Barack "Mataría por un premio de la paz"
Obama
William Blum CounterPunch 3 de abril de 2011
Traducido por S. Seguí
¿Alguien lleva la cuenta?
Yo sí. Libia hace el número seis.
Seis son los países a los que Barack Obama ha hecho la guerra en sus 26 meses
en el cargo. (A aquellos que niegan que lanzar bombas sobre un territorio
poblado es un acto de guerra, me gustaría preguntarles qué piensan del
bombardeo japonés de Pearl Harbor.)
El primer presidente negro de Estados Unidos invade ahora África.
¿Hay alguien que todavía piensa que Barack Obama es una mejora sobre George
W. Bush?
Probablemente dos tipos siguen pensando así: 1) aquellos a los que el color
importa mucho, 2) aquellos a los que impresiona la capacidad de juntar frases
gramaticalmente correctas.
Ciertamente, si no es así no puede tener mucho que ver con el intelecto o la
inteligencia. Obama ha dicho muchas cosas que si las hubiera dicho Bush habrían
provocado miradas de incredulidad, risitas y artículos sarcásticos en las
columnas y las emisiones de los principales medios de comunicación. Como cuando
el presidente ha afirmado, en repetidas ocasiones, cuando le presionan para
llevar a Bush y Cheney ante la justicia por crímenes de guerra, aquello de:
“prefiero mirar hacia adelante y no hacia atrás". Imagínense a un acusado que le
pide al juez ser declarado inocente basándose en este razonamiento. Es una
afirmación que convierte las leyes, su cumplimiento, los delitos, la justicia y
los hechos en algo irrelevante.
También tenemos la excusa dada por Obama para no enjuiciar a los involucrados
en la tortura: cumplían órdenes. ¿Acaso este hombre tan educado no ha oído
hablar de los procesos de Nuremberg, donde se rechazó sumariamente esta línea de
defensa? Para siempre, se pensó entonces.
Apenas 18 días antes del derrame de petróleo del Golfo de México, Obama dijo:
"Y, por cierto, resulta que las plataformas petroleras de hoy por lo general no
provocan derrames; son muy avanzadas, tecnológicamente." (Washington Post,
27.5.2010) Imagen a George W. diciendo esto, y la reacción posterior.
"Todas las fuerzas que estamos viendo actuando en Egipto son fuerzas que,
naturalmente, deberían estar alineadas con nosotros, deberían estar alineadas
con Israel", dijo Obama a principios de marzo. Imagínese si Bush hubiera dado a
entender que los manifestantes árabes que se manifestaban en Egipto contra un
hombre que recibía miles de millones en ayuda de EE.UU., incluidos los medios
para reprimir y torturarlos, debería "naturalmente" alinearse con los Estados
Unidos y –Dios nos ayude– Israel.
Una semana después, el 10 de marzo, el portavoz del Departamento de Estado,
P.J. Crowley, dijo en un foro en Cambridge, Massachusetts, que el tratamiento
que se está dando al héroe de Wikileaks, Bradley Manning, por el Departamento de
Defensa en una prisión de Marina era "ridículo, contraproducente y estúpido." Al
día siguiente nuestro "inteligente" presidente se le preguntó sobre el
comentario hecho por Crowley. Y la Gran Esperanza Negra respondió: "En realidad,
he preguntado al Pentágono si los procedimientos que se han adoptado para su
confinamiento son adecuados y cumplen con nuestros estándares básicos. Ellos me
han asegurado que sí, en los dos casos.”
De acuerdo, George… quiero decir, Barack. Bush debería haber preguntado a
Donald Rumsfeld si alguien sometido a custodia por EE.UU. estaba siendo
torturado en algún lugar del mundo. A continuación, podría haber celebrado una
conferencia de prensa, al igual que hizo Obama, para anunciar la buena nueva:
"¡Nada de tortura por parte de Estados Unidos." Todavía estaríamos
riéndonos.
Obama cerró su comentario al periodista con estas palabras: "No puedo entrar
en detalles acerca de algunas de sus preocupaciones, algunos tienen que ver
también con la seguridad del soldado Manning."
Ah, sí, por supuesto, Manning está siendo torturado por su propio bien. Por
favor, que alguien me recuerde si Georgieboy llegó nunca a rebajarse a
usar este absurdo comentario para excusar el infierno carcelario de
Guantánamo.
¿Es que Barack Obama no está preocupado por el insulto a los derechos humanos
de Bradley Manning, el desgaste diario de la estabilidad mental de este joven
valiente?
La respuesta a la pregunta es No. El presidente no se molesta por
estas cosas.
¿Que cómo lo puedo saber? Porque Barack Obama no se molesta por nada mientras
pueda seguir regocijándose de ser el presidente de los Estados Unidos, comer sus
hamburguesas y jugar su baloncesto. Permítanme repetir una vez más lo que ya
escribí en mayo de 2009:
“El problema, me temo cada vez más, es que este hombre en realidad no cree
firmemente en nada, y por supuesto no tiene opinión en temas espinosos. Aprendió
hace mucho tiempo a tomar posturas fuera de toda controversia, a expresar
opiniones sin tomar claramente partido, a hablar con elocuencia sin decir nada,
a dejar las cabezas de sus oyentes llenas de agitados tópicos, lugares comunes y
consignas. Y funcionó. ¡ Y cómo! ¿Qué podría pasar ahora, después de haber
llegado a la presidencia de los Estados Unidos, para inducirlo a cambiar de
estilo?
Recuerdo que en su libro The Audacity of Hope, Obama escribió: "Sirvo
de pantalla en blanco sobre la cual personas de tendencias políticas muy
diferentes proyectan sus propios puntos de vista."
Obama es un producto de marketing. Él es el ejemplo perfecto de los productos
que llevan la etiqueta de "Visto en la televisión."
El escritor Sam Smith escribió recientemente que Obama es el presidente
demócrata más conservador que hemos tenido: "En otra época lo hubieran llamado
republicano."
De hecho, si John McCain hubiera ganado las elecciones de 2008, y luego
hubiera todo lo que Obama ha hecho, exactamente de la misma manera, los
liberales estarían horrorizados por tales políticas.
Creo que Barack Obama es una de las peores cosas que le ha pasado a la
izquierda estadounidense. Los millones de jóvenes que lo apoyaban con júbilo en
2008, y numerosos partidarios de más edad necesitará un largo período de
recuperación antes de que estar listos para ofrecer una vez más su idealismo y
su pasión en aras del activismo político.
Si a usted no le gusta cómo han salido las cosas, la próxima vez averigüe qué
quiere decir exactamente su candidato cuando habla de "cambio".
William Blum es el autor de Killing Hope: U.S. Military and CIA Interventions Since World War
II, Rogue State: a guide to the World's Only Super Power. y West-Bloc Dissident: a Cold War Political Memoir y es miembro
de la junta asesora de War Criminals
Watch.
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