ASESINATOS SELECTIVOS: INTENTOS RECIENTES DE LOS
ESTADOS UNIDOS DE CREAR UN MARCO JURÍDICO
Christine Gray
revistaladi.com.ar
Publicado en: Número 1 | 10 de noviembre de 2014
El aumento significativo en el número de asesinatos
selectivos que Estados Unidos ha cometido bajo la presidencia de Obama ha
llevado a una mayor demanda de transparencia en la justificación de este
controversial uso de la fuerza. En respuesta, varios miembros del gobierno han dado recientemente diversos
discursos sobre las reglas jurídicas que gobiernan los asesinatos selectivos.
Este artículo analiza estos discursos e identifica algunas de las preguntas
claves que han dejado sin responder. Estas preguntas incluyen la naturaleza de
la relación entre Al-Qaeda y sus “asociados” y las conexiones de varios grupos
terroristas, si alguna, con los ataques terroristas del 11 de septiembre, la
categorización de blancos legítimos, el rol de la CIA, el significado y el
ámbito de aplicación del término “inminencia” y el establecimiento y la
importancia del consentimiento del estado huésped. [*]
La legalidad de los asesinatos selectivos es un asunto
jurídico actual y controversial no sólo para Estados Unidos, sino también
para sus aliados.[1] En el Reino Unido, el caso Noor Khan se encuentra actualmente pendiente
frente a los tribunales.[2] Este caso fue llevado a la justicia por el hijo de
un hombre que fue asesinado por el ataque de un vehículo aéreo no tripulado estadounidense
en Pakistán en 2011. El caso plantea una cuestión de hecho clave: ¿proporcionó
el Reino Unido inteligencia a Estados Unidos en relación con los asesinatos
selectivos en Pakistán? El demandante busca una sentencia que declare que esto
sería ilegal porque es una asistencia al homicidio o crímenes de guerra o
crímenes de lesa humanidad. Esto plantea un dilema interesante para el Reino
Unido porque su posición pública ha sido siempre contraria a la legalidad de
los asesinatos selectivos, no sólo antes de los ataques terroristas del 11 de septiembre,
sino también subsiguientemente.
En 1988, el Reino Unido expresó su posición sobre este
asunto en el debate que tuvo lugar en el Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas tras un asesinato selectivo en Israel. Israel he llevado adelante
una operación comando en la sede de la Organización de Liberación de Palestina
en Túnez, una operación para matar a Abu Jihad, uno de los fundadores de Fatah.
En el debate, el Reino Unido condenó el terrorismo, “incluso tales actos de
asesinatos políticos”.[3] El propio Consejo de Seguridad condenó las acciones
de Israel como una agresión en la Resolución 611 (14-0-1-USA). Esta es un respuesta particularmente llamativa dada la poca
frecuencia con la que el Consejo de Seguridad considera que ciertos hechos
constituyen actos de agresión.[4]
En 2004, después de los ataques terroristas del 11 de
septiembre y después de que el Presidente George W. Bush proclamara la “guerra
global contra el terror”, el Reino Unido reafirmó su posición contra los
asesinatos selectivos en dos reuniones más del Consejo de Seguridad. Su
posición, al menos en relación con los asesinatos selectivos en manos de Israel, se
mantuvo firme. En el Consejo de Seguridad, el Reino Unido dijo que dos
asesinatos selectivos puntuales de líderes de Hamas en Gaza en manos de Israel
eran “asesinatos extra-judiciales” y, por lo tanto, “ilegales y
contra-productivos”.[5] El Reino Unido también sostuvo la posición según la
cual los asesinatos selectivos son contrarios al derecho internacional en una
respuesta escrita dada por el ministro de la Foreing and Commonwealth Office (FCO)
en el Parlamento.[6] Sin embargo, no realizó ninguna declaración pública sobre
la legalidad del asesinato de Osama bin Laden en 2011. Debe haber estado de
acuerdo con la cuidadosamente redactada declaración presidencial del Consejo de
Seguridad sobre este punto. El Consejo de Seguridad “[r]ecuerda sus
resoluciones en relación con Osama bin Laden y su condena a la red de
Al-Qaeda[7] y otros grupos terroristas asociados para los múltiples criminales
actos terroristas”. También recordó los atroces actos terroristas del 11 de septiembre.
Al respecto, el Consejo de Seguridad da la bienvenida a la
noticia del primero de mayo de 2011 de que Osama bin Laden nunca volverá a perpetrar estos
actos de terrorismo… El Consejo de Seguridad reconoce este avance crítico y
otros logros realizados en la pelea contra el terrorismo… El Consejo de
Seguridad reafirma que los estados miembro deben asegurar que cualquier medida
tomada para combatir el terrorismo cumplan con todas sus obligaciones bajo el
derecho internacional, en particular con derechos humanos internacionales y el
derecho humanitario y de refugiados.[8]
Esta declaración no hace una crítica a los Estados Unidos,
pero tampoco afirma expresamente o reconoce la legalidad del asesinato y
reafirma la necesidad de cumplir con los derechos humanos y el derecho
humanitario en el combate contra el terrorismo.
Además, los asesinatos selectivos son un tema de actualidad
por la continua controversia sobre el uso de vehículos aéreos no tripulados en
la guerra. Los vehículos aéreos no tripulados son solo un mecanismo para
cometer asesinatos selectivos y existe un debate relacionado, pero diferente,
sobre las cuestiones jurídicas involucradas en su uso. El reciente
estudio crítico realizado por las universidades de Stanford y de New York, Living under Drones, ha atraído
mucha atención.[9] Los dos últimos Relatores Especiales de Naciones Unidas sobre ejecuciones extrajudiciales,
sumarias o arbitrarias; Philip Alston y Christof Heyns; han manifestado
preocupación por el peligro de que la política estadounidense estuviese
socavando la prohibición contra los asesinatos extrajudiciales.
Sin embargo, los asesinatos selectivos no fueron una
cuestión en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2012. La
práctica mantiene un abrumador apoyo popular en los Estados Unidos. Una
encuesta reciente registró un 83% de apoyo en los Estados Unidos de los
asesinatos selectivos.[10] En el debate presidencial preelectoral de 2012 sobre
política exterior, sólo hubo una mención sobre este asunto. Una pregunta fue
formulada al candidato republicano Mitt Romney acerca de qué haría él en
relación con el uso de vehículos aéreos no tripulados para asesinatos
selectivos. Su respuesta fue la siguiente: “Apoyo el uso de vehículos aéreos no
tripulados completamente”. Dijo que el presidente estaba en lo correcto al
aumentar el uso de esta tecnología. Él mismo, si fuese elegido, continuaría
usándola para ir tras quienes representan una amenaza a esta nación y a sus
amigos. El presidente Obama no mencionó a los asesinatos selectivos o a los
vehículos aéreos no tripulados en el debate, pero, como una clara indicación de su compromiso con esta política, hubo otro asesinato
selectivo estadounidense en manos de un ataque de un vehículo aéreo no
tripulado en Yemen durante el primer día tras su elección. Este artículo
considera los intentos recientes realizados por miembros del gobierno de
Obama de proveer una justificación legal pública del programa estadounidense de asesinatos
selectivos.[11]
Definición
El uso del término “asesinatos selectivos” se generalizó
durante la Segunda Intifada (el levantamiento palestino contra la ocupación
israelí en Cisjordania y Gaza) en 2000 cuando Israel hizo pública su política
de larga data de asesinar supuestos terroristas en los territorios palestinos
ocupados y en otros lugares. La definición comúnmente usada es la propuesta por
el Relator Especial de Naciones Unidas sobre ejecuciones extrajudiciales,
sumarias o arbitrarias; Philip Alston: los asesinatos selectivos son “actos
premeditados de fuerza letal empleados por los estados para eliminar
determinados individuos fuera de su custodia”.[12] “Asesinato selectivo”
es generalmente considerado un término neutral, el cual, a diferencia de
“asesinato” [NT: la autora utiliza aquí el término “assassination”, que se
distingue de “killings”, utilizado para referirse a los asesinatos selectivos]
no necesariamente implica ilegalidad.
Diferentes métodos de matar selectivamente evocan diferentes respuestas. Una cruda distinción puede trazarse entre dos tipos.
Primero, el asesinato selectivo en manos de fuerzas armadas usando vehículos
aéreos no tripulados o llevando a cabo operaciones de “muerte o captura” y,
segundo, operaciones secretas realizadas por operativos de inteligencia en
Mossad y la CIA. Un ejemplo dramático del primer tipo es la ejecución de Osama
bien Laden en 2011 en Pakistán en una operación de captura o muerte del grupo Seals de la marina estadounidense. Un
conocido y reciente ejemplo del segundo tipo es el asesinato selectivo de un
líder militar de Hamas de alto rango, Al-Mahbouh, en manos de Israel en un
hotel en Dubai en 2010.[13] Dubai protestó en contra de este incidente como una
violación a su soberanía y lanzó un video que muestra partes de la operación,
la cual involucró veintisiete agentes de Mossad. Sin embargo, la única reacción
de Gran Bretaña fue quejarse del hecho porque algunos agentes habían usado pasaportes británicos falsificados:
“[t]al uso de los pasaportes británicos es intolerable”. Otro ejemplo del segundo tipo de asesinatos selectivos es el asesinato
de los científicos nucleares iraníes en manos de Israel. Hubo cinco de este tipo de
asesinatos en los últimos cinco años, típicamente llevados a cabo por agentes
en motocicletas que adhieren bombas para autos a los vehículos que transportan
a los científicos. El más reciente de estos asesinatos se produjo en diciembre
de 2011. Estos asesinatos pueden no ser públicamente reconocidos por Israel, pero no
hay dudas reales de quién es responsable.
Por supuesto, no hay una distinción absoluta entre los dos
tipos de asesinatos selectivos. Los servicios secretos bien pueden cooperar con
el servicio militar. En Estados Unidos, la CIA coopera con el Departamento de
Defensa en la implementación de una política de asesinatos selectivos, aunque
no es posible tener en claro el alcance de esta cooperación, dado que Estados
Unidos mantiene secreto el programa de la CIA.[14] El segundo tipo de
asesinatos selectivos tiene más probabilidades de ser categorizado como un
simple asesinato y normalmente se lo asume ilegal, pero no es claro que haya
alguna distinción jurídica real entre los dos tipos. Esto es, para justificar
sus asesinatos selectivos, Estado Unidos tiene que argumentar que no son
simplemente asesinatos en el territorio de otros estados.
El programa estadounidense de asesinatos selectivos
Hasta ahora han pasado diez años de asesinatos selectivos
cometidos por Estados Unidos, pero sólo en los últimos años ha habido un
intento oficial de ofrecer públicamente una justificación jurídica en una serie
de discursos dados por miembros de la administración. Este artículo examinará
estos discursos y considerará algunas de las cuestiones jurídicas que surgen a
partir del lenguaje utilizado por el gobierno estadounidense.
El presidente George W. Bush inició el programa de
asesinatos selectivos después del 11 de septiembre, cuando autorizó que la CIA
llevara adelante una lista de asesinatos secretos de supuestos terroristas.
Esto comenzó en Afganistán cuando Estados Unidos y una coalición de estados
participaron de un conflicto armado en respuesta a los ataques terroristas del 11 de septiembre.
Luego, en 2002, fue llevado a cabo el primer asesinato selectivo fuera de
Afganistán en Yemen mediante un cohete disparado de un vehículo aéreo no tripulado Predator
lanzado desde Djibouti. Mató a seis supuestos miembros de Al-Qaeda, incluyendo a AlHarithi, quien
supuestamente había estado involucrado en el ataque terrorista de 2000 al UUS
Cole en Yemen. Este ataque aparentemente fue llevado a cabo con el
consentimiento de Yemen.[15] El Relator Especial de Naciones Unidas sobre
ejecuciones extrajudiciales expresó su preocupación diciendo que se trataba de
un caso claro de asesinato extrajudicial y un desarrollo realmente
perturbador.[16] Bajo la presidencia de Bush, hubo cerca de 50 asesinatos
selectivos en total, pero nunca se ofreció una justificación oficial de esta
política públicamente.
