Democracy Now! Noticias breves
14 de julio de 2009
Holder considera posibilidad de investigación penal de gobierno de
Bush
El fiscal general Eric Holder está considerando la posibilidad de designar un
fiscal penal para investigar las prácticas utilizadas por la CIA en los
interrogatorios durante el gobierno de George W. Bush. Newsweek informa
que Holder está cada vez más preocupado luego de revisar las políticas de
interrogatorio de dicho gobierno. Según se informa, le dijo a un colega que lo
que vio en los informes sobre el tratamiento dispensado a los prisioneros en las
cárceles secretas de la CIA “le dio vuelta el estómago”. Se prevé que Holder
tomará una decisión en las próximas semanas, puesto que ya manejó diversos
nombres para ocupar el cargo de fiscal especial. Holder está evaluando la
posibilidad de llevar a cabo una investigación, a pesar de la opinión en
contrario del Presidente Barack Obama, quien se opuso a una iniciativa de los
demócratas del Congreso para formar una “comisión de la verdad”. Obama afirmó
que el país debería “mirar hacia adelante y no hacia atrás”. Holder declaró a
Newsweek: “Espero que sea cual sea la decisión que tome, ésta no tenga
un impacto negativo en los planes del Presidente. Pero eso no puede ser parte de
mi decisión”.
Informe: CIA tenía plan secreto de asesinatos
La CIA también está siendo fuertemente criticada por no haber informado al
Congreso de un programa altamente clasificado de asesinatos dirigidos que la
agencia implementó después de los ataques del 11 de septiembre. Según el
Wall Street Journal, dicho programa se centraba en el intento de la
agencia de capturar o asesinar terroristas. El Journal informa que la
CIA destinó dinero y planificación, y que posiblemente suministró entrenamiento.
Lo que permitió la implementación del programa fue un pronunciamiento legal
presidencial de 2001, conocido como “finding” (que puede traducirse como “fallo”
o "decisión") que autorizó a la CIA a llevar a cabo tales iniciativas, a pesar
de que el gobierno de Ford prohibió los asesinatos en la década de 1970. El
Congreso se enteró de la existencia del programa recién el mes pasado, cuando
Leon Panetta, director de la CIA designado por el Presidente Obama, le puso fin
al plan. La senadora Dianne Feinstein estuvo en el programa televisivo Fox News
Sunday. No describió el programa, pero confirmó que el vicepresidente Dick
Cheney había ordenado a la CIA que ocultara su existencia al Congreso.
Dianne Feinstein dijo: “La respuesta es ‘sí’, el Congreso
tendría que haber sido informado. Tendríamos que haber sido informados del
inicio de este tipo de programa sensible. El director Panetta nos informó hace
dos semanas, creo que el 24 de junio; dijo que recién se había enterado del
programa, nos lo describió, nos dijo que lo había cancelado y, tal como se
informó, nos dijo que le habían comunicado que el Vicepresidente [Cheney] había
ordenado que no se pusiera en conocimiento del programa al Congreso”.
No es la primera vez que el gobierno de Bush es acusado de llevar a cabo
asesinatos dirigidos. Este mismo año, el periodista de investigación Seymour
Hersh reveló que dicho gobierno dirigió un “anillo ejecutivo de asesinatos” que
estaba bajo las órdenes directas del ex Vicepresidente Dick Cheney.
Seymour Hersh expresó lo siguiente: “El Congreso no tiene
supervisión sobre [el programa]. Se trata básicamente de un ala de asesinatos
ejecutivos. Y ha continuado sin interrupciones. Justo hoy en el Times
hay un artículo en el que se afirma que su líder, un almirante de tres estrellas
llamado McRaven, ordenó detener ciertas actividades porque había demasiadas
muertes colaterales. Bajo el mandato del presidente Bush, ingresaban en países,
sin hablar con el embajador o el jefe de la CIA del lugar, buscaban personas que
tenían en una lista, las ejecutaban y abandonaban el país”.
Según Hersh, el programa fue ejecutado por el Comando Conjunto de Operaciones
Especiales (JSOC, por su sigla en inglés). El ex director del JSOC, Stanley
McChrystal, es en la actualidad el máximo comandante en Afganistán del gobierno
de Obama.
Informe del gobierno: programa de vigilancia de Bush “no tenía
precedentes”
En otras noticias de inteligencia, un informe gubernamental publicado el
viernes afirma que los esfuerzos de vigilancia del gobierno de Bush con
posterioridad a los ataques del 11 de septiembre fueron mucho más allá del
programa ampliamente divulgado de escuchas telefónicas sin orden judicial. El
informe sostiene que se trata de un programa de vigilancia “sin precedentes” y
cuestiona su fundamento legal. El informe también plantea interrogantes sobre la
eficacia de la operación de vigilancia. Algunos funcionarios de la CIA se
quejaron de que gran parte de los datos del programa eran “vagos y estaban fuera
de contexto”, razón por la cual se volcaron a otras fuentes de información. A
pedido del Congreso, el informe fue realizado por cinco organismos de control
gubernamentales: inspectores generales del Departamento de Justicia, Pentágono,
CIA, Dirección de Inteligencia Nacional y Agencia de Seguridad Nacional. Más de
200 funcionarios de jerarquía y agentes de primera línea de organismos de
defensa e inteligencia fueron entrevistados en el informe, pero varios altos
funcionarios del gobierno de Bush se negaron a declarar, incluidos el ex fiscal
general John Aschroft, el ex abogado del Departamento de Justicia John Yoo, el
ex director de la CIA George Tenet, y David Addington, un ex asesor de
importancia del Vicepresidente Cheney.
Obama pide una investigación de la masacre en 2001 de al menos 2,000
prisioneros de guerra sospechosos de pertenecer a los talibanes a manos de un
caudillo afgano respaldado por EE.UU.
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Los comentarios vertidos por el presidente Obama se producen tras las
declaraciones iniciales emitidas el viernes por otros funcionarios de su
gobierno que afirmaron que el Departamento de Defensa y el FBI no tenían
jurisdicción sobre los asesinatos en masa cometidos por el general Abdul Rashid
Dostum, un líder militar respaldado por EE.UU. Un portavoz del Pentágono contó a
la Prensa Asociada (AP) que “No hay indicios de que fuerzas del ejército de
EE.UU. estuvieran allí, participaran, o tuvieran conocimiento de esto, así que
no se realizó una investigación a fondo porque no había evidencias desde el
punto de vista del Departamento de Defensa que justificaran una investigación”.
La tristemente famosa masacre de Dasht-e-Leili vuelve a estar presente en las
noticias tras las nuevas pruebas publicadas el viernes en un reportaje del New
York Times que demuestra que el gobierno de Bush bloqueó al menos tres
investigaciones federales sobre los presuntos crímenes de guerra. El artículo,
escrito por el periodista James Risen, destaca que “los funcionarios
estadounidenses estaban reacios a iniciar una investigación porque el caudillo
general Abdul Rashid Dostum, estaba en la nómina de la CIA y sus milicias
colaboraron estrechamente con las fuerzas especiales estadounidenses en 2001”.
Dostum fue funcionario de defensa en el gobierno de Karzai. El año pasado fue
suspendido por amenazar a un rival con un arma y ha vivido exiliado en Turquía.
Pero antes de las elecciones del 20 de Agosto, Karzai lo ha invitado a volver al
país y le ha devuelto el cargo de jefe del estado mayor. Democracy Now! cubrió
por primera vez el caso de la masacre hace seis años cuando emitió el
galardonado documental de Jamie Doran “Afghan Massacre: Convoy of Death”
(Masacre en Afganistán: convoy de la muerte).
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