La Casa Blanca esconde miles de documentos sobre torturas de la CIA
Una investigación acusa a la Administración Obama de obstaculizar las investigaciones parlamentarias sobre los métodos de detención
interrogatorios de la agencia
SERGIO LEÓN
publico.es
14 de marzo de 2014
Activistas protestan con monos y capuchas como los de los presos de Guantánamo.- SAUL LOEB (EFE)
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Pasan los años yla guerra contra el terror de
EEUU permanece con vida. El plan iniciado por George W. Bush tras los atentados del 11-S de 2001 sigue trayendo cola por las maniobras, ahora prohibidas,
que los servicios de inteligencia y espionaje estadounidenses emplearon para
eliminar terroristas.
La tortura de la CIA, que languidece en medio de escándalos, errores y supuestos abusos de poder, ha sido también motivo de encontronazos entre el
Congreso y la agencia. Recientemente, la presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, la demócrata Dianne
Feinstein, denunció el espionaje que, a su juicio, la CIA habría hecho de los
ordenadores de miembros del organismo. El objetivo era buscar información sobre
los documentos que manejan los senadores sobre los métodos de interrogatorios.
Washington oculta desde hace años hasta 9.400 documentos secretos a las investigaciones parlamentarias
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La documentación hace referencia a un informe aprobado por el Comité en diciembre de 2012 tras tres años de investigación
sobre las tácticas de tortura.
Según la propia Feinstein, deja en el aire "interrogantes
importantes" sobre las operaciones de inteligencia. El documento, de más de
6.000 páginas, fue entregado al Gobierno y, a pesar de la cantidad de
violaciones de los derechos humanos que pueda contener, o precisamente por eso,
la administración de Barack Obama lo mantiene clasificado y oculto a la opinión
pública.
La Casa Blanca se ha cansado de defender en público su apoyo a las pesquisas parlamentarias. La realidad es bien distinta.
Washington oculta a las indagaciones del Congreso desde
hace años documentos secretos sobre las prácticas de detenciones e
interrogatorios que implementó la CIA, según revela una investigación realizada por la agencia McClatchy DC.
El grupo editorial, que controla 30 periódicos repartidos en 15 Estados, asegura que, cuando los parlamentarios conocieron en
2009 la existencia de las pruebas del programa instaurado durante la
presidencia de George Bush hijo, la Casa Blanca hizo todo lo que pudo para
evitar la cooperación ignorando o rechazando las peticiones del Comité de
Inteligencia del Senado para revisarlos. McClatchy habla de que el gabinete de
Obama estaría ocultando hasta 9.400 documentos.
El Ejecutivo nunca argumentó razones legales
para esconder los archivos
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El Ejecutivo nunca argumentó razones legales para esconder los archivos ya que el presidente nunca solicitó los privilegios
que dispone para bloquear las indagaciones. Según los investigadores de la
agencia, lo que pretende la Casa Blanca es mantener alejados de los focos las evidencias sobre las "torturas brutales
(incluso ahogamientos simulados) practicadas por la CIA en las cárceles secretas fuera de los EEUU".
La investigación denuncia que el Gobierno está mucho más involucrado de lo que deja ver en la guerra entre el Senado y la CIA.
Una fuente consultada por la agencia Reuters asegura que uno de los principales
abogados de la Casa Blanca, Kathryn Ruemmler, estaría interviniendo con el
objetivo de rebajar la tensión. Washington demostró el pasado miércoles, cuando salió en defensa de la
agencia, que su inclinación parece clara.
Una película como prueba y destrucción de cintas
Sin embargo, las acusaciones mutuas persisten, tal y como se
ha podido observar durante las intervenciones en el Congreso. Así, el
republicano de mayor rango en el Comité de Inteligencia del Senado, Saxby
Chambliss, criticó que todavía hay muchas preguntas sin responder sobre las
acusaciones sobre el supuesto espionaje de la CIA a senadores y sugirió que
podría ser necesaria la intervención de un investigador independiente.
"Aunque la gente habla como si conociésemos todos los hechos pertinentes acerca de este tema, la verdad es que no es
así", sentenció.
EEUU todavía no ha responsabilizado a nadie por los abusos cometidos
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No ha sido el primer encontronazo entre senadores y congresistas y la CIA. Ya en 2007, el Congreso protestó por la
destrucción de cintas de la agencia, que documentaban varias técnicas de
interrogatorios a merced de la lucha antiterrorista, cuando el programa de detenciones se encontraba bajo
investigación. En 2012, la Academia de Cine estadounidense
nominó al Oscar como mejor película a Zero
Dark Thirty, que muestra los métodos de tortura de
la CIA y narra los entresijos de la operación militar que
acabó con Osama Bin Laden. El impacto fue tal que el Comité de Inteligencia
del Senado abrió una investigación para tratar de averiguar qué había de verdad
en el filme y qué había revelado la agencia a los responsables de la producción.
"Lo que quiero que sepan es que Zero Dark Thirty es una
dramatización, no un relato realista de los hechos", defendió el entonces
director de la CIA en funciones en una carta a los senadores. Michael Morell
reconoció que sí hubo colaboración con los representantes de la película y
admitió que parte de la información provino de "detenidos sujetos a técnicas
coercitivas", como el ahogamiento simulado, "pero
hubo muchas otras fuentes", y subrayó que "nunca podrá saberse"
si esos métodos eran "la única forma apropiada y eficaz" de obtener
los datos necesarias para dar caza al líder de Al Qaeda.
La CIA languidece en medio de escándalos,
errores y supuestos abusos de poder
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La aprobación del senado al informe sobre la tortura de la CIA se produjo pocos días antes del estreno de la película.
La votación concluyó con 9 votos a favor y 6 en contra. Tras ella, varios
republicanos criticaron la preparación del texto por considerar que se basaba
sólo en los documentos de la agencia y no en entrevistas con sus agentes.
Organizaciones como Human Rights Watch (HRW), Amnistía Internacional o la Unión
de Libertades Civiles de EEUU (ACLU) han exigido su desclasificación "para
que todos los estadounidenses puedan entender el daño que causó el uso de la
tortura... a la seguridad nacional, los valores estadounidenses y sus víctimas
frecuentemente inocentes" y exigen a Obama que responda públicamente a las
últimas acusaciones de obstrucción de la CIA.
Laura Pitter, investigadora principal de seguridad nacional de HRW considera que la denuncia de la senadora Feinstein
"sugiere que la CIA recurre a vías extraordinarias para obstruir la
supervisión y ocultar la verdad acerca de sus abusos, no sólo ante el Senado,
sino también ante el público estadounidense". La ONG denuncia que EEUU
todavía no ha responsabilizado a nadie por los abusos cometidos a pesar de la abrumadora
evidencia de que los detenidos fueron sometidos a torturas y otros malos tratos.
La organización recuerda que la investigación penal más importante fue encabezada por el Departamento de Justicia sobre los
presuntos abusos contra 101 detenidos, dos de los cuales murieron bajo
custodia. Dicha investigación se cerró hace casi dos años sin que se
presentaran cargos. "Los senadores que han visto el informe del Comité de Inteligencia dicen que no sólo documenta
graves abusos cometidos por la CIA, sino también los informes falsos de la
agencia sobre el valor del programa", indica Pitter. "Si la CIA consigue bloquear incluso una
contabilidad pública de estos abusos, sugiere que o bien el
Gobierno de Obama no puede controlar su propia agencia de inteligencia o que no
quiere", concluye.
Fuente: publico.es
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