Estudiantes de DePaul
demandan la destitución del decano de la tortura
Jay Becker | 21 de septiembre 2015
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 19 de octobre de 2015
El papel de los miembros de la Asociación Americana de Psicología (APA) en facilitar, excusar y encubrir la tortura
cometida por la CIA y el Departamento de Defensa (DoD) en Guantánamo fue confirmado
en detalle hace tres meses con la publicación del Informe Hoffman, el cual
investiga acusaciones desde hace mucho tiempo contra el liderazgo de la APA. Un nombre que salió en
ese informe más de 200 veces: Dr. Gerald P. Koocher, decano de la Facultad de
Ciencia y Salud de la Universidad DePaul, en Chicago.
Arriba, una foto del decano Koocher que salió en el Chicago Monitor.
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Steven H. Miles, profesor de Medicina de la Universidad de Minnesota, autor de
“Oath Betrayed: America’s Torture Doctors" [Juramento
traicionado: Los médicos de la tortura de Estados Unidos], y un líder de la
lucha dentro de la APA por prohibir que sus miembros participen en la tortura,
describió el papel que desempeñó Koocher como presidente de la APA, de 2005 a 2007,
en un comentario para el periódico universitario: "El Dr.
Koocher era central en la colusión entre la APA y el DoD. Propuso formar el
Grupo de Trabajo de la APA y desempeñó un papel de liderazgo en aras de
asegurar que el Departamento de Defensa dominara en la composición, el
pensamiento, las conclusiones y los procesos del mismo. Tomó posiciones
agresivas y hostiles para marginar y restarle poder a la minoría que no representaba
al DoD. Trató de impedir que ese comité de una sociedad profesional no
gubernamental tomara notas. Se refirió al jefe de la Asociación Americana de
Psiquiatría como 'un idiota lleno de ruido y furia’ por decir que los psiquiatras
no debían participar en los interrogatorios. En repetidas ocasiones atacó las leyes
internacionales contra la tortura, llamándolos una "distracción" de
la orientación ética. Le dijo al grupo de trabajo que no tenía "ningún interés
en enmarañar a la APA en los tratados nebulosos, débiles, contradictorios y confusos
que conforman el ‘derecho internacional’". El objetivo de esa colaboración
entre la APA y el DoD era complacer y proteger a los psicólogos, cuyo cliente
principal llegó a ser los interrogadores, y no los presos, el 80% de los cuales
eran inocentes o ignorantes.
Ahora la Universidad DePaul está bajo creciente presión, en gran parte de sus propios
estudiantes, para destituir a Koocher. Jack O'Brien, un estudiante de psicología en la
Universidad DePaul, ha iniciado una petición en línea
que exige el despido de Koocher, y ha reunido cerca de 400 firmas en cinco días. El reportero y estudiante
Brenden Moore investiga el caso para DePaulia,
el periódico universitario. La administración solo ha
dicho públicamente que la respuesta de Koocher al Informe Hoffman fue
"reflexiva", pero lo ha apoyado e incluso lo nombró a un importante comité de búsqueda académica
después de que estallara el escándalo. Sin embargo, el nombramiento provocó tan gran escándalo entre el profesorado que
Koocher se vio obligado a renunciar el cargo. La disconformidad dentro
de la Universidad ha crecido hasta el punto de que Koocher se vio obligado a
celebrar una sesión de preguntas solo para el cuerpo docente el lunes, 21 de
septiembre.
Hay muestras de desaprobación en otros sectores, como el tibio editorial del Chicago Sun-Times
que meramente cuestionó la respuesta de Koocher al Informe Hoffman. El Sun-Times también publicó un artículo de
opinión de la ex directora de la Oficina Regional del
Medio Oeste de Amnistía Internacional, que es también una ex-alumna de DePaul, en
que ella pidió que la Universidad "haga que Koocher rinda cuentas".
El 19 de septiembre, el Chicago Monitor publicó los primeros
informes más sustanciales sobre el papel de Koocher en el APA y la creciente oposición a su nombramiento.
Importa mucho si se permite o no que Koocher mantenga su posición de autoridad en una importante universidad
católica. Al igual que otros dirigentes de la APA que coludían con la CIA y el Departamento de Defensa en la
tortura de hombres inocentes en Guantánamo, Koocher dice que "no sabía"
que se aplicaba la tortura allí, lo que recuerda a los "buenos
alemanes" que afirmaron no saber lo que se hacía a los judíos cuando se
los llevaba en redadas. Se enseña a los estadounidenses a conformarse con crímenes
como la tortura, la detención preventiva, y la muerte masiva de civiles en
guerras y ocupaciones, todo en el nombre de "nuestra seguridad", como
señaló una carta al
periódico Revolución sobre el Informe Hoffman. El silencio frente a estos
torturadores en el mundo académico es complicidad, y es muy alentador e
importante que algunos estudiantes se niegan a aceptarlo. Es casi
seguro que se requerirán muchas voces más y protestas mucho más enérgicas para hacer que se despida a
Koocher, pero el ejemplo de unos pocos puede inspirar la acción de muchos.
Póngase en contacto con El Mundo No Puede Esperar, capítulo de Chicago: Chicago en
worldcantwait.net.
Vea: (en inglés)
Rueda de prensa: Vincentians contra a la tortura
1 de octubre de 2015
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