Cómo la muerte sobrevive a la guerra. El
impacto reverberante de la guerra Post-9/11 en la salud humana
Del Costs of War
16 de mayo de 2023
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 26 de mayo de 2023
Un nuevo informe publicado por Costs of War arroja luz sobre el devastador peaje indirecto de la guerra en la salud humana
en Afganistán, Irak, Pakistán, Siria, Yemen, Libia y Somalia, países que han
sufrido las guerras más violentas en las que ha participado Estados Unidos en
nombre de la lucha antiterrorista desde 2001.
El número total de muertos en las zonas de guerra posteriores al 11-S de Afganistán, Pakistán, Irak, Siria
y Yemen podría ser de al menos 4,5-4,6 millones y contando, aunque la cifra
exacta de mortalidad sigue sin conocerse. Algunas de estas personas murieron en
los combates, pero muchas más, especialmente niños, han muerto por los efectos
reverberantes de la guerra, como la propagación de enfermedades. Estas últimas
muertes indirectas -estimadas entre 3,6 y 3,7 millones- y los problemas de
salud relacionados han sido el resultado de la destrucción de las economías,
los servicios públicos y el medio ambiente por las guerras posteriores al 11-S.
Las muertes indirectas crecen en escala con el tiempo. Aunque en 2021 Estados
Unidos retiró sus fuerzas militares de Afganistán, poniendo fin oficialmente a una
guerra que comenzó con su invasión 20 años antes, hoy los afganos sufren y
mueren por causas relacionadas con la guerra a un ritmo mayor que nunca.
Este informe examina las devastadoras consecuencias de la guerra para la salud humana, sea cual sea el combatiente
o el factor agravante, en los conflictos más violentos en los que ha
participado el gobierno de Estados Unidos en nombre de la lucha contra el
terrorismo desde el 11 de septiembre de 2001, incluidos los países mencionados,
así como Libia y Somalia. El informe no se centra en atribuir la
responsabilidad a determinadas partes beligerantes en detrimento de otras, ni
en desentrañar diversos factores intensificadores, como la actuación de
gobiernos autoritarios, las convulsiones políticas conexas, las sanciones
económicas mundiales, el cambio climático, las catástrofes medioambientales o
la acumulación de devastaciones de guerras anteriores. En lugar de dilucidar
quién, qué o cuándo tiene la culpa, este informe mostrará que las guerras
posteriores al 11-S están implicadas en muchos tipos de muertes. En un lugar
como Afganistán, la cuestión acuciante es si alguna muerte puede considerarse
hoy en día no relacionada con la guerra. En última instancia, las repercusiones
de la violencia actual son tan amplias y complejas que resultan incuantificables.
Al exponer cómo las guerras posteriores al 11 de septiembre han provocado enfermedades y muertes
indirectas, el objetivo del informe es crear una mayor conciencia de los costes
humanos totales de estas guerras y apoyar los llamamientos para que Estados
Unidos y otros gobiernos alivien las pérdidas y el sufrimiento continuos de
millones de personas en las zonas de guerra actuales y anteriores. El informe
destaca muchas consecuencias a largo plazo y poco reconocidas de la guerra para
la salud humana, y subraya que algunos grupos, en particular las mujeres y los
niños, sufren la peor parte de estos impactos continuos.
LEER
EL INFORME COMPLETO > (en inglés)
RESUMEN
EJECUTIVO > (en inglés)
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