[Este artículo salió por primera vez en el OR No. 1231 (7 de
marzo de 2004) y lo volvemos a publicar en vista de la importancia del
tema.]
Elecciones, resistencia y revolución
La pirámide del poder Y la lucha por cambiar de base el mundo
by Bob Avakian
Obrero Revolucionario #1237, 25 de abril, 2004, posted at rwor.org
Nota del editor: A continuación publicamos un segmento de la
sesión de preguntas y respuestas de una charla del año pasado de Bob Avakian, el
presidente del PCR. Hemos editado el texto e insertado las notas.
Pregunta: En la charla usted habló de la intervención yanqui en Irak y
la matanza de muchos iraquíes pobres. ¿Le parece probable que el gobierno de
Bush se lance contra otro país, o sea, con fines electorales... a lo mejor
contra un país del "eje del mal"?
Respuesta del presidente Avakian: Posiblemente. Por un lado son una
bola de dementes, pero por otro lado no es tan sencillo, o sea, piensan en un
plano estratégico y cuentan con gente más inteligente que Bush, supongo --que,
claro, no sería gran cosa--, gente que hace un análisis estratégico y a largo
plazo. A muchos les pareció: "Bueno, una vez que terminen con Irak, se lanzarán
contra Irán y Corea del Norte". Pero en realidad tienen una estrategia más
mesurada por ahora: se cuidan de no abarcar demasiado y quedar cortos.
Para ellos Corea del Norte es un problema muy espinoso porque, tenga armas
nucleares o no, lo cierto es que tiene mucha artillería en la frontera con Corea
del Sur, y si Estados Unidos ataca, lo más seguro es que desate un bombardeo
enorme que mate a miles de soldados yanquis y centenares de miles de
surcoreanos. Tienen que pensar muy bien cómo lidiar con esa contradicción y no
precipitarse. De igual modo, atacar a Irán es un asunto serio y mucho más
complejo y difícil que atacar a Irak, un país debilitado por guerra y diez (o
más) años de sanciones económicas. Por todas esas razones, diría que existe la
posibilidad de otra guerra relativamente pronto, pero hay que tener presente que
están analizando la situación en un plano estratégico y con las miras más allá
de las elecciones.
Una de las formas principales en que se están preparando para las elecciones
de 2004 es, curiosamente, lo que están haciendo en el estado de California. No
es que me guste Gray Davis ni mucho menos, ni me importa un pito que lo
destituyan. Pero por otro lado tenemos que analizar todo esto más a fondo y
tomar en cuenta el panorama general. Me parece muy probable que la campaña de
destitución de Gray Davis sea parte de una estrategia de Bush y sus allegados
para ponerse en una posición fuerte para ganar en el estado en las elecciones de
2004 y más allá. Bush ha recaudado, no sé, ¿200 millones de dólares ya para
2004? ¡Está cañón! Otra cosa muy gruesa es que para los allegados de Bush
--bueno, en realidad Bush no es más que una figura decorativa de un grupo que
lleva años en este proyecto--, para ese grupo es completamente ilegítimo que
otro grupo esté en el gobierno. Así vieron a Clinton, por ejemplo (y claro,
Clinton no es un paladín del pueblo ni mucho menos) pero les parecía ilegítimo
aun cuando era presidente; para ellos es ilegítimo que cualquiera que no sea de
su grupo esté en el núcleo del poder. Si atacan a otro país o no, y no lo
descarto, en esta sociedad pasa algo muy grave que hay que analizar. No podemos
ser simplistas si vamos a hacer lo que hay que hacer, sobre todo si vamos a
hacer el tipo de revolución que necesitamos. Tenemos que analizar tendencias que
vienen cobrando fuerza desde hace tiempo.
Es ilustrativo verlo como una pirámide. Arriba está la clase dominante
representada por el Partido Demócrata por un lado y el Partido Republicano por
el otro, que luchan entre sí. Eso es evidente, ¿no? Recordemos las elecciones
presidenciales de 2000, las elecciones más aburridas en mucho tiempo, y de
repente se pusieron interesantísimas y muy intensas, no por lo que dijeron o
dejaron de decir en la campaña sino por lo que pasó (y no pasó) en el conteo. Se
pusieron de relieve las feroces luchas intestinas de la clase dominante.
Volviendo a la pirámide, arriba está la clase dominante y sus representantes
políticos con (aunque esto sea un poco simplista) los demócratas a un lado y los
republicanos al otro. Por décadas, el grupo de Bush y los que él representa han
estado preparando toda una infraestructura, por decirlo así, para encaminar la
sociedad hacia el fascismo cuando sea necesario.
Veamos lo que han hecho con el fundamentalismo religioso. El objetivo es
preparar una base de millones y millones y millones de personas a quienes les
asusta la idea de... ¡pensar! --¡en serio!-- personas que no pueden con la
complejidad de la sociedad moderna y quieren respuestas sencillas y absolutas.