El presidente Obama (quien recibió el premio Nóbel de la
Paz en 2009) subsiguientemente autorizó un incremento masivo de asesinatos
selectivos fuera del campo de batalla en Afganistán. Los números exactos no son claros debido a la
falta de transparencia en relación con estas operaciones. Hay un consenso
general de que hubo cerca de 300 ataques de vehículos aéreos no tripulados en
Pakistán desde 2009. Las estimaciones sobre la cantidad de damnificados por los
asesinatos selectivos estadounidenses varían enormemente: desde 2500 a 3000
muertes en total, de las cuales entre 140 y 1000 se piensa que eran
civiles.[17] En 2012, hubo más de 40 ataques en Pakistán, un marcado descenso
respecto de años anteriores (117 en 2010 y 64 en 2011). En Yemen, hubo más
de 40 ataques, un aumento significativo en relación con el año anterior, cuando
hubo 10 ataques. En Somalia, los números son aún más difíciles de determinar.
Cuando el presidente Obama asumió su cargo, negó que
Estados Unidos estuviese llevando adelante una guerra global contra el terror.
Hizo algún esfuerzo por distanciar su política exterior de la del presidente Bush en éste y otros
aspectos. Así, rápidamente prohibió la “interrogación mejorada” y prometió
cerrar Guantánamo y los sitios de detención secretos de la CIA. Si embargo, como muchos han señalado, en lo sustancial su política
exterior se mantuvo muy similar en tanto que él también proclamó la existencia
de una guerra en curso fuera del campo de batalla de Afganistán. El presidente Obama afirmó que Estado Unidos
estaba involucrado en una guerra actual contra Al-Qaeda. Desvió la atención de
la “guerra de elección” en Iraq, dijo que la primera línea en la guerra contra Al-Qaeda era ahora Afganistán y
Pakistán. Adujo que también existía una creciente amenaza a los Estados Unidos
por parte de los aliados de Al-Qaeda en el mundo y de refugios paradisíacos en Yemen,
Somalia, Mahgrab y Sahel. Así, la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos de 2010 (USNSS, por su sigla
en inglés) dijo que “[e]sto no es una guerra contra una táctica –el terrorismo-
o una religión –el Islam-. Estamos en guerra con una red específica: AlQaeda y
sus afilados terroristas que apoyan los esfuerzos para atacar Estados Unidos,
nuestros aliados y nuestros socios”.[18] Esta afirmación es crucial en la
defensa de Estados Unidos de la legalidad de los asesinatos selectivos.
Se ha criticado la práctica de los asesinatos selectivos
desde la izquierda y la derecha. El expresidente Jimmy Carter (merecedor del
premio Nóbel de la Paz en 2002) en una pieza OpEd [N.T.: artículo publicado en un
periódico que no necesariamente coincide con la opinión editorial] en el New York Times
dijo el 24 de junio de 2012, que “[l]as revelaciones de que oficiales con puestos jerárquicos están
seleccionando personas para ser asesinadas en el exterior, incluyendo
ciudadanos estadounidenses, son sólo la prueba perturbadora más reciente de
cuán lejos ha llegado la violación de derechos humanos de nuestro país… Como resultado, nuestro
país ya no tiene autoridad moral para hablar sobre estos temas”. Dijo que los
asesinatos selectivos continuaban en Pakistán, Somalia y Yemen, que no están
dentro de la zona de combate, y argumentó que la gran escalada en la cantidad
de ataques de vehículos aéreos no tripulados ha acercado a familias
damnificadas a organizaciones terroristas, condujo a poblaciones civiles a
ponerse en contra de Estados Unidos y ha permitido que gobiernos represivos
citaran esas acciones para justificar sus propios compartimientos represivos.
En cambio, John Yoo, quien trabajó con el presidente George
W. Bush en el Departamento de Justicia y quien apoyó la legalidad de las
denominadas “técnicas de interrogación mejoradas” tales como el “submarino”,
atacó al presidente Obama desde un ángulo diferente.[19] Observó con sarcasmo
que los miembros del gobierno de Obama habían criticado, erróneamente, a Bush
por sus políticas de detención y tortura, pero ahora el propio Obama estaba
yendo aún más lejos y matando a supuestos terroristas a escalas mayores. El
mismo Yoo apoya fuertemente la política de asesinatos selectivos. Otros
miembros del gobierno de Bush afirmaron que las interrogaciones llevadas a cabo
por el régimen de Bush y criticadas por sus oponentes habían producido la
inteligencia que llevó a la muerte de Osama bin Laden y previno ataques
terroristas en el territorio de Estados Unidos.[20]
Durante un tiempo, a pesar de la expansión de los
asesinatos selectivos que realizó Obama, hubo poca discusión sobre la legalidad
de los asesinatos selectivos en Estados Unidos.[21] La principal controversia
en Estados Unidos se produjo sólo después de la inclusión de ciudadanos
estadounidenses en las listas de blancos y notablemente después del asesinato
selectivo de Anwar AlAwaki en Yemen en 2011. Los intentos de ofrecer una
justificación jurídica pública de los asesinatos selectivos en una serie de
discursos dados por funcionarios de altos cargos del gobierno comenzó con el
discurso en la Sociedad Estadounidense de Derecho Internacional [ASIL] que dio
el asesor legal del Departamento de Estado Harold Koh. Hubo también una
publicación en un blog sobre el asesinato de Osama bin Laden. Siguieron dos
discursos dados por el asesor de seguridad del Presidente Obama, John Brennan,
y uno dado por el Attorney-General Eric Holder.[22] Los argumentos que
utilizó el Attorney-General en su discurso fueron expuestos en
mayor profundidad en una nota confidencial del Departamento de Justicia que
sólo se publicó recientemente.[23] Sin embargo, estos discursos plantean más
preguntas que las respuestas que proveen, dejan muchos vacíos en las
justificaciones jurídicas que presentan. Los fragmentos relevantes serán
presentados en alguna extensión con las palabras relevantes a discutir en
itálicas. El resto de este artículo examinará algunas de las cuestiones que
surgen de estos intentos recientes de justificar la legalidad de los asesinatos
selectivos.
Harold Koh, asesor legal del Departamento de Estado
El primer intento de establecer un marco jurídico fue hecho
por Harold Koh, asesor legal del Departamento de Estado de Estados Unidos en su
discurso de 2010 frente a la Sociedad Estadounidense de Derecho
Internacional.[24] Allí, discutió el enfoque del gobierno de Obama sobre el
derecho internacional en general. Presentó lo que él describió como la “doctrina Obama”: la política
exterior de Estados Unidos sería ahora de compromiso, diplomacia y acercamiento
multilateral. Koh hizo sólo una referencia breve a los asesinatos selectivos.
Incluyó en su discurso una sección titulada La ley 11 de septiembre, un título que
parece indicar que el gobierno consideraba el 11 de septiembre como un punto de viraje significativo en el
derecho que trajo consigo un derecho más extenso al uso de la fuerza. En esta
sección, dijo que “[e]n el conflicto que tiene lugar en Afganistán y en otros
lugares continuamos luchando contra los perpetradores del 11 de septiembre,
al-Qaeda (así como fuerzas talibanes que albergaron a Al-Qaeda)”. Koh afirmó que el gobierno de
Obama estaba firmemente comprometido con el cumplimiento del derecho aplicable, incluyendo el derecho
de guerra, en todos los aspectos de este conflicto armado en desarrollo. Luego,
en la sección “Uso de la fuerza”, dijo:
Con respecto al tema de los asesinatos selectivos, el cual
ha sido muy comentado en los medios y los círculos de derecho internacional,
hay límites obvios sobre lo que puedo decir públicamente. Lo que puedo decir es
que la visión adoptada por este gobierno -y la que ha sido mi experiencia
durante mi tiempo como asesor legal- es que las prácticas de selección de blancos de Estados Unidos
incluyendo operaciones letales llevadas a cabo por vehículos aéreos no
tripulados cumplen con el derecho aplicable, incluyendo el derecho de guerra.
Continuó: “Como muestran los eventos recientes, al-Qaeda no ha abandonado su voluntad de atacar
a los Estados Unidos y, de hecho, continúa atacándonos”. Esto parece referirse
al intento de diciembre de 2009 de estallar un avión dirigido a Estados Unidos
en manos del denominado “bombardero de calzoncillos [underpants bomber]”,
Abdulmutallab.[25]
Por lo tanto, en este conflicto armado en curso, Estados
Unidos tiene la potestad bajo el derecho internacional y la responsabilidad
hacia sus ciudadanos de usar la fuerza, incluyendo la fuerza letal, para
defenderse a sí mismo, incluso teniendo como blanco a personas tales como líderes de alto rango de Al-Qaeda
que están planeando ataques… Este es un conflicto con una organización terrorista enemiga que no tiene fuerzas
convencionales, pero que planea y ejecuta sus ataques contra nosotros y
nuestros aliados mientras se esconden entre la población civil… Si un individuo
particular será seleccionado como blanco en una locación particular dependerá
de las consideraciones específicas de cada caso, incluyendo aquellas
relacionadas con la inminencia de la amenaza, la soberanía de otros estados
involucrados y la voluntad y la habilidad de esos estados de eliminar la amenaza que el blanco
presenta.
Koh afirmó que el gobierno había revisado cuidadosamente
las leyes que regulan la selección de blancos para garantizar que esas
operaciones fuesen llevadas a cabo consistentemente con los principios del
derecho de guerra, incluyendo, en primer lugar, el principio de distinción, que
requiere que los ataques se limiten a objetivos militares y que los civiles o
los objetos civiles no sean blanco de ataque. En segundo lugar, el principio de
proporcionalidad, que prohíbe los ataques que previsiblemente puedan causar
pérdidas incidentales de vidas civiles, daños a civiles o una combinación de
ambas, en relación excesiva respecto de la concreta y directa ventaja militar
anticipada. También afirmó que los procedimientos y las prácticas para
identificar blancos eran extremadamente robustas.
Preguntas que surgen
Como muchos han dicho, este discurso dejó preguntas fundamentales sobre los
asesinatos selectivos sin responder. La naturaleza precisa del argumento jurídico es oscura –y no se
esclarece demasiado en los discursos subsiguientes-. El problema más básico
yace en la afirmación de que la base jurídica del uso de la fuerza fuera del
campo de batalla se encuentra en la existencia de un conflicto armado y en el
derecho a la legítima defensa. Estados Unidos ha adoptado la posición de que
necesita ambas doctrinas para justificar el uso de la fuerza fuera del campo de
batalla de Afganistán: la legítima defensa para justificar el haber recurrido a
la fuerza en primer lugar y la existencia de un conflicto armado con Al-Qaeda
fuera del campo de batalla de Afganistán para justificar el uso continuo de la
fuerza en Pakistán, Yemen y Somalia. Sin embargo, la interrelación de estas dos
justificaciones no es descripta en los discursos. Harold Koh no aclara cuándo usa
argumentos de legítima defensa y cuándo usa argumentos de conflicto armado.
En sus discursos, no especifica la naturaleza del supuesto conflicto
armado con Al-Qaeda. Los discursos subsiguientes tampoco tratan esta cuestión:
simplemente hablan de “conflicto armado”. Sin embargo, el gobierno de Obama ha
clarificado su posición sobre este tema en otros lugares: su posición actual es
que está involucrado en un conflicto armado no internacional con Al-Qaeda.[26]
En realidad, ambas justificaciones para el uso de la fuerza
son poco convincentes. Primero, la afirmación de que Estados Unidos está
involucrado en un conflicto armado no internacional contra Al-Qaeda alrededor del mundo no es
sostenible. Tiene poco, si algún, apoyo de otros estados. La afirmación
consiste en que hay un conflicto armado contra grupos terroristas y que éste es
un conflicto armado no sólo contra Al-Qaeda, sino también contra sus asociados,
y que éste es un único conflicto armado. Estados Unidos debe argumentar que se
trata de un único conflicto armado porque el presidente está actuando bajo la
Autorización para el Uso de la Fuerza Militar (AUMF, por su sigla en inglés),
aprobada por el Congreso después de los ataques del 11 de septiembre. Ésta dice
“[q]ue el Presidente está autorizado para usar toda la fuerza necesaria y
apropiada contra las naciones, organizaciones o personas que él determine que hayan
planeado, autorizado, cometido o asistido los ataques terroristas que
ocurrieron el 11 de septiembre de 2001 o que hayan albergado a esas
organizaciones o personas, con el fin de prevenir cualquier acto futuro de
terrorismo internacional contra Estados Unidos en manos de esas naciones,
organizaciones o personas”.[27] Como repetidamente ha señalado John Bellinger,
ex-asesor legal del Departamento de Estado bajo la presidencia de George W.
