En discurso sobre seguridad nacional dice que limitará los asesinatos con
drones
La guerra contra el terror no será eterna,
promete Obama
Revive el jefe de la Casa Blanca su intento por clausurar el centro de
detención de Guantánamo
David Brooks Corresponsal Periódico La Jornada Viernes 24 de mayo de
2013, p. 24
Nueva York, 23 de mayo.
La guerra contra el terror no será interminable, y será librada de una forma
más limitada, incluido el programa de asesinato internacional con aeronaves de
control remoto (drones), afirmó el presidente Barack Obama en su primer
discurso sobre seguridad nacional de su segundo periodo, en el cual también
reinició su fallido intento por clausurar el centro de detención en
Guantánamo.
Nuestro esfuerzo sistemático para desmantelar las organizaciones terroristas
debe continuar. Pero esta guerra, como todas las guerras, tiene que concluir.
Eso es lo que aconseja la historia. Es lo que nuestra democracia demanda,
declaró.
Con ello, intentó marcar un giro en la visión estratégica inaugurada con la
respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001: “Más allá de Afganistán,
tenemos que definir nuestro esfuerzo no como un ‘guerra global sobre el terror’
sin límites, sino más bien como una serie de esfuerzos persistentes y enfocados
en desmantelar redes específicas de extremistas violentos que amenazan a Estados
Unidos”.
Obama indicó: “ni yo, ni cualquier presidente, puede prometer la derrota
total del terror… Lo que sí podemos hacer... tenemos que hacer, es desmantelar
redes que representan un peligro directo, y hacer menos probable que nuevos
grupos se establezcan, todo manteniendo las libertades e ideales que
defendemos”.
Solicitó al Congreso reformular la Autorización para el uso de Fuerza Militar
aprobada tres días después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, para
reflejar el cambio estratégico en la próxima fase de la guerra contra el terror
y evitar así que Estados Unidos esté en un estado de guerra perpetuo.
Justificando los ataques con drones en varios países que ha sido
elemento central en su doctrina de guerra desde su llegada a la Casa Blanca, el
presidente dijo que habían sido un instrumento clave en el desmantelamiento de
redes terroristas, sobre todo Al Qaeda. Reconoció que igual que en conflictos
armados en el pasado, esta nueva tecnología provoca preguntas profundas sobre
quién es el objetivo y por qué; sobre bajas civiles y el riesgo de crear nuevos
enemigos; sobre la legalidad de tales ataques bajo la ley estadounidense e
internacional; sobre el rendimiento de cuentas y la moralidad.
Pero insistió en que los ataques habían salvado vidas al anular complots
terroristas, y que son parte de una guerra justa; una guerra sostenida de manera
proporcional, de último recurso, y en autodefensa contra una organización cuyo
propósito es matar tantos estadounidenses como sea posible. También se refirió
al debate sobre la legalidad de asesinar a estadounidenses en este conflicto (el
miércoles, el gobierno reconoció por primera vez que cuatro estadounidenses han
sido abatidos en ataques con drones).
Sin embargo, anunció que estas operaciones serían más limitadas en el futuro,
estableciendo normas más altas sobre la selección de objetivos y evitando las
muertes civiles. Con todo, el programa continuará clasificado, aunque el
comandante en jefe indicó que habrá mayor supervisión del Congreso.
A la vez, Obama resucitó su esfuerzo por clausurar el centro de detenciones
en Guantánamo, solicitando al Congreso que anule las restricciones que
obstaculizaron el cumplimiento de su promesa en 2009 de cerrar esa cárcel dentro
de un año, y anunció medidas para reducir aún más la población encarcelada
(actualmente hay 166 reos). Afirmó que no hay ninguna justificación más que un
juego político para prevenir que cerremos una instalación que jamás debería
haberse abierto.
Activista de Código Rosa, coalición de agrupaciones femeniles contra la
guerra, al increpar al jefe de la Casa Blanca Foto
Reuters |
En su discurso presentado en la Universidad de Defensa Nacional en
Washington, Obama abordó de nuevo la tensión entre la seguridad nacional y las
libertades civiles. En torno a la reciente revelación de que el Departamento de
Justicia de su gobierno había obtenido secretamente los récords de llamadas
telefónicas de periodistas de la Associated Press como parte de una
investigación sobre filtraciones de supuesta información oficial secreta –hecho
que detonó feroces protestas de los directores de la agencia de noticias más
grande del país, así como de otros medios–, Obama justificó la necesidad de este
tipo de esfuerzos.
A la vez, afirmó que una prensa libre es esencial para nuestra democracia...
Estoy preocupado por la posibilidad de que las investigaciones sobre
filtraciones pudieran congelar el periodismo de investigación que obliga a que
los gobiernos rindan cuentas, y subrayó: los periodistas no deben estar en
riesgo legal por hacer su labor.
Informó que ordenó al procurador general Eric Holder realizar una evaluación
de los procedimientos sobre investigaciones que involucran a periodistas, y que
Holder se reunirá con directores de medios para escuchar sus preocupaciones.
Pero para muchos críticos, simplemente mencionar que estas políticas de la
guerra antiterrorista provocan interrogantes o que hay intenciones para hacer
todo de manera más cuidadosa y transparente, no es suficiente.
Esta semana intelectuales, artistas y figuras políticas exigieron el cierre
inmediato de Guantánamo y el fin de las detenciones indefinidas, así como el
programas de Noam Chomsky, Alice Walker, Michael Moore, Oliver Stone, Junot
Díaz, Eve Ensler, John Cusack, Tom Morello, Moby, Daniel Ellsberg, Bianca
Jagger, Cornel West y el ex secretario general asistente de la ONU Denis
Halliday están entre cientos que emitieron un llamado a Obama, organizado por El
Mundo no Puede Esperar, en demanda de que se resuelva la situación de los reos,
y el fin a la detención indefinida sin cargos para los demás, antes de que
pierdan la vida.
La declaración conjunta denuncia que Guantánamo forma parte de una serie de
crímenes de guerra y violaciones de derechos fundamentales, y rechaza los
argumentos de Obama de que tiene la autoridad ejecutiva para los asesinatos y la
detención infinita. Libertades civiles fundamentales han sido evisceradas. A
nombre de seguridad, temor o venganza, a los presidentes estadounidenses no se
les puede permitir arrogarse el poder de ser juez, jurado y ejecutor.
Por su lado, el Centro de Derechos Constitucionales (CCR) en Nueva York,
cuyos abogados representan algunos de los reos en Guantánamo, reporta que la
mayoría de los reclusos han entrado al tercer mes de huelga de hambre. La
liberación de 86 de los 166 ya ha sido autorizada pero permanecen ahí. El
gobierno ha anunciado que no presentará cargos contra 46 individuos, aunque son
demasiado peligrosos para liberar, algo que también viola las leyes de guerra.
Varios reos más han sido sometidos a aislamiento hasta por 22 o 24 horas y a
revisiones físicas degradantes, que podrían violar las Convenciones de
Ginebra.
Mientras, tanto el CCR como la Unión Americana de Libertades Civiles
cuestionan la legalidad bajo leyes nacionales e internacionales del programa de
asesinato con drones.
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