El derrame de petróleo es la ‘Katrina’ de Obama
“Aquellos que no pueden acordarse del pasado están condenados a repetirlo”.
—George Santayana
La magnitud del derrame del petróleo en el Golfo de México, que comenzó hace
42 días cuando explosionó la plataforma petrolera de British Petroleum (BP),
Deepwater Horizon, supera toda imaginación. Unas 400 millas de la costa de
Louisiana están contaminadas y dos enormes manchas de petróleo, una de 22 millas
de largo, seis de ancho y 3.300 pies de profundidad y la otra de 20 millas
cuadradas amenazan la fauna y flora del mar y tierra, no solamente en Louisiana
sino en Florida y Alabama. Se calcula que de la tubería averiada, en profundidad
de 1.500 metros, se fugan diariamente entre 19.000 a 25.000 barriles del
petróleo que se mezclan con 800.000 galones de dispersantes químicos altamente
tóxicos utilizados por la BP. Tan grave es la situación que Barack Obama ya
declaró que éste es el mayor derrame petrolero en la historia de los EE.UU., de
consecuencias ecológicas y socioeconómicas impredecibles, y que no se podría
controlar hasta agosto.
Lo que pasa es que la BP no sabe cómo detener el derrame. Nunca se preocupó
para desarrollar tecnología de prevención, ni instalar un sistema acústico del
cierre automático de tubería que se usa en Europa. Por lo visto, la BP —cuyo
valor es de 153 mil millones de dólares y que gana 500.000 dólares en ocho
minutos— no quiso gastar en uno de estos aparatos. Dicen también que están
empleando 20.000 obreros y pescadores para la limpieza de la costa y del mar
pagándoles 12 dólares al día.
Sin embargo, la realidad de esta limpieza la revelaron los medios de
Louisiana después de la visita del presidente Barack Obama a la isla “Gran
Isle”. Dos días antes solamente 12 obreros limpiaban el lugar, pero un día antes
de la llegada de Obama, la BP contrató 400 obreros uniformados que desde la
vista aérea daban la impresión de eficiencia y organización. El presidente fue
complacido. Apenas se alejó su helicóptero, los obreros se quitaron el uniforme
y se fueron en buses amarillos de la BP.
Si la limpieza es así, podemos imaginar cómo será el pago a los perjudicados.
La BP contrató a abogados que les exigen declaraciones de impuestos. Los más
perjudicados son los pescadores a quienes, en su mayoría, sus empleadores
prefieren pagarles en efectivo. Entonces, no recibirán nada. Nadie sabe
realmente el destino de casi mil millones de dólares que pagó supuestamente como
indemnización la BP. Mientras tanto el gobierno queda impotente frente a la
petrolera. Barack Obama tuvo que pedir 10 millones de dólares al Congreso para
investigar a la petrolera, que junto con sus otras “hermanas” puso en su
bolsillo a la Casa Blanca y al Capitolio ‘lo suficiente’ para que relajaran las
leyes de extracción.
Este derrame no es el primero, es el número 39 desde 2007. Después de esta
tragedia, el Departamento del Interior ya otorgó 27 permisos de perforación en
la alta mar y dos ellos para la BP que exige lo mismo en Canadá. Con la ganancia
de 93 millones dólares al día, la BP puede tener los mejores cabilderos para los
cuales el único Dios es el dinero y la naturaleza es simplemente un medio para
enriquecerse.
Vicky.pelaez@eldiariony.com
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|