El fundamentalismo religioso se basa en el absolutismo ciego, como las
calcomanías que dicen: "Dios lo dijo, yo lo creo y se acabó". Desde luego, como
señalamos en la charla, lo que "dios dijo" es lo que las autoridades religiosas
reaccionarias humanas dicen que dijo, no simplemente lo que dice la Biblia (que
a final de cuentas la escribieron seres humanos), sino lo que dice la gente de
hoy. Por cierto, esas mismas "autoridades" prefieren ignorar las partes de la
Biblia que no les convienen. No dicen que se debe ejecutar a los hijos que les
pegan a sus padres o se rebelan o les faltan el respeto, ¡pues todo mundo se
daría cuenta de que son una bola de dementes! Pero si interpretan al pie de la
letra las Escrituras, pues deberían proponer eso.
Veamos otro ejemplo de cómo cultivan el fascismo ciego. Los agentes políticos
conscientes, los representantes de la clase dominante, que vienen organizando y
cultivando fuerzas fundamentalistas cristianas tenían un gran problema porque
siempre les han inculcado que "los judíos mataron a Cristo", que son "los
asesinos de Cristo". Como los judíos crucificaron a Cristo, naturalmente los
fundamentalistas les tienen una rabia mortal. Pero los dirigentes
fundamentalistas, no las bases que los siguen ciegamente, sino los altos
dirigentes como Jerry Falwell y Pat Robertson, que tienen conexiones con la
cúpula de la sociedad y el gobierno y son agentes estratégicos del sistema
imperialista y de un sector de la clase dominante, tenían un problema porque
para esta clase dominante (y para ese sector) Israel es sumamente importante y
estratégico en su proyecto mundial.
Esta es una contradicción enorme para los fascistas cristianos: según ellos,
los judíos son los "asesinos de Cristo" y, obviamente, Israel es un país judío,
¡pero tienen que llevar a las bases a apoyar ciegamente a Israel! ¡Chin! ¿Cómo
lo resuelven? ¡Fácil! Diciendo que el Apocalipsis sostiene que la creación y
existencia de Israel es un paso crucial para el santo advenimiento (el regreso
de Jesucristo). O sea que la destrucción de Israel lo retrasaría y ayudaría a
las fuerzas de Satanás (el antiCristo). Entonces, ¡hay que defender a Israel,
cueste lo que cueste! ¡Lógico! Así engatusan a las bases.
Repito, llevan décadas cultivando ese movimiento de masas. De igual modo,
vienen organizando lo que podríamos llamar organizaciones de cuadros:
estructuras y agentes políticos y grupos como "Promise Keepers" (Comprometidos),
un grupo fundamentalista religioso fascista que exhorta al hombre a subordinar a
la esposa, y a la mujer a subordinarse al esposo (con cariño, claro).
Proselitizan con ese punto de vista, ese programa, en toda la sociedad: en el
trabajo, en las ligas de béisbol de los niños y todo lo demás. Llevan décadas
trabajando en todo esto y ahora tienen un movimiento de masas fascista y cuadros
organizados, una estructura de agentes políticos.
Todo esto es muy importante, pero más importante aun es la influencia que
tienen en el mando militar. Por ejemplo, el libro Making the Corps,que
describe el entrenamiento de los infantes de marina, pone de relieve que el alto
mando de las fuerzas armadas se está "politizando" (con una política burguesa
reaccionaria). Un principio básico de las fuerzas militares de este país ha sido
que el ejército no es político, no es una fuerza politizada. No se mete en la
política; obedece la cadena de mando y la Constitución sin meterse en la
política y sin tener propiamente un punto de vista ideológico. Pero en las
últimas décadas, los fundamentalistas cristianos de la derecha han ganado
influencia en el alto mando militar; se ha vuelto muy ideológico y actualmente
se identifica políticamente con el programa y movimiento fascista de la extrema
derecha.*
Viendo este panorama y lo que están organizando y preparando, preguntemos:
los demócratas, como sector de la clase dominante, ¿cómo van a
contrarrestarlo?
O sea, veamos la pirámide con los republicanos aquí (a la derecha) y su base
social de fanáticos religiosos y dementes fundamentalistas. ¿Recuerdan los
problemas que tuvieron en las elecciones presidenciales de 2000 con las balotas
de papel y todo el rollo? En un distrito electoral en el estado de Florida
estaban contando las balotas cuando un grupo de empleados de congresistas
republicanos golpeó a la puerta e hizo parar el conteo. Eso en sí fue muy
grueso, pero simboliza algo mucho más grave: el hecho de que están dispuestos a
movilizar una fuerza fascista si lo creen necesario y de que están dispuestos a
implantar una sociedad religiosa fundamentalista fascista si lo consideran
necesario.