Bush, el derecho doméstico de Estados Unidos necesita de una actualización en
este aspecto.[28] La AUMF aún está sujeta al uso de la fuerza contra quienes
planearon, autorizaron, cometieron o asistieron los ataques terroristas del 11
de septiembre o quienes hayan albergado a los responsables. Cuanto más se aleja
Estados Unidos del blanco Al-Qaeda, más difícil es ajustar esas operaciones
dentro de los parámetros de la AUMF.[29]
La afirmación de que se trata de un conflicto armado no internacional fuera del
campo de batalla de Afganistán ha sido ampliamente discutida por los autores de
derecho internacional humanitario, pero muy pocos de ellos aceptan el argumento
de Estados Unidos. La mayoría dice que no puede haber un conflicto armado fuera del campo de
batalla que no encuadre en la definición jurídica aceptada de conflicto
armado.[30] La “guerra contra Al-Qaeda” no alcanza el umbral de intensidad
requerido para un conflicto armado no internacional y Al-Qaeda no alcanza el
umbral necesario para ser considerado un grupo armado organizado. Tampoco es
posible argumentar que el conflicto con Al-Qaeda y sus afiliados son todos un conflicto armado dada la diversidad de
los grupos involucrados. Como dijo John Bellinger, es difícil encuadrar las
operaciones contra AlShabaab en Somalia dentro de la AUMF, la cual está
limitada a aquellos involucrados en los ataques del 11 de septiembre.
En segundo lugar, existe una proclamación de que Estados
Unidos aún está involucrado en un actual (y muy prolongado) uso de la fuerza en
legítima defensa en una continuación de la Operation Enduring Freedom, que comenzó en 2001. Ésta también es una posición muy
difícil de sostener. Cuando la Operation Enduring Freedom fue
iniciada, Estados Unidos envió una carta al Consejo de Seguridad de la ONU
informando que bajo el artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas estaba
actuando en ejercicio de su derecho inherente a la legítima defensa individual
y colectiva como respuesta a los ataques armados llevados a cabo contra Estados
Unidos el 11 de septiembre y que sus acciones estaban diseñadas para “prevenir
y disuadir” futuros ataques en Estados Unidos.[31] ¿Cuán lejos llegó esta
afirmación? ¿Existe un derecho tan amplio a la legítima defensa en derecho
internacional? Tres preguntas surgen en este contexto. En primer lugar, ¿fueOperation
Enduring Freedom en Afganistán a continuación de los ataques del
11 de septiembre un acto de legítima defensa? Había amplio apoyo de parte de
los estados a esta posición en ese momento, pero la importancia de este
precedente sigue siendo controversial. El alcance exacto del derecho al uso de
la fuerza contra actores no estatales sigue siendo un tema de mucho debate y ha
sido dejado abierto por la Corte Internacional de Justicia.[32] En segundo
lugar, y de manera más problemática, ¿el derecho al uso de la fuerza en
legítima defensa continúa hoy, once años después, dentro de Afganistán? Operation Enduring Freedom
continúa en Afganistán como una operación separada de la autorizada por Naciones Unidas y dirigida por la OTAN ISAF.[33]
Aún hoy hay poca información pública sobre Operation Enduring Freedom,
pero la justificación de Estados Unidos para su continuidad aparentemente aún
reposa en la legítima defensa. Su presencia es reconocida e incluso bienvenida
en una serie de resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero éstas no dicen nada sobre su
justificación jurídica. En tercer lugar, y de modo aún más controversial, ¿la
legítima defensa también continúa fuera de Afganistán para justificar los
asesinatos selectivos fuera de Afganistán? Aquí es donde la posición de Estados
Unidos según la cual esto tiene vinculación con el 11 de septiembre es más
débil. Incluso si Operation Enduring Freedom fue generalmente aceptada por los estados en sus inicios como un acto de legítima
defensa, la pretensión actual de un derecho a la legítima defensa fuera de
Afganistán descansa en el supuesto vínculo entre quienes llevaron adelante los
ataques del 11 de septiembre y las organizaciones terroristas que no estuvieron
involucradas en esos ataques originales. Así, los asesinatos selectivos han
sido llevados adelante contra quienes no estuvieron involucrados en los ataques
del 11 de septiembre y quienes no eran miembros de Al-Qaeda, sino únicamente “afiliados”
que no existían en la época del 11 de septiembre.
El discurso de Harold Koh combina estos dos argumentos
controversiales: el de la legítima defensa continua y el del conflicto armado ampliamente esparcido.
La debilidad de estos dos argumentos centrales socavan fatalmente las
aseveraciones de Estados Unidos de que sus asesinatos selectivos en Pakistán, Yemen
y Somalia son legítimos. Un problema específico que surge de la presentación de Koh sobre
el caso legal fue que no era del todo claro en el discurso si la pregunta
central de si un estado es “reacio o incapaz de suprimir la amenaza que
ese blanco presenta” era relevante para la legítima defensa contra un
terrorista en un tercer estado, para el alcance geográfico de un conflicto
armado o para ambos. Algunos autores parecen haber adoptado este test como
justificación de un nuevo derecho más amplio a la legítima defensa luego del 11
de septiembre, pero entran en dificultades cuando se trata de encontrar
evidencia de aceptación expresa de esta nueva doctrina como una
extensión del derecho a la legítima defensa por otros estados.[34]
El test de “reacio e incapaz” también es extremadamente
problemático. ¿Quién determina si un estado es reacio o incapaz de suprimir la
amenaza? Hay un peligro obvio de que si un estado persigue una política
diferente a la de Estados Unidos sobre cómo responder a una supuesta amenaza
terrorista vinculada con Al-Qaeda, Estados Unidos determine que este estado es
“reacio o incapaz” de actuar para suprimir la amenaza y, entonces, haga uso de
los asesinatos selectivos en su territorio. Esto es claro en el caso de Pakistán.
Estados Unidos está llevando adelante operaciones contra un amplio espectro de
grupos en Pakistán: algunos vinculados a los ataques del 11 de septiembre y otros no vinculados.
Estados Unidos es crítico de la negación del gobierno de Pakistán de actuar contra algunos de estos grupos. También hay
lugar para la duda sobre cuán lejos el Talibán, tal como existe hoy, puede ser vinculado al 11 de
septiembre o cualquier amenaza actual a Estados Unidos. Más aún, existen
preguntas de hecho subyacentes cruciales en relación con el estándar de “reacio
e incapaz”: ¿existe actualmente una amenaza terrorista a Estados Unidos? ¿qué
grupos terroristas imponen esa amenaza? ¿qué es considerado como amenaza para Estados Unidos?[35]
En Estados Unidos, el discurso de Harold Koh fue seguido de
una crítica creciente de los asesinatos selectivos con particular atención
puesta en los vehículos aéreos no tripulados. La mayor parte de la crítica
provino, en primer lugar, de aquellos consternados por el fracaso de Koh para
resolver asuntos de derechos humanos; se concentraron en la falta de
transparencia y de responsabilidad del programa de asesinatos selectivos de
Estados Unidos.[36] En segundo lugar, la atención pública se concentró en las
denuncias de excesivo daño colateral en violación del derecho internacional
humanitario. Pero ésas son cuestiones de segundo orden, las objeciones
fundamentales se centran en el fundamento para hacer uso de la fuerza.
La muerte de Osama bin Laden
El siguiente intento de proveer una justificación pública
de la legalidad de los asesinatos selectivos vino después de la muerte de Osama
bin Laden. En mayo de 2011, bin Laden fue asesinado en Abbottabad, Pakistán, a
30 millas de la capital, Islamabad.[37] Haorld Koh expuso la posición oficial
del gobierno de Estados Unidos en un blog.[38] Comenzó citando el discurso que
había dado anteriormente y luego, continuó:
Dados la posición de liderazgo incuestionada dentro de
Al-Qaeda de Osama bin Laden y su claro continuo rol operativo, no puede haber
dudas de que era el líder de la fuerza enemiga y un blanco legítimo en nuestro
conflicto armado con Al-Qaeda. Además, bin Laden continuaba presentando una amenaza inminente a Estados Unidos que habilitaba
nuestro derecho al uso de la fuerza, una amenaza que los materiales incautados
durante la operación sólo han ayudado a documentar. Bajo estas circunstancias,
no hay duda de que representaba un blanco legítimo para el uso de la fuerza letal.
No es completamente claro si este es un argumento de
legítima defensa o un argumento de selección de blancos derivado del derecho del conflicto armado o una combinación de ambos.
De hecho, los materiales incautados durante la operación
–al menos aquellos que fueron aprobados por el gobierno de Estados Unidos para
ser publicados- arrojaron algunas dudas sobre estas aseveraciones. Diecisiete
cartas fueron desclasificadas y publicadas con comentarios del Combating Terrorism Center of West
Point.[39] La posición adoptaba en los comentarios fue que las cartas
mostraban que Osama bin Laden tenía poco control sobre los grupos afiliados a
Al-Qaeda y que los líderes de alto rango no acordaron sobre cuál era la
relación exacta con estos grupos. Al-Qaeda había colaborado con grupos
jihadi alrededor del mundo, pero no había formalizado estas relaciones en un comando unificado.
Estados Unidos creyó que Al-Qaeda actuaba como una organización, pero los documentos mostraron una historia diferente. La
relación de Al-Qaeda y sus afiliados era más simbólica que operativa. Sobre
cuestiones operativas, los afiliados no consultaban a Osama bin Laden ni
estaban preparados para seguir sus directivas.
John Brennan (Asistente presidencial en Seguridad Nacional [Homeland Security] y Contraterrorismo)
Luego de la muerte de Osama bin Laden, otros miembros del gobierno de Obama
entraron un poco más en detalle en sus intentos de justificar la legalidad de
los asesinatos selectivos. John Brennan, asesor senior en contraterrorismo del presidente
Obama, dio un discurso en la escuela de derecho de Harvard el 16 de septiembre
de 2011.[40] Dijo que la muerte de Osama bin Laden, aunque era “un hito en
nuestros esfuerzos por derrotar a Al-Qaeda”, no marcó el fin de la organización
terrorista o sus esfuerzos de atacar a Estados Unidos y otros países. De hecho,
Al-Qaeda, sus afiliados y sus adherentes continuaron siendo “la amenaza de
seguridad más preeminente contra nuestra nación”. Estas declaraciones
demuestran la clara tensión entre el deseo de aseverar que los asesinatos
selectivos son efectivos y la necesidad de justificar la continuación del programa en el
conflicto armado en curso. Una vez que el enemigo es derrotado, ya no hay razón
para un derecho continuo a la legítima defensa; el conflicto armado está
terminado y la justificación para el uso de la fuerza fuera de Afganistán ya no
está disponible. Entonces, John Brennan dijo que el liderazgo de Al-Qaeda en
Afganistán, aunque severamente paralizado, aún mantenía la intención y la
capacidad de atacar a Estados Unidos y sus aliados; los “afiliados” de Al-Qaeda
en Yemen y países a lo largo de África llevaban adelante su agenda fatal. Y los
“adherentes a Al-Qaeda”, individuos (como Nidal Malik Hasan, el psiquiatra del
ejército de Estados Unidos que mató a 13 personas en Fort Hood, Texas, en
noviembre de 2009) a veces con poco o ningún contacto con el grupo en sí mismo,
trabajan para realizar ataques en Estados Unidos. Brennan reafirmó que
“[n]osotros estamos en guerra con al-Qaida. En un indiscutible acto de
agresión, al-Qaida atacó a nuestra nación” el 11 de septiembre. “Nuestro
continuo conflicto con al-Qaida surge de nuestro derecho, reconocido bajo el
derecho internacional, a la legítima defensa”.
Brennan reconoció que hay diferencias entre Estados Unidos
y sus aliados. Había cierto desacuerdo sobre el alcance geográfico del conflicto. La
posición de Estados Unidos era que la facultad para el uso de la fuerza militar
no se limita a los campos de batalla en Afganistán.
Porque participamos de un conflicto armado con al-Qaida,
Estados Unidos adopta la posición jurídica de que, de acuerdo con el derecho
internacional, tenemos la facultad de tomar acciones contra al-Qaida y sus
fuerzas asociadas sin hacer un análisis separado de legítima defensa cada vez… Reservamos el derecho a tomar
acciones unilaterales si o cuando otros gobiernos sean reacios o incapaces a tomar las acciones necesarias ellos mismos.
Según Brennan, no es necesario que Estados Unidos justifique cada asesinato selectivo individual como
un acto separado de legítima defensa. Cada acto individual debería ser visto como parte de un derecho más extenso de
legítima defensa que se retrotrae al 11 de septiembre.[41] Esta reivindicación
amplia de un derecho a la legítima defensa que continúa es necesaria por los
términos de la AUMF; el Congreso sólo autorizó el uso de la fuerza contra
aquellos involucrados en el 11 de septiembre o aquellos que albergaron a
aquellos involucrados. Esto es, Brennan alega que Estados Unidos no tiene que
mostrar que cada asesinato selectivo es necesario o proporcional en respuesta a
una amenaza inminente particular impuesta por el individuo seleccionado;
claramente esto sería un desafío en la mayoría de los casos, si no en todos.
