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Asesinato de civiles para proteger civiles en Siria

Marjorie Cohn y Jeanne Mirar, 28 de agosto de 2012

Traducido de inglés por El Mundo no Puede Esperar 10 de septiembre de 2013

“La preocupación humanitaria debería estimular la comunidad internacional para buscar la paz y terminar con el sufrimiento en lugar de incentivar ataques militares, los cuales podrían poner en peligro la paz de toda una región”.

Los tambores de guerra están sonando nuevamente. La administración del presidente Obama lanzará supuestamente un ataque militar para castigar al gobierno sirio de Al Assad por su presunto uso de armas químicas. Un ataque militar mataría sistemáticamente a civiles por el propósito aparente de mostrar al gobierno sirio que la matanza de civil está mal.

“De lo que estamos hablando aquí es de una respuesta potencial… a esta violación específica de las normas internacionales.” Declaró la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney. Pero una intervención militar por parte de los Estados Unidos en Siria para castigar al gobierno violaría la ley internacional.

Para los Estados Unidos el amenazar o realizar un ataque militar como represalia es una evidente violación a la Carta de las Naciones Unidas. La Carta exige que los países resuelvan sus disputas internacionales de manera pacífica. En el artículo 2, párrafo 4 de Carta prohíbe a cualquier país a recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza en las relaciones internacionales. En el artículo 2, párrafo 7 prohíbe la intervención de las Naciones Unidas en los asuntos internos de los Estados. La fuerza militar es legal según la Carta únicamente cuando es aprobada bajo el consejo de seguridad, y bajo lo estipulado en el artículo 51, que permite a un país defenderse en caso de ataque. “El uso de armas químicas en Siria no es un ataque armado hacia los Estados Unidos” Según dijo Mary Ellen O’Connell, profesora de derecho de Notre Dame.

Los Estados Unidos y la comunidad internacional no han podido tomar medidas constructivas para promover los esfuerzos de pacificación, los cuales podría haber terminado con la crisis en Siria. En cambio las grandes potencias han desencadenado una guerra de poder para brindar a sus "aliados" una ayuda más fuerte en las futuras negociaciones, evaluando la situación en términos de preocupaciones geopolíticas. El resultado ha sido, una vez más, el demostrar que las soluciones militares a los problemas políticos y económicos no son bajo ningún punto de vista una solución. Entretanto, los fanáticos de la enemistad entre facciones religiosas han enardecido a tal grado que la demonización de uno por el otro ha creado un terreno fértil para el sacrificio y las excusas de no negociar con alguien con "sangre en sus manos".

Pese a las afirmaciones de los Estados Unidos sobre "las dudas de que Assad utilizó estas armas", hay dudas significativas entre la comunidad internacional acerca de qué lado fue el que utilizó las armas químicas. Muchos ven los supuestos rebeldes como gente que trata de crear una situación para provocar la intervención de Estados Unidos contra Assad. En efecto, en mayo, Carla del Ponte, ex fiscal internacional y actual comisionada de la ONU en Siria, concluyó que las fuerzas de oposición fueron quienes utilizaron gas sarín contra civiles.

El uso de cualquier tipo de arma química por cualquiera de las partes constituiría un crimen de guerra. Las armas químicas que matan y dañan a personas son ilegales y su uso viola las leyes de la guerra. La ilegalidad de las armas químicas y venenosas fue establecida por los reglamentos de la Haya en 1899 y por el Convenio de la Haya en 1907. La misma se reiteró en la Convención de Ginebra en 1925 y en la Convención sobre armas químicas. El estatuto de Roma de la corte penal internacional establece específicamente que el uso de "venenos o armas envenenadas" y "asfixiantes, gases venenosos u otros y todos líquidos análogos, materiales o dispositivos" son crímenes de guerra, bajo el artículo 8. La prohibición del uso de estas armas es una norma internacional independientemente de cualquier convenio ratificado. Como estas armas no hacen distinción entre civiles y militares combatientes, violan el principio de la distinción y son armas prohibidas por el Convenio de la Haya ya que causan sufrimientos innecesarios y muerte. Bajo los principios de Núremberg, las violaciones de las leyes de guerra son crímenes de guerra.

La superioridad moral de los Estados Unidos sobre el presunto uso de armas químicas por Assad es hipócrita. Estados Unidos utilizó napalm y empleó enormes cantidades de armas químicas en forma de Agente Naranja en Vietnam, que siguió afectando a innumerables personas durante muchas generaciones. Documentos de la CIA desclasificados recientemente revelan la complicidad estadounidense sobre el uso de armas químicas empleadas por Saddam Hussein durante la guerra entre Irán e Irak, según la política exterior: "en contraste con el difícil debate actual sobre sí los Estados Unidos debería intervenir para detener los ataques de las supuestas armas químicas por parte del gobierno sirio, los Estados Unidos aplicó un frío cálculo para el uso generalizado de las armas químicas de Hussein contra sus enemigos y a su propio pueblo hace tres décadas. La administración de Reagan decidió que era mejor dejar que los ataques continuaran ya que tal vez podrían cambiar el rumbo de la guerra. Y aunque fueran descubiertos, la CIA apostó que la condena e indignación internacional serían silenciadas."

En Irak y Afganistán, Estados Unidos utilizó bombas de racimo, uranio y gas de fósforo blanco. Latas de bombas de racimo contienen pequeñas bombitas, que se pueden propagar en una vasta zona. Las bombas de racimo sin estallar con frecuencia son recogidas por los niños y explotan dando como resultando lesiones graves o la muerte a los mismos. Las armas de uranio empobrecido propagan altos niveles de radiación en vastas áreas de tierra. En Irak, ha habido un fuerte incremento en enfermedades como la leucemia y los defectos de nacimiento, probablemente debido al uranio empobrecido. El gas de fósforo blanco derrite la piel y quema los huesos. El Convenio de Ginebra relativo a la Protección de Personas Civiles en Tiempo de Guerra (GCIV) clasifica “el hecho de causar deliberadamente grandes sufrimientos o de atentar gravemente contra la integridad física o la salud " es una infracción grave, que constituye un crimen de guerra.