Al otro lado de la pirámide (supuestamente a la izquierda), están los
demócratas. ¿Quiénes son sus bases? No digo que realmente los representan, ¿pero
a quiénes quieren atraer? A la gente progresista y los oprimidos. En realidad el
papel de los demócratas es canalizarlos hacia la corriente tradicional de la
política nacional y confinarlos al marco del proceso electoral burgués y...
canalizarlos nuevamente si es que se alejan o salen de ese marco. Porque a las
bases las elecciones les dan rabia, por las mismas razones que ya señalamos: el
Partido Demócrata habla de gente común, de los pobres, de los que sufren
discriminación, etc., pero siempre los traiciona. Hasta habla de los oprimidos,
pero como en realidad no representa sus intereses fundamentales, los traiciona
una y otra vez. Representa los intereses del sistema y la clase dominante, y
sirve para engatusar a los oprimidos y los descontentos. A todos ellos les dice:
"Vénganse, vénganse. No es tan malo como parece. No olviden que tienen el voto.
Tranquilos. Todo saldrá bien". Para eso sirven los demócratas. Pero tienen mucho
miedo de movilizar a las bases. Las exhortan a votar, pero les infunde pavor que
se salgan a la calle a protestar o luchar contra los derechistas, que están
cobrando fuerza.
Aquí vemos un peligro muy real que existe en este país actualmente: se ha
embarcado hacia un tipo de gobierno burgués mucho más represivo e incluso
fascista.
Pero debemos captar que esto es muy contradictorio. Hay que ver eso. Los
derechistas están empujando la situación más y más hacia la derecha, y los
demócratas apenas plantean unas cuantas objeciones débiles y se instalan en el
"ala izquierda" del programa derechista.
Los demócratas se presentan como "el centro razonable", los que defienden la
Constitución y el imperio de la ley mientras todo va deslizándose más y más
hacia el fascismo. Pero, por otra parte, decenas de millones de personas
detestan el rumbo de la sociedad. Lo vimos después de las elecciones de 2000 y
con la guerra de Irak, y no es simplemente la guerra de Irak, aunque ha sido muy
importante, claro.
A millones y millones y millones de personas les da asco lo que representa
Bush y el camino en que se ha embarcado el grupo que está en el poder; y algo
muy interesante es que dado su papel, los demócratas están prácticamente
paralizados y no ofrecen una alternativa a esos millones de personas
descontentas y furiosas.
En parte las protestas contra la guerra de Irak fueron tan masivas porque
muchos captaron que no tenían alternativa. Los demócratas no les ofrecieron
ninguna alternativa. Recordemos las elecciones de 2002, las elecciones para el
Congreso; fue el momento ideal para el Partido Demócrata si es que de veras
quería oponerse al grupo de Bush y sus preparativos bélicos. Muchísima gente
hubiera votado por los demócratas y prácticamente les estaba rogando oponerse a
la guerra. Pero por todas las razones que venimos señalando, los demócratas
dijeron: "Bueno, no nos gusta el programa de Bush, pero si todo esto llega a una
lucha frontal, ellos movilizarán sus bases de fanáticos y cuentan con el apoyo
de importantes sectores de las fuerzas armadas. En cambio, a nosotros, ¿quiénes
nos van a apoyar? ¡¿Hay quien nos apoye que no tengamos miedo de
movilizar?!".
Los demócratas están paralizados en gran medida, y a eso en parte se debe la
gigantesca movilización de masas contra la guerra de Irak, aun antes de que
comenzara, porque muchos sentían que había que hacer algo. Esperaban que los
líderes demócratas hicieran algo y, cuando no lo hicieron, se lanzaron a la
calle.
Esto es importante en sí y también destaca el potencial positivo para la
revolución. No estoy diciendo que estemos en el umbral de la revolución, pero
pensando en el futuro y en el potencial, algo que lleva a una situación
revolucionaria es que millones y millones de personas piensan que la situación
es intolerable. Quieren que los líderes de la sociedad hagan algo, que los
dirijan, pero estos no quieren hacerlo. ¿A quiénes recurren entonces? A los que
están dispuestos y decididos a dirigirlos y a hacer algo de a de veras. Esta
situación encierra grandes peligros, pero el otro lado de la contradicción es
que encierra mucho potencial positivo para la lucha actual y para hacer la
revolución conforme se vayan desenvolviendo la situación.
Fíjense cómo manipulan la farsa electoral. Un circo de candidatos demócratas
recorre el país actualmente pero, curiosamente, según afirma la revista
Time , Al Sharpton es básicamente un candidato ilegítimo porque no existe
la menor posibilidad de que lo elijan presidente y tiene mucha cola que le pisa,
el asunto de Tawana Brawley** y todo.