Tiene que mostrar que los asesinatos selectivos acumulativamente son necesarios
y proporcionales como respuesta al ataque armado masivo del 11 de septiembre y para persuadir y prevenir ataques futuros en manos de aquellos
vinculados con el ataque original.
Brennan reconoció que otros en la comunidad internacional,
incluyendo algunos de los aliados y socios más cercanos de Estados Unidos,
adoptan una posición diferente sobre el alcance geográfico del conflicto: lo limitan a los campos de
batalla. Dicen que fuera del campo de batalla, Estados Unidos puede actuar en legítima defensa contra
Al-Qaeda “sólo cuando está planeando, participando o amenazando con un ataque armado contra los intereses de Estados
Unidos si se trata de una amenaza inminente”. Esto es,
estos otros estados adoptan una enfoque de caso por caso. No reconocen la
existencia de un conflicto armado en curso fuera del campo de batalla de Afganistán o un
derecho actual a la legítima defensa que se retrotrae al 11 de septiembre. Para
los aliados de Estados Unidos, cada asesinato selectivo individual debe ser
justificado como un acto individual de legítima defensa.
John Brennan hace consideraciones muy amplias sobre las
supuestas posiciones de los aliados de Estados Unidos. Según él, aceptan el
derecho a la legítima defensa contra amenazas inminentes a los “intereses” de
Estados Unidos. Esas posiciones no parecen haber sido hechas públicas por los
aliados de Estados Unidos y no es claro cuáles son estos estados. El Reino
Unido no ha adoptado esa posición públicamente en relación con los asesinatos
selectivos. El ex asesor legal de la Foreign and Commonwealth Office Daniel
Bethlehem ha expresado posiciones amplias, pero éstas no son presentadas como la posición oficial
del Reino Unido.[42] Alemania se ha rehusado a cooperar con Estados Unidos en
su programa de asesinatos selectivos. De acuerdo con un informe en el diario Der Spiegel del 15 de mayo de 2011, el Ministerio
del Interior de Alemania y la Agencia de Inteligencia dejaron de proveer
información al gobierno de Estados Unidos que podría ayudar a localizar
islamistas germanos en el exterior; no le permitiría a Estados Unidos usar
información alemana para ataques con vehículos aéreos no tripulados.
John Brennan, sin embargo, asevera que “[e]n la práctica,
el enfoque de selección de blancos de Estados Unidos en el conflicto con
al-Qaida está mucho más alineado con el enfoque de nuestros aliados que lo que
muchos asumen”. En la práctica, los esfuerzos contraterroristas de Estados
Unidos fuera de Afganistán se concentran en aquellos individuos que son una
amenaza a Estados Unidos, cuya remoción produciría una disrupción significativa
–aunque sea sólo temporalmente- de los planes y las capacidades de Al-Qaeda y
sus fuerzas asociadas. “Hablando prácticamente, la cuestión se centra
principalmente en cómo se define ‘inminencia’”. Brennan aseveró que existe “un
creciente reconocimiento de que un entendimiento más flexible de inminencia puede
ser apropiado para tratar con grupos terroristas”. Con el tiempo, un número
creciente de nuestros socios contraterroristas han comenzado a reconocer que la
concepción tradicional de lo que constituye un ataque “inminente” debería ser
ampliado en luz de las capacidades modernas, las técnicas y las innovaciones
tecnológicas de las organizaciones terroristas. Este enfoque se parece al del
presidente George W. Bush, quien dijo que el alcance de la legítima defensa
debía ser ampliado dados los objetivos de los terroristas y de los estados
corruptos; dijo que era necesario adaptar el concepto de ataque inminente para
permitir las acciones preventivas. En su USNSS de 2022, su foco era la amenaza
que veía en el desarrollo iraquí de armas de destrucción masiva y en el USNSS
de 2006, su mayor preocupación era Irán. La declaración de Bush sobre la
legítima defensa preventiva resultó muy controversial, pero la posición de la
administración de Obama es esencialmente la misma, aunque no usen el mismo
lenguaje de prevención [preemption].[43] Ambos buscan expandir la noción de
“inminencia” para permitir un derecho a la legítima defensa más amplio,
incluyendo los asesinatos selectivos.[44]
La aseveración de Brennan acerca de que los aliados de
Estaos Unidos también han adoptado una posición flexible sobre el requisito de
que debería haber un ataque armado inminente para justificar el uso de la
fuerza en legítima defensa tiene cierto apoyo aparente en la posición del Attorney-General
del Reino Unido de que el concepto de inminencia puede depender de las circunstancias.[45] Sin embargo, el Reino
Unidos no ha llegado a justificar los asesinatos selectivos. El Reino Unido y
otros aliados de Estados Unidos tomaron posiciones claras en contra de la
práctica de asesinatos selectivos en los debates del Consejo de Seguridad de
2004 sobre los asesinatos de Israel. Las declaraciones condenando claramente
los asesinatos selectivos fueron hechas en términos generales y no fueron
limitadas a los hechos específicos. De este modo, el portavoz de la Unión
Europea ha dicho que la Unión Europea como conjunto se había opuesto consistentemente a los asesinatos extrajudiciales por
ser contrarios al derecho internacional: socavan el concepto de estado de
derecho, el cual es un elemento clave en la lucha contra el terrorismo.[46]
Attorney-General Eric Holder
En tercer lugar, el Attorney-General Eric Holder también intentó establecer
una justificación jurídica para los asesinatos selectivos en su discurso en la
escuela de derecho Northwestern en Chicago en marzo de 2012.[47] Esto fue luego
del asesinato selectivo del ciudadano estadounidense Anwar AlAwlaki en Yemen el
30 de septiembre de 2011 y estuvo claramente dirigido a las cuestiones específicas
que surgían de ese asesinato, aunque Holder no discutió esa operación
expresamente. AlAwlaki era ciudadano de Yemen y de Estados Unidos, nacido en
Estadios Unidos. Estaba acusado de haber estado involucrado en las acciones del
“bombardero de calzoncillos” y en las del psiquiatra del ejército de Estados Unidos en Fort Hood. Comenzó como un predicador de
sermones propagandistas apoyando la violencia de los musulmanes contra Estados
Unidos. El gobierno de Estados Unidos alegó que luego avanzó hacia un rol
operativo en los ataques terroristas de Al-Qaeda en la Península Arábiga
(AQAP). Hubo informes de diarios que decían que su nombre había sido incluido
en la lista de blancos para asesinatos selectivos. El padre de AlAwlaki, con la
asistencia de la American Civil Liberties Union (ACLU),
inició una acción judicial en 2010 que buscaba prohibir al Presidente, al
Secretario de Defensa y al Director de la CIA matar intencionalmente a AlAwalki
fuera de un conflicto armado, a menos que presentara una amenaza actual,
concreta y específica a la vida de la seguridad física y no hubiera otro medio
que la fuerza letal que pudiese emplearse razonablemente para neutralizar la
amenaza. El caso fue desestimado por involucrar una cuestión política y AlAwaki
fue subsiguientemente asesinado. El Departamento de Justicia de Estados Unidos
elaboró un memorando de 50 páginas sobre el caso jurídico, pero fue mantenido
en secreto.[48]
En su discurso, el Attorney-General Holder reafirmó que “[n]osotros somos
una nación en guerra”. En respuesta a los ataques perpetrados –y la continua
amenaza impuesta- por al Qaeda, los talibanes y sus fuerzas aliadas, el
Congreso había autorizado al Presidente a usar toda la fuerza necesaria y
apropiada contra estos grupos. Porque Estados Unidos está en un conflicto
armado, estamos autorizados a tomar acciones contra los enemigos beligerantes
bajo el derecho internacional. El derecho internacional reconoce el derecho
nacional inherente a la legítima defensa. Nada de esto es modificado por el
hecho de que no estemos en una guerra convencional. Nuestra autoridad jurídica
“no se limita a los campos de batalla de Afganistán”. Estamos en guerra con un
enemigo sin estado, propenso a trasladar sus operaciones de un país a otro. Al
Qaeda y sus asociados han dirigidos numerosos ataques contra nosotros desde
otros países además de Afganistán. Principios jurídicos internacionales,
incluyendo el respeto por la soberanía de otra nación, restringen nuestra
capacidad de actuar unilateralmente. “Pero el uso de la fuerza en territorio
extranjero sería consistente con estos principios jurídicos internacionales si
fuese realizado, por ejemplo, con el consentimiento de la nación involucrada –o después de
la determinación de que la nación es incapaz o reacia a lidiar efectivamente con una amenaza a Estados Unidos”.[49]
Holder afirmó que es legal, bajo el derecho estadounidense y el derecho aplicable de principios de guerra, seleccionar como
blancos a “específicos líderes jerárquicos de operaciones” de al Qaeda y “fuerzas asociadas”. Estos no son
“asesinatos [assassinations]”. Son legales si son contra un líder de Al-Qaeda o
fuerzas asociadas que presenten “una amenaza inminente de ataque violento”.
Algunas de las amenazas provienen de ciudadanos estadounidenses que han decidido
cometer ataques violentos contra su propio país desde el exterior. Tienen
protección constitucional, incluyendo el derecho al debido proceso bajo la
quinta enmienda. Sin embargo, esto no requiere de un proceso judicial.
En suma, una operación en la que se usa fuerza letal en un país extranjero dirigida contra un ciudadano estadounidense que es
un “líder operativo jerárquico” de Al-Qaeda o fuerzas asociadas y que participa
activamente en el planeamiento para matar estadounidenses sería legal “al
menos” en las siguientes circunstancias. De este modo, Holder deja abierta la
posibilidad de un derecho más amplio. Primero, el gobierno de Estados Unidos ha
determinado, tras una revisión exhaustiva y cuidadosa, que el individuo
representa una amenaza inminente de un ataque violento contra Estados Unidos;
segundo, la captura no es factible; tercero, la operación sería realizada de un
modo consistente con el derecho aplicable de principios de guerra.[50]
Holder luego elaboró el significado de “amenaza inminente” como lo planteó antes
Brennan. La evaluación sobre si hay una amenaza inminente podría incluir
“consideraciones sobre la oportunidad para actuar, el posible daño que perder
esa oportunidad causaría a los civiles y la posibilidad de prevenir futuros
ataques desastrosos contra Estados Unidos”. Esto claramente ensancha
“inminencia” más allá de cualquier entendimiento normal del mundo.[51] Holder no usa el
lenguaje de “prevención [preemption]” del Presidente Bush, pero la doctrina propuesta es sustancialmente la misma. El
significado más extenso de una proclamación tan amplia de la legítima defensa
es claro en el contexto del continuo rechazo de Estados Unidos de descartar el
posible uso de la fuerza contra Irán con el fin de prevenir que adquiera armas nucleares.
Menos controversialmente, Holder dijo que cualquier ataque a un ciudadano estadounidense tiene que satisfacer los cuatro principios
fundamentales que gobiernan el uso de la fuerza. Primero, existe un principio
de necesidad. El objetivo debe tener un valor militar definido. Es interesante
que Holder es el primero en referirse a este principio y que lo hace de un modo
ligeramente inusual. Al poner este principio en primer lugar y separarlo del principio de
distinción, parece estar ofreciendo una justificación más que una limitación al
uso de la fuerza. Segundo, el principio de distinción. Holder ahora entra un
poco más en detalle en esto al reconocer que sólo objetivos legítimos
-combatientes, “civiles participando directamente en hostilidades” y objetivos militares-
pueden ser seleccionados intencionalmente. Tercero, el principio de
proporcionalidad. Cuarto, el principio de humanidad, es decir que un estado no
debería usar armas que causan sufrimiento innecesario.
John Brennan (2012)
El 30 de abril de 2012, John Brennan dio un segundo discurso, el cual discutió los asesinatos selectivos, particularmente aquellos
ejecutados por vehículos aéreos no tripulados. Se tituló “La ética y la
eficacia de la estrategia presidencial contra-terrorista”.[52] Brennan afirmó que
una evaluación del Al-Qaeda de 2012 mostró que Estados Unidos era ahora más
seguro. La muerte de Osama bin Laden fue el golpe más estratégico contra
Al-Qaeda. Cartas de Osama bin Laden mostraron las dificultades que enfrentaba
Al-Qaeda. Estaban teniendo problemas reemplazando a los comandantes, se
esforzaron para comunicarse con sus subordinados y afiliados, había menos
lugares en los que podían entrenar a la siguiente generación de operativos, era
difícil atraer nuevos reclutas.
