worldcantwait.org
ESPAÑOL

Español
English-LA
National World Can't Wait

Pancartas, volantes

Temas

Se alzan las voces

Noticias e infamias

De los organizadores

Sobre nosotros

Declaración
de
misión

21 de agosto de 2015

El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


Invitación a traducir al español
(Nuevo)
03-15-11

"¿Por qué hacer una donación a El Mundo No Puede Esperar?"

"Lo que la gente esta diciendo sobre El Mundo No Puede Esperar


Gira:
¡NO SOMOS TUS SOLDADOS!


Leer más....


Adviento subversivo para un mundo mejor

A la memoria histórica de Dennis de León, amigo y compañero, quien siempre nos dijo con acciones una manera de hacer un mundo mejor.

Hoy es el cuarto domingo de Adviento —tradición Cristiana— en donde celebramos la creencia que es posible la creación de un mundo mejor.

De frente a esta realidad de un mundo diferente pero mejor, tengo que reconocer que no tengo la menor duda de que la maldad existe y la misma tiende a manifestarse en nuestro diario vivir de diferentes maneras.

En nuestros medios existen personas y estructuras, las cuales están poseídas por los demonios de la egolatría, el individualismo, el narcisismo y el materialismo, por sólo mencionar algunos. Algo así como lo que George W. Bush hacia, y ahora Barack Obama continúa haciendo, en su genocidio contra el pueblo iraquí y afgano.

La narrativa bíblica del Evangelio de Marcos, nos dice que el compañero y hermano Jesús le hizo frente, con autoridad, a la maldad manifestada en un ser humano. En nuestro Adviento subversivo somos llamados a confrontar con autoridad toda clase de maldad que atenta contra la preservación de la humanidad, sea esta a un nivel personal o a uno estructural.

Cuando nos emprendemos en este Adviento subversivo, es necesario tener muy claro, por un lado, que no se busca privilegios; de lo contrario, pasa a ser un negocio en el que revendemos lo que se supone sean derechos inalienables de todo ser humano: la libertad y la felicidad.

Este asunto ha provocado división en las prácticas de movimientos de liberación, ya sean culturales, políticos, religiosos, de género, sociales, etc. Una pregunta diabólica, que mancha y contamina cualquier proceso de emancipación, es la siguiente; ¿qué beneficios me tocan a mí en todo esto?

Por otro lado, y sin sonar vacilante, me parece que también es posible que, si reorientamos y reorganizamos la adquisición de esos beneficios, pudiéramos encontrarles mayor cabida dentro de la emancipación.

Por ejemplo, ¿Qué tal si en vez de buscar beneficios personales, como la compensación monetaria y el reconocimiento social, buscamos los beneficios comunitarios?

O sea, socialicemos los beneficios a tal grado que, al saber que personas o estructuras han sido emancipadas, me produce una satisfacción personal.

Véalo en esta narrativa bíblica del Evangelio de Marcos (1:23-26): En una ocasión se encontraba en esta sinagoga un hombre que estaba en poder de un espíritu malo. Y se puso a gritar: ¿Qué quieres de nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a derrocarnos? Yo te he reconocido. Tú eres el Santo de Dios. Jesús le hizo frente con autoridad: ¡Cállate y sal de ese hombre!

Por otro lado, no tengo la menor duda de que el sacrificio es necesario. Esto es como un deber divino.

Ahora bien, y aquí es que está la solución al problema —me parece a mí—, si el sacrificio personal no tiene la capacidad de transformarse en un deber colectivo que produzca satisfacción personal, entonces se transforma en enojo y llega hasta el extremo de dirigir esos sentimientos negativos y de frustración hacia uno mismo y/o hacia la colectividad.

La integridad, así como el sacrificio personal, son virtudes morales que no debemos perder en ningún momento. Por otro lado, hace mucho tiempo que aprendí de gente muy buena cómo convertir el deber o el sacrificio, en felicidad.

Recordemos siempre: en el Adviento subversivo, la mejor manera de hablar es construyendo la paz con justicia.

Lbarrios@jjay.cuny.edu


 

¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.

 

¡El mundo no puede esperar!

E-mail: espagnol@worldcantwait.net