Dos ex presos declaran ante Garzón
EUROPA PRESS 15 de febrero de 2009
Dos ex presos de la base militar estadounidense de Guantánamo (Cuba)
declararon este lunes ante el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón que
las torturas que presuntamente sufrieron durante su estancia en el penal se
cometieron bajo la autorización del general Geoffrey D. Miller, que fue
comandante de la cárcel entre noviembre de 2002 y agosto de 2003, informaron
fuentes jurídicas.
Así lo indicaron Hamed Abderraman Ahmed, conocido con los alias de 'Hamido'
y el 'talibán español', y el marroquí Lahcen Ikassrien, durante su comparecencia
ante el juez Garzón, que investiga las denuncias sobre torturas que ambos
presentaron junto al palestino Jamil Adullatif El Banna y al libio Omar
Deghayes. Los cuatro se enfrentaron en España a la acusación de pertenencia a
organización terrorista aunque ninguno fue condenado por este delito.
Los comparecientes, los dos primeros que declaran ante el juez desde que el
pasado 27 de enero decidiera reactivar la causa al no tener constancia de que
Estados Unidos esté investigando estos hechos, explicaron que los
interrogatorios se endurecieron desde la llegada de Miller a la prisión con
vejaciones e insultos constantes. "Nos llamaban perros", relataron. Tras su paso
por Guantánamo, Miller fue destinado a la prisión iraquí de Abu Ghraib, donde a
principios de 2003 se sucedieron las denuncias por torturas y malos tratos.
ACTUACIÓN DE DOS CARCELERAS
Según las citadas fuentes, Ikassrien también explicó al titular del Juzgado
Central de Instrucción número 5 la actuación de dos carceleras que se mostraban
especialmente duras con los presos y a las que identificó como una mexicana
llamada Ana y otra que respondía al nombre de Bibi.
Entre las torturas referidas en la querella admitida a trámite por Garzón se
incluyen agresiones sexuales, malos tratos físicos y psíquicos, insultos y
humillaciones, interrogatorios constantes sin asistencia de abogados,
confinamiento en celdas de hierro y malla metálica y exposición permanente a luz
eléctrica y música a elevado volumen.
Los dos ex presos también señalaron que durante su confinamiento en
Guantánamo, que se produjo después de que fueran capturados en Afganistán y
trasladados a Pakistán, fueron interrogados por policías marroquíes y españoles.
Estos últimos, que les tomaron declaración en cinco ocasiones diferentes,
trataron de corroborar la identidad de 'Hamido' y preguntaron a Ikassrien si
conocía a 'yihadistas' que pudieran encontrarse en Madrid.
"TESTIFICAR EN CONTRA DE TU PAÍS"
Además, Garzón escuchó el testimonio del abogado y activista por los derechos
humanos William Pepper, quien ratificó el informe sobre Guantánamo en el que se
basó la querella que las asociaciones personadas en esta causa presentaron
contra los asesores del ex presidente norteamericano George W. Bush que
diseñaron el "andamiaje jurídico" de la prisión.
Durante su declaración, Pepper confirmó que Estados Unidos nunca ha
investigado estos hechos y aprotó datos que, según las fuentes jurídicas
consultadas, podrían provocar la imputación de altos cargos cercanos al ex
secretario de Estado Colin Powell. "Es muy desagradable testificar en contra de
tu país, pero hay que reconocer los errores del Gobierno por el interés de la
justicia y, en especial, por las víctimas inocentes", señaló a su salida del
juzgado.
En esta causa Garzón pretende identificar "a las personas que tuvieron bajo
su guardia y custodia a los detenidos y a los que autorizaron o practicaron"
torturas, ya que estos hechos podrían ser constitutivas de varios delitos
contemplados en el Código Penal español, la Comisión de Ginebra sobre trato a
prisioneros de guerra y otros tratados internacionales.
En la querella también se detalla que en Guantánamo se llevaron a cabo
amenazas de muerte por envenenamiento o inmersión en el mar y provocaciones
sexuales durante los interrogatorios. Los carceleros, según las acusaciones,
también introducían alfiles en la carne de los prisioneros, utilizaban látigos
para agredirles, les obligaban a untarse con sus heces o les inoculaban
sustancias que, según les decían, portaban enfermedades.
Además de esta causa, el juez Ismael Moreno investiga los vuelos de la CIA en
dirección a Guantánamo que habrían hecho escala en España, mientras que en el
juzgado de Eloy Velasco se presentó otra querella contra seis miembros de la
Administración Bush que sentaron las bases legales para la apertura de la
cárcel.
Las asociaciones que presentaron esta última querella se han personado como
acusación popular en la causa que instruye Garzón. Se trata de la Asociación Pro
Dignidad de los Presos y Presas de España, la Asociación Libre de Abogados
(ALA), Izquieda Unida (IU) y la Asociación Pro Derechos Humanos de España
(APDHE).
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