Sin embargo, la peligrosa amenaza de Al-Qaeda no había
desaparecido. Mientras su centro tambaleaba, continuaba ordenando a sus
afiliados y adherentes que continuaran su sanguinaria causa. Por lo tanto,
Brennan siguió por considerar a los “afiliados” de Al-Qaeda. En Somalia, dijo
que fue preocupante presenciar “la fusión de Al-Qaeda con al-Shabaab” a pesar
de que sabía que al-Shabaab continuaba concentrándose primordialmente en lanzar
ataques regionales. En Yemen, AQAP fue el afiliado más efectivo de Al-Qaeda. Estados Unidos también apoyaría
al gobierno de Yemen en sus esfuerzos contra AQAP. También Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQIM) en
el Norte de África fue otro afiliado; estuvo involucrado en los esfuerzos para
desestabilizar los gobiernos regionales y en el secuestro de extranjeros. En Nigeria, la
emergencia de Boko Haram, la cual se alinea con la violenta agenda de Al-Qaeda,
fue un tema de preocupación. Por ello, la amenaza no había desaparecido.
Brennan afirmó que Al-Qaeda y sus fuerzas asociadas todavía tenían la intención
de atacar a los Estados Unidos. Esta afirmación es crucial para cualquier
argumento de Estados Unidos a favor de la legítima defensa continua.
“Además, individuos solos, inspirados por la ideología de
Al-Qaeda, matan estadounidenses inocentes y buscan hacernos daño”. Esta oración
aumentó el interés en la siguiente pregunta: ¿podría continuar la guerra contra
Al-Qaeda si la única amenaza proviniese en realidad de quienes están dentro de
Estados Unidos? Es decir, ¿son las ocasionales conspiraciones terroristas
de individuos en Estados Unidos (a veces posibilitados por el FBI) suficientes
para perpetuar el conflicto armado con Al-Qaeda? ¿Es esto relevante para la
pretensión de Estados Unidos de un derecho actual a la legítima defensa? Un
estudio reciente demuestra que Norteamérica enfrenta el número más bajo de
ataques terroristas en el mundo.[53]
El foco más importante de Brennan fue el uso de los vehículos aéreos no tripulados más allá de los campos de batalla,
como Afganistán. Habló sobre la práctica de Estados Unidos de identificar miembros específicos de
Al-Qaeda para luego dirigirles una ataque letal, a menudo usando vehículos
aéreos no tripulados operados por pilotos que pueden estar a cientos, si no
miles de millas de distancia. Dijo que el Presidente Obama había instruido a
miembros del gobierno a que fuesen más abiertos sobre este punto. Una parte central de su
argumento fue sobre consideraciones políticas. Argumentó que los ataques
selectivos habían sido una buena idea porque enviar grandes ejércitos al
exterior no siempre sería “nuestra mejor ofensa”. Los países no quieren
soldados extranjeros; grandes e intrusivos despliegues militares presentan el
riesgo de que Estados Unidos caiga en la estrategia de Al-Qaeda de tratar de
arrastrar a Estados Unidos a una larga y costosa guerra que nos desabastece
financieramente, inflama el resentimiento anti-estadounidense e inspira a la
siguiente generación de terroristas.
Sobre la cuestión de la legalidad, Brennan afirmó que el Attorney-General Holder y Harold Koh habían tratado
esto en profundidad. La AUMF aprobada por el Congreso luego del 11 de
septiembre había autorizado al Presidente a que usase toda la fuerza necesaria
y apropiada contra esas naciones, organizaciones e individuos responsables por
el 11 de septiembre; Brennan ahora aseveró que nada en la AUMF limitó el uso de
fuerzas militares contra Al-Qaeda en Afganistán. Esto es cierto, pero la AUMF fue limitada a aquellos involucrados en
los ataques del 11 de septiembre.
Luego siguió un corto párrafo sobre derecho internacional, repitiendo la posición presentada anteriormente.
Estados Unidos está en un conflicto armado con al-Qaida, el Talibán y las fuerzas asociadas, en respuesta a los ataques
del 11 de septiembre y, quizás, nosotros también usemos la fuerza consistentemente con nuestro derecho inherente a la
defensa nacional. No hay nada en el derecho internacional que prohíba el uso de
vehículos aéreos teledirigidos para este propósito o que nos prohíba el uso de
fuerza letal contra nuestros enemigos fuera de un campo de batalla activo, por
lo menos cuando el país involucrado sea incapaz o reacio a tomar acciones
contra la amenaza.
Estados Unidos es la primera nación en conducir regularmente ataques usando vehículos aéreos no tripulados en un conflicto armado.
El gobierno de Obama es muy consciente de que está estableciendo precedentes
que otros estados tal vez sigan. Por ello, es necesario seguir estándares
rigurosos y un proceso de revisión para autorizar ataques contra individuos.
Primero, el individuo debe ser un blanco legítimo según el derecho. Luego,
sigue un interesante pasaje sobre la elección de los blancos; Brennan no
expresa esto como un asunto de obligación jurídica, sino más bien como
uno de elecciones políticas. No lo pone en términos jurídicos, no discute el
derecho aplicable. Es, por lo tanto, difícil evaluar el significado preciso de
esta parte de su discurso. “Por supuesto, el derecho sólo establece los límites
exteriores de las potestades en las que el contraterrorismo profesional puede operar”.
Incluso si un individuo es un blanco legítimo, la pregunta que surge es si las
acciones de este individuo alcanzan un cierto umbral necesario para tomar
acciones. Por ejemplo, ¿representan una amenaza significativa para los
intereses de Estados Unidos? No todos los miembros de Al-Qaeda son blancos. Ni
tampoco la acción letal se trata de “castigar terroristas por crímenes
pasados”. “Más bien, conducimos ataques armados porque son necesarios para mitigar una amenaza
en curso -para detener conspiraciones, prevenir ataques futuros, y salvar vidas
americanas-”. Debe haber una amenaza importante; esto no significa una
amenaza hipotética. Tal vez la amenaza provenga de un individuo que sea líder
de operaciones en Al-Qaeda o de una de sus fuerzas asociadas o de un operativo
en el medio del entrenamiento o planeamiento para ejecutar ataques contra los
intereses de los Estados Unidos o quizás un individuo que posea habilidades
operativas únicas que estén siendo aprovechadas en un ataque planeado.
Brennan expresó una preferencia por usar fuerza letal sólo
cuando la captura no sea factible, pero reconoció que las capturas han sido muy
raras en la práctica. De nuevo, esto no es descripto como un requerimiento legal y, en efecto, no
es un requerimiento de derecho internacional humanitario durante un conflicto
armado.[54] Afirmó que las víctimas civiles también han sido muy raras.
Más recientemente, el New York Times, en la etapa previa a las elecciones presidenciales, publicó un
artículo largo sobre asesinatos selectivos, “Lista secreta de asesinatos prueba
un test de los principios y la voluntad de Obama”, el 29 de mayo de 2012. Esto
se basó en las entrevistas de 36 asesores actuales y pasados y fue claramente
escrito con la cooperación voluntaria del gobierno. Algunos comentaron que era más como un
comunicado de prensa o una parte del material de una campaña política que periodismo de investigación. Su foco
estuvo en el proceso de toma de decisiones en los asesinatos selectivos. El
artículo describía como el Departamento de Defensa en Estados Unidos sostiene
un encuentro semanal con 100 miembros de la administración; su función es
recomendar al presidente quiénes deberían morir en Yemen y Somalia. La CIA
lleva a cabo reuniones pequeñas similares. Las nominaciones van al presidente
que firma todos los ataques contra Yemen y Somalia y los ataques más complejos
y riesgosos en Pakistán.
Siguiendo esta serie de discursos, el Presidente Obama
envió una carta al Congreso el viernes 15 de junio de 2012 a modo de su sexto
Informe al Congreso mensual bajo la Resolución de Poderes de Guerra.[55] Allí,
reconoció oficial y públicamente por primera vez que el ejército de los Estados
Unidos conduce ataques en Yemen y Somalia contra presuntos militares
relacionados con Al-Qaeda. Esta carta no dio detalles sobre las operaciones ni
calificó las operaciones de la CIA en Pakistán y Yemen. Bajo el título Operaciones
militares contra Al-Qaeda, el Talibán y las fuerzas asociadas y en apoyo
de los objetivos contraterroristas de Estados Unidos, se dijo que:
[e]n Somalia, el ejército americano ha trabajado para contrarrestar la amenaza terrorista de
Al-Qaeda y sus asociados en al-Shabaab. En un limitado número de casos, el
ejército de Estados Unidos ha tomado acción directa en Somalia contra
miembros de Al-Qaeda, incluyendo aquellos que son también miembros de
al-Shabaab, quienes están comprometidos con los esfuerzos para llevar adelante
ataques terroristas contra Estados Unidos y sus intereses. El ejército de los
Estados Unidos también ha estado trabajando cercanamente con el gobierno de Yemen para
desmantelar operacionalmente y eliminar por completo la amenaza terrorista de
Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), la afiliada más activa y peligrosa de
Al-Qaeda hoy en día. Nuestros esfuerzos conjuntos han dado como resultado la acción directa contra un
limitado número de operativos de AQAP y altos dirigentes en ese país que han
presentado una amenaza terrorista para los Estados Unidos y nuestros intereses.
Asuntos jurídicos que surgen de los discursos
El gobierno del Presidente Obama ha hecho claramente un esfuerzo por establecer una
justificación jurídica pública para los asesinatos selectivos. John Brennan
afirmó: “Yo me arriesgo a decir que el gobierno de los Estados Unidos nunca ha
sido tan abierto con respecto a su política de contraterrorismo y su
justificación jurídica”. Pero los discursos no proveen una justificación
jurídica completamente razonada.[56] Es sorprendente que no se refieran a
asuntos de derechos humanos. Dejan muchas preguntas sobre el uso de la fuerza y
el derecho humanitario sin responder. Estas lagunas debilitan seriamente una
posición legal ya defectuosa.
Como hemos visto, fundamentalmente todos los discursos se apoyan en la invocación de la legítima
defensa y en la afirmación de que es un conflicto armado en curso fuera del campo de batalla de
Afganistán. De todas formas, está abierto a cuestionamientos hasta qué punto
Al-Qaeda es una organización con una agenda global. El intento de conectar
Al-Qaeda con “asociados” o “afiliados” de al-Shabaab y AQAP es crucial aquí.
Esto es necesario para que el gobierno de Estados Unidos justifique los
asesinatos selectivos en Somalia y Yemen como parte del derecho de legítima
defensa que continúa desde el 11 de septiembre y como parte de un conflicto
armado en curso. En términos de derecho domestico de Estados Unidos, es también
necesario considerar a Al-Qaeda y sus “asociados” o “afiliados” como un enemigo
para así poder realizar los asesinatos selectivos de individuos en Pakistán,
Yemen, y Somalia bajo la autorización de la AUMF.[57]
El test “reacio o incapaz”
Todos los discursos usan el test “reacio o incapaz”: los asesinatos selectivos solo serán llevados a cabo en aquellos estados “reacios o
incapaces de suprimir la amenaza que presenta el blanco” (Koh), “reacios o
incapaces de tomar las acciones necesarias ellos mismos” (Brennan) y “reacio o
incapaz de lidiar efectivamente con una amenaza a Estados Unidos” (Holder). El
test es abierto y subjetivo. Ninguno de los discursos deja en claro si este
test está para ser aplicado en el contexto del derecho internacional humanitario o en
el de legítima defensa o en ambos. Sería un desarrollo radical en el derecho
internacional, ya sea como un método para determinar el alcance geográfico del conflicto
armado o como un medio para definir el alcance del derecho a la
legítima defensa contra actores no estatales. Pero la invocación expresa de una
nueva fórmula que haga un estado no es suficiente para cambiar el derecho.