Pero, ¡qué raro!, dice Time , que en los debates entre los candidatos,
Sharpton recibe la respuesta más favorable, con la excepción de Howard Dean,
pues son los únicos que siquiera dan la apariencia de hablar de algo que le
importa al pueblo, que le llega. Sean cuales sean las intenciones de Sharpton,
el papel objetivo de gente como él (y aun más en el caso de Howard Dean) es
atraer nuevamente a los descontentos, los que tienen mucha rabia y sienten que
los demócratas los han traicionado, atraerlos nuevamente al proceso electoral:
"Regresen porque se avecinan las elecciones primarias; voten por su candidato.
Tenemos un lugar para usted". ¿Y qué pasa? Su candidato no gana la nominación,
pero ya que están coqueteando con el proceso electoral, les dicen: "Pero,
¿quieren que otra vez gane Bush?". Bueno, su candidato no ganó y quedamos con el
mamón Dick Gephardt como candidato demócrata,*** pero es mejor que Bush, ¿que no?
Como consecuencia, toda esa gente se paraliza políticamente porque la han
canalizado nuevamente a una esfera en que no puede hacer nada que valga la pena.
Van a jalar a esa enorme masa de gente, a decenas de millones de personas que
sienten un profundo repudio por lo que pasa ahora. ¿Volverán al redil del
sistema político o se lanzarán a los movimientos de resistencia?
No por eso quiero decir que debemos deslindar campos con los que piensan
votar en las elecciones presidenciales. Eso sería muy tonto. Muchísimas personas
votarán por los demócratas y muchos lo harán sabiendo que no van a lograr gran
cosa. Nos corresponde ayudarlos a elevar la conciencia, unirnos con la oposición
y repudio al rumbo de la sociedad y movilizarlos, porque se comprobará una y
otra vez que los demócratas no los llevarán a luchar contra todo eso. Esto
requiere cierta sabiduría, cierta madurez, cierta flexibilidad. Tenemos que
analizar esto en toda su complejidad, aplicar la dialéctica y examinar las
contradicciones, su movimiento y desarrollo a fin de forjar un pujante
movimiento que de veras lleve hacia la revolución.
*****
En un mundo de profundas divisiones de clase y grandes
desigualdades sociales, no tiene caso hablar de la "democracia" sin señalar su
carácter de clase y a qué clase beneficia. Es más, mientras exista la
sociedad dividida en clases no puede haber "democracia para todos": dominará una
clase u otra, y la clase que gobierna defenderá el tipo de democracia que
concuerde con sus intereses y metas. Por eso, debemos preguntar: ¿ qué
clase dominará y si su gobierno, y sistema de democracia, sirve para
continuar las divisiones de clase, y las relaciones de explotación,
opresión y desigualdad que corresponden a ellas, o lleva a abolirlas
? _______________________________ NOTAS:
* Nota de Bob Avakian: Otro aspecto
importante es que en las últimas décadas, la Suprema Corte también está más y
más dominada por gente que se "identifica políticamente con el programa fascista
de la extrema derecha".
[Regrese al artículo]
** En noviembre de 1987 encontraron a
Tawana Brawley, de 15 años, semiconsciente y en una bolsa de basura, en el
estado de Nueva York. Desapareció cuatro días antes. Tenía agujeros en la blusa
y los pantalones, y estaba cubierta de excremento de perro. Le cortaron pedazos
del pelo y escribieron insultos raciales en el estómago. Ella dijo que la
secuestró y violó una bola de blancos, entre ellos unos policías. Lo que le pasó
causó mucha indignación, pero las autoridades le echaron la culpa a Tawana, a
sus asesores y a sus partidarios. En vez de ayudarla, el sistema la castigó y
atacó a los que la apoyaban. Más de 10 años después, un tribunal rechazó las
afirmaciones de sus asesores, entre ellos Sharpton, en una demanda entablada por
uno de los que Tawana acusó, un fiscal.
[Regrese al artículo]
*** Nota de Bob Avakian: Dennis Kucinich
es otro que "da la apariencia de hablar de algo que le importa al pueblo",
aunque desde el comienzo fue claro que ni Kucinich ni Sharpton tenían ninguna
posibilidad de ganar la nominación, y aunque a Dick Gephardt, mencionado aquí
como el tipo de candidato que ganará la nominación, le fue muy mal y se retiró,
el argumento básico es correcto. O sea, el candidato que escoge el Partido
Demócrata será alguien que desde el comienzo fue "aceptable" para la corriente
dominante de la política burguesa (con sus criterios cada vez más estrechos y
derechistas) o que en todo caso irá definiéndose así antes de las elecciones
generales. Este es un patrón que se repite una y otra vez, una técnica
comprobada para atraer y después chingar y traicionar a millones de personas
descontentas, a quienes les inculcan la noción de que para los que quieren un
cambio, no hay otra alternativa que el Partido Demócrata.
[Regrese al artículo]
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