gobierno estadounidense debería investigar posibles ataques ilegítimos en los
cuales hayan muerto civiles, informar abiertamente sobre ellos y comprometerse
a adoptar las medidas de reparación pertinentes en caso de que se confirme que
se actuó de manera indebida”.
Los residentes, que dialogaron por Skype con Human Rights Watch, dijeron que
cerca de las 3:30 a.m., varios misiles impactaron en un predio de las milicias
Jabhat al-Nusra, incluido un depósito de armas, ubicado aproximadamente a un
kilómetro de la aldea. Dos de los residentes indicaron que poco después otros
misiles alcanzaron dos viviendas en Kafr Deryan, y que en ese hecho murieron al
menos cinco niños, dos mujeres y dos hombres, e identificaron a cada uno de
ellos por su nombre. Mientras dos de los residentes afirmaron que los hombres
eran civiles, el tercero dijo que eran miembros de Jabhat al-Nusra.
Human Rights Watch no pudo confirmar de manera independiente la identidad de
los hombres, ni si eran combatientes susceptibles de ser atacados. La presunta
muerte de al menos siete civiles en ataques en los cuales probablemente no haya
habido objetivos militares legítimos en las inmediaciones alerta sobre la
posibilidad de que no se haya tratado de ataques lícitos conforme al derecho de
guerra, que deberían ser investigados.
Los tres residentes dijeron a Human Rights Watch que había fuerzas de Jabhat
al-Nusra aproximadamente a un kilómetro de la aldea, en el predio alcanzado por
los primeros ataques con misiles, pero que no había edificios, puestos de
control ni vehículos de Jabhat al-Nusra en las proximidades del lugar donde se
produjo el ataque en la aldea. The Washington Post informó el
24 de septiembre que, según indicaron combatientes de grupos rebeldes, “los
ataques aéreos ocurridos esta semana en Kafr Deryan, una aldea en el noroeste
de la provincia siria de Idlib, provocaron la muerte de al menos 50
combatientes en una base de Jabhat al-Nusra, un grupo rebelde que tiene
vínculos con Al-Qaeda y al cual pertenecen”. El Centro de Documentación de Abusos
(Violations Documentation Center, VDC), una organización local que monitorea la situación, indicó además que
había identificado a
11 combatientes que murieron en Kafr Deryan el 23 de septiembre. El VDC no
indicó el nombre ni la ubicación o las circunstancias exactas de su muerte.
Los tres residentes locales proporcionaron a Human Rights Watch los nombres de
las nueve personas que murieron durante el ataque en las dos viviendas. En uno
de ellos, murieron cuatro residentes de Kafr Deryan: Ramzia y su hijo Mahmoud
Juma Moaz, además de otros dos niños, Zainab Muhanna Barakat y Safa Muhanna
Barakat. En el otro perdieron la vida Reem al-Haji y sus hijos Mohamad y Basmla
Jahjaj, además de su esposo Abdel Hamid Mohamad Jahjaj, y otro hombre, Safwan
Yahya Iskaff.
Imágenes de video publicadas el 23 de septiembre en YouTube por un activista
local que habló con Human Rights Watch muestran a algunos de los civiles que
resultaron heridos durante la incursión e imágenes tomadas poco después de
los ataques. Otro video difundido por Shaam News Network
mostró a tres menores, de los cuales dos parecen estar muertos y otro haber
sido herido en los ataques misilísticos. Otro video,
publicado en YouTube por el activista que habló con Human Rights Watch, muestra
a dos niños que son llevados raudamente para recibir atención médica luego del ataque, y en otro se
ve a una víctima adulta cuando es sacada de los escombros. Uno de los
residentes locales que habló con Human Rights Watch identificó a esta persona como Ramzia Mahmoud Jum`a
Moaz.
El activista que estuvo en contacto con Human Rights Watch dijo que otros seis
civiles —tres menores y tres mujeres— también murieron en los ataques ocurridos
en las aldeas, pero Human Rights Watch no pudo confirmar estos datos. Indicó
que también resultaron heridas cerca de otras 15 personas, incluidas mujeres y
niños.
El Departamento de Defensa de EE. UU. publicó el 23 de septiembre una
declaración en su página de Facebook, en la cual confirma que el Comando
Central estadounidense efectuó ocho ataques contra el grupo Khorasan, asociado
con Al-Qaeda, al oeste de Alepo, presuntamente con el objeto de “desarticular
la conspiración de un ataque inminente contra intereses estadounidenses y
occidentales” en esa misma fecha. El Departamento de Defensa de EE. UU. no
identificó la zona alcanzada por el ataque ni aportó detalles sobre ofensivas en
Kafr Deryan, pero la localidad se encuentra al oeste de Alepo.
La Red Siria para los Derechos Humanos
(Syrian Network for Human Rights, SNHR) comunicó que
los ataques con misiles en Kafr Deryan alcanzaron la sede de Jabhat al-Nusra,
incluido un arsenal. Sin embargo, según SNHR, otras explosiones secundarias
provocadas por los ataques estadounidenses en el arsenal causaron el derrumbe
de una residencia ubicada a unos 100 metros de distancia, y la muerte de 21
civiles que estaban allí, incluidas las víctimas civiles nombradas por los
testigos con quienes habló Human Rights Watch.
No obstante, los tres residentes dijeron que todos los civiles habían muerto
cuando sus viviendas fueron alcanzadas directamente por misiles, y dos de los
residentes aseveraron haber visto restos de armas entre las ruinas de las
viviendas, lo cual sugería que estas muertes habrían sido causadas de manera
directa por los ataques.
El activista local contó a Human Rights Watch que acudió al lugar de los
ataques en las dos residencias unos 10 minutos después, y que él y otros
activistas recogieron restos de las armas usadas, efectuaron grabaciones de
video y publicaron en YouTube algunos de los videos tomados tras las ofensivas.
Human Rights Watch examinó las grabaciones aportadas y ha identificado los
restos como correspondientes a un motor turbofán de un misil de crucero Tomahawk, un arma
que solamente tienen los gobiernos estadounidense y británico. Según el
Departamento de Defensa, Estados Unidos utilizó 47 misiles de crucero Tomahawk
que fueron lanzados desde los buques USS Arleigh Burke y
USS Philippine Sea en los ataques en Siria del 23 de
septiembre, que incluyeron ofensivas aéreas. El Ejército británico no efectuó
ataques militares en Siria el 23 de septiembre.
Según versiones de testigos, el ataque ocurrido en la aldea provocó víctimas
civiles pero no alcanzó ningún objetivo militar, lo cual violaría el derecho de
guerra al no discriminar entre combatientes y civiles, o al provocar
ilegítimamente una pérdida de civiles que no guardó proporción con la ventaja
militar esperada. El gobierno estadounidense debería investigar señalamientos
creíbles de violaciones del derecho de guerra, como los ataques en Kafr Deryan,
y dar a conocer sus conclusiones, observó Human Rights Watch. En caso de
corroborarse irregularidades, Estados Unidos debería asegurar que los
responsables rindan cuentas y prever reparaciones adecuadas. Asimismo, Estados
Unidos debería tomar todos los recaudos posibles para reducir al mínimo el
perjuicio causado a civiles en ataques futuros.
“En muchas regiones de Siria, los civiles aún viven bajo la amenaza constante
de ataques aéreos de su propio gobierno”, indicó Houry. “EE. UU. debe adoptar
todas las medidas necesarias para proteger a civiles de sus propios ataques”.
Fuente: http://www.hrw.org/es/news/2014/09/28/ee-uusiria-forzoso-investigar-posibles-ataques-estadounidenses-ilegitimos
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