Brennan, al argumentar que los aliados más cercanos de Estados Unidos estaban
acercándose a la posición estadounidense de legítima defensa, se enfocó sólo en
la inminencia del requerimiento. Aquellos comentaristas que apoyan la expansión del derecho a la
legítima defensa contra presuntos terroristas en estados reacios o incapaces de
actuar contra éstos, no ofrecen ninguna base convincente de práctica estatal
para sus radicales pretensiones.[58] Turquía no justifica su uso de la fuerza
contra el PKK en Iraq como legítima defensa; la intervención de Etiopía
en Somalia fue justificada eventualmente sobre la base de una invitación por el
(ineficaz) gobierno; Colombia se disculpó por su incursión ilegal en búsqueda
de terroristas en Ecuador; la posición de Israel con respecto a su invasión en 2006
al Líbano es ambigua. Más notablemente, el rechazo de Estados Unidos del
pretendido acto de legítima defensa de Rusia cuando entró a Georgia en
contra de los terroristas chechenos es una indicación de que ésta no es una
doctrina que pondría feliz a Estados Unidos si fuera invocada por otros estados
que no fuesen sus aliados más cercanos.
Conformidad con principios de derecho internacional humanitario
A menudo ha sido señalado que todos los discursos afirman
que los asesinatos selectivos de Estados Unidos obedecen a los principios
fundamentales del derecho internacional humanitario, pero que eso no aporta evidencia alguna para
apoyar estas afirmaciones. La falta de transparencia sobre la elección de
blancos y el número de víctimas hacen que no sea posible juzgar la verdad de
estas afirmaciones sobre adecuación [al derecho internacional
humanitario]. La historia oficial es que estos son “ataques
quirúrgicos”; Brennan en 2012 dijo que las víctimas civiles son “extremadamente
extrañas”. Pero, acorde al artículo del New York Times, el gobierno de
Obama considera combatientes a todos los hombres de edad militar (en otras
palabras, adolescentes en adelante) en una zona de ataque. Así, le resulta
posible afirmar que un bajo número de civiles ha muerto a causa de ataques de
vehículos aéreos no tripulados. Éste había sido previamente el intento de
Estados Unidos en Vietnam. Esto está claramente abierto a cuestionamientos y existen estimaciones
ampliamente variadas del número de víctimas a causa de los asesinatos selectivos
de Estados Unidos.[59] En la ausencia de adecuada información por parte del
gobierno de Estados Unidos, no es posible aceptar sus afirmaciones que aseguran
que Estados Unidos cumple con los principios de distinción y proporcionalidad.
Elección del blanco
Tercero, la mayoría de los discursos se centra en los blancos de alto rango; dicen que los asesinatos selectivos están dirigidos
contra “los líderes de alto rango de al-Qaeda” (Koh), “específicos líderes
operativos de alto rango de al Qaeda y sus fuerzas asociadas” (Holder) o
aquellos que sean una amenaza significativa a los intereses de Estados Unidos,
tales como líderes operativos, un operativo en medio del entrenamiento o
planeamiento de ataques, o un individuo con “habilidades operativas únicas que
estén siendo utilizadas en un ataque planeado” (Brennan 2012). Los discursos no
tratan ataques basados en señales [signature strikes] en Pakistán y Yemen.
Tales ataques están dirigidos no contra individuos identificados, sino contra
individuos sin identificar o grupos. Están basados en el patrón de
comportamiento de grupos en el terreno. Los ataques basados en señales fuera del campo de batalla
parecen ir más allá de los asesinatos selectivos de blancos identificados y son
difíciles de incorporar en una guerra con Al-Qaeda. Estos podrían ser legales
si hubiera un conflicto armado, siempre que las personas que son blanco
satisfagan el estándar para ser consideradas un blanco militar aunque no sean
combatientes: es decir, el estándar de “civiles participando directamente en
las hostilidades”.
Sin embargo, los discursos no se refieren con claridad a los asuntos fundamentales
sobre quién puede ser seleccionado como blanco durante un conflicto armado. De
nuevo, el lenguaje de los discursos está mezclado, combinando la terminología
de la legítima defensa y el lenguaje del derecho internacional humanitario, sin distinción alguna entre los diferentes
conjuntos de reglas. Dado que la posición del gobierno, según lo establecido por Brennan, es que no es necesario considerar
la legalidad de cada episodio particular como instancias individuales de legítima defensa, el test relevante debería ser
aquel que se desprende del derecho internacional humanitario. Sin embargo, no hay una clara discusión
sobre este asunto. Sólo el Attorney-General Holder usa el término
clave “participación directa en hostilidades” del derecho
internacional humanitario y no elabora acerca de la dificultad de la pregunta
sobre cómo este problemático término debe ser aplicado a Al-Qaeda y sus afiliados.[60]
Koh argumentó que Osama bin Laden todavía tenía “un continuo rol operativo
claro”. La sentencia del gobierno de Estados Unidos en el caso AlAwlaki en 2010
afirmó que éste había tomado un creciente rol operativo.[61] Holder dijo que
era legal atacar “beligerantes”. Pero los discursos también usaron el lenguaje
de “amenaza inminente” para explicar la elección de un blanco particular; éste
es el lenguaje normalmente usado por aquellos que pretenden un amplio derecho a
la legítima defensa anticipada. En su discurso de 2012, Brennan afirmó que los
asesinatos selectivos no eran designados para castigar terroristas por crímenes
pasados; éstos eran una respuesta a las amenazas significativas a los intereses
de los Estados Unidos. En la ausencia de alguna explicación pública más
detallada sobre la elección de blancos, no es posible determinar si esta
afirmación es justificada o si un asesinato selectivo particular fue legal.
Con respecto a la pregunta de quién es seleccionado como blanco en Pakistán,
Yemen y Somalia, hay una clara disparidad entre la imagen presentada en los
discursos y la realidad. El gobierno de los Estados Unidos afirma que elige
miembros individuales de Al-Qaeda y sus afiliados -y bajo la AUMF, éstos
deberían ser individuos conectados con los ataques del 11 de septiembre-. El énfasis está en la
selección de comandantes de alto rango. El cuidadoso proceso descripto por
miembros del gobierno para el artículo del New York Times está designado para confirmar esta
posición. Pero en la práctica, sólo un pequeño porcentaje de los muertos son
líderes de alto rango. Por ejemplo, un informe reciente calcula que bajo la
presidencia de Obama, el porcentaje más alto de muertes fueron Talibán (50%) y
otros grupos cuya principal batalla es con el gobierno Pakistaní, más que
Al-Qaeda (8%), y que sólo el 13% de los blancos de Al-Qaeda eran líderes.[62]
En total, solo el 2% de aquellos asesinados eran blancos de alto rango.[63]
Asesinatos selectivos por parte de la CIA
Cuarto, los discursos no tratan expresamente los asesinatos
selectivos por parte de la CIA en Pakistán, Yemen y
Somalia.[64] No se refieren a la cuestión sobre si los miembros de los
servicios de inteligencia tienen derecho a ir por el mundo matando personas.
Este tipo de actividad contra jefes de estado durante la Guerra Fría había
provocado una protesta, lo que eventualmente condujo en Estados Unidos a la
Orden Ejecutiva 12333 (1981) prohibiendo los asesinatos.[65] Aquellos apoyando
los actuales asesinatos selectivos de la CIA argumentan que éstos no son
asesinatos prohibidos, sino que son legales por haber sido autorizados
por el Presidente y llevados a cabo durante un conflicto armado. Si la segunda
condición no es satisfecha -y hemos visto que no lo es- entonces estas acciones
llevadas a cabo por la CIA son claramente ilegales. Muchos comentaristas
-incluso aquellos que defienden la legalidad de los asesinatos selectivos-
han argumentado que no es aceptable que la CIA lleve a cabo asesinatos
selectivos ya que no está sujeta al escrutinio necesario para asegurar el
cumplimiento del derecho internacional aplicable.[66] Pero no hay informes de
que la CIA esté buscando expandir su flota de vehículos aéreos no tripulados.[67]
Consentimiento
Sólo el Attorney-General Holder mencionó el consentimiento como una posible
justificación de los asesinatos selectivos. Lo hizo muy brevemente y sin
discusión. No es claro cuánto más prominente será el papel que esta
justificación juegue en el futuro. No sería necesario invocar un actual derecho
a la legítima defensa si Pakistán, Yemen, y Somalia consintieran los asesinatos
selectivos por parte de Estados Unidos en su territorio. Es claro que al
sugerir el consentimiento como una posible justificación jurídica para los asesinatos selectivos, la posición
de Estados Unidos es que todavía está involucrada en una guerra con Al-Qaeda y
sus asociados. Holder no argumentó que Estados Unidos estuviera ayudando al
gobierno pakistaní con disturbios internos o una guerra civil. Esto
posiblemente podría ser un argumento jurídico más fuerte para justificar
el uso de fuerza de Estados Unidos, debido a que no depende de la existencia de
un conflicto armado actual contra Al-Qaeda. Sin embargo, Estados Unidos no hace
esta afirmación. Tal como sería políticamente difícil para Pakistán reconocer abiertamente que consiente los asesinatos
selectivos de Estados Unidos, del mismo modo sería sensible políticamente para Estados Unidos reconocer que está participando en un
conflicto interno extranjero.
Si la base jurídica para el uso de fuerza en el territorio de otro estado es el consentimiento de ese estado, como
sugirió elAttorney-General Holder, es difícil ver cómo
ese estado puede consentir acciones en violación de sus propias obligaciones de
derechos humanos basadas en tratados o derecho internacional consuetudinario.
La posición de Estados Unidos es que los tratados de derechos humanos
relevantes de los que es parte no se aplican durante conflictos armados y no se
aplican extraterritorialmente.[68] Pero ninguno de los discursos se refiere
expresamente a temas de derechos humanos. Como una cuestión de principio, no parece ser posible argumentar que la política de
asesinatos selectivos sea compatible con el derecho a la vida porque el
asesinato no es llevado a cabo como último recurso.
Hay dos problemas diferentes en relación con utilizar el consentimiento como
justificación de los asesinatos selectivos fuera de Afganistán. Primero,
establecer la existencia del consentimiento. ¿Podría el consentimiento secreto por parte de un gobierno
justificar el uso de la fuerza? Con respecto a Pakistán, la posición no es
clara. Hubo informes interesantes de WikiLeaks de que el Primer Ministro Gilani
de Pakistán había dicho “No me importa si ellos (Estados Unidos) lo hacen
(ataques con vehículos aéreos no tripulados) mientras ataquen a las personas
correctas. Protestaremos en la asamblea nacional y luego lo ignoraremos”.[69]
¿Puede ser afirmado que hay consentimiento del gobierno de Pakistán que justifique los
asesinatos selectivos de Estados Unidos en su territorio? ¿Es suficiente el
consentimiento secreto?
De acuerdo con informes periodísticos, Estados Unidos
siguió la práctica de notificar a Pakistán su intención de llevar a cabo
asesinatos selectivos.[70] La CIA mandaría un fax al ISI (el servicio de inteligencia
de Pakistán) una vez por mes, delineando áreas y blancos para los ataques
selectivos. El ISI acusaría el recibo del fax, sin expresarse acerca del
consentimiento, pero Pakistán despejaría el espacio aéreo. Sin embargo, luego
de que las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán se deterioraron luego de
una serie de incidentes en 2011 y 2012, la práctica cambió. Hoy el ISI
aparentemente no acusa más el recibo de los faxes de la CIA. Pero Estados
Unidos dice que Pakistán todavía despeja su espacio aéreo. Hay informes de
periódicos acerca de las divisiones sobre este tema en el gobierno de Estados
Unidos. Se dice que el asesor legal del Departamento Estatal de Estados Unidos
Harold Koh ha expresado algunas preocupaciones sobre la idoneidad del consentimiento.[71] En privado puede haber habido
consentimiento, o posiblemente aquiescencia, por parte del gobierno de Pakistán, pero la figura
pública es diferente. El gobierno de Pakistán ciertamente no consiente abierta
y públicamente los asesinatos selectivos: “No puede haber duda del consentimiento de
Pakistán en relación con tales ataques”. Un portavoz gubernamental dijo que
“[l]os ataques de vehículos aéreos no tripulados son ilegales,
contraproducentes, están en contravención con el derecho internacional y en
violación de la soberanía de Pakistán”.[72] Esto hace difícil, si no imposible,
para Estados Unidos el apoyarse en el consentimiento como base para el uso de la fuerza.
De modo similar, en Yemen, Estados Unidos afirma que los asesinatos selectivos -incluyendo los ataques a AlAwlaki- están dirigidos
contra Al-Qaeda y sus asociados. En particular, considera a AQAP como un afiliado de Al-Qaeda desde 2009.[73] La CIA y el
FBI han clasificado a AQAP como la mayor amenaza contra Estados Unidos; tiene una agenda global y ha planeado
ataques terroristas a larga escala en el exterior e inspira simpatizantes para
llevar a cabo sus operaciones. Sin embargo, los ataques de vehículos aéreos no
tripulados podrían también ser vistos como intervenciones para ayudar al gobierno contra la oposición armada. El gobierno
de Yemen encara una insurgencia en el norte y un movimiento secesionista en el sur. De nuevo -como con Pakistán-
Estados Unidos no reconoce abiertamente este propósito.
