Cerca de 50.000 civiles han muerto desde 2001 en Afganistán y Pakistán por causa directa de la guerra
Eduardo González
SABEMOS Digital
04 de junio de 2015
Alrededor de 149.000 personas, una tercera parte de ellas civiles, han muerto tanto en Afganistán como en las regiones fronterizas de Pakistán desde
2001, cuando dio comienzo la ofensiva liderada por Estados Unidos contra los
talibán, según se desprende de un nuevo informe.
Mujeres y niños afganos - Foto UNAMA
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El balance, elaborado la Universidad de Brown (Rhode Island, Estados Unidos) a través de los datos recogidos de
diversos organismos internacionales, como Naciones Unidas, Cruz Roja y organizaciones no
gubernamentales, incluye alrededor de 162.000 heridos graves en los dos países, así como la destrucción de
infraestructuras y la exposición de millones de personas a enfermedades y
malnutrición directamente causadas por la propia guerra.
El estudio incluye a las víctimas de las regiones fronterizas de
Pakistán por considerar que los ataques registrados en estas zonas, donde
existen sus propios grupos de talibán y de Al Qaeda, han estado siempre
estrechamente relacionados con el conflicto de Afganistán y con el constante
trasvase de milicias y refugiados a uno y otro lado de la frontera.
El informe, titulado Muertes, heridas y desplazamientos relacionados con la guerra en Afganistán y Pakistán
2001-2014, forma parte del proyecto Costs of War del instituto
Watson de la Universidad de Brown y fue elaborado bajo la dirección de Neta C. Crawford, profesora de Ciencias
Políticas de la Universidad de Boston y codirectora del propio proyecto Costs of War.
El informe Cost of War se publica desde 2011 mediante la colaboración de más de
30 economistas, antropólogos, abogados, trabajadores humanitarios y expertos en
ciencias políticas, con la vocación de convertirse en “el primer análisis
de conjunto de una década de guerras en Afganistán, Irak y Pakistán” y con
especial incidencia en “las implicaciones de estas guerras en cuanto a víctimas
humanas, costes económicos y libertades civiles", señala la Universidad.
AFGANISTÁN
Para el caso concreto de Afganistán, el documento de este año (hecho público el pasado 2 de junio) registra
la muerte directa causada por la guerra de al menos 26.270 civiles en el periodo 2001-2014, una cifra que se ha
incrementado considerablemente desde 2007. Aunque las fuerzas de oposición, con mención especial a los talibán,
“matan a muchos más civiles que las fuerzas militares afganas e internacionales”, desde 2012 se ha registrado un aumento del número
de civiles heridos a manos de las fuerzas afganas y extranjeras. “Lo que importa no es quién mata a los
civiles afganos, lo que importa es que están muertos”, ha advertido la autora
del informe.
Aparte, el informe constata, a partir de las mismas fuentes internacionales, que alrededor de 30.000 civiles han
resultado heridos de gravedad, muchos de ellos con amputaciones, como
consecuencia de los combates. También registra la muerte indirecta de muchas personas por malnutrición,
enfermedades y falta de acceso a servicios de salud como consecuencia de los
desplazamientos internos y de la destrucción de servicios públicos y medioambientales.
En este sentido, el estudio recuerda que Afganistán se encuentra en “estado casi constante de guerra desde
1979”, lo cual ha afectado tanto al suministro de agua como a los servicios de salud. “Los afganos mueren por desnutrición,
carencia de agua potable limpia, heridas y enfermedades”, destaca Crawford. “Las personas
desplazadas de sus hogares son particularmente vulnerables a las muertes indirectas”, añade.
A principios de 2003, el Ministerio de Sanidad afgano, en colaboración con
la Red Internacional de la Cruz Roja, las agencias de la ONU y otras
organizaciones internacionales, desarrolló un Paquete Básico de Servicios de
Salud con el objetivo de incrementar la atención médica a la población, en
especial a mujeres y niños. Gracias a este programa, según el infirme, la mortalidad maternal e infantil se ha reducido.
No obstante, otros problemas incluso se han agravado. Es el caso de la
incidencia de la tuberculosis, que aumentó entre 2008 y 2013, y de las
discapacidades relacionadas directamente con la guerra, que ya suponen un 17 por ciento del total de
discapacidades. La ansiedad, la depresión y el trastorno
por estrés postraumático relacionados también con el conflicto bélico han
alcanzado niveles de epidemia en un país en el que apenas existen
servicios de salud mental.
PAKISTÁN
En cuanto a Pakistán, la violencia armada ha causado también la muerte de “decenas de miles de
personas”, entre ellas de al menos 21.500 civiles.
En este país, recuerda Crawford, se ha desarrollado toda una variedad de
conflictos e incidencias armadas estrechamente relacionados con Afganistán,
como los ataques de las fuerzas gubernamentales contra objetivos insurgentes,
los bombardeos por parte de los aviones no tripulados estadounidenses (drones) o los ataques de los grupos milicianos
contra las fuerzas gubernamentales y, “frecuentemente, contra civiles”. “Los civiles del noroeste de Pakistán y
del resto del país suelen ser las víctimas de la violencia procedente de todas
las partes enfrentadas”, afirma la investigadora.
Las estimaciones, tanto locales como internacionales, sobre las consecuencias de los ataques de los drones
norteamericanos varían considerablemente, con una horquilla
que oscila entre los 1.900 hasta los 3.800 muertos, dependiendo de las fuentes.
La discrepancia es mucho mayor (del cinco al 73 por ciento) en lo que respecta
a la muerte de civiles. “Lo que sí es cierto es que los ataques con drones
afectan a los medios de vida de la gente, destruyen infraestructuras y, en
consecuencia, contribuyen al desplazamiento, a la malnutrición y a las
enfermedades”, advierte Crawford en su informe.
Neta C. Crawford
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Desde 2004, de acuerdo con los datos del estudio, millones de paquistaníes han huido de sus
hogares, como desplazados internos o como refugiados en países vecinos. Estos refugiados, según el informe, son
“particularmente vulnerables a las muertes indirectas, pero es difícil estimar
la mortalidad entre los desplazados internos en la región fronteriza
paquistaní, donde el acceso de medios y trabajadores humanitarios está muy restringido”.
Los refugiados de cada uno de los dos países han cruzado la frontera del
otro, y muchos de ellos carecen de provisiones básicas. En estas
circunstancias, los ataques de los drones estadounidenses contra las fuerzas antigubernamentales
huidas desde Afganistán y contra los talibán paquistaníes, así como el apoyo
norteamericano a las fuerzas de Islamabad en su propia guerra contras los
grupos opositores, “causan heridos y desplazamientos tanto en Pakistán como en Afganistán”.
Para agravar la situación, los grupos insurgentes han atacado reiteradamente, a su paso por Pakistán los vehículos de
transporte de las fuerzas militares internacionales cargados de alimentos,
combustible y equipos con destino a Afganistán, causando con ello “cientos de
víctimas entre civiles, militares y policías”.
Imágenes |http://www.globalconversation.org/ y UNAMA
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