El uso de armas químicas, independientemente de la finalidad, es atroz, sin importar la justificación fingida. El uso por parte del gobierno de este tipo armas contra su propio pueblo es particularmente reprensible. El secretario de estado, John Kerry dijo que el presunto ataque por las parte de las fuerzas de Assad "desafía cualquier código de moralidad" y debe "estremecer la conciencia del mundo". Continuo diciendo que "tiene que haber una seria responsabilidad por parte de aquellos que utilizarían las armas más atroces del mundo contra la población más vulnerable."

Sin embargo, el ejército de los Estados Unidos ocupó más del 75% de la isla puertorriqueña de Vieques durante 60 años, tiempo en el cual la fuerza naval rutinariamente practicó y utilizó, el Agente Naranja, el uranio empobrecido, napalm y otros productos químicos tóxicos y metales tales como TNT y mercurio. Esto ocurrió a un par de kilómetros de la población civil e incluyó miles de ciudadanos estadounidenses. La gente de Vieques ha vivido bajo el régimen colonial de los Estados Unidos por 115 años y existe una alta tasa de enfermedades terminales como cáncer, hipertensión, enfermedades respiratorias y de la piel e insuficiencia renal. Mientras que Kerry Secretario pide rendición de cuentas por parte del gobierno de Assad, la fuerza naval de los Estados Unidos todavía tiene que admitir, en lugar de expiar, las décadas de bombardeos y guerras químicas en Vieques.

La indignación moral del gobierno de los Estados Unidos en el uso de estas armas fracasa a medida que niega asumir la responsabilidad de sus propias violaciones. El presidente Barack Obama admitió, "si Estados Unidos entra y ataca a otro país sin mandato de la ONU y sin presentar evidencia clara, luego hay preguntas en términos de sí la ley internacional si lo abala..." La administración de Obama está estudiando el 1999 "la guerra aérea de la OTAN en Kosovo como un posible modelo para actuar sin mandato de las Naciones Unidas ", informó el New York Times. Pero también el bombardeo de la OTAN a Kosovo violó la carta de la ONU ya que el Consejo de seguridad nunca lo aprobó, y tampoco fue llevado a cabo a causa de una defensa propia. La carta de la ONU no permite el uso de la fuerza militar para "intervenciones humanitarias". Las preocupaciones humanitarias no constituyen en defensa propia. De hecho, las preocupaciones humanitarias debería estimular a la comunidad internacional para buscar la paz y poner fin al sufrimiento, no aumentan los ataques militares, que podrían poner en peligro pez de toda una región.

Las preocupaciones humanitarias debería estimular a la comunidad internacional para buscar la paz y poner fin al sufrimiento, no aumentan los ataques militares, que podrían poner en peligro pez de toda una región.

Además, como escribieron Phyllis Bennis del Instituto de Estudios Políticos (IPS) y David Wildman de los Derechos Humanos & Justicia Racial para los ministerios globales de la Iglesia Metodista Unida: "¿alguien realmente cree que un ataque militar en una presunta fábrica de armamento químico ayudaría al pueblo sirio, salvaría vidas, pondría fin a esta horrible guerra civil?”

Los ataques militares, probablemente, resulten en una intensificación de la guerra civil en Siria. "Seamos claros", Bennis y Wildman afirman. "Cualquier ataque militar de los Estados Unidos, misiles de crucero o cualquier otra cosa, no será para proteger a los civiles, sino para tomar partido una vez más de una guerra civil sangrienta, complicada". Anthony Cordesman, analista militar del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, pregunta, "¿puedes causar daño con misiles de crucero? Sí. ¿Puedes impedirles que tengan capacidad de tener armas químicas? Creo que la respuesta sería no. "

Los Estados Unidos y sus aliados deben abstenerse a la intervención militar en Siria y tomar medidas positivas para promover un alto el fuego duradero y una solución política consistente con la ley internacional. Si el gobierno de los Estados Unidos estuviese verdaderamente interesado en fomentar la paz y en promover la rendición de cuentas, éste debe disculparse y compensar a las víctimas de su propio uso de armas químicas en todo el mundo.

Marjorie Cohn, es profesora en la Escuela de Derecho de Thomas Jefferson y ex Presidente del Gremio Nacional de abogados, es la subsecretaria general para las comunicaciones externas de la Asociación Internacional de Juristas Demócratas y representante de los Estados Unidos en el Comité Ejecutivo de la Asociación Americana de Juristas. Es autora de Cowboy Republic: Six Ways the Bush Gang Has Defied the Law (República Vaquera: Seis formas en que la Pandilla Bush ha desafiado la Ley) y co-autora de Rules of Disengagement: The Politics and Honor of Military Dissent (Reglas para la Liberación: Las políticas y el Honor de la Disensión en el campo militar) (junto a Kathleen Gilberd). Su antología, The United States and Torture: Interrogation, Incarceration and Abuse (Estados Unidos y la tortura: interrogación, encarcelamiento y abuso), ya está disponible. Sus artículos están archivados en http://www.marjoriecohn.com/

Jeanne Mirer, quien ejerce el derecho del trabajo y empleo en Nueva York, es Presidente de la Asociación Internacional de Juristas Demócratas.

Este artículo fue publicado por commondreams.org el 28 de agosto de 2013.


 

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