Hasta recientemente, Estados Unidos no podía apoyarse abiertamente en el consentimiento con respecto a los asesinatos selectivos
en Yemen. Cuando el Presidente Saleh estaba en el poder, la situación era como la de Pakistán.
WikiLeaks reveló que el Presidente de Yemen estaba dispuesto a dar su
apoyo secreto a los asesinatos selectivos de Estados Unidos, pero que él no
podría tomar esta posición abiertamente. Dijo: “Nosotros continuaremos diciendo
que las bombas son nuestras, no de ustedes”. El Presidente Saleh (en el poder
desde 1978) finalmente dejó el puesto en noviembre de 2011 bajo una iniciativa
aprobada por las Naciones Unidas.[74] La situación entonces se volvió más
simple en lo que se refiere al apoyo en el consentimiento. El nuevo gobierno de
Abd Rab Mansur al-Hadu estaba dispuesto a dar apoyo público a los ataques de
vehículos aéreos no tripulados de Estados Unidos.[75] El nuevo Presidente dijo
que él personalmente aprobaba cada ataque de tales vehículos aéreos de los
Estados Unidos. Sin embargo, debe haber dudas sobre la figura pública de que
Estados Unidos está llevando a cabo su conflicto armado con Al-Qaeda y sus
asociados en territorio de Yemen. El nuevo Presidente dice que está buscando asistencia financiera para que
Al-Qaeda no florezca; es financiera y políticamente conveniente para el
gobierno identificar blancos como AQAP más que otras fuerzas opositoras.
En Somalia, también la justificación para la continuación de los asesinatos selectivos
parece ser el consentimiento. Este argumento ahora puede ser hecho más
fuertemente luego de las elecciones de 2012 en Somalia, cuando la ineficaz
Transición Federal del Gobierno fue reemplazada por un gobierno más legítimo
después de las elecciones en Somalia.
Conclusión
El Presidente Obama se distanció de la “guerra de elección”
en Iraq y volvió a enfocarse en la “guerra de necesidad” en Afganistán, pero al
adoptar y extender la política de asesinatos selectivos de Bush en una guerra
de “amplia red de violencia y terror”, ha involucrado a los Estados Unidos en
una guerra de larga duración y amplio alcance con Al-Qaeda y sus “afiliados”
fuera del campo de batalla de Afganistán. En teoría, los asesinatos selectivos
podrían continuar indefinidamente e incluso expandirse más lejos al
identificarse afiliados de Al-Qaeda en Mali, Nigeria, y Libia.[76] Algunos de
los discursos discutidos previamente reflejan la tensión inherente en afirmar
que la política de asesinatos selectivos es exitosa y que hay una continuación
-e incluso una ampliación- de la amenaza. A pesar de que los miembros del
gobierno de Obama niegan la acusación de que están involucrados en una “guerra
global del terror”, la interpretación de la facultad dada por la AUMF es tan
amplia que la diferencia con la política extranjera del Presidente Bush es sólo retórica.
El proclamado límite de que los asesinatos selectivos solo
serán llevados a cabo en estados “reacios o incapaces” de lidiar con la
presunta amenaza, no solo a Estados Unidos, sino también a sus intereses, no
ofrece ninguna restricción real para los Estados Unidos. No hay una discusión
adecuada sobre este test en ninguno de los discursos. El hecho de que el
derecho internacional humanitario y el derecho a la legítima defensa se
mencionen en conjunto en éste y otros asuntos significa que no hay una
examinación apropiada de los requisitos de estas áreas del derecho. Para aquellos que dicen que una
examinación tan detallada no es de ser esperada en los discursos, podría
respondérseles que se ha vuelto obvio que los discursos no son una forma
satisfactoria para que el gobierno de Obama exponga su política sobre una
cuestión tan sensible: algo más es necesario como justificación jurídica.[77]
La discusión sobre esos asuntos cruciales dejó sin aclarar la naturaleza de la
relación entre varios grupos terroristas y sus conexiones, si es que alguna,
con el 11 de septiembre, la categorización de blancos legales, el rol de la
CIA, el alcance y el significado de “inminencia”, el establecimiento y
significado del consentimiento del estado en donde se atacará. Esto es
necesario para una adecuada justificación de la legalidad de los asesinatos selectivos.
Sin embargo, es probable que la falta de detalle de esos
asuntos sea deliberada. Los miembros del gobierno de Obama reconocen que el peligro de su práctica de asesinatos
selectivos puede proveer un precedente para otros estados. En consecuencia,
John Brennan en su discurso de 2012 dijo que “el Presidente Obama y aquellos de
nosotros en su equipo de seguridad nacional somos muy conscientes de que como nuestra nación usa esta tecnología [vehículos aéreos
no tripulados], estamos estableciendo precedentes que otras naciones pueden
seguir. Y no todas serán naciones que compartan nuestros intereses o la
importancia que le damos a proteger la vida humana o civiles inocentes. Si
queremos que otras naciones usen estas tecnologías responsablemente, nosotros
debemos usarlas también responsablemente”. Sin embargo, la insistencia
inverificable por parte del gobierno de Estados Unidos de que se sujeta a sí mismo a “rigurosos estándares
y a un proceso de revisión” no puede proveer una garantía contra los asesinatos
ilegales realizados por otros estados; otros estados podrían también afirmar
que siguen un proceso riguroso. Es el derecho sustantivo lo que es crucial y es
aquí donde la posición de Estados Unidos es más débil. Estados Unidos puede
esperar que su insistencia subyacente de que está involucrada en un conflicto
armado basado en el derecho a la legítima defensa desde el 11 de septiembre
prevenga que su política de asesinatos selectivos sea utilizada como precedente
por otros estados. Pero el peligro es que el intento de los Estados Unidos de
expandir el derecho al uso de la fuerza en la política de asesinatos selectivos
al ampliar el concepto de amenaza inminente, borrando la pregunta de quién
puede ser seleccionado y reduciendo el concepto de daño colateral, sea
aprovechado por otros estados y grupos.[78] Además, sus intervenciones para
asistir a ciertos gobiernos -facilitadas por el uso de vehículos aéreos no
tripulados en asesinatos selectivos- pretenden ser parte de la guerra contra
Al-Qaeda y sus afiliados en Pakistán, Yemen y Somalia. El uso de asesinatos
selectivos de esta forma hace difícil para los Estados Unidos criticar
asesinatos extrajudiciales por aquellos (y otros) gobiernos.
Christine Gray es Profesora de Derecho Internacional en la Universidad de Cambridge e
Investigadora del St. John’s College en Cambridge. Se especializa en el Derecho
del uso de la fuerza. Ha publicado dos libros, en Oxford University Press: “Judicial Remedies
in International Law” e “International Law and the Use of Force” (que ya lleva
tres ediciones). Es también autora de un sinnúmero de artículos de Derecho
internacional en los principales journals del mundo.
Foto: Obra de Elmgreen y Dragset
[*] La versión original de este artículo fue publicada en inglés en el volumen 66 de Current Legal Problems, journal publicado por
University College of London a través de Oxford Journals.
[1] Ver la amplia discusión sobre asuntos jurídicos de Nils Melzer, Targeted Killing in International Law (OUP
2008). Ver también el informe de Philip Alston, el entonces Relator Especial de
Naciones Unidas sobre asesinatos extrajudiciales,Study on Targeted Killing, ONU Doc A/HRC/14/24/ Add.6 (28 de mayo
de 2010).
[2] Ver www.reprieve.org.uk/press/2012_04_23_drone_victim_appeal_Pakistan/ accedido el 2 de febrero de 2013. La High
Court rechazó la aplicación en diciembre de 2012 y la actora busca
actualmente apelar la decisión, [2012] EWHC 3728 (Admin).
[3] ONU Doc S/PV 2810, 25 de abril de 1988.
[4] Es interesante notar que al comienzo de noviembre de
2012, Israel admitió públicamente su responsabilidad por esta muerte por primera vez.
“Israel Admits Killing Palestinian Leader’s Deputy” The Telegraph (Londres, 2
de noviembre de 2012) www.telegraph.co.uk/
news/worldnews/middleeast/palestinianauthority/9650197 accedido el 2 de febrero de 2013.
[5] ONU Docs S/PV 4929, 23 de marzo de 2004; S/PV 4945, 19 de abril de 2004.
[6] UK Materials on International Law (2005) 76 BYIL 903.
[7] Por conveniencia, adoptaré esta ortografía. Los miembros del gobierno de Estados Unidos no son consistentes en sus elecciones de ortografía.
[8] ONU CS 6526ta reunión, 2 de mayo de 2011, ONU Comunicado de prensa CS/10239.
[9] Living under Drones, Stanford Law School y Global Justice Clinic NYU School of Law, septiembre de 2012 http://livingunderdrones.org/
accedido el 2 de febrero de 2013.
[10] Scott Wilson y Jon Cohen, “Poll Finds Broad Support for Obama’s Counterterrorism Policies” The Washington Post (Washington, 2 de febrero de 2012). En
contraste, la encuesta realizada por Pew Global Attitudes Project en junio de
2012 mostró una amplia oposición a los ataques de vehículos aéreos no
tripulados en casi todos los demás estados.
[11] Es notable que esos discursos no tratan cuestiones de
derechos humanos. En consecuencia, este artículo no considerara este aspecto de
los asesinatos selectivos.
[12] Study on Targeted Killing, ONU Doc A/HRC/14/24/Add.6 (28 de mayo de 2010).
[13] Keesing’s Record of World Events (Longman 2010) 49706.
[14] Philip Alston, “The CIA and Targeted Killings beyond Borders” (2011) 2 Harv Natl Sec J 283.
[15] Ver Melzer (n 1) 439; Noam Lubell, “Extraterritorial Use of Force against Non-State Actors” (OUP 2010) 177.
[16] ONU Doc E/CN.4/2003/3.
[17] Diferentes estimaciones son hechas por Newamerica, Longwar, Dronewars.net y la Oficina de Periodismo de Investigación www.thebureauinvestigates.com/category/projects/ drones accedido el 2 de febrero de 2013.
una síntesis, ver Living under Drones (n 9) capítulo 2; Alston (n 14) 36.
[18] Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos de 2010, www.whitehouse.gov/sites/default/files/
nss_viewer/national_security_strategy.pdf accedido el 2 de febrero de 2013.
[19] John Yoo, “Assassination or Targeted Killing after 9/11” (2011–12) 56 NY Law School LR 57.
[20] “US Special Operations Personnel Raid Compound in Pakistan, Kill Osama bin Laden” (2011) 105 AJIL 602, 603.
[21] Con la notable excepción de Mary-Ellen O’Connell. Ver
eg “The International Law of Drones”, ASIL Insight, 12 de noviembre de 2010,
Volumen 14 (36); “Seductive Drones: Learning from a Decade of Lethal
Operations”, Notre Dame Law School, Legal Studies Research Paper No 11–35;
“Unlawful Killing with Combat Drones”, Notre Dame Law School, Legal Studies
Research Paper No 09-43.
[22] Jeh Johnson, General Counsel, Departamento de Defensa, también dio un discurso el 30 de
noviembre de 2012 www.lawfareblog.com/2012/02/jeh-johnson-speech-at-yale-law- school accedido el 2 de febrero de 2013.
[23] Libro Blanco del Departamento de Justicia sobre La legalidad de operaciones letales
dirigidas hacia un ciudadano estadounidense que es un líder operativo de
Al-Qaida o una fuerza asociada http://msnbcmedia.msn.com/i/msnbc/sections/news/020413_DOJ_White_Paper.pdf accedido el 2 de febrero de 2013.
[24] “The Obama Administration and International Law”, 25 de marzo de 2010 www.state.
gov/s/l//releases/remarks/139119.htm accedido el 2 de febrero de 2013.
[25] Afortunadamente, su título en ingeniería mecánica de UCL no fue suficiente para que su bomba fuese efectiva.
[26] Ver la presentación del gobierno de Estados Unidos en el caso AlAwlaki www.aclu.org/files/assets/Al-Aulaqi_ USG_PT_Opp_MTD_Brief_Filed.pdf accedido el 2 de febrero de 2013; Libro Blanco del Departamento de Estado de
Estados Unidos (n 23) 3.
[27] Public Law 107–40, 115 Stat 224 (2001), (2002) 41 ILM 1440.
