Guantánamo hoy: la tortura jamás terminó
Por Giulia Calvani
7 de julio del 2023
Traducido del italiano para El Mundo no Puede Esperar 20 de julio de 2023
Por primera vez desde la apertura de la prisión en Guantánamo, en el 2002, una funcionaria de la ONU ha tenido
permiso de cuatro días para visitar la cárcel, dándose cuenda de que no todo ha
cambiado
La primera funcionaria de la ONU en visitar la cárcel
de Guantánamo en más de 20 años desde su apertura, es la relatora
especial apra la promoción y protección de los derechos humanos en la lucha
contra el terrorismo Fionnuala
D. Ní Aoláin.
Maestra de derecho e investigadora en derechos
humanos, llegó a Cuba el pasado mes de febrero para una visita de cuatro días a
la prisión. Sus observaciones fueron recolectadas en un reporte de
las Naciones Unidas. El campo de detención de seguridad máxima en la
bahía de Guantánamo fue abierto por Bush en el 2002 para detener a prisioneros
conectados con la dicha “guerra
contra le terror”.
Hoy, es recordado como un “agujero negro” de tortura y violencia espantosa, perpetrada en contra
de cientos de prisioneros, muhas veces sólo sospechosos o inocentes.
Al día de hoy, la cárcel tiene todavía 30 detenidos, 16 de los cuales están en espera de liberación.
Las condiciones de vida, como observa Ní Aoláin, han mejorado, claramente, pero, citando al periodista
estadounidense Seymour Hersh, aquellas en Guantánamo son “cadenas
permanentes”.
Todavía son 30 detenidos en Guantánamo: asustados y vulnerables
La relatora Ní Aoláin pudo reunirse con los 30 detenidos en el centro, evaluando sus condiciones de vida.
La población de detenidos que sigue ahí, debe ser tratada con humanidad y respeto
de su propia dignidad. Incluso para los detenidos de Guantánamo se aplica el
derecho humanitario internacional
Hoy, cada área del campo de detención tiene techo, servicios de higiene, comedores, estructuras,
actividades recreativas y para rezos comunitarios, según los estándares
requeridos por el derecho internacional.
Sin embargo, la relatora reporta algunas carencias estructurales evidentes, las cuales dejan vulnerables a los
detenidos a las violaciones de derechos humanos. Pero lo que, en particular, le
preocupó a Ní Aoláin, es “la arbitrariedad, confusión y la incorencia
que regula los procedimientos atenuados en los campos”.
La falta de una adecuada preparación y de un monitoreo de los guardias, lleva a la propención de la
arbitrariedad, y, en consecuencia, al abuso de los derechos humanos.
Parte de los guardias que hoy trabajan en el centro de detención, entre otras cosas, son agentes unidos, de
distintos modos, al pasado de Guantánamo, y por lo tanto, alimentan el estado
de ansiedad, miedo y desesperación de los detenidos. Además del hecho de
que ninguno de ellos recibió jamás algún tipo de tratamiento de rehabilitación
física o psicológica.
Para muchos de ellos, la línea que separa el pasado del presente es muy sutil.
Para algunos, inexistente. Su pasado de tortura convive con ellos en el
presente y no logran ver un fin a todo esto.
Guantánamo hoy: violaciones de derechos humanos
Como especifica la relatora, el gobierno de Estados Unidos es llamado a respetar sus obligaciones de
investigación y reparación con respecto a los hechos en Guantánamo.
El gobierno tiene la obligación constante de llevar a término profundas investigaciones, independientes y
eficientes sobre las supuestas violaciones.
Sancionar a los responsables, proporcionar una reparación adecuada y una asistencia para las víctimas y
adoptar garantías de no repetición (las medidas legislativas, administrativas,
judiciales i de otro tipo) para prevenir y castigar tales violaciones en un
futuro.
Sin embargo, todavía el día de hoy, los 30 detenidos en Guantánamo son víctimas de
tratamientos crueles, inhumanos y degradantes.
Para el transporte de detenidos (durante los encuentros con los abogados, llamadas con familiares, visitas
médicas y otros procedimientos) se utilizan enstrumentos de restricción como grilletes o cadenas.
Estos, según la ONU, deben ser utilizados únicamente en circunstancias excepcionales, porque producen estrés
psicológico reforzando la sensación de impotencia y sumisión.
También las medias disciplinarias como el confinamiento en solitario o la extracción forzada
de las celdas, continúan efectuándose. Por lo tanto infringe una elevada pena
psicológico a los detenidos, en el sentido que recuerda la tortura sufrida en
el pasado y regresa a la mente experiencias traumáticas.
Los guardias no identifican a los detenidos con su nombre, sino con el número de serie. Es una
práctica que afecta la autoestima y la dignidad de las personas, especialmente
en un contexto con el campo de detención.
Además, los detenidos son sujetos a una constante supervisión visual, considerada excesiva y
humillante. Sobre todo en el caso de los detenidos que están encarcelados sin
haber sido jamás acusados.
Ellos, de hecho, son víctimas de graves violaciones legales y no les es dado el acceso garantizado a
herramientas para un proceso justo.
Esto, en la gran parte de los casos, lleva a la “privación arbitraria de la libertad”.
Guantánamo es un capítulo todavía abierto
Después de cuatro días de observación, la relatora de la ONU Ní Aoláin reconoció que Guantánamo ya no es
el centro de tortura institucionalizada que era en el pasado. También valoró las mejorías realiadas en ambito
material y los pasos que se dan hacia el cierre del campo.
Sin embargo, ha constatado graves condiciones físicas y psicológicas de los detenidos, la poca preparación
de los guardias y la presencia de trato inhumano y degradante.
Concluyó, por lo tanto, que todavía hoy, la detención en el centro de detención de Guantánamo representa tortura.
La suma de todos los factores equivale, sin duda alguna, a un tratamiento cruel,
inhumano y degradante y puede constituir el equivalente a la tortura
El trabajo por hacerse es todavía mucho.
Los Estados Unidos tienen el deber de cerrar lo antes posible el centro de detención, con la tranferencia o
liberación de los detenidos.
Además, debe garantizar los tratamientos de rehabilitación y el respeto de los derechos humanos, el
cumplimiento con los estándares internacionales.
Pero el gobierno tambén tiene la obligación de investigar eventos ocurridos en la prisión, individualizar a los
culpables y entregarlos a la justicia, garantizando, que entonces, una
situación del género no vuelva a suceder.
Hasta que eso no pase, lo de Guantánamo seguirá siendo un capítulo abierto.
El gobierno de los Estados Unidos tiene la oblicación continua de asegurar
responsabilidad, reaprar completamente las heridas causadas y ofrecer garantías
adecuadas de no repetición por la violencia cometida después del 11 de
septiembre.
El mundo no ha y no ha querido olvidar.
Sin responsabilidad no se puede ir más allá de Guantánamo.
Giulia Calvani
Fuente: https://www.ultimavoce.it/guantanamo-oggi-la-tortura-non-e-mai-finita/
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|