[28] Por ejemplo, “Drones and the War on Terror” http://judiciary.house.gov/hearings/113th/02272013_2/Bellinger%2002272013.pdf accedido el 2 de febrero de 2013.
[29] En contraste, Jeh Johnson, General Counsel, Departamento
de Defensa de Estados Unidos (n22), afirma que la AUMF es aún hoy una
autorización viable e intenta argumentar que los socios de Al-Qaeda están
involucrados en el mismo conflicto en contra de Estados Unidos. Esta fue la
posición del gobierno de Estados Unidos en el caso AlAwlaki www.aclu.org/files/assets/Al-Aulaqi_USG_PT_ Opp_MTD_Brief_Filed.pdf
accedido el 2 de febrero de 2013. Estados Unidos había determinado que AQAP es
un grupo armado organizado que o es parte de Al-Qaeda o es una fuerza asociada
o cobeligerante de Al-Qaeda que ha dirigido ataques armados contra
Estados Unidos en el conflicto armado no internacional entre Estados Unidos y Al-Qaeda.
[30] CJ Greenwood, “War, Terrorism and International Law”,
en Essays on War in International Law (Cameron
May 2006) 409; Helen Duffy, The War on Terror and the Framework of International Law (CUP 2005); Alston (n 14) párrafoss
53–56. El Libro Blanco (n 23) considera la cuestión del alcance geográfico del
conflicto armado no internacional. Reconoce que hay pocas fuentes de autoridad
y, en consecuencia, intenta justificar la amplia visión adoptada por el
gobierno de Estados Unidos sobre la base de principios y declaraciones tomados
de contextos análogos. Sin embargo, no proporciona ninguna justificación
completa para sus afirmaciones.
[31] ONU Doc S/2001/946, 7 de octubre de2001.
[32] La Corte Internacional de Justicia (CIJ) evitó pronunciarse sobre este asunto en Actividades
armadas en el territorio de Congo (RDC v Uganda), Informes de la CIJ (2005) 168, par
147; y en Consecuencias jurídicas de la construcción de un muro en el territorio palestino ocupado, Informes CIJ (2004) 3, par 139.
Ver Christine Gray, International Law and the Use of Force (3era edición, OUP 2008) 133-136.
[33] Sobre la autorización inicial de ISAF, ver ONU CS Resolución
1386 (2001); sobre la continuación de Operation Enduring Freedom,ver la
carta presidencial del 15 de junio de 2012 www.whitehouse.gov/the-press-office/2012/06/15/presidential-letter-2012-war-
powers-resolution-6-month-report accedido el 2 de febrero de 2013.
[34] Theresa Reinold, “State Weakness, Irregular Warfare and the Right to Self-Defense Post 9/11” (2011) 195 AJIL 244; Christian Tams,
“The Use of Force against Terrorists” (2009) 20 EJIL 359. Es sorprendente que
el Relator Especial Philip Alston adopta este test sin ninguna discusión o
intento de dar una justificación. Como señala Olivier Corten, hay una división
fundamental entre los autores que están dispuestos a inferir un cambio en la
ley incluso en ausencia de declaraciones expresas de los estados en este
sentido y aquellos que adhieren al enfoque estricto de la CIJ en el caso
Nicaragua; Oliver Corten, Le Droit Contre la Guerre (Pedone 2008).
[35] Sobre la visión de que no existe una amenaza terrorista significativa a los Estados Unidos, ver John Mueller y Mark G
Stewart, Hardly Existential: Thinking Rationally about Terrorism (Foreign
Affairs, 2 de abril de 2010). El Índice de Terrorismo Global de 2012 producido
por el Institute for Economics and Peace (Sydney, Australia) muestra que
Norteamérica es la región que tiene la menor probabilidad de recibir un ataque terrorista.
[36] Ver Alston (n 14).
[37] PV Rogers y Dominic McGoldrick, “Assassination and Targeted Killing” (2011) 60 ICLQ 778.
[38] Harold Hongiu Koh, “The Lawfulness of the US Operation against Osama bin Laden” http://opiniojuris.org/2011/05/19/the-lawfulness-of-the-us-operation-against-osama-
bin-laden/ accedido el 2 de febrero de 2013.
[39] “Letters from Abbottabad: Bin Ladin Sidelined?”, Combatting Terrorism Centre at West Point, 3
de mayo de 2012 www.ctc.usma.edu/posts/letters-from-abottabad-bin-ladin- sidelined accedido el 2 de febrero de 2013.
[40] Ver Marty Lederman, “John Brennan Speech on Obama
Administration Policies and Practices” http://opiniojuris.org/2011/09/16/john-brennan-speech-on-obama-admin-
istration-antiterrorism-policies-and-practices accedido el 2 de febrero de 2013.
[41] Estados Unidos adoptó una posición similar en relación con su participación en la guerra de Irán/Iraq entre 1980 y 1988 a través de
sus acciones navales en el Golfo.
[42] Daniel Bethlehem, “Self-Defense against Imminent or
Actual Attack by Non-State Actors” (2013) 106 AJIL 770.
[43] Christine Gray, “President Obama’s 2010 US National
Security Strategy and International Law on the Use of Force” (2011) 10 CJIL 35.
[44] Georg Nolte, “Preventive Use of Force and Preventive
Killings” (2004) 5 Theo Inq L 111; Tom Junod, “The Lethal Presidency of Barack
Obama” www.esquire.com/features/ obama-lethal-presidency-0812 accedido el 2 de febrero de 2013.
[45] UK Materials on International Law (2004) 75 BYIL 822. Esta afirmación del AG del Reino
Unido es citada en el Libro Blanco del Departamento de Justicia (n 23) 7.
[46] ONU Doc S/PV 4929, 23 de marzo de 2004.
[47] www.justice.gov/lso/opa/ag/speeches/2012/ag.speech-1203051.html accedido el 2 de febrero de 2013.
[48] Charlie Savage, “Secret US Memo Made Legal Case to Kill a Citizen” The New York Times (Nueva York, 8 de octubre de 2011). Un Libro
Blanco del Departamento de Justicia sobre La legalidad de operaciones letales dirigidas hacia un ciudadano estadounidense
que es un líder operativo de Al-Qaida o una fuerza asociada fue finalmente publicado en febrero de
2013 (n 23). Éste no presenta una visión jurídica general sobre los
asesinatos selectivos, pero trata la cuestión específica sobre la legalidad de
matar un ciudadano estadounidense que es un líder senior de operaciones de Al-Qaeda o una
fuerza asociada activamente comprometida con el planeamiento de operaciones
para matar estadounidenses. Gran parte del Libro Blanco se dedica a la discusión de los requisitos de las enmiendas cuarta
y quinta de la Constitución de Estados Unidos.
[49] Esta es la primera mención del consentimiento como posible justificación jurídica de un asesinato selectivo.
[50] El Libro Blanco del Departamento de Justicia (n 23) consideró estas cuestiones en el contexto de la discusión sobre las enmiendas
cuarta y quinta de la Constitución de Estados Unidos.
[51] El enfoque de Holder es similar al de John Yoo, “Using Force” (2004) 71 UChiLR 729.
[52] http://www.lawfareblog.com/2012/04/breannanspeech/ accedido el 2 de febrero de 2013.
[53] Índice de Terrorismo Global de 2012, Institute for Economics and Peace (Sidney, Australia).
[54] Rogers y McGoldrick (n 37). La Corte Suprema Israelí en el caso Public Commitee against Torture,
(2007) 78 ILM 373 y algunos escritores han sugerido la adopción de un enfoque
mixto combinando el derecho internacional humanitario con derechos humanos en
el control de los asesinatos selectivos. Ver, por ejemplo, Lubell (n 15) 244.
[55] www.whitehouse.gov/the-press-office/2012/06/15/presidential-letter-2012-war-powers accedido el 2 de febrero de 2013.
[56] Brennan (n 40).
[57] Jeh Johnson (n 22) intentó tratar este asunto. Reconoce que la AUMF no autoriza la fuerza militar contra todo aquel que el
Ejecutivo etiquete de terrorista. “Más bien, sólo abarca aquellos grupos de
personas con una conexión con los ataques terroristas del 11/9 o fuerzas asociadas. El concepto de
una fuerza asociada no es abierto como algunos sugieren”. Una fuerza asociada tiene dos características: (1) un grupo
armado organizado que haya ‘”entrado a la pelea junto a al Qaeda y (2) que sea
un co-beligerante con al Qaeda en las hostilidades contra los Estados Unidos o
sus compañeros de coalición”. La pregunta clave es si esto es una descripción
realística de AQAP y de Al Shabaab.
[58] Es sorprendente que el Relator Especial Philip Alston adoptara esta fórmula sin ninguna explicación o justificación en su reporte
sobre asesinato selectivo (n 1) párrafo 35. Sin embargo, más tarde en su
informe (párrafo 42) parece tomar un enfoque más estricto en el alcance de la
legítima defensa.
[59] Ver materiales enumerados en n 17.
[60] Ver informe ICRC, Direct Participation in Hostilities(2009) www.icrc.org/eng/assets/files/other/icrc-002-0990.pdf accedido el 2 de febrero de 2013; Alston (n 14) párrafos 57-69. El informe del
Departamento de Justicia de Estados Unidos (n 23) 7-8 considera de algún modo
este asunto, pero lo hace en consideración de la quinta enmienda más que del derecho
internacional.
[61] www.aclu.org/files/assets/Al-Aulaqi_USG_PT_Opp_MTD_Brief_Filed.pdf accedido el 2 de febrero de 2013.
[62] Peter Bergen y Megan Braun, “Drone is Obama’s Weapon of Choice”, CNN 6 de septiembre de 2012 www.cnn.com/2012/09/05/opinion/bergen-obama-drone/index.html accedido el 2 de febrero de 2013.
[63] Living Under Drones (n 9) vii.
[64] Ver discusión detallada de Alston (n 14).
[65] Ver Melzer (n 1).
[66] Editorial, “Pulling the US Drone War out of the Shadows” The Washington Post (Washington, 1 de noviembre de 2012).
[67] Greg Miller, “CIA Seeks to Expand Drone Fleet” The Washington Post (Washington, 18 de octubre de2012).
[68] Esta es una posición inusual y controversial que deja abierta la posible aplicación de normas de la Carta de las Naciones Unidas y de
derecho internacional consuetudinario. Ver Michael Dennis, “Non-Application of
Civil and Political Rights Treaties Extraterritorially during Times of Armed
Conflic”’ (2007) Israel L Rev 453, para una exposición de la posición de Estados Unidos y de Alston (n
14) 22-23 para una respuesta crítica.
[69] “Us Embassy Cables: Pakistan Backs US Drone Attacks on Tribal Areas” The Guardian (Londres, 30 Noviembre 2010) www.guardian.co.uk/world/us-embassy-cables-documents/167125 accedido el 2 de febrero de 2013.
[70] Adam Entous y otros, “US Unease over Drone Strikes”,The Wall Street Journal (Nueva York, 26 septiembre 2012).
[71] Ibid.
[72] Jon Boone, “Pakistan is not Cooperating with US over Drones” The Guardian (Londres, 29 septiembre 2012).
[73] Benedict Wilkinson y Jack Barclay, ‘The Language of Jihad – Narrative and Strategies of Al Qaida in the Arabian
Peninsula” rusi.org/downloads/assets/Language_of_Jihad_web.pdf accedido 2 febrero 2013.
[74] Resolución Consejo de Seguridad 2014 (2011).
[75] Este modelo -de ayudar a instalar un nuevo gobierno y
luego decir que el nuevo gobierno consiente el uso de la fuerza en su
territorio- es familiar de la intervención de la URSS en Afganistán y de Iraq
en Kuwait 1990.
[76] Ver discurso de la Secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, “The Fight against Al
Qaeda: Today and Tomorrow”, 20 de noviembre de 2012 www.defense.gov/speeches/speech.aspx?speechid=1737 accedido el 2 de febrero de 2013. Es llamativo que la administración de Estados
Unidos no se refiera seguido a los peligros planteados por el grupoEstado
Islámico en Iraq, a pesar de sus crecientes ataques coordinados al gobierno
y a los Iraquíes Shia desde 2006.
[77] El Libro Blanco del Departamento de Justicia (n 23) no provee una justificación completa, en parte
debido a su foco en los requerimientos de las enmiendas cuarta y quinta más que
en derecho internacional.
[78] Tom Junod, “The Lethal Presidency of Barack Obama” Esquire (9 de julio de 2012) www.esquire.com/features/obama-lethal-presidency-0812 accedido el 2 de febrero de